tag:blogger.com,1999:blog-74600878099366785922024-03-19T07:43:38.903+01:00Crónicas de un mundo en mutación<br>El cambio climático ya es una realidad que promete modificar profundamente nuestros paisajes, nuestra flora y nuestra fauna.<br>
El pasado es una ventana que nos permite intuir cómo será ese futuro que os propongo descubrir.Unknownnoreply@blogger.comBlogger158125tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-2384413257827084812024-03-17T14:16:00.004+01:002024-03-17T20:39:40.156+01:00Invasiones biológicas: ¿Neofijistas vs. neodarwinistas?<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">El fijismo es una hipótesis científica nacida en el siglo XVIII que básicamente afirmaba que las especies habían permanecido inmutables desde la Creación. La gran diversidad de especies existentes era obra de Dios y tan solo se aceptaba entonces que algunas grandes catástrofes hubiesen podido eliminar parte de esa diversidad para explicar la aparición de tantas especies fósiles. La acumulación de evidencias durante el siglo XIX llevó finalmente Charles Darwin a desarrollar su conocidísima teoría de la evolución, que hoy es la piedra angular de todas las ciencias que estudian los seres vivos.</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">En un tal contexto, me parece personalmente una incongruidad aboluta la prevalencia de las ideas de la "biología de las invasiones" en el mundo actual y el debate naciente en torno a esas ideas me recuerda mucho lo ocurrido con los fixistas y los darwinistas. Durante un largo tiempo, las ideas de los fixistas tenían por así decirlo "valor de ley" y proponer ideas alternativas podía tener amargas consecuencias para quienes no las defendieran.
</p><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEillQ0QCS8C3PWA_eqAwFwJpA3-dsEoZTQJOzOOg4klMBm0dDZE4k0K1K1zeHePrkjKztj8FZXEES1hjB9QEaobua5jxGt1CWJPNPmaefYzYr3h-xisLnqbcp-Jc5xxbkCyna0pKWa1GHslDtGvt0VM8eqgKnm6-SIKaIvY39v-NaZYnLjjuEeWku6Kr7Q/s1600/Darwin.jpg"/>
<br><br>Caricatura de Charles Darwin
<br><hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Y sin embargo, ya veis, acabaron por imponerse. Las ideas que defienden hoy en día los biólogos invasionistas tienen, creo yo, mucho de fixista:</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">- petenden devolver a un estado prístino la naturaleza, en el que tan solo las especies presentes antes de que el hombre interviniera son admisibles.</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">- ignoran por completo los cambios realizados por el hombre en su medio y la aparición de nichos ecológicos absolutamente nuevos y diferentes de los que había, que en muchas regiones, sin embargo, ocupan la mayor parte del territorio.</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">- no han asimilado que el clima que permitió el desarrollo de esos ecosistemas "idealizados" está cambiando por completo. El propio vocabulario desarrollado por esa ciencia pierde todo su sentido en un mundo en el que todo cambia. ¿Qué sentido tiene calificar de exótica o de invasora cualquier especie en un mundo en el que TODAS las especies se ven obligadas a desplazarse?</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">En contra de la idea que defienden estos "neofixistas", las observaciones realizadas durante las últimas décadas nos demuestran claramente que los ecosistemas también evolucionan. No son entes inmutables que ninguna nomenclatura latina pueda caracterizar y fijar. Lo que era cierto hace medio siglo, ya no lo es hoy en día. Las asociaciones vegetales y los ecositemas son conyunturales. Una simple fotografía en un lugar dado y en un momento dado. Nada más. Conviven entre ellas especies que en gran medida solo deben a la suerte y al azar el haber coincidido juntas. La tan cacareada "coevolución" no se debe ver como algo tan estrecho como parece. Tal como demuestra lo ocurrido en la isla de Ascensión, especies de muy distintos orígenes pueden convivir y constituir ecosistemas perfectamente funcionales en muy poco tiempo. Y paradójicamente, esto se debe a la coevolución, que permite que aves e insectos polinicen la flores de especies con las que nunca convivieron o que los micro organismos del suelo establezcan relaciones privilegiadas con las raíces de plantas totalmente exóticas. La coevolución interviene a un nivel mucho más alto que el que solemos considerar cuando acusamos a las especies exóticas de no haber coevolucionado con las especies autóctonas.</p>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhztxxGqGMAlK1yi3Lzvv33wvs9ShmStR7TnZXvG0WLzWn-FscX8fLxFiUFqrewifJrpLDZkIWFz-Lw26QqwnicusK-tKRXXDT60myTlR1PyDpvyjsGoopV8rTd8ocHcb8mkwohfBsbvBl2KKeM4ZzMjM3vQGDGujIY1-Kt8jnd0WYxNgeat0t8Om60rJw/s1600/Green_Mountain1.jpeg"/>
<br><br>
Camino de acceso al parque nacional (!!) de la Green Mountain, Ascension Island / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Green_Mountain1.JPG" target="_blank">LordHarris</a> / Licencia:
<br><hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Al fin y al cabo, la inmensa mayoría de los ecosistemas europeos son muy jóvenes y se han constituido en los últimos milenios y son en gran medida el resultado de migraciones de especies a miles de kilómetros de distancias. Visto con los ojos de un geólogo, son apenas menos jóvenes que el bosque de la Green Moutain en la isla de Ascensión... Caricaturizo un poco, claro está, para que se me entienda bien, pero lo que me parece evidente es que la mayor parte de la coevolución de esas especies es una herencia mucho más antigua que probablemente antecede con creces las glaciaciones. No es pues nada extraño que cualquier especie de árbol traído de América o de Oriente sea capaz de naturalizarse sin mucho esfuerzo aquí en Europa. Al fin y al cabo, todas estas especies de árboles de las zonas templadas pertenecieron a un gran bioma cuya continuidad tan solo fue interrumpida por las glaciaciones del Cuaternario. Esa continuidad fue particularmente evidente en el continente eurasiático, moviéndose muchos taxones y especies a lo largo de toda su extensión. Muchas especies, como el ailanto por ejemplo, tuvieron un área de distribución holártica en aquella época.</p>
<hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKw7kVfxt60bQWAidtq8EuZci4VdNrtuPWtaAX7mH-1Z_IkQ5SYUuVQI1rBdBV1YHq4f_TOis1lWGr0bPMaRGXopRFN0McnTJHdrpcAb4WTlmUpCtiBbmvONlfstY-gqhyphenhyphenDhWkMs3XfdRgLiodhBQmAa-OTZ7-zySVsRz0ZUMCHHSvYxJli_IANWS6pH8/s1600/templados.jpg"/>
<br><hr>
Distribución de los bosques templados caducifolios desde el Eoceno / Loidi J. et al, 2022
<br><hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Podríamos citar otros muchos ejemplos, y no solamente en el reino vegetal. El caso del rabilargo es un claro ejemplo de ello. Aunque cabe destacar que la evolución y diferenciación de especies es mucho más rápida en el mundo animal, habiendo demostrado los estudios de ADN que ambas poblaciones (la ibérica y la china) podían ser consideradas como especies independientes. En el mundo vegetal, en cambio, muchas especies se han conservado prácticamente inalteradas desde finales del Terciario, portando a veces los fósiles un nombre diferente, por puro convencionalismo. Es el caso por ejemplo, del Ginkgo, de la la Eucommia, del ailanto que citábamos antes, de Cercidiphyllum, de Sequoia y un largo etcétera de taxones.</p>
<br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwUInjtBTPftALZnn-hV_CEed6fX0hDPJAiG4-T0ULgks6P1RcRMZUl-cZhmijhnB-DJEGvM5gzDlkJh79z5j5iIclFZxSRru-AqiT2AOo6RqdLIq3sUPyS7ZKWhshET4dQeH6IeeoEqaQ08MxauJv3wHuLVB6Ca21mv1B3EceTR0xiwZpcAjqqNf-koo/s1600/rabilargo.jpg"/>
<br><br>
Rabilargo ibérico, Parque natural de la Sierra de Andújar, España / Fotografía: <a href="https://www.flickr.com/photos/42244964@N03/32602677484" target="_blank">Frank Vassen</a> / Licencia: CC BY 2.0
<br><hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Permítanme pues considerarme como "neodarwinista" al afirmar que los ecosistemas no son entes fijos, sino que no paran de evolucionar y de adaptarse a las cambiantes condiciones, al afirmar que no son sistemas cerrados, sino abiertos a la llegada de nuevas especies en sustitución de aquellas especies incapaces de adaptarse a las nuevas condiciones. No hemos de olvidar aquí que la "adaptación" de las especies es un fenómeno mucho más lento que los cambios climáticos y que por lo tanto necesitamos que lleguen esas especies si no queremos que los ecosistemas, en última instancia, colapsen cuando las especies clave del mismo desaparezcan.</p>
<br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXTlze-9de5TQEiE80o3pEhRa3eFIiVD2s7JMALrhUB1Z1Wp4c7k1TMubA0QTTXf_8FHMHM3lXplqzyuYInKgEWe8N5guJ2o_ItH_V9-J_8W-3AD1un7pJuvHjsSo8IAWyVlgNkjZOnoyYuNs6A83HSp8n2kg2IqKRzi9LWSuKW0M07f7ieCISsT61lCw/s1600/colapso.jpg"/>
<br><br>
La transición de un arrecife de coral a un arrecife de algas como consecuencia del blanqueamiento y la sobrepesca es uno de los ejemplos más fácilmente identificables del colapso de un ecosistema local / Fotografía: Stop Adani /. Licencia: CC BY 2.0
<br><hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">En muchas regiones en las que no existen sustitutos para aquellas especies que desaparecerán, el problema es bien sencillo: ¿preferimos que el ecositema colapse y sufra una enorme simplificación antes que favorecer la llegada de especies mejor adaptadas (y que en muchos casos estuvieron presentes en un pasado no tan lejano)? En otras regiones del mundo, puede que no parezca tan urgente contestar a esta pregunta, pero en un continente que sufrió una pérdida de biodiversidad brutal a consecuencia de las glaciaciones, me parece importante. A no ser que a esa gran pérdida de biodiversidad consecuencia de las glaciaciones prefiramos añadir la que provocará el cambio climático en curso. La suma de una y otra podría dejar en Europa unos paisajes de una pobreza inédita. Que no me vengan luego a hablar de "protección de la biodiversidad"...</p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-50984091058821710472024-01-18T12:07:00.007+01:002024-01-20T15:21:52.413+01:00El bosque inesperado (1): Monsanto<img alt="" border="0" dwidth=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfDf85HXZe7GxH_plcBR_NuS1m6igOI9L1SocY1oe7GtWfOglW-HXWbmSleNzCjWc61jpeZPkfOjz5ZyVFe6H_ipGXctcHLPnTR2p2vMvJ82MK6bf5fvwJnMT768aDnhCRC5-oF11X05WI8joMlDXojJnR_0vFFY8l_-V2W_fme6XXL7ZjK8ePq0qEX3c/s1600/monsanto_v2.jpg">
