Neobosques, nueva realidad del Antropoceno

No busquen la palabra "neobosque" en el diccionario. No existe. Se trata de un neologismo que ya he utilizado en alguna ocasión y que me propongo hoy formalizar para describir un tipo de bosque secundario muy frecuente en muchas regiones tropicales que se caracteriza por la importancia que desempeñan en ellos las especies exóticas. En las zonas templadas tales bosques son más raros pero pueden desempeñar localmente un papel no desdeñable. A muchos naturalistas occidentales, sin embargo, aún les cuesta aceptar que tales bosques puedan existir. La puesta en evidencia de la importancia de los bosques secundarios dominados por especies exóticas debe mucho a los estudios realizados por Ariel Lugo y su equipo en el Instituto Internacional de Bosques Tropicales de la USSF en la isla de Puerto Rico, que se ha convertido en un auténtico paraíso forestal apenas 70 años después de haber sido prácticamente desforestada.


Un bosque secundario es aquél que coloniza áreas cuya vegetación original desapareció parcial o totalmente debido a perturbaciones naturales o humanas (UNESCO, 1978). Diagrama: Forestry and Climate Change Fund.



El milagro puertorriqueño

La isla de Puerto Rico fue, hasta los años 50 del pasado siglo (como me cuesta escribir esto), intensamente explotada para la producción de azúcar y de café. Hasta el desastre del 98, la isla fue uno de los mayores proveedores de café del continente europeo y la expansión de ese cultivo, junto al de la caña de azúcar, llevó a la tala de la casi totalidad de los bosques de aquella isla. Tan solo un 6% del territorio, el más inaccesible, conservó sus bosques originales Tras cambiar de manos la isla, la producción de café fue abandonada, al no poder competir los productores de café de la isla con los de otros países latinoamericanos que surtían de café al gigante norteamericano. Luego, a partir de los años 50, el éxodo rural y la emigración hacia ciudades como Nueva York, Orlando o Boston dejaron muchos cultivos abandonados. Una situación que evocaba con mucha emotividad el Conjunto Clásico en uno de sus temas más conocidos (Los Rodríguez). La grave deforestación sufrida llevó la isla al borde del colapso en varias ocasiones debido al paso de varios huracanes y las autoridades americanas pusieron entonces el énfasis en la necesidad de reforestar la isla. Una reforestación facilitada por el buen clima de la isla y el dinamismo de muchas especies exóticas que se aprovecharon de la ausencia de competidores autóctonos para constituirse espontáneamente en auténticos bosques. El éxito de la reforestación (con o sin ayuda del hombre) fue tal que hoy en día el bosque ocupa aproximadamente un 60% de la superficie de la isla. Lo interesante del caso de Puerto Rico es que sus bosques han sido bastante estudiados y que disponemos hoy de mucha información acerca de cómo han evolucionado sus bosques secundarios.





Muchos conservacionistas consideran con recelo la presencia de especies exóticas y preferirían que los programas de reforestación se lleven a cabo exclusivamente con especies nativas pero eso supondría, tal como explica Ariel Lugo en el vídeo que copio más arriba, tener que renunciar ni más ni menos que al 75 % de los bosques de la isla, que es la proporción de los bosques de Puerto Rico en los que dominan árboles no-nativos. Reconocer el valor ecológico de esas especies no-nativas sería, hoy por hoy, el mayor paso que pudiera dar el conservacionismo, y todos los conservacionistas deberían considerarlo seriamente antes de emprender cualquier programa de erradicación. El impacto positivo de esos bosques secundarios no puede ser ignorado a la hora de valorar su presencia. Ya supone un cambio importante que los científicos por fin empiecen a interesarse por ellos. Al fin y al cabo, más de la mitad de los bosques tropicales (tal vez mucho más si se confirma que muchos bosques que considerábamos como primarios en realidad no lo son) son bosques secundarios. Y es muy relevante, por ejemplo, que en Puerto Rico esos bosques hayan contribuido a mejorar la calidad del agua y a controlar el caudal de los ríos. También es bastante relevante, por ejemplo, saber que la gran mayoría de la población de orangutanes del SE asiático vive actualmente en bosques secundarios. Estos dos ejemplos demuestran, en cualquier caso, que estos bosques desempeñan un papel ecológico muy importante y que ya no pueden ser simplemente ignorados. Su erradicación traería consecuencias graves y, muchas veces, inesperadas.


