Paleoautóctonas (15): Tetraclinis



Tetraclinis articulata. Bosquecillo de repoblación en el Parque Natural de Calblanque (Cartagena, España). / Fotografía: Nanosanchez / Dominio Público



Ocurre a menudo, cuando una especie ocupa un área relictual, que la imagen que acabamos haciéndonos de esa especie esté muy condicionada por lo exiguo de su área distribución. Muchas de esas especies, sin embargo, a menudo viven confinadas en áreas reducidas debido sobre todo a razones históricas, no habiendo tenido la posibilidad en el pasado de extenderse o de alcanzar otras zonas que les pudieran resultar favorables. Un claro ejemplo es el ojaranzo (Rhododendron ponticum), que se ha convertido en las Islas Británicas y áreas adyacentes en una temida especie por su capacidad de colonizar vastas extensiones de tierras. Solemos considerar que esas especies tan solo pueden darse de forma natural dentro de su área de distribución actual sin pensar que, tal vez, tienen un espectro ecológico mucho más amplio que el que se les presupone.



El araar (Tetraclinis articulata) es una de esas especies relictuales o consideradas como tales que tienen actualmente un área de distribución muy reducida en la Península Ibérica. Se suele considerar que su área de distribución natural se circunscribe a los montes que rodean la ciudad de Cartagena (ver mapa), región en la que se han volcado todos los esfuerzos de repoblación de esta especie. Llama sin embargo mucho la atención que en otras regiones en las que esta especie se ha plantado como ornamental, se observa a menudo su naturalización. Este tipo de observaciones es frecuente actualmente en la Comunidad Valenciana (Gandía). A ello hay que añadir la existencia de varias poblaciones naturalizadas en Ronda, los alrededores de Málaga y Doñana, donde incluso se ha llegado a pensar que la especie pudiese ser autóctona [1]. La posibilidad de que la especie pudiese tener una mayor extensión en tiempos pretéritos viene avalada, en cualquier caso, por el hallazgo de maderas carbonizadas de esta especie en distintos yacimientos arqueológicos [2]:





El pasado de este género en Europa es relativamente difícil de estudiar debido a que su polen no se diferencia del del resto de Cupresáceas, siendo los macrorrestos los únicos indicios de los que se dispone. Éstos nos indican la presencia durante el Terciario de al menos dos tipos de Tetraclinis en Europa. Uno de ellos (Tetraclinis salicornioides) parece haber sido un constituyente accesorio de los bosques de caducifolios y de los bosques mixtos de caducifolios y perennifolios y vivía pues en condiciones bastante diferentes de las de la especie actual. El otro tipo (T. brachyodon) aparentemente vivía en zonas costeras más xéricas. Este último tipo es el que más se parece a la especie actual (ver fotografía) aunque tampoco puede descartarse que ambos tipos sean en realidad dos ecotipos de una misma especie [4]. Su presencia en Europa está documentada hasta el Plioceno.


Izquierda: Tetraclinis brachyodon, Radoboj, Croacia, Mioceno Medio, escala: 3 cm. Derecha: Tetraclinis articulata, Mogador, Marruecos, actual, escala: 3 cm


La ausencia de fósiles más recientes convierte en algo misteriosa la historia de este género durante el Cuaternario, que un reciente estudio ha contribuido aún más a enredar [2]. Este estudio ha demostrado, en efecto, que la pequeña población española parece tener más parentesco con la población tunecina que con la de Marruecos, situada mucho más cerca. Cabe pues la posibilidad de que o bien la población ibérica sea muy antigua y haya permanecido separada de la africana desde incluso antes que el Messiniense (Mioceno) o que la población ibérica en realidad no sea autóctona o haya recibido fuertes influjos desde Túnez en épocas históricas (fenicios / cartaginenses). Aunque las edades de las maderas quemadas encontradas en los yacimientos arqueológicos sean anteriores a la llegada de los fenicios, nada descarta la posibilidad de intercambios anteriores entre ambos lados del Mediterráneo o que esas poblaciones autóctonas hayan sido más tarde completamente suplantadas por árboles provenientes del norte de África.