<br><p style="font-family: arial; font-size: 12px;">El Parque Forestal de Monsanto en Lisboa, visto desde uno de los miradores del parque. Justo detrás se puede ver el estuario del río Tajo</p>
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">La llegada de especies exóticas y su posterior naturalización se suelen casi siempre ver como un grave problema para la biodiversidad, asumiendo siempre los biólogos que si una especie tiene éxito y aumenta sus poblaciones de forma descontrolada, lo hará siempre en detrimiento de la biodiversidad local. Esta manera de ver las cosas constituye la base de lo que llamamos la "biología de las invasiones", una rama de la biología en la que no caben las medias tintas. Para los "invasionistas" solo existen dos tipos de especies exóticas: las invasoras y las que no lo son aún. Para ellos, una buena especie exótica es la que se ha logrado erradicar. El esquemita que reproduzco a continuación ilustra bien ese modo de pensar. En él se puede ver que tras un periodo de aclimatación más o menos largo, la población de la especie exótica de repente crece desmesuradamente, suplantando por completo y de forma definitiva las especies locales.</p>
<br><br>
<img alt="" border="0" width="100%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpQnBUnTxJRE6_tigdAto0KVR40QBslFhha9jZ_vBZGQFtsfqaXKiChnFr3tYzTijguCxWPlyMnAQn3IWeQuMxgPFKvL3acc5XdxlmK_HjC-Mdhcupz5E9my_nkI0dERdY85WBZksATjgAXKsaiW3TxxUCo9L7psMvXhgozLUWLFzrjWtzbca6J1b7HhA/s1600/invasive.png"/>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Este gráfico, muy discutible, sugiere pues dos cosas que, sin embargo, casi nunca se verifican cuando se examina la evolución de las poblaciones durante un tiempo suficiente largo: la primera es que cualquier especie exótica puede algún día convertirse en invasora y la segunda es que una vez que la invasión empieza, ya no hay vuelta atrás. Una visión muy pesimista de la realidad que puede hacer pensar a muchos que esta es una especie de <i>Guerra de los Mundos</i> en la que los invasores son temibles seres invencibles muy superiores a las pobres e indefensas especies autóctonas. Nada más lejos de la realidad, sin embargo...</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">La naturalización y expansión de las especies exóticas no se debe casi nunca (al menos en las zonas continentales) a las supuestas ventajas competitivas en las que insisten tanto los libros que describen las especies invasoras. Como cualquier otra especie sobre la tierra, estas especies tienen sus preferencias y solo crecen allá donde las condiciones les favorecen. Su proliferación es pues consecuencia de que encuentran en los medios en los que han sido introducidas unas condiciones que les son favorables, lo que unido a que muchas veces ninguna especie autóctona esté "disponible" dé la impresión que esa especie está descontrolada. Si los olmos de Siberia y los ailantos se instalan en los terrenos removidos que rodean nuestras ciudades, es porque son los únicos capaces de hacerlo.</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">¿Y qué pasa una vez que la especie invasora se ha expandido y asentado? ¿Es verdad que las especies exóticas invasoras acaban imponiéndose sin remedio y eliminando la flora y fauna local? ¿Acaso no se establecen relaciones entre estas especies y las que ya estaban presentes, por mucho que no hayan coevolucionado con las especies locales? Este argumento de la coevolución, sea dicho de paso, es una auténtica trampa para ingénuos. Pongamos el ejemplo del ailanto. Como bien sabréis, se trata de una especie entomófila que no podría reproducirse sin la ayuda de los insectos. Pues bien, que las especies autóctonas no hayan "coevolucinado" con el ailanto no impide que este se reproduzca. Su relación con los insectos locales es en realidad todo un éxito. Tanto que desde hace unos años, las mieles de ailanto ganan premios en los concursos organizados por los productores de mieles del S de Europa. Consecuencia de la coevolución entre los insectos y las especies con flores... ¿Y qué pasa cuando germina una semilla de ailanto? Pues algo muy parecido: establece de inmediato una relación de amistad con los hongos y bacterias del suelo y se forman micorrizas. Poco les importa a estos microorganismos el lejano origen del ailanto. O sea, que de no ser por la coevolución, no habría ailantos...</p>
<br>
<img alt="" border="0" width="100%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCwp33I2zQDi6VhiEUTMi2fu4GwYL718l5XvjE1ekOgwcATjE5vEI-41Pw7Ss3A0vyf5pZ8OOySXH2orZ_Ip0Zg1w6nQDu5ndaLGydxCDVpVwGI9-sMYbkM881Lfvx6MTUQM5oKBWGoM-HM-7FTTPjdFZuf0VSA1KS1IrXxhH4ebVPXdHuUDnqDY_Hjm0/s1600/fkores_ailanto.jpg"/>
<p style="font-family: arial; font-size: 12px;">Flores del ailanto.</p>
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Pues bien, desde el convencimiento de que las cosas no son para nada como las pintan los biólogos "invasionistas" me pregunto yo si acaso no existen ejemplos que nos demuestren que estas especies exóticas e invasoras no se llevan tan mal con nuestra flora y fauna local. Para convenceros de ello, hoy os invito a un pequeño paseo virtual por uno de los mayores parques urbanos de Europa: el Parque de Monsanto en Lisboa. Totalmente desprovisto de árboles en la primera mitad del siglo XX, fue repoblado con distintas especies tanto autóctonas como exóticas. Lo interesante de este parque es que se ha dejado crecer más o menos sin ninguna intervención durante décadas y eso nos permite hoy hacernos una idea bastante buena de como se llevan estas especies exóticas con las autóctonas. La primera sensación al contemplar los paisajes de este parque es que se ha desarrollado en muchas áreas un bosque mixto mucho más rico que lo que cabría esperar en un bosque supuestamente "infestado" de especies exóticas.</p>
<br>
<img alt="" border="0" width="100%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEil7VlphakzmOuG_9Xugybz0euS2CEETS9NkJHXKKl-HA7S7uSU6eUPcLt9Wnoos5GEEG7DRviZnty2OElxgcsiqa6-Aq4sbkd_8SPOTRISupkranTstPvyKEACDacdPeEm19Kw1UVKZ7YRWMYmr2uGAtWUI9DFofB21kic7q1ude1-luNuCS3QIcp2hqk/s1600/bosque_mixto.jpg"/>
<p style="font-family: arial; font-size: 12px;">Bosque mixto. Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.</p>
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Uno de los fenómenos en los que se suele insistir mucho en los libros sobre invasoras es su capacidad de eliminar toda competencia por métodos "químicos", al liberar sus hojas en descomposición sustancias alelopáticas que inhiben la germinación de muchas especies. Las especies más vilipendiadas desde ese punto de vista son los eucaliptos, de los que se han plantado distintas especies en el parque forestal de Monsanto. Como se puede ver en la fotografía a continuación, los eucaliptos no han tenido mucho éxito en su lucha contra las herbáceas. Y es que plantado en densidades bajas, ocurre con los eucaliptos todo lo contrario de lo que se nos suele contar: dejan pasar mucha luz y muchas especies herbáceas y arbustivas suelen crecer en el sotobosque. La facilidad con la que arden muchos eucaliptales no se debe en realidad a los propios eucaliptos sino a la acumulación de maleza en su sotobosque.</p>
<br>
<img alt="" border="0" width="100%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3qOijq0zPt1L8lVb8xUy8OurNhvER5yN2ipph3KuMN2ANIfPP5BIrN2rUFAM-66dw-bdwi7rK4Gby-dojHtPqCbIfZ0r0zmDFfhMoGFzqXYXChpAtpHzxqudXHR2xytkSqyLGBaHZwPqb_7uHvQodsiv3MHMHRWi-CvIsF4DMZ6EXQBDdZ_vEpexDcdE/s1600/eucalipto.jpg"/>
<p style="font-family: arial; font-size: 12px;">Eucalipto completamente cercado por una exuberante vegetación herbácea. Podemos reconocer al aro (<i>Arum italicum</i>) entre las especies herbáceas, que es un indicador de la evolución de suelos ricos en bases hacia el bosque debido a un exceso de MO de origen vegetal. Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.</p>
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">El parque de Monsanto alberga formaciones boscosas muy diversas (ver mapa a continuación), que refleja bastante bien el caracter experimental que tuvieron las plantaciones realizadas. A esa diversidad de árboles plantados se tiene que añadir todas las especies exóticas que han ido haciendo su aparición y que parecían convivir sin demasiados problemas con las demás especies que se plantaron. Más de 140 especies de árboles y arbustos de porte alto fueron ensayadas en el parque. A continuación damos una pequeña lista de las especies que aún es posible ver en el parque (según el plan de Gestión Forestal del Parque)
<br><br>
<b>Especies utilizadas en las distintas repoblaciones (ver mapa):</b>
<br><br>
Pino piñonero (<i>Pinus pinea</i>) / pino salgareño (<i>Pinus halepensis</i>) / cipreses (<i>Cupressus sempervirens</i>, <i>Hesperocyparis lusitanica</i> y <i>H. macrocarpa</i>) / alcornoque (<i>Quercus suber</i>) / encina (<i>Quercus rotundifolia</i>) / quejigo (<i>Quercus faginea</i>) / roble (<i>Quercus robur</i>) / eucaliptos (<i>Eucalyptus globulus</i>, <i>E. camaldulensis</i>) / acacias (<i>Acacia melanoxylon</i>, <i>A. longifolia</i>. <i>A karoo</i>, <i>A. dealbata</i>, <i>A. decurrens</i>, <i>A. retinoides</i>, etc.) / pino canario (<i>Pinus canariensis</i>) / árbol de la vida (<i>Platycladus orientalis</i>) / olivo y acebuche (<i>Olea europaea</i>) / olmo común (<i>Ulmus minor</i>) / fresnos (<i>Fraxinus angustifolia</i> y <i>Fraxinus ornus</i>).
<br><br>
<b>Especies más localizadas, en manchas o en bosques mixtos </b>
<br><br>
acacia de tres espinas (<i>Gleditschia triacanthus</i>) / algarrobo (<i>Ceratonia siliqua</i>) / robinia (<i>Robinia pseudacacia</i>) / chopos (<i>Populus nigra</i> y <i>P. x hybrida</i>) / moreras (<i>Morus nigra</i> y <i>M. alba</i>) / árbol del amor (<i>Cercis siliquatrum</i>) / almendro (<i>Prunus dulcis</i>) / Pitosporo de bayas anaranjadas (<i>Pittosporum undulatum</i>) / aladierno (<i>Rhamnus alaternus</i>) / endrino (<i>Prunus spinosa</i> subsp. <i>insititoides</i>) / ailanto (<i>Ailanthus altissima</i>) / pimentero brasileño (<i>Schinus terebenthifolia</i>) / mioporo (<i>Myoporum acuminatum</i>) / arce negundo (<i>Acer negundo</i>) / naranjo de los Osages (<i>Maclura pomífera</i>.