Ecosistemas 100% funcionales

La principal lección que se puede extraer del estudio de los bosques secundarios de Puerto Rico es que se trata, a pesar del carácter exótico de muchas de las especies que lo constituyen, de auténticos ecosistemas funcionales en los que las especies cambian pero en los que se mantienen las interrelaciones más básicas y esenciales entre especies, que permiten la supervivencia y permanencia del ecosistema a largo plazo. Estos bosques desempeñan con éxito las mismas funciones que los bosques primarios: dan sombra y rebajan las temperaturas, filtran y limpian el agua, cuyo caudal regulan de forma muy eficaz, albergan y alimentan la fauna local (además de alguna que otra especie exótica), permitiendo que las especies autóctonas se expandan fuera de los pocos refugios auténticamente primarios de la isla. Desde ese punto de vista, cabe destacar el carácter transicional que suelen tener estos bosques, constituidos por especies colonizadoras que generalmente tienen una esperanza de vida relativamente corta. Una vez reconstituido el dosel arbóreo, muchas especies autóctonas a continuación logran regresar, constituyéndose un bosque que presenta caracteres intermedios entre el bosque primario y los bosques recién desarrollados. La vuelta al estado primario, claro está, no es posible, al haber cambiado el hombre las condiciones en las que esos bosques se desarrollan. Se constituye así lo que los ecólogos llaman "ecosistemas noveles".




Bosque secundario desarrollado sobre depósitos de bauxita en el estado de Bahia, Brasil. Este bosque se ha desarrollado con toda probabilidad en los últimos 20 años. / Fotografía: Alex Monro.



Amazonia: no tan virgen como se pensaba

Muchos de los prejuicios que arrastramos en contra de las especies invasoras y de los ecosistemas noveles que se desarrollan en lugares que han sido explotados por el hombre tienen como origen y causa la mitificación que los americanos han hecho de una naturaleza prístina que hubiera que proteger a toda costa del impacto del hombre. Al evocar tales ecosistemas primarios, se suele casi siempre dar como ejemplo los grandes bosques tropicales - la Amazonia en particular - sin pensar que la interacción del hombre con la naturaleza es, en realidad, muy antigua. De hecho, el ejemplo de la Amazonia es bastante desafortunado. Varios estudios recientes han demostrado no solamente que el hombre está presente en esa región desde mucho más tiempo de lo que se pensaba (1) - al menos 25'000 años -, sino también que la Amazonia albergó una importante población en tiempos pre-hispánicos que llegó a explotar una amplia superficie de lo que hoy parece una selva virgen. No es raro que bajo el bosque, tal como ocurriera en América Central, aparezcan hoy vastas estructuras urbanas. Con la llegada de los europeos, estas culturas indígenas fueron aniquiladas por la irrupción de nuevas enfermedades que provocaron un auténtico desplome de esas poblaciones sin que la inmensa mayoría de ellas entrasen nunca en contacto con ningún europeo. Algo parecido, sea dicho de paso, ocurrió en América del Norte, donde algunos pueblos que habían desarrollado auténticas culturas urbanas habían desaparecido por completo cuando los primeros exploradores europeos recorrieron esas tierras.




Vista aérea de una da las figuras geométricos de grandes dimensiones descubiertos en la Amazonia brasileña, testigo de antiguas culturas en lo que se consideraba una selva virgen.



Europa: la negación de un fenómeno emergente

La facilidad con la que diferentes especies tropicales han logrado asentarse en otras regiones tropicales y constituir en ellas bosques secundarios contrasta fuertemente con lo que podemos observar en Europa. Aunque la gran mayoría de los bosques del continente europeo son en realidad bosques secundarios y hay muy pocos bosques primarios (Bialowieza), siguen teniendo un carácter seminatural y están dominados en su mayoría por especies autóctonas. Las zonas más degradadas del continente europeo siempre han estado ocupadas por brezales o por monte bajo. Los intentos para recuperar esas tierras han dado lugar a la introducción de algunas especies muy rústicas que el cambio climático favorece hoy en día claramente: la falsa acacia (Robinia pseudoacacia), el ailanto (Ailanthus altissima) y el olmo de Siberia (Ulmus pumila) son probablemente las tres especies que más éxito han tenido en nuestro continente. Es de esperar que esta lista se alargue considerablemente en el futuro según vayan "mejorando" las condiciones climáticas en el continente europeo. Estas especies son capaces, localmente, de formar pequeñas formaciones arbóreas que sorprenden mucho en el contexto mediterráneo. Que especies caducifolias prosperen en zonas en las que la especie teóricamente mejor adaptada es la encina sorprende y cuestiona incluso la propia presencia de la encina en muchas localidades. ¿ Realmente era la encina la especie archi-dominante que imaginábamos antes de que el hombre interviniera los paisajes ?