Sea como fuere, es evidente que esta especie tiene un brillante porvenir en la Península Ibérica. Se naturaliza sin problema espontáneamente en todo el sur de la Península así como en la Comunidad Valenciana. En otras zonas a priori menos favorables también es perfectamente capaz de desarrollarse. El ejemplar del Real Jardín Botánico de Madrid, en cualquier caso, luce un aspecto muy saludable a pesar de haber soportado más de una vez episodios muy fríos. Tal como explica la ficha que ha publicado el propio Jardín Botánico: "Aunque en la bibliografía encontrada habla de sensibilidad a las heladas, los datos que se disponen en el Real Jardín Botánico nos dicen que es resistente a ellas y cabe destacar que este año, con una helada prolongada de -12° C, es imposible detectar daño alguno en ramillas o en el tronco". Es pues una especie a tener muy en cuenta en el futuro en buena parte de la Península Ibérica para intentar fijar los suelos en aquellos lugares en los que la vegetación actual (encinares) pudiese llegar a desaparecer como consecuencia del cambio climático.


Tetraclinis articulataFamilia: CupressaceaeOrden: Pinales

Ár­bol pequeño de has­ta 6(12) m, con ra­mas delga­das, pa­ten­tes. Ho­jas con ápi- ce libre, triangu­lar, pro­vis­to de u­na glán­du­la re­si­no­sa en el dorso. Es­tróbi­lo 0,8-1,2 cm, subglo­bo­so-o­voi­de, tetra­go­nal, con esca­mas prui­no­sas o no al prin­ci­pio y ce­ni­cien­to-a­cas­taña­das al ma­du­rar. Se­millas 3-4 × 1-1,5 m­m, con 2 amplias a­las su­besca­rio­sas c. 8 × 4-5 m­m, obli­cua­men­te o­bo­va­das. 2n = 22*.

Tetraclinis 

Pequeño árbol monoico. Ramillas articuladas en apariencia, comprimidas. Hojas adultas escuamiformes, en verticilos de 4, las laterales mayores, aplicadas. Conos masculinos terminales; escamas con 4 sacos polínicos en su cara inferior. Estróbilos subtetragonales, solitarios, con 4 escamas a modo de valvas, leñosas; las del par externo cóncavas en el dorso y las del interno generalmente estériles y asurcadas en el dorso. Semillas ampliamente bialadas. Género monotípico.


Descripción: Flora Iberica





[1] Esteve Selma, M.A.; Montoya, P.; Moya, J.M.; Miñano, J.; Hernández, I.; Carrión, J. S.; Charco, J.; Fernández, S.; Munuera, M. & Ochando, J. Tetraclinis articulata: biogeografía, ecología, amenazas y conservación, 2017. Dirección General de Medio Natural. 248 pp
[2] Sánchez-Gómez P., Jiménez J. F., Vera J. B., Sánchez-Saorín F. J., Martínez J. F., Buhagiar J. (2013). Genetic structure of Tetraclinis articulata, an endangered conifer of the western Mediterranean basin. Silva Fennica vol. 45 no. 5 article id 1073. 14 p.
[3] Bagonza Díaz J. (2010) / Tetraclinis articulata (Vahl) Mast. especie probablemente autóctona en Doñana / Ecología, Nº 23, pp. 139-150
[4] JOHANNA KOVAR-EDER' und ZLATKO Kvacek Z. (1995) / The record of a fertile twig of Tetraclinis brachyodon (BRONGNIART) MAI et WALTHER from Radoboj, Croatia (Middle-Miocene)



3 comentarios

  1. Espécie muito interessante que tem o potencial de reflorestar e recuperar todas as áreas de solo degradado dentro da bacia mediterrânica. Muito bom artigo! Obrigado.

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  2. Hola, Lea Nascimento encontró muestras de polen fosil de Tetraclinis, Carpinus y Quercus en Canarias. El Araar crece en Gran Canaria con mucha facilidad y tengo varios ejemplares vistos a cota de 300msn e inferiores.

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    1. Las poblaciones del norte de África no andan muy lejos y no me resulta tan extraña su presencia en el pasado en las Islas canarias. La especie tiene un gran potencial en todo el S de Europa, creo yo.

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