<br><br>
<b>Especies menos frecuentes que aparecen dispersas:</b>
<br><br>
aliso (<i>Alnus glutinosa</i>) / árbol del paraíso (<i>Eleagnus angustifolia</i>) / nogal (<i>Juglans regia</i>) / castaño de Indias (<i>Aesculus hipocastaneum</i>) / molle (<i>Schinus molle</i>) / almez (<i>Celtis australis</i>) / palmera de las Canarias (<i>Phoenix canariensis</i>) / majuelo (<i>Crataegus monogyna</i> subsp. <i>brevispina</i>) / membrillero (<i>Cydonia oblonga</i>) / braquiquito (<i>Brachychiton populneum</i>) / catalpa (<i>Catalpa bignonioides</i>) / cedro del Atlas (<i>Cedrus atlantica</i>) / albizia (<i>Albizzia lophanta</i>) / casuarina (<i>Casuarina equisetifolia</i>) / roble australiano (<i>Grevillea robusta</i>) / otros eucaliptos (<i>E. robusta</i>, <i>E. saligna</i>. <i>E. sideroxylon</i>, <i>E. viminalis</i>, <i>E. cornuta</i>, <i>E. citriodara</i>, etc)</p>
<br><hr>
<img alt="" border="0" width="100%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheNe5IxyrRmt1sY9zoMuj_Iv3VpW9NysCjtPqqZVaLGisNyveMGTIAvQguC_efodFsUPnZ32bHBdN3WRQ0hSKOwdLx4fHTmROeUAypObqqWuQoVARYMsGRISGGRpOFNYpClUYX4l05SD-EfS48bVY9dcfkuvvqaADIjpxjHynPaOtKc_hht9hAu1wBQm0/s1600/mapa_Monsanto.jpg"/>
<hr><p style="font-family: arial; font-size: 12px;">Caracterización general de las masas forestales (unidades de gestión). Plano de gestão florestal do Parque Florestal de Monsanto, Câmara Municipal de Lisboa, 2020.</p>
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">La presencia de muchas de ellas, sin embargo, se ve hoy en día con malos ojos y ha llevado los gestores del parque a decidir su erradicación. El plano de gestión del parque, publicado en 2020, prevé la total erradicación de las especies consideradas como invasoras críticas (<i>Acacia dealbata</i>, <i>Acacia longifolia</i>, <i>Ailanthus altissima</i>, <i>Pittosporum undulatum</i>, <i>Arundo donax</i>, <i>Fallopia baldschuanica</i>, <i>Ipomaea acuminata</i> y <i>Cortaderia selloana</i>), la eliminación total o parcial de las invasoras que presentan un riesgo medio (demás especies de <i>Acacia</i>, <i>Nicotiana glauca</i>, <i>Ricinus communis</i>, <i>Phytolacca americana</i>, <i>Albizzia lophanta</i>) y el control de las que se consideran de bajo riesgo (<i>Acer negundo</i>, <i>Robinia pseudacacia</i> y <i>Schinus terebenthifolius</i>). Esta lucha no solamente es mecánica sino que se basa en el uso extensivo del glifosato, con todos los peligros que ello supone. E interesante notar, sea dicho de paso, que los eucaliptos no se consideran especies invasoras (ni tan siquiera de bajo riesgo). Por cierto, y por si os lo preguntábais, el parque no recibe ningún subsidio de Monsanto, es una simple coincidencia por mucho que hagan un uso intensivo de uno de sus productos estrella...</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Además de erradicar o limitar las especies exóticas, el plan también prevé clarear las masas de pinos para ir sustituyéndolas por distintas especies de frondosas con la firme intención de favorecer el desarrollo de las especies mediterráneas autóctonas (como se puede ver, los pinos son y han sido siempre los mal amados de nuestra flora autóctona). De las especies exóticas inicialmente plantadas tan solo se salvan unas cuantas especies, entre ellas el pino canario, que ocupa una pequeña extensión pero que ha demostrado crecer perfectamente sobre el substrato basáltico de buena parte del parque. Los responsables del parque, siguiendo pues la moda de combatir las especies invasoras, han lanzado varias campañas de erradicación en las que no dudan en aplicar glifosato. Me parece una contradicción absoluta que en nombre de la protección de la naturaleza se haga uso de un veneno que debería estar prohibido. El resultado, de todos modos, no es casi nunca el esperado con una especie como el ailanto, por ejemplo, que más vale dejar crecer traquilita. La fotografía a continuación os muestra el abundantísimo rebrote del ailanto tras ser agredido. Un combate perdido, créanme. Mis vecino llevan ya 5-6 años intentando erradicar un ailanto en el seto que rodea el edificio, y cada año vuelve a brotar de nuevo desde sus raices...</p>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMat8NrvKLNqZxgB7V1d5A1H0gNNpa0Xos69w8jfX_jq353HRPvT5pJbkhgzIPBM1vPxTcpfxtD8P6kPVKSwKcnnexseKhLESEdnOrUEG7c0bFxZX3GKQX_Pb_sShc3b1FlYjGw8UoL25Lr-cvrDeojJDs5MXQN_mNQLbgPJBJFxQ8zABRKwJFmr5He2o/s1600/mal_manejo.jpg"/>
<br><p style="font-family: arial; font-size: 12px;">Esto es lo que ocurre cuando cortas un ailanto: el año siguiente rebrota desde cualquier pedacito de raíz que haya quedado en el suelo. A no ser que cometas el crimen de contaminar todo el suelo con glifosato, la reacción del ailanto es imparable... Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.</p>
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">En algunos sectores el parque presenta aún un aire "asalvajado" que es realmente parte de su encanto y medidas como la que se plantean podrían acabar transformándolo en una vasta zona ajardinada muy limpita y muy "decente" que podría perder para siempre ese carácter salvaje que ha sido el resultado de la despiadada competición de las especies entre ellas, alentada por un cambio climático que parece favorecer la expansión y el desarrollo de especies termófilas más competitivas. En su lugar se pretenden plantar las especies autóctonas "previsibles" en este lugar. Vamos, conservacionismo en el sentido más estricto de la palabra. Ante el desafío del cambio climático, refugiémonos en lo conocido, por mucho que eso forme parte de un pasado cada vez más remoto y desfasado. La idea de dejar crecer, que se aplicó durante muchas décadas era sin embargo la menos equivocada. Menos, en cualquier caso, que esa idea absolutamente loca de corregir la naturaleza, porque estimamos que no sabe lo que hace... </p>
<table style="width: 100%;">
<tr>
<td style="width: 48%;">
<img alt="" border="0" width="100%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU4VmSLBZg3Vg43-Gh16q5fF-BcQsu3ixxb7teqS24Pmy5GkkaEadZ0CpKJeo4OshnnqPFz7pss157gCdxyeYdJPdMyDqUSusm9HggFgXvmZqzKf0dM2w3bXnb1A5p_Xf4CHKODRne-BQ6P1aSOtmCgewsbkVIJ5ml-FUm05QfzYvc7izEQDaApdLnm3c/s1600/juntitos.jpg"/>
</td><td style="width: 4%;"></td>
<td style="width: 48%;">
<img alt="" border="0" width="100%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3SGsNH0mX9K58oiwxkXqbB959BPsMYhJZCFVpTdM2Ln-WcZXEzei2x9HR6OdzhtcIejUGKLvWikLQ7wLi68c-2dFSKGwNXvy7YDHxPxAG-mTDw6YbZm3n29G-ewL1_9ob3537ZSbrewHPb92OZQguaCBtXgAe0pHTubOgz6w3KDhHbQ7_eNP1q0U_PJs/s1600/enamorados.jpg"/>
</td>
</tr>
</table>
<p style="font-family: arial; font-size: 12px;">Un eucalipto y un alcornoque han decidido bailar juntos toda su vida, sin que el uno perjudique al otro... Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.</p>
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Pues nada, ya se verá si las autoridades del Parque lograrán o no llevar a cabo su gran plan de erradicación de las especies exóticas invasoras y convertir este parque forestal en el por muchos añorado bosque mediterráneo. Por ahora, tal como vimos anteriormente, algunas especies como el ailanto se resisten a ser erradicadas. Otras, como las acacias, posiblemente rebrotarán regularmente, al sobrevivir sus semillas en el suelo durante décadas o siglos. El clima, por otra parte, seguirá favoreciendo la aparición de especies nuevas, que por mucho que las persigamos, difícilmente podremos contener. Por ahora el parque aún conserva gran parte de su esencia. Pero como sigamos empeñados en ver el diablo en cada brizna de hierba que crece, posiblemente cambie mucho en el futuro. Así que aprovechad que aún se pueden ver cosas tan extraordinarias como la que os muestro en la última fotografía (mi gran apuesta en el descampado por el que me paseo en mi barrio) y no os olvideis de Lisboa si queréis pasar unos días fuera de España y descubrir lugares tan sorpendentes como éste...
<br><br>
<table style="width: 100%;">
<tr>
<td style="width: 48%;">
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqkQGeOLw5aReB2zFphGs7BiQDjvkHrAAXStERPG2VPt3rWSL-b_aO1I1qhEj7BgbkHGzNQkebkdeCyV2FvMvxDOEVRtYGTK1Qneb-7t0XIh9czkpxZEMbiaEo5sQ9dI9UDl7tGXb58qDG0jSav7ZtPphuH1DonPdZ_JVwTByVmLqCA7UeDsmZvtMMTiA/s1600/braquiquito_monsanto.jpg"/>
<br><p style="font-family: arial; font-size: 12px;">Este braquiquito cubierto de líquenes y de musgo e inmerso en un mar de herbáceas viene a desmentirnos aquello de que las especies exóticas son incapaces de integrarse en nuestros ecosistemas. Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.</p>
</td><td style="width: 4%;"></td>
<td style="width: 48%;">
<img alt="" border="0" width="100%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxC4MRnmvOruW0sSgyLkZHUWvOcwLBWNp3tCBD6CBgGMMlhygtel4nayY5u_AbiLhJxDkP4jbWMU3bPjg-Bg8X6XgC_zUhCqbTaQQPr9Zrb6QnmnheifolSzYFUScWuc-yLnEYxkaBoBL_7jiLPvYJ5MZT51jWCFyoD52S-H8_aHG7ApXmXwERIUB23x8/s1600/lichenes.jpg"/>
<br><p style="font-family: arial; font-size: 12px;">Sería interesante saber cuantas especies de líchen crecen sobre su tronco... Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.</p>
</td>
</tr>
</table>
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;"><u>Agradecimientos</u>: agradezco de todo corazón a João Ferro el haberme sugerido escribir este artículo y por haberme pasado gran parte de las fotografía que ilustran este artículo.
<br><hr><br>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Plano de gestão florestal do Parque Florestal de Monsanto, Câmara Municipal de Lisboa, 2020.8</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-24645205751938271252023-11-29T11:47:00.002+01:002023-11-29T12:05:22.837+01:00ÁRBOLES Y ARBUSTOS PALEOAUTÓCTONOS<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPSeikgD3_KA7qDyEpdF_3_pH3dQjFHvhyphenhyphen2yrBdgGx9qhUGzCPDlEHePKtXR8ZtB8AbNfGUcCnbKMEPRAIqPLc46h00FnYDl_wNusJnAFiVN6xSVJdkwtezbU-vakqJazsNCp7TmYYAcn4cux5a1rabOjhSaEoFxfPcXfpyyYzdUtiTvXwjktvsseBpQU/s1600/portada2.jpg"/>
<br><br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Hoy es el gran día en que por fin pongo a disposición de los interesados mi tan ansiado segundo libro, dedicado a los árboles y arbustos paleoautóctonos... No es para leérselo del tirón, sino más bien para ir consultándolo poco a poco, que si no os puede dar un patatús (el libro tiene 613 páginas).
<br><br>
En él se describen los principales géneros de árboles y de arbustos que estuvieron presentes en Europa antes de las glaciaciones, insistiendo sobre todo en su historia evolutiva y en las perspectivas de futuro de cada uno de ellos. Se trata de una primera edición que se irá completando, corrigiendo, ampliando... Así que estad atentos a las actualizaciones.
<BR><BR>
Pues nada, espero que os guste. No dudéis en dejar aquí vuestros comentarios (no soy del Mossad y no emprenderé ninguna guerra sucia contra nadie si no os gusta) o en compartir con quienes puedan estar interesados en leerlo.
<BR><BR>
El libro está disponible en la siguiente página de mi blog:
<br><br>
<a href="https://yurakuna.blogspot.com/p/arboles-y-arbustos-paleoautoctonos.html" target="_blank">ÁRBOLES Y ARBUSTOS PALEOAUTÓCTONOS</a>
<br><br></span>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-44528080310502011072023-11-19T15:42:00.003+01:002023-11-19T15:51:29.691+01:00Paleoautóctonas (69): Salix<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwIuhCW4xuXMuNuJ_XLhsSkqC36War31Omneh6DpI51tcuc_gjWuwfkAtwrKfpMBOFk27tCqxCH9N1TMrf-O6WQjav1-cPG65858TDWEXeYRqjXvmv_4vxKjL7yf5Jl2hX6ewX5xTrYbnGgOqejjpBPYVBtD9EBIl6c2yrgAvi5z-iIcd-PSAYuFJHYX0/s1600/Salix_alba_inflorescencia.jpg"/>
<br><br>
Inflorescencias masculinas de Salix alba, Gartenschaupark Hockenheim. / Auto: AnRo0002 / Licencia: Dominio Público
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Con cerca de 450–520 especies, principalmente distribuidas por el Hemisferio Norte, el género Salix es uno de los más diversos de nuestra flora. Tal como se puede ver en el mapa de distribución más adelante, es casi subcosmopolita, faltando únicamente en Oceanía. Llama mucho la atención su presencia en prácticamente todos los grandes biomas de la tierra, desde las selvas tropicales hasta la tundra.</p>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhE3gespomwJRe-wIxgXH0CWkauSzVBr5hLS-Vz0uDxRQM9JuvLjdN8-v0uPzPRY37ABV-kQDW3pLPfhyISSbmceuvMKzxhbQRphJ_Nlpw-ni2vIaksOuQAhQtGFi4-AGXtx8Ys9fq8ijRPYKsMYVabk2Wf-GlWGrZ1Al8dptw05mhD-dBYDSS2jk7AkOU/s1600/mapa_salix.jpg"/>
<br><br>
Mapa de distribución del género Salix. Wu et al., 2015. Licencia: CC-BY 4.0.