Incipiente "neobosque" desarrollándose sobre el talud de una carretera del barrio de Moratalaz, en Madrid, donde han aparecido espontáneamente y no reciben ningún tipo de riego. El desarrollo de un bosque caducifolio en una zona en la que el "clímax" es en teoría la encina (Quercus ilex rotundifolia), árbol siempreverde adaptado al clima mediterráneo, es cuanto menos sorprendente...



De estas especies, la que más tiempo lleva integrada en nuestros paisajes es la falsa acacia, naturalizada desde hace casi 4 siglos en muchos lugares y que desempeña un papel de primer nivel como especie forestal en algunos países de Europa Central y del Este. Esta especie forma localmente pequeñas formaciones boscosas cuya evolución se ha venido estudiando para intentar establecer cual era la mejor estrategia para gestionar sus poblaciones. En el norte de Italia, esta especie parece haber alcanzado su máxima ocupación y muestra ya en algunos lugares evidentes signos de retroceso. Un estudio reciente (2) ha demostrado que con el envejecimiento de esas formaciones, otras especies (autóctonas) se ven favorecidas y acaban desplazando a la falsa acacia. La principal conclusión a la que llega ese estudio es muy clara:

"Nuestros resultados apoyan la hipótesis de que la mejor estrategia para controlar la propagación de la falsa acacia es la de evitar perturbaciones que favorezcan su propagación y esperar la supresión física de la especie por otros árboles"

Las tres especies a las que nos referíamos en el caso de Europa tienen muchos puntos en común: la tres son especies colonizadoras que no son capaces de vivir en bosques sombreados y las tres son especies con una esperanza de vida relativamente corta (menos de un siglo en el caso del ailanto y del olmo de Siberia). Es pues bastante probable que la recomendación que hace el estudio italiano se pueda extrapolar a todas ellas. Estas especies forman ya o empiezan a formar pequeños "neobosques" en muchos lugares de la cuenca mediterránea. Más que un peligro, el desarrollo de tales neobosques es en realidad una oportunidad, al no ocupar estas especies el lugar ocupado por ninguna otra especie arbórea autóctona. Puede incluso que a medio plazo, su presencia pueda favorecer la inclusión de algunas especies autóctonas. Personalmente, vería bien una especie como el quejigo (Quercus faginea) beneficiarse de las condiciones favorables creadas por estas especies alóctonas.




Quejigo en la Sierra de Grazalema (Jaén). / Fotografía: Bob Gibbons



Con el cambio climático actual, muchas especies subtropicales podrían verse favorecidas y, por lo tanto, es muy probable que se desarrollen nuevos neobosques aquí y allá en Europa, cohabitando con nuestros bosques actuales, que, no lo olvidemos, también están sufriendo los efectos del cambio climático. A más largo plazo, es muy probable que haya muchos intercambios entre estos diferentes tipos de bosques y que probablemente ninguno de ellos se parezca ya a lo que hemos conocido y que ya estamos viendo evolucionar ante nuestros ojos, sufriendo las consecuencias de olas de calor capaces de condenar en Europa Central en un solo verano a especies como la haya o el abeto, que tendrán que dar paso a otras especies que el azar o la voluntad del hombre podría devolver a nuestras latitudes... ¡Bienvenidos a los bosques del Antropoceno!