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">La taxonomía y la sistemática de este género es complicada y los caracteres morfológicos tradicionalmente utilizados para subdividirlo en subgéneros (morfología de las yemas y número de estambres) no han demostrado ser plenamente fiables para la clasificación. Los estudios filogenéticos llevados a cabo hasta la fecha ponen de manifiesto la existencia de distintos clados que no se corresponden con los subgéneros clásicamente reconocidos (ver árbol filogenético a continuación). El análisis se complica mucho, además, al estar fuertemente determinada la historia evolutiva de los sauces por la hibridación y la poliploidización, pudiendo pertenecer las especies involucradas en la génesis de los híbridos a clados diferentes.
El estudio más reciente llevado a cabo sobre este género (Gulyaev et al., 2022) parece indicar que existe dentro del género Salix dos grupos claramente definidos: Vetrix y Salix. El primer grupo comprende cuatro subclados:</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">especies endémicas asiáticas (C1);<br>
especies euroasiáticas y norteamericanas (C2); <br>
dos especies de la secc. Longifoliae (C3)<br>
Salix triandra (C4).</p>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">El grupo Salix se vuelve sin embargo parafilético al incluir en el análisis las especies principalmente poliploides (C5), e incluye un grupo con especies principalmente del subg. Protitae (C6).</p>
<hr>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfBqU58Q9WRzo4-y-eUs7NJDMcyXvqklQ36JPMEJokPm5Xg5nkZjSg7T8EF7dZ6V8eGNiilsC3WUZUClFw9qzpV1qYDfw5JH5pf4bTU9T_gmSZwly-eYcxzktZkIYTQT13HiMEbgT7zeZbYfXleKbp9jeRkZ8onSetHAilEDSqKj3K38uPQ-OtkKJxVe0/s1600/arbol_salix.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="1816" data-original-width="3994" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfBqU58Q9WRzo4-y-eUs7NJDMcyXvqklQ36JPMEJokPm5Xg5nkZjSg7T8EF7dZ6V8eGNiilsC3WUZUClFw9qzpV1qYDfw5JH5pf4bTU9T_gmSZwly-eYcxzktZkIYTQT13HiMEbgT7zeZbYfXleKbp9jeRkZ8onSetHAilEDSqKj3K38uPQ-OtkKJxVe0/s1600/arbol_salix.jpg"/></a></div>
<br><hr><br>
Árbol filogenético del género Salix. Gulyaev S. et al. (2022).
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Los primeros fósiles del género Salix datan de principios del Eoceno (Collinson, 1992). Se trata fundamentalmente de hojas. El género aparece por primera vez en Europa en el Oligoceno medio y ya ocupaba entonces hábitats ribereños.</p>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimi-bFRkumYasEurJ5NPTPAXJLSfdCA2WJSUmdsBxFu6ifuR9kqVxulp1NoBZApUmvoVX6s6YoztVDW-M1oRXc8KrJmhfv6facaQ-A73mtEB-m6cmHeg9UrL8tMBlcrpQRvCpiNzek5QvmClXaaLXii8impDF63k4GfICr-kgmimEPOSFPBSwy_4AP1EU/s1600/mapa_salix.jpg"/><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjKDYpsS-zi4eDgGcv24Qs1X_6HqR_JOpkG_HR-7mD4x9qWt1R0GBV2yrD4OBCgrL9H0JmWi24UNd_WVdpZ5rXNdBwHBzJkjxIKxSiftINUNszkKi-D18tiwE6768ZUsk71KmhUlXiKiOuxmBZORSKgtgmrDSjw0UEolHOCosjlILHjM4aN6vm3sbUjUs/s1600/index.jpg"/>
<br><hr>
Distribución del género Salix en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Tuvo en el Neógeno una amplísima distribución por todo el continente europeo, mostrando ya una gran diversidad de formas. Parece sin embargo que la actual diversidad que muestra en el continente europeo (33 especies) debe mucho a las glaciaciones del Cuaternario, que han favorecido en este género los fenómenos de hibridación al aislar poblaciones durante las glaciaciones y ponerlas luego en contacto durante los periodos interglaciares (Wagner et al., 2021).</p>
<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Salix</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Salicaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Malpighiales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles, arbustos o matas. Ramas generalmente flexibles. Yemas invernantes cubiertas por un catafilo formado por la concrescencia de dos profilos. Hojas alternas, raramente opuestas, poco pecioladas, suborbiculares, elípticas, transovado-oblongas, lanceoladas o lineares, dentadas, serradas o enteras, con estípulas desarrolladas o reducidas a glándulas. Amentos erectos, sésiles o sobre un pedúnculo folioso (provisto de brácteas foliáceas), precoces, coetáneos o tardíos; brácteas floríferas pequeñas, indivisas o apenas emarginadas, por lo general persistentes, en algunas especies caducas, concoloras o descoloras. Flores con disco nectarífero por lo común reducido a una o dos glándulas, rara vez ciatiforme; las masculinas, con dos estambres –rara vez tres o más-, de filamentos filiformes, libres, pocas veces parcial o totalmente unidos, y anteras normalmente amarillas, en menos casos purpúreas; las femeninas, con pistilo sésil o pedicelado. Cápsula glabra o indumentada. Semillas 4-8.</span>
<br /><br />
<span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Blanco P. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 3 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">El calentamiento global podría poner en peligro las poblaciones de sauces que viven en los principales relieves del continente, cuya área de distribución podría menguar considerablemente. Las especies enanas boreo-alpinas que viven a gran altitud son posiblemente las más amenazadas por el cambio climático. </p>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEib2mqkFl_2Rfax9C08SbYykIjA5TQdTCQt9ox6Tlx9mt_H2rB-Sd1Ca-GS60zQlXjWFKF-ctdHYiuYFoJe8gHOlArFRSCey1uWzPa4_WRhH6EE3inUNTf3dsTEYm7EbWTupVB_LpanrFHiE4NB0GDFpWHSme4WCMXlWJdrggVcQrybxtPyc-5SGvVYsg4/s1600/Salix_herbacea_fruits.jpg"/>
<br><br>
Los sauces enanos que crecen en algunas montañas europeas deberían verse seriamente afectados por el cambio climático. En la fotografía: Salix herbacea con frutos cerca de Wildgrat (Austria) a 2490 m. / Fotografía: El Grafo / Licencia: CC BY-SA 3.0
<hr>
<p style="font-family: arial; font-size: 18px;">Especies exóticas termófilas del mismo género podrían, en cambio, hacer su aparición en el futuro. Ya se cultiva extensamente en toda Europa el sauce llorón (Salix babylonica), originario de Asia y hay citas de varias especies norteamericanas naturalizadas en distintos países de Europa (S. eriocephala, S. melanopsis). Sin embargo, paradójicamente, son las especies europeas y sus múltiples híbridos las que se han convertido en un importante problema en otros continentes, en los que se han convertido en serios competidores de la flora nativa.</p>
<br><hr><br>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">FGulyaev S. et al. (2002) / The phylogeny of Salix revealed by whole genome re-sequencing suggests different sex-determination systems in major groups of the genus / Annals of Botany, Vol. 129, pp. 485–498</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Wu et al. (2015) / Phylogeny of Salix subgenus Salix s.l. (Salicaceae): delimitation, biogeography, and reticulate evolution / BMC Evolutionary Biology, Vol. 15. http://www.biomedcentral.com/1471-2148/15/1/</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Collinson M.E. (1992) / The early fossil history of Salicaceae: a brief review (abstract) / Proceedings of the Royal Society of Edinburgh, Section B: Biological Sciences , Volume 98: Willow , 1992 , pp. 155 - 167</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-49070727027777660632023-10-29T17:29:00.001+01:002023-11-29T11:33:53.417+01:00RUMBO AL PLIOCENO<img alt="" border="0" width="75%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2m6ULxHo1A_F8uo82sdt_8nvbcudONfm1FeJtolrq9j8IN6ZYCsFctXdHcARUfxXUC-MNs4Lcw2XwQBvGzZLjioikY-A_69wzcwgcEDfT7QUG1Fb-lgNOnqhMXSk2tkEQ1euLtAP_R5fy1S31p1LcGZrcwhllzMDJD1Kn6CjylKq1KYaCwHoR_Y9rj34/s1600/capa_libro.jpg"/>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Recuerdo a quienes estén interesados en leerlo, que buena parte de las publicaciones de este blog han servido de base al libro que publiqué en este mismo blog bajo el título "RUMBO AL PLIOCENO". Han pasado ya dos años desde su primera versión y todo lo acontecido durante estos dos años no ha hecho sino confirmar muchas de mis afirmaciones y afianzar mis opiniones acerca de temas como la biología de las invasiones. las consecuencias del cambio climático y las soluciones a aportar a esta crisis. El libro lo podéis descargar en la siguiente página de mi blog:
<br><br>
<a href="https://yurakuna.blogspot.com/p/rumbo-al-plioceno_6.html" target="_blank">https://yurakuna.blogspot.com/p/rumbo-al-plioceno_6.html</a>
<br><br>
Espero que os resulte interesante y que, al menos, os haga relexionar un poco. El libro es totalmente gratis y solo persigue un único objetivo: espolonear los naturalistas, que veo muy anclados en sus ideas conservacionistas y que no parecen haber aún asimilado que el cambio climático tendrá enormes consecuencias sobre nuestros ecosistemas. Soñar con "restaurrar" ecosistemas o devolverlos al estado que fue el suyo ates de que el hombre interviniera en ellos ya no tiene absolutamente ningún sentido. Ahora toca acompañar y favorecer los cambios que la actividad humana impide. Toca aceptar que muchas cosas van a cambiar y que un sinfín de organismos mejor adaptados a las nuevas condiciones medioambientales tendrán que abrirse paso sin que los consideremos necesariamente peligrosas especies invasoras.</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-82799825048818892802023-09-18T08:18:00.000+02:002023-09-18T08:18:18.463+02:00Antes el desierto que cualquier árbol no deseado...<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Este título provocador se me ha ocurrido al acordarme de alguna respuesta recibida tras sugerir yo que debíamos favorecer el regreso de las especies que califico de "paleoautóctonas" o incluso hacer uso de las especies introducidas que han demostrado su capacidad de resistir a la importante subida de temperatura que nos espera. Al subrayar que existían muy pocas especies de árboles en nuestra flora adaptadas a tales condiciones, algunos han querido convencerme de que era mejor tener una vegetación esteparia que bosques constituidos por especies exóticas. Pero una cosa es que se desarrolle una vegetación esteparia en condiciones extremas en las que realmente ningún árbol es capaz de desarrollarse y otra bien diferente es mantener voluntariamente este tipo de formación vegetal impidiendo activamente el establecimiento de cualquier árbol.</span>
<br><br><br><img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiF4NpJO1_yYP09AmJJ9KRhwreAmDYo07sQgye9UT-s1ECfeOIwjWmYsNwKIcBtfAxmJFgfMW6mFJiFgNRPQRapNPAA9rFR1067HZuHYCQZlMlVNUG4ELaaTcBS-r3ldzFeZeqsBF2iYc6mOwb-dQVNAQmVtkvXRxSlXgxXQtAuPfZ6gsD57emSRek9c38/s1600/el_planeron_de_belchite_-_afc_1.jpeg"/>
<br><br>
Estepa en Belchite, consecuencia de las condiciones climáticas y geológicas del lugar (Aragón).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Se habla mucho de alienígenas estos últimos días y si uno piensa en lo que vieron al llegar sobre la tierra hace milenios, lo más seguro es que fuese un bosque. Los árboles dominan por completo la mayor parte de las tierras emergidas, estando tan solo ausentes de las zonas desérticas o semi-desérticas y polares. Son, sin lugar a dudas, la forma de vida dominante en este planeta. Los bosques albergan la mayor parte de la biodiversidad del planeta. Querer evitar la evolución lógica de un ecosistema hacia lo que es la forma de organizaciñon de la vida más elaborada que existe sobre la tierra es absolutamente ilógico. Bien es cierto que en la naturaleza, muchos eventos pueden de repente hacer retroceder el ecosistema a estadios de desarrollo anteriores, pero a medio y largo plazo se reconstituirá siempre el bosque.</span>
<br><br><br><img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEwtM2Lz-4TARYDSpjGhx-L2r4GunaT2Km9cyHozDMeEpoq8_k8ml2i1tCyQO9SbzyGOp6vfhNNGExhK8J3Xi_oL0jXFN3nHkN-QDiKzlOcpdqcW4-HmHdw33iOO-T2LLrep54ECx4hl3Bz8_lkwzzB_XOjb_Yv-W-ptuNtYUTXk8DFkarcyaa66rb8Wk/s1600/BOSQUE-DE-LA-ARAUCANIA-4.jpeg"/>
<br><br>
Los bosques dominan la tierra desde hace cientos de millones de años. En la fotografía, el bosque araucano con sus Araucarias.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Lo que ocurre actualmente en Europa y en España es algo particular. Es la consecuencia de dos eventos (las glaciaciones del Cuaternario y el calentamiento global inducido por el Hombre) que ha dejado nuestra flora prácticamente sin especies termófilas, adaptadas a climas tropicales y subtropicales. La previsión de los climatólogos es que muchas regiones de Europa tengan a finales de siglo un clima de tipo Cfa (clima subtropical húmedo), similar al del SE de China actualmente y tan solo presente muy localmente en Europa hoy en día. De estas regiones del sur y de la periferia de Europa son originarias especies como la Zelkova del Cáucaso, la Pterocaria del Cáucaso, el Árbol del Hierro, el roble persa, etc. En otros continentes, esta zona climática alberga un sinfín de taxones que también estuvieron presentes en Europa antes de las glaciaciones. Los géneros desaparecidos del continente europeo a consecuencia de las glaciaciones son muchos (todas las zonas climáticas): <i>Actinidia</i>, <i>Ailanthus</i>, <i>Broussonetia</i>, <i>Calocedrus</i>, <i>Camellia</i>, <i>Carya</i>, <i>Castanopsis</i>, <i>Catalpa</i>, <i>Cathaya</i>, <i>Cephalotaxus</i>, <i>Cercidiphyllum</i>, <i>Chamaecyparis</i>, <i>Chionanthus</i>, <i>Cinnamomum</i>, <i>Clethra</i>, <i>Cunninghamia</i>, <i>Cyclobalanopsis</i>, <i>Diospyros</i>, <i>Engelhardia</i>, <i>Eucommia</i>, <i>Ginkgo</i>, <i>Glyptostrobus</i>, <i>Hamamelis</i>, <i>Ilicium</i>, <i>Lindera</i>, <i>Liquidambar</i>, <i>Liriodendron</i>, <i>Lithocarpus</i>, <i>Litsea</i>, <i>Magnolia</i>, <i>Metasequoia</i>, <i>Neolitsea</i>, <i>Nyssa</i>, <i>Paulownia</i>, <i>Persea</i>, <i>Phoebe</i>, <i>Platycarya</i>, <i>Pseudolarix</i>, <i>Pseudotsuga</i>, <i>Pteroceltis</i>, <i>Robinia</i>, <i>Sabal</i>, <i>Sapindus</i>, <i>Sapium</i>, <i>Sassafras</i>, <i>Sciadophitys</i>, <i>Sequoia</i>, <i>Staphilea</i>, <i>Symplocos</i>, <i>Taxodium</i>, <i>Thuja</i>, <i>Torreya</i>, <i>Tsuga</i>, <i>Zanthoxylum</i>, etc.</span>
<br><br><br><img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggNaLDWO3KIJr323yXqBu6X-VowREgJKmoEGqQc7uSlRKFu-bi0qNRBrIfAwU6FAst66KCrLYehTisM6MeZpWuzHGwMBesNYfFC0GtoSWGSWqHdiVUBHFRAw7LSkOAtDUUWdq8jFWSJgdQY4FSA8yo_lqVqcghmQBue7aeYivvnndE7RVtEFnzDTqAnZg/s1600/Hyrcanian-mixed-forests.jpeg"/>
<br><br>
Bosque mixto hircano en el N de Irán, en el que se han refugiado muchas especies propias de los bosques terciarios de Europa. / Fotografía: Farshad Yazdian @Hamshahri.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">¿Tiene algún sentido traer de vuelta estas especies? La alternativa sería dejar que las especies actualmente presentes aguanten todo lo que puedan con la esperanza de que se adapten pero lo más probable es que se desarrolle algún tipo de vegetación en el que posiblemente dominen las especies termófilas ya presentes como el Ailanto o la Robinia. En zonas de clima árido, la incertidunbre es aún mayor. Las especies susceptibles de aguantar ese tipo de clima crecen hoy en día en el N de África y son más bien pocas: argán, araar, acacias... Posiblemente algunas especies exóticas muy resistentes a la sequía cultivadas en nuestro país puedan dar el salto, todas originarias de zonas muy lejanas. Está claro que los bosques del futuro serán muy diferentes. ¿Significa esto que debemos evitarlo a toda costa?</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYmOuEg5H6g3PhS5IYlXFnVJlnkiWn9qjNKxmtrCg1O7susfD7L5gd_A1I07MBRCGxGymWnAChBjudDDyeSGLYFRk4X4qxTB5p6SRT8iUTf4iDJtE4155KenP2ez1PFQLjpdqNt7aUCHauNQ55Hzq_vGN9FXsHsKFC6r1YKzcXvuqElNIuw-pDPZfuYqc/s1600/argan_trees.jpeg"/>
<br><br>
Réserve de biosphère de l’Arganeraie, au Maroc
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Esa idea de traer de fuera las especies que pudiesen "ayudar" a constituirse auténticos bosques en regiones donde es poco probable que eso ocurra a corto o medio plazo ya es el debate al que se enfrentan desde hace años algunos países desprovistos de auténticos bosques, que están viendo como el cambio climático está permitiendo el asentamiento de especies que hace unas décadas tal vez no hubiesen podido hacerlo. Pienso en particular a Islandia, donde se está haciendo un gran esfuerzo de (re)forestación y a Groenlandia, donde el ejemplo islandés ha cundido y que ya ha plantado pequeños bosques experimentales. En ambos casos, el aislamiento geográfico impedía la llegada natural de árboles pero ante la mejora de las condiciones climáticas (no nos olvidemos que el árctico es la región del mundo que se calienta más rapidamente) se hizo pronto evidente que muchas especies boreales tenían el potencial para colonizar estas tierras desprovistas de árboles.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYFbjp9S7X0Jp39FaepgmT150LJ145mtackepvu16r37acWGyaCILJExMwzC7pkN08RT1_Xb5eXIoXUmCOh_aHH_EmTQQMUvcCxnEtTLqnRA_wqgfCubEzJQPBFAaojj_Tzk1GxNmxJmmgkjfl_dcpmp-riXyvOf-MhHv1PCz4ko1kw-GUsfm45jzieCQ/s1600/Sitka.jpg"/>
<br><br>
Plantacíon de píceas de Sitka (<i>Picea sitchensis</i> cerca de Reykjavík. / Fotografía: Axel Kristinsson / Licencia: CC BY 2.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En las últimas décadas se han plantado en ambos países muchas especies boreales, alpinas e incluso del Himalaya, todas proveniente del límite del bosque. Los resultados obtenidos son hasta ahora muy positivos, aunque no faltan los críticos, que consideran que el hombre no hubiese tenido que intervenir. Se trata de un debate casi filosófico pero de suma importancia para el porvenir de nuestros ecosistemas. ¿Hemos de asistir sin reaccionar al declive de nuestros bosques olvidándonos que en épocas anteriores estuvieron presentes en nuestro territorio muchas especies perfectamente adaptadas que podríamos rescatar?</span>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-80720968728621468002023-03-12T07:45:00.003+01:002023-03-12T07:49:23.694+01:00Paleoautóctonas (68): Laurus<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Laurus</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Lauracae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Laurales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles o arbolillos dioicos. Hojas coriáceas y persistentes, dotadas de células oleíferas. Inflorescencia en umbela brevemente pedunculada, envuelta antes de abrirse en un involucro subgloboso. Flores unisexuales. Perianto de 4 piezas subiguales. Estambres (4)8-12; anteras dehiscentes mediante 2 valvas (ventallas). Baya ovoideo-globosa, monosperma, rodeada en su base por un receptáculo poco o nada acrescente.</span>
<br /><br />
<span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Villar L. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 1 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En el seno de la inmensa familia de las Lauráceas, el género <i>Laurus</i>, que ha dado nombre a la familia, es el único en haber sobrevivido en Europa a las glaciaciones. Lo ha hecho en los pequeños enclaves húmedos existentes en la región mediterránea y en los puntos más cálidos de la fachada atlántica. Su área de repartición incluye toda la cuenca mediterránea y alcanza las islas de la Macaronesia (Canarias, Madeira y las Azores), donde se han descrito varias especies endémicas (<i>L. novocanariensis</i> y <i>L. azorica</i>). Varios estudios filogenéticos recientes han demostrado, sin embargo, que las poblaciones ibéricas de este género estaban más emparentadas con las poblaciones isleñas que con los laureles del E de la cuenca mediterránea (Rodríguez-Sánchez, 2009), sugiriendo pues que todos estos taxones pertenecen en realidad a una única y misma especie: <i>Laurus nobilis</i>.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6P0vThL5uE0RuxOX7PXexHOxlelsyZNGhp6r8ECplI8z9ZNAnDP7GFFBMb2B6mHkGYrt9HWcOAbmh7TVMyBtwdJZS2IiBBgmiULd3n1me4oUytXV64I156E6gYqpS9LDPBM1x3cv5D5kqlq1pAwhV1M-6DHCqaFc5vLFvplk_QYKY0pMdmErkm0Y8/s1600/Laurus1.jpg"/>
<br><br>
Inflorescencia umbeliforme de <i>Laurus nobilis</i>. / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Se describe a menudo al laurel como un arbusto que raramente alcanza porte arbóreo y supera los 10 m de altura pero su uso como especie ornamental ha permitido que muchos ejemplares puedan desarrollarse plenamente durante las últimas décadas, no siendo raro observar ejemplares que superan los 20 m, lo que parece más acorde con las dimensiones que alcanzan los laureles en las laurisilvas macaronésicas.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El género <i>Laurus</i> ha desempeñado, junto a otros géneros de esta misma familia, un papel importante en los bosques terciarios del continente europeo, siendo un elemento clave de las laurisilvas continentales, que desaparecieron en el Pleistoceno Inferior como consecuencia de las glaciaciones. La laurisilva es un tipo de bosque propio de las zonas templadas cálidas (subtropicales) que se desarrolla en lugares con una alta humedad atmosférica o importantes precipitaciones. Está dominada por especies perennifolias con hojas generalmente correosas, a menudo simples y enteras, lustrosas, cuya superficie tiene tendencia a repeler el agua, para evitar que su acumulación perjudique los procesos de fotosíntesis y de respiración.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmSML93MeT3ZK8En1Lu-z6slKIEO1IJoLMfC7DlyHcTOazEzS6lUOJBXE5fyM11ddIwMC7HVw5CbQP7e5bBZlRnaAeMgwaWdrvuLp0l4ORJ_jpuCssoZ0uewKUBMt5tsgCNirK_edp_OvKFyFTYRYcNbSE_pZ-uQ5LglZxkQ_fZ7A7kmRe_qp1Qhnr/s1600/Laurus2.jpg"/>
<br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9dwtcCi2ZPeKA7TnxPS04fm54ETIOLP7RrS13iFZxzlFLDNm43V2amzFkYMU0af1iYkJydRCAVXDJSyH4qsyx_GiOdNpGR3BBKtDtszHPdzwYIiLuIbWQySXJU4_KZkf3UEpi7jw-N_MhwBWzKkk8ggFEHYlXvAuqsF766Xl0bb3PHlxjYppoP6ND/s1600/index.jpg"/>
<hr>
Distribución del género Laurus en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El género <i>Laurus</i> estuvo representado en Europa en el Terciario por una especie (<i>L</i>. <i>abchasica</i>) muy próxima a <i>L</i>. <i>nobilis</i>, cuya presencia está bien documentada a partir del Oligoceno, periodo en el que aún era relativamente rara. Es en cambio muy común en toda Europa central durante buena parte del Mioceno. Permanecío más tiempo en el sur de Europa y Georgia, regiones donde los ciclos glaciares aislaron pequeñas poblaciones que consituyeron el núcleo de las actuales poblaciones de <i>L</i>. <i>nobilis</i>. La atribución al género <i>Laurus</i> de muchos fósiles adscritos anteriormente al morfogénero <i>Laurophyllum</i> solo fue posible gracias al estudio de las estructuras cuticulares de esas hojas. Muchos fósiles en los que no se han podido llevar a cabo este tipo de estudio siguen pues siendo descritos bajo ese nombre.</span>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Buen ejemplo de la dificultad para identificar las hojas fósiles pertenecientes a este género, cabe destacar que una especie fósil como <i>L</i>. <i>primigenia</i>, que se ha descrito en numerosos yacimientos del Oligoceno y del Mioceno ha sido recientemente adscrita al género <i>Lithocarpus</i> (Givulescu, 1987). O sea, una Fagácea. Nada se parece tanto a las hojas de una especie lauroide como las de otra especie lauroide.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtzkOpXkWaSA2zM-sUAPhivYQnuaOFCjTtMEd4U31wPx8ka26rx5BhTav1lgUJOF3YHzyhRZxMp__fJiOEX0EL5ybBIFZiW_ZGUhukXqxjTdmaPu38byaH6YwXE-eVelZeKzmwDZLWlrpBKoTnNIfmOnwshFuUu3fdQA0zgEmhvWwVkKi2xvDrDA0z/s1600/Laurus5.jpg"/>