(1) Clemente-Conte, Ignacio & Boëda, Eric & Lahaye, Christelle & , Fortugne & Christine, Hatté. (2017). Pleistocene Archaeological sites in Serra de Capivara: Manufacture and use of lithic implements at Vale da Pedra Furada (Piauí, Brazil).
(2) Renzo Motta1, Paola Nola, Roberta Berretti (2009) / The rise and fall of the black locust (Robinia pseudoacacia L.) in the “Siro Negri” Forest Reserve (Lombardy, Italy): lessons learned and future uncertainties / Ann. For. Sci., Vol. 66, 41
(3) Campagnaro T, Nascimbene J, Tasinazzo S, Trentanovi G, Sitzia T (2018). Exploring patterns, drivers and structure of plant community composition in alien Robinia pseudoacacia secondary woodlands. iForest 11: 586-593.
(4) Fotiadis G. & Kyriazopoulos A. P. (2011) / The behaviour of Ailanthus altissima weed and its effects on natural ecosystems /  Journal of Environmental Biology 32(6):801-6
(5) Liviu, Ciuvat & Viorel, Blujdea & Abrudan, Ioan & Ilie Silvestru, Nuta & Filofteia, Negrutiu. (2014). Ecosystem services provided by black locust (Robinia pseudacacia L.) plantations in South-Western Romania.



4 comentarios

  1. Este é um dos artigos mais interessantes que até agora publicaste, parabéns! Devo acrescentar que o conceito que tão bem mencionaste do bosque pristino e virgem é uma falácia, mesmo aqui em Bialowieza a única coisa a que se pode chamar pristino é o facto de este local nunca ter sido diretamente influenciado pelos humanos, porque a composição do bosque, essa muda constantemente com umas espécies dominando num momento e outras dominando noutros momentos e se reorganizando de acordo com novas chegadas, extinções ou diferenças climáticas. Como exemplo posso dar que há uns 13000 anos o bosque de Bialowieza era dominado principalmente por pinheiros, bétulas, salgueiros e choupos. Com o tempo se foi alterando para incluir outros elementos e agora continua se alterando tendo como espécies dominantes e em expansão o carpino europeu e a tília de folhas estreitas, contraindo estão o espruce da Noruega e o pinheiro silvestre. Por isso, mesmo que um bosque seja inalterado pelo Homem este nunca se mantém igual, sempre se altera, o que não se altera é a estabilidade ecológica e os mecanismos fundamentais da natureza. Por esta razão o que eu considero como fundamental não é a composição histórica mas os ciclos naturais como o ciclo da produtividade de biomassa e respetivo retorno ao solo através da decomposição, a capacidade de retenção de água, a estabilidade micro-climática, a estabilidade estrutural dentro dos constantes ciclos naturais, o equilíbrio entre a capacidade produtiva e o consumo, a complexidade do sistema e a biodiversidade.Um abraço!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Obrigado Joäo. Essa ideia de que todo está constantemente mudando é muito difícil de explicar. É como se o Homem só fosse capaz de entender as coisas se foram fixas no tempo, coisa que nunca acontece. Nada fica "estável" para sempre. O importante, como você explica perfeitamente, é que o que fique inalterado sejam os grandes ciclos da natureza, independentemente das especies, que vao mudando permanentemente. E só pensar como mudou a fauna do continente europeo nos ultimos milenios para entender o conceito...

      Eliminar
  2. Hola Adrian , feliciadades por el blog. Las tres especies Robinia pseudoacacia, Ailanthus altissima y Ulmus pumila, las encontramos en la zona mediterranea muy ligadas a zonas con una cierta humedad, como son las cercanas a bosques de ribera, márgenes de carretera etc.. no así en zonas más húmedas de la península o centroeuropa su rango es algo más amplio. No ocuparia tanto el espacio del Querqus ilex sp ballota, carrasca que es la especie dominante en muchas areas continentales y que tiene unos requerimientos hídricos relaviamente bajos, si no a los sotos , margenes, donde dominarian otras especies, como el Ulmus minor, Fraxinus angustifolia, Sambucus nigra.... etc... No encontraremos masas de Ailanthus o Robinia compitiendo fuera de estas zonas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente, en zonas de clima mediterráneo en las que el suelo no ha sido muy removido y en las que no hay un pequeño aporte extra de humedad, es difícil que estas especies prosperen. Pero tampoco hace falta mucha humedad para que aparezcan. En mi barrio colonizan todos los taludes de las carreteras y las escombreras en general. Zonas en las que el agua se infiltra fácilmente y donde esas especies pueden aprovecharse de esa circunstancia. Eso sí, sin aportes extra, lo que ya supone una buena resistencia a la sequía para especies caducifolias "típicas". En otras regiones del mundo, en efecto, las especies caducifolias pierden sus hojas durante los periodos secos.

      Eliminar