<br><br>
Hoja de laurel vista al trasluz / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Algunos autores (sobre todo antiguos) hacen remontar la existencia de este género al Cretácico, pero en ausencia de caracteres que establezcan claramente su parentesco con la familia y el género actual, lo más prudente es adscribirlos a morfogéneros que no presupongan su pertenencia a ninguna familia en particular para así evitar sorpresas como la que acabamos de citar (Ferguson, 1974).</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El futuro de esta especie en el continente europeo creo que ya se puede entrever claramente hoy en día, al estar el laurel en plena expansión en varias regiones europeas. En el norte de Italia y el Ticino, en particular, el laurel es una de las especies perennifolias introducidas que muestra hoy una clara tendencia a colonizar los bosques caducifolios de esa región.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPH-GjXf6MMKzg5bMYKLmg2N9DbrrQYId_6bo3r3nDE-OeRWfwRY6AlqDRY4y6TR-AP47-Vty_jm6k2VNxkf5aefppcYZj8Ar8-kNRWg1gO3D9poSYvWuH8u1hRyr47Ju7natxK0FCzNi0r7pKtvo1nHPPaO-CH7TCQO2wLpOdDqSEZdDBH09XqQbM/s1600/Laurus4.jpg"/>
<br><br>
Frutos de <i>L</i>. <i>nobilis</i>, Asturias / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Laurus_nobilis._Llor%C3%A9u_(frutu).jpg" target="_blank">Bertu Ordiales</a> / Licencia: CC BY-SA 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Observaciones similares se han hecho en el S de Francia (donde el laurel se ha expandido en robledales que se dejaron de explotar en las últimas décadas) así como en el centro de Italia (Alessi N. et al., 2021), donde los autores del estudio prefieren pensar que esta especie está en realidad conquistando gran parte de su área potencial, al no haber sido una especie que haya sido demasiado favorecida por la silvicultura tradicional.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjU908D33hClX29y9MS47QD3vyQFwHLUMKBTAykl3apbg_tU408-vXefOPjc3d7XtzHrX7aBm05elINZ5ftAASgoeVnT0uXU_8Nk6iuKvorPkKFVS2w1Mbmy6Mx2m3Kjo-7fpWgtTj9cNPU9_RIouYFxUcs8h4IUz9wtgaHFwNDF26qKjOrf0xX7TCq/s1600/Laurus3.jpg"/>
<br><br>
Bosque de laureles. Isla de Cortegada, Galicia. / Fuente: <a href="https://www.turismo.gal/que-facer/bosques-de-galicia/illa-de-cortegada" target="_blank">Turismo de Galicia, Xunta de Galicia</a>
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El hecho, además, de ser una especie cultivada en muchos lugares facilita hoy en día claramente su expansión. Eso ocurrió en la isla de Cortegada, por ejemplo, donde el laurel se cultivaba en las lindes de muchas propiedades y se ha visto beneficiado por el abandono de los terrenos cultivados, que empezó inmediatamente a colonizar (Paül Carril V., 2018).</span>
<br><br><hr><br>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Alessi N. et al. (2021) / Population structure of Laurus nobilis L. in Central Italian forests: evidence for its ongoing expansion / Rendiconti Lincei. Scienze Fisiche e Naturali, Vol. 32, pp. 365–376</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Ferguson D.K. (1974) / On the taxonomy of recent and fossil species of Laurus (Lauraceae) / Botanical Journal of the Linnean Society, Vol. 68(1), pp. 51-72</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Givulescu R. (1987) / Über die wahre Natur von Laurus primigenia Unger aus dem Chattien des Schiltals (Valea Jiului-Petrosani, Kreis Hunedoara, SR Rumänien) / Feddes Repertorium, Vol.98(7-8), pp. 403-409</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Paül Carril V. et al. (2018) / El lauredal de la isla de Cortegada (Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia): una discusión fitogeográfica en clave de conservación / In: Bosque mediterráneo y humedales: paisaje, evolución y conservación. Aportaciones desde la Biogeografía / coordinadores: Rafael Ubaldo Gosálvez Rey, María Cristina Díaz Sanz, José Luis García Rayego, Manuel Antonio Serrano de la Cruz Santos-Olmo y Óscar Jerez García– Ciudad Real: Almud, Ediciones de Castilla-La Mancha.</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Rodríguez-Sánchez F. et al. (2009) / Late Neogene history of the laurel tree (Laurus L., Lauraceae) based on phylogeographical analyses of Mediterranean and Macaronesian populations / Journal of Biogeography, Vol. 36(7), pp. 1270-1281</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-89269231396828914862023-03-01T08:07:00.002+01:002023-03-01T08:07:35.793+01:00Paleoautóctonas (67): Vachellia (Mimoseae)<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Vachellia</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Fabaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Fabales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Arbustos o arbolitos, con espinas estipulares; estípulas espinescentes, rectas y cilíndricas o curvadas y en forma de cuerno (a menudo asociadas con hormigas agresivas), persistentes. Hojas bipinnadamente compuestas; pecíolo con nectarios glandulares; raquis con nectarios glandulares; pinnas 2–40 pares (en CR); folíolos 10–75 pares por pinna (en CR), opuestos. Infls. generalmente axilares, capituladas o espigadas. Fls. amarillas, actinomorfas, sésiles; sépalos connatos en un cáliz campanulado, 5-lobulado; pétalos 5, connatos en una corola tubular, lobulada; estambres numerosos, los filamentos separados; anteras diminutas, sin glándulas o con 1 glándula apical. Frs. rojos a rojo oscuro o púrpura, oblongos a linear-oblongos, subcilíndricos, coriáceos, ± curvados, tardíamente dehiscentes o indehiscentes, el mesocarpo pulposo; semillas usualmente pocas, en 2 hileras separadas, castañas o pardo oscuro, variables en forma, con un arilo blanquecino a amarillo, esponjoso.</span>
<br /><br />
<span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Zamora, N. 2010 . Fabaceae. Pp. 395–775 in, B. E. Hammel, M. H. Grayum, C. Herrera & N. Zamora (eds.), Manual de Plantas de Costa Rica. Vol. V: Dicotiledóneas (Clusiaceae-Gunneraceae). Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. 119: 1-970.</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Cuando se compara la flora arbórea española con la del norte de África, lo primero que llama la atención es la importante cantidad de especies que compartimos. La inmensa mayoría de las especies mediterráneas y buena parte de las especies submediterráneas están presentes a ambos lados del Mediterráneao. Pero también hay diferencias notables, siendo la más llamativa la ausencia del cedro del Atlas (<i>Cedrus atlantica</i>) en la Península Ibérica. Una ausencia relativamente reciente, tal como vimos al describir ese género.
Otra ausencia pasa generalmente mucho más desapercibida y no se limita tan solo al género <i>Vachellia</i> que aquí tratamos, sino a toda la tribu de las <i>Mimoseae</i>, a la que pertenece ese género. En el norte de África, las especies pertenecientes a esta tribu están adaptadas a vivir en condiciones extremas de sequía y son componentes esenciales de las estepas y sabanas que se desarrollan en las regiones de transición entre la región mediterránea y el desierto del Sáhara.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk8QiFQcLpvh4WwMSrxvaCDwXIzRoYISrtUc_DkBQ0Z7U_E2ESL2DdOUnWygZC2iNo56AMFkTH_8cpZUcQ1j2EwXokkl4TTk155hectwV0dZPGVdbgsxZmRfrbEWFEzfP4nvg4J0ZHAWtkvXxVKlnw_h8bq-nZVW13JHM5BN1OOw8TxPBIkr3zw5ap/s1600/Vachellia1.jpg"/>
<br><br>
Estepa arbolada dominada por <i>Vachellia tortilis</i> subsp. <i>raddiana</i> en el Parque Nacional de Bouhedma (Túnez) / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Vachellia_tortilis_subsp._raddiana_(Parc_national_de_Bouhedma).jpg" target="_blank">Slim Alileche</a> / Licencia: CC BY-SA 4.0.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">A pesar de existir ya en la Península Ibérica vastas regiones con un clima árido de tipo estepario o subdesértico (Los Monegros, desierto de Tabernas, etc) llama poderosamente la atención la total ausencia de árboles en estas áreas. Estando este tipo de clima en franca expansión durante las últimas décadas cabe preguntarse si en anteriores períodos cálidos ocurrió lo mismo y si hemos de conformarnos con que gran parte de la Península se quede sin ningún tipo de cobertura arbórea en el futuro, al no haber actualmente árboles capaces de prosperar en este tipo de condiciones. Un simple vistazo al otro lado del estrecho nos demuestra, sin embargo, que tales especies existen.</span>
<br><br><br>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2R_ThmyebjFb94cqMMUi63DGaqCWiH7WHFeh-J_mohasuJnGpIUtuEJ80dpAs8dSRy9iNva5EQ0pi7Dl9uWqe351ip5X60mgIOKwIW7kKjI5i1n_fh9eyvl-Lr7EBwYvE5yZrCGtMQcqsTYwJS4eTDKcZZY6Z3Ffe5d_bnyOS17EnOLAgOYTUP-YO/s1600/Vachellia2.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="1960" data-original-width="4096" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2R_ThmyebjFb94cqMMUi63DGaqCWiH7WHFeh-J_mohasuJnGpIUtuEJ80dpAs8dSRy9iNva5EQ0pi7Dl9uWqe351ip5X60mgIOKwIW7kKjI5i1n_fh9eyvl-Lr7EBwYvE5yZrCGtMQcqsTYwJS4eTDKcZZY6Z3Ffe5d_bnyOS17EnOLAgOYTUP-YO/s1600/Vachellia2.jpg"/></a></div><hr>
Evolución del clima en España en las 4 últimas décadas, utilizando la clasificación de Köppen. Chazarra Bernabé A. et al. (2022).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">¿Estuvieron pues presentes en Europa en alguna época las Mimoseae? La respuesta es, indudablemente, sí, pero al tratarse de plantas desarrolladas en ecosistemas áridos, los restos fósiles escasean. Por razones fácilmente entendibles, conocemos muy bien la vegetación de los ecosistemas húmedos, cuyos restos han sido preservados en zonas de sedimentación activa, pero sabemos muy poco de la vegetación de las zonas áridas, donde los restos de las plantas prácticamente no se preservan.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Otra dificultad a la que los investigadores se enfrentan es la poca variabilidad que se observa en los órganos preservados en una familia como las Fabáceas, en la que muchas especies tienen frutos y folíolos muy parecidos unos con otros, lo que dificulta considerablemente su identificación.</span>
<br><br><hr>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjH16-iIM7IsjdSVfKqP268ctLIY7oRDZ8RiEGPnThEENFTkpxfRcmkUEY_PtXGAwsv3Pz7Yk-oIVX9ArcaYt_XkUgZmGZJj7a778M9RYZf0EvMIjlg7lXEM3ujeKr5G7yYZQtPl-GxCY5rhsUkAQtoSzv02Ithw7o_xWJUcHsks5wWtSMilviepXet/s1600/Vachellia3.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="2812" data-original-width="2692" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjH16-iIM7IsjdSVfKqP268ctLIY7oRDZ8RiEGPnThEENFTkpxfRcmkUEY_PtXGAwsv3Pz7Yk-oIVX9ArcaYt_XkUgZmGZJj7a778M9RYZf0EvMIjlg7lXEM3ujeKr5G7yYZQtPl-GxCY5rhsUkAQtoSzv02Ithw7o_xWJUcHsks5wWtSMilviepXet/s1600/Vachellia3.jpg"/></a></div>
<hr>
Árbol filogenético de las Mimoseae. Miller J.T. et al. (2013).
<hr><br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Estas dificultades han llevado los investigadores a reconstruir la evolución de las Mimoseae basándose esencialmente en los estudios moleculares (Miller J.T. et al., 2013). Algunos hallazgos permiten sin embargo calibrar en el tiempo algunos nodos de ese árbol. La aparición de la familia de las Fabáceas parece situarse en el Cretácico Superior en el W de Gondwana. La diferenciación de las 3 subfamilias de esta familia se inicia probablemente ya en el Cretácico, habiéndose descubierto en Argentina restos de madera típicos de la subfamilia de las Mimosoideae datados del Paleoceno Inferior (Bra M. el al., 2008).</span>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Llama sobre todo la atención en este árbol filogenético la tardía diversificación de algunos géneros, que parece estar relacionado con un aumento de la aridez a partir del Mioceno en varias regiones del mundo.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYacmibHvsV80SdH25fViNoSqiVL9pXZmySE1KDnX5ER80GmkSxPchTjDeNbFSTh-ZOW96emJWiYLjZXXZ6VTyp7IFYAybgnoYOZMtJRtmQvy1fi4vCY-lReqtJq_rInSbEEVX8GRw020RZ-SxjNh1MQL8UrJFGWM58ZSGvUNDf-4-hrN46CzHsUhH/s1600/Vachellia4.jpg"/>
<br><br>
Hojas e inflorescencia de <i>Vachellia tortilis</i> subsp. <i>raddiana</i>. Haroune, Sahara marroquí oriental. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Acacia_tortilis_var._raddiana_(Haroune,_Maroc).jpg" target="_blank">Claude Lemmel & Zahora Attioui</a> / Licencia: CC BY-SA 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Durante el Neógeno, el género “Acacia” (s.l.) se ha reportado en muchos puntos del S del continente, donde estaba asociado a una vegetación abierta y xerófila que se conoce en esta región desde al menos el Mioceno Inferior (Jiménez-Moreno G. Et al. , 2010), en asociación con géneros como <i>Nitraria</i>, <i>Neurada</i>, <i>Ephedra</i>, <i>Convolvulus</i>, <i>Lygeum</i>, <i>Prosopis</i>. El paralelismo con la actual vegetación del N de Africa es más que evidente y es pues bastante probable que estemos aquí hablando de especies del género Vachellia, que al igual que el cedro, nunca tuvieron la ocasión de volver tras las glaciaciones. Sobre el género Prosopis, que hemos tratado anteriormente, es interesante notar su posición muy en la base del árbol filogenético de las <i>Mimoseae</i>, mostrando que el tipo de inflorescencia original de este clado era el racimo, al igual que en las demás subfamilias de las Fabáceas.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1UmmHbrjdtmSkiUGGCdDy8mxQ7CNjrTc1WxZ4g1l7LqShePFjyQRV7omJAeLDMUAIKVdVFakS99nFrmJxaq7zwXwmxgBIiYNcpwhme2F5kwjnBpsV36o_omJyukXxs-UFKQTgo3m_riAfSm9Zfj109Wd_m-Dki40pPdlJP_BgjC4FZCz1K5G-muxO/s1600/Vachellia5.jpg"/>
<br><br>
Inflorescencias de <i>Albizia julibrissin</i>. Moncofar, Castellón. / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Otras <i>MImoseae</i> que se han encontrado en el registro fósil europeo no estaban ligadas a climas tan extremos. De los pocos géneros que han podido ser identificados, podemos citar al género <i>Albizia</i>, cuya presencia era de esperar teniendo en cuenta que una de sus especies (<i>A. julibrissin</i>) es un componente de la flora de la región del Bosque Hircano, en el N de Irán, en la que muchas especies encontraron refugio durante la última glaciación. El gran valor ornamental de esta especie hizo que pronto fuese utilizada en el Imperio Otomano, de donde fue luego importada a Occidente bajo del nombre de “Acacia de Bizancio”. Al ser el clima de su región de origen muy similar al Mediterráneo a nivel de temperaturas, se ha aclimatado sin ningún problema, llegando incluso a naturalizarse en aquellos lugares en los que disponía de agua.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz-WDY8JU9GdxHDyTjTpfX27giXWfBEiIHr8IVyIrpKZe-FkPaz4FsD-ejRmR3ZQme-2tlnej7SkRU7rdw5EfEB5TmC9Fty2ISRjf2J3sIU_UfO771EFw63q4Xj-5kpyrU0sUoiGRx9a9Qs-Uyl-YhYhWsQzsR4piHthAx7JBn2Bslhe3OFYKUx5Sh/s1600/Vachellia6.jpg"/>
<br><br>
Paisaje de Lugo con mimosa (Acacia dealbata). / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Acacia_dealbata_tree_1.jpg" target="_blank">Certo Xornal</a> / Licencia: CC BY 2.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Las <i>Mimoseae</i> ilustran bien algo que vengo diciendo desde hace tiempo para incentivar el regreso y el uso de las especies “paleoautóctonas”: y es que si no favorecemos nosotros el regreso de los taxones que estuvieron presentes en un pasado más o menos reciente, la naturaleza de todos modos dará la alternativa a otras especies. Y a la naturaleza le dará absolutamente igual de donde vengan. Un buen ejemplo de ello lo tenemos con el género <i>Acacia</i> (s.str.), originario de Australia, del que se cultivan muchas especies como ornamentales. Algunas de ellas han demostrado estar perfectamente adaptadas a nuestro clima y se han visto favorecidas por el aumento de las temperaturas durante las últimas décadas. Tanto es así que resulta hoy en día imposible plantearse su erradicación, al existir en los suelos un importante banco de semillas, capaz de aguantar durante muchísimos años a que se den las condiciones favorables para su germinación (su periodo de viabilidad puede alcanzar los 300 a 400 años).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtj3LVM9GIw8zpF7RMt8Cqg2UOtvaZMCH4kTWDASL5RBxprVgH4mb06QmRtmPiaAyxivSf7iEIl73hHLwwSzb-R0kSZRT1eBynNs7vKLEPiifIKYFdxuI4UfpwqXHPn3CGRbJ5CR71G24BFwzge2pSNzzw4hugfy1GejShveWoeUcPP7nYiYon6lwj/s1600/Vachellia7.jpg"/>
<br><br>
La erradicación de la mimosa (<i>Acacia dealbata</i>) exige muchísimo esfuerzo y su resultado es más bien incierto, al poder germinar las semillas acumuladas en el suelo durante siglos / Fotografía: <a href="https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lemos/2022/01/23/buscan-voluntarios-erradicar-mimosas-sierra-courel/0003_202201M23C12991.htm" target="_blank">La Voz de Galicia</a>
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">De cara al futuro y constatando la progresiva aridificación de buena parte del S del continente europeo (y de la Península Ibérica en particular), creo que valdría la pena plantearse la posibilidad de permitir la introducción en las regiones más áridas de especies arbóreas y arbustivas originarias del N de África si queremos evitar que amplias zonas de la Península se conviertan en estepas desérticas totalmente desprovistas de árboles. Me consta que esta sería la solución preferida por algunos puristas que siguen considerando como exóticas especies que viven a apenas algunas unas decenas o centenares de kilómetros de distancia de nuestras costas. Yo preferiría mil veces que en ese desierto artificialmente mantenido sin árboles crezcan especies norteafricanas como <i>Vachellia tortilis</i>, <i>V. gummifera</i>, <i>V. ehrenbergiana</i>, <i>Faidherbia albida</i>, <i>Sideroxylon spinosum</i>, <i>Tetraclinis articulata</i> y <i>Cupressus atlantica</i>. Desierto, de todos modos, también tendremos. Evitemos al menos extenderlo despreciando las soluciones que nos ofrece la propia naturaleza…</span>
<br><br><hr><br>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Bra M. el al. (2008) / Fossil wood of the Mimosoideae from the early Paleocene of Patagonia, Argentina / Alcheringa: An Australasian Journal of Palaeontology, Vol. 32(4), pp. 427-441</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Chazarra Bernabé A. et al. (2022) / Evolución de los climas de Köppen en España en el periodo 1951-2020 / Nota técnica 37 de AEMET</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Jiménez-Moreno G. et al. (2010) / Miocene to Pliocene vegetation reconstruction and climate estimates in the Iberian Peninsula from pollen data / Review of Palaeobotany and Palynology, Vol. 162, pp. 403–415</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Miller J.T. et al. (2013) / Comparative dating of Acacia: combining fossils and multiple phylogenies to infer ages of clades with poor fossil records / Australian Journal of Botany, Vol. 61, pp. 436-445.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-7325844800915438412023-02-21T19:58:00.002+01:002023-02-22T22:12:56.893+01:00Paleoautóctonas (66): Larix<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Larix</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Pinaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Pinales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles caducifolios, de ramificación irregularmente verticilada, extendida; ramillas fuertemente dimórficas: ramillas largas (macroblastos) con hojas presentes sólo el 1er año, las partes más viejas con hojas en densos fascículos en ramillas cortas laterales (braquiblstos) desarrolladas a partir de yemas axilares. Hojas dispuestas en espiral en las ramillas largas, en grupos densos de 15-50 o más en las ramillas cortas, sésiles, caducas, amarilleando y cayendo en otoño, linear-agudas, aplanadas, longitudinalmente aquilladas en el haz, a veces también ligeramente en el envés, ca. 1,8 mm de ancho, generalmente finas, flexibles, con líneas estomatales en el envés o en cada superficie, haz vascular 1, canales resiníferos 2, generalmente marginales. Los conos nacen en el ápice de las ramas cortas, solitarios. Polen no sacciforme, con una cresta ecuatorial estrecha. Conos femeninos brevemente pedunculadas, generalmente erectos, violáceos, rojizos o raramente verdes, que maduran en un solo año. Escamas seminíferas finas, ± coriáceas, que se abren para liberar las semillas, persistentes. Brácteas tectrices inclusas o exsertas, ovadas o lanceoladas, con nervio medio prominente en el haz, formando una cúspide apical. Semillas pequeñas; ala persistente, relativamente larga, membranosa. Cotiledones 6-8. Germinación epígea. 2n = 24*.</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">eFloras (2023). Published on the Internet http://www.efloras.org [accessed 21 Febryary 2023]. Missouri Botanical Garden, St. Louis, MO & Harvard University Herbaria, Cambridge, MA
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Alguna vez probablemente os hayáis preguntado cual es el árbol más resistente al frío y no os sorprenderá demasiado saber que se trata de una especie perteneciente al género <i>Larix</i>, que presenta la extraordinaria característica en la familia de la Pináceas de perder sus hojas en invierno. Gracias a esta estrategia, una especie como <i>L. laricina</i>, originaria de Norteamérica, es capaz de aguantar temperaturas invernales de hasta -65ºC.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXLhLsxFDPdTJGHgPUOuOYXH6qUZbioMYP0XzQJ7pH2GUzeNlQImy_C-aMIUDIQr12zYp9zPm_mDpUH3P4CNx_hv6FjbuspD16IPZ-kLsJ9qAjV46-ll5etqT3EW50kHzGH6GwAAzaMPEJo9nC8uirILZKorTq6ExOW338gAxn01hWwcDgllj8MDac/s1600/Larix1.jpg"/>
<br><br>
Cono del alerce japonés (<i>L. kaempferi</i>), Bergpark Wilhelmshöhe in Kassel, Hessen, Deutschland. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Bergpark_Wilhelmsh%C3%B6he_-_Baum_272_2020-08-27_c.JPG" target="_blank">Baummapper</a> / Licencia: CC BY-SA 3.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Tal como muestra el mapa a continuación, parte de las especies de este género tienen una distribución boreal circumpolar, mientras que las demás sobreviven en distintas zonas montañosas del Hemisferio Norte en las que lograron permanecer tras la retirada de los glaciares en la última glaciación.</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxwXSapCER1NjWXmgkNqf_AxpSuzxwMicuvI45kKryx8X_1bCbfYxLZmcnwu5WLahBIET9KOzzxmRO0q30HDoBRcisOPlO3neH2loqzQXNFW9ykgMReyn7Ri6BKnnaLbGTkKRj1PWOoZmyUaNCiYNsjrBa6GnqOkIPrSO5DnaDxl5bviegIgMNGVYc/s1600/Larix2.jpg"/>
<hr>
Área de distribución de las distintas especies del género <i>Larix</i>. Mamet S. D. et al. (2018).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Su presencia en buena parte de Europa en el Neógeno sugiere sin embargo que tal vez esta extraordinaria resistencia al frío sea una evolución relativamente reciente y que especies adaptadas a climas más templados hayan precedido a las actuales. La especie actual cuyas exigencias ecológicas más se asemejan al tipo de condiciones que pudo haber antes de las glaciaciones es sin lugar a dudas <i>L. kaempferi</i>, originaria de la parte central de la Isla de Honshu (Japón), donde crece en un rango altitudinal entre 600 y 2.500 m, requiriendo entre 1.000 y 2.000 mm de precipitaciones, bien repartidas todo el año. Las demás especies están adaptadas a climas mucho más continentales y extremos. El mapa a continuación muestra las zonas actualmente más favorables a esta especie en Europa.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFZFHqEJ1hmD2sbqv9E3Y7U4iaifhgMWpAzGb-9D-qkF-X8sKAIP5SNR74IbLcHLkC4GLyzAoZO4CtyTN31olK40olGHY9epz7MjziNgwmnYol0j5BKSZVtZqYn0yEuIua3Rrb4bVp43ipBt3ht7wpqdTWCb6RMmmpUZF3uNYH8WfDZKHED1JXGDUM/s1600/Larix3.jpg"/>
<br><br>
Área de distribución potencial actual de <i>L. kaempferi</i> en Europa / Wu C, et al. (2020)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La historia evolutiva de este género no está del todo clara. Los fósiles más antiguos de este género corresponden a restos de madera excepcionalmente preservados del Eoceno Medio (Jagels et al., 2001). El género ha tenido durante todo el Paleógeno y Neógeno una distribución circumboreal. Los estudios filogenéticos más recientes datan ya de hace unos 20 años y han permitido por ahora reconocer tres clados correspondientes a áreas geográficas bien diferenciadas. Estos estudios, como a menudo ocurre, contradicen las clasificaciones establecidas en base a criterios morfológicos y habrá que esperar a que nuevos datos nos permitan tener una mejor comprensión de su evolución.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Lo único evidente es que las glaciaciones jugaron un papel determinante en la formación de prácticamente todas las especies actuales (Memet et al., 2019), algo que resulta evidente teniendo en cuenta el área de distribución de las distintas especies de este género.</span>
<br><br><hr>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigih4zaaJTsLOfCi5bSUYCsOHIPSc82bKLHnJAIHnpx4DwqK2UfxNEuWU-1h8G3ZhnKrl6T-HtzgHyOOEv59gJyWrcT6k5KQk-NJLg8vAvnFr-U56kueZZTFdp6vsaC6KsDCNUD6hX53eDup1wFryH5LEIh1qhqJopjlH7LYMhbVW3Xbu5oI1V0c22/s1600/Larix4.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="1896" data-original-width="1602" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigih4zaaJTsLOfCi5bSUYCsOHIPSc82bKLHnJAIHnpx4DwqK2UfxNEuWU-1h8G3ZhnKrl6T-HtzgHyOOEv59gJyWrcT6k5KQk-NJLg8vAvnFr-U56kueZZTFdp6vsaC6KsDCNUD6hX53eDup1wFryH5LEIh1qhqJopjlH7LYMhbVW3Xbu5oI1V0c22/s1600/Larix4.jpg"/></a></div>
<hr>
Árbol filogenético del género <i>Larix</i>. Semerikov V. L. et al. (2003).
<hr><br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En Europa, se cultiva fundamentalmente <i>L. kaempferi</i> en el NW del continente, siendo bastante frecuente en Inglaterra en particular, donde se la puede considerar como plenamente naturalizada.</span>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La especie autóctona en Europa (<i>L. decidua</i>) vive en los altos macizos montañosos de Europa Central y, curiosamente, tal como ocurrió con otras especies (<i>Pinus cembra</i>), no logró aprovechar el deshielo para migrar hacia las regiones boreales del continente, tal como hicieron otras especies. Esto da realmente una idea de la velocidad a la que ocurrió el deshielo y la posterior subida de las temperaturas en Europa, que dejó a muchas especies sin tiempo para migrar (cosa que sí lograron las especies asiáticas, que cubren hoy una inmensa área de distribución).</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El alerce común está adaptado a climas mucho más continentales y extremos que la especie japonesa, teniendo unas exigencias hídricas menores (600-1000 mm) que le permiten incluso crecer con éxito en muchas sierras del N y del centro de la Península Ibérica. También se ha testado en algunos lugares el híbrido entre estas dos especies, que tiene unas exigencias intermedias.</span>
<br><br><br>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqMk3_pWqFCLqTFiSqUrbliNyPniyGuyCcSQhPAMvSS3qNBcIerh5_v3TVab59pf3U6OGCb-YYXNHcO3xDqq0ZLzjte-FzlL9atXjyYALj9hVINl2slzzpILUAAJGpH0Sq19L-PaU2QIww-fRWhpzG68i3mfy6X-VRRhtmrCLErdaihj0XxH5yP8MM/s1600/Larix6.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="720" data-original-width="1150" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqMk3_pWqFCLqTFiSqUrbliNyPniyGuyCcSQhPAMvSS3qNBcIerh5_v3TVab59pf3U6OGCb-YYXNHcO3xDqq0ZLzjte-FzlL9atXjyYALj9hVINl2slzzpILUAAJGpH0Sq19L-PaU2QIww-fRWhpzG68i3mfy6X-VRRhtmrCLErdaihj0XxH5yP8MM/s1600/Larix6.jpg"/></a></div>
<br>
Alerces comunes (<i>L. decidua</i>) y pinos cembros (<i>Pinus cebra</i>) en el Val d’Anniviers, Valais, Suiza. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:High-Route_St.Luc-Zinal.jpg" target="_blank">GabrielleMerk</a> / Licencia: CC BY-SA 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Proyectándonos hacia el futuro, parece que la especie japonesa no tendrá muchas dificultades en mantenerse en buena parte del área que ya ocupa en Europa. El alerce común, en cambio, debería ver su área reducirse considerablemente en las montañas en las que está presente naturalmente, aunque algunos autores le consideren como un buen sustituto y complemento a la pícea (Zeidler A. et al., 2022). Su porvenir a largo plazo pasaría más bien, creo yo, por permitir su instalación en las zonas boreales del continente.</span>
<br><br><hr><br>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Jagels R. et al. (2001) / Definitive identification of Larix (Pinaceae) wood based on anatomy from the Middle Eocene, Axel Heiberg Island, Canadian high arctic / IAWA Journal, Vol. 22 (1), pp. 73–83</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Memet S.L. et al. (2019) / Shifting global Larix distributions: Northern expansion and southern retraction as species respond to changing climate / Journal of Biogeography. Vol. 46, pp.30–44.</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Semerikov V.L. et al. (2003) / Conflicting phylogenies of Larix (Pinaceae) based on cytoplasmic and nuclear DNA / Molecular Phylogenetics and Evolution, Vol. 27, pp. 173–184</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Wei X.-X. andWang X.-Q. (2004) / Recolonization and radiation in Larix (Pinaceae): evidence from nuclear ribosomal DNA paralogues / Molecular Ecology, Vol.13, pp. 3115–3123</span></div>
<div height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Zeidler A. et al. (2022) / Is European larch (Larix decidua Mill.) a suitable substitute for Norway spruce (Picea abies (L.) Karst.) for agricultural land afforestation? /
Forest Ecology and Management, Volume 517.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-53966191464269910872023-02-19T22:01:00.025+01:002023-02-21T20:03:16.376+01:00Paleoautóctonas (65): Quercus<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Quercus</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Fagaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Fagales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles, menos frecuentemente arbustos. Yemas de ovoideo-oblongas a subglobosas. Hojas pinnatilobadas o pinnatífidas, con menos frecuencia serradas, dentadas o enteras, perennes, marcescentes o caducas; estípulas de alesnadas a linear-espatuladas, ± prontamente caedizas. Flores unisexuales; las masculinas, en amentos laxifloros colgantes, con perianto acampanado o pateniforme, de (4)6(9) lóbulos; estambres por lo general 6-12, de anteras exertas; las femeninas, en amentos laxifloros, en glomérulos o solitarias, axilares, cada una en el interior de un involucro constituido por numerosas escamas, con perianto de acampanado a urceolado; ovario tricarpelar. Frutos (glandes) de maduración anual o bienal, denominados vulgarmente bellotas; aquenios de oblongo-elipsoidales a globosos, 1 por cúpula, de sección redondeada; endocarpo de glabro a tomentoso; cúpula hemisférica o discoidal, entera, coriácea, escamosa, que abarca solamente la base del aquenio; escamas aplicadas y ± concrescentes o en parte libres, las que pueden terminar a veces en puntas blandas o punzantes.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">do Amaral Franco J. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 2 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El género <i>Quercus</i> es uno de los constituyentes más importantes de los bosques templados del Hemisferio Norte y tiene un área de distribución holártica que las glaciaciones apenas han logrado alterar. Esta persistencia del género <i>Quercus</i> en todo el Hemisferio Norte a través de todo el Cuaternario, cuando muchísimos otros géneros desaparecieron de amplísimas zonas, se debe probablemente en gran medida a la extraordinaria capacidad que tienen las especies de este género para migrar y para hibridarse unas con otras.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhebGW-KOj4DKin3A49HPKhc5CJbvSGlknIFHpEsT9IG4d9DWiJG5qL1vHAcnXgcBXDnlt-ra8S4T_WvB9-hUUVdN_2JWp0V-s2qakcQG86xwdyfmdRiXQjRZxfsrWtVR1zEwrI038Iuf3cXGgWgmetH89Y3XltgBE_Sftqg-lPoHELtffAUt-bfmoN/s1600/Quercus1.jpg"/>
<br><br>
Hojas de <i>Quercus castaneifolia</i>, especie termófila nativa del Cáucaso y el N de Irán. Arboretum Robert Lenoir, Rendeux, Bélgica / Autor: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Quercus_castaneifolia_JPG1b.jpg" target="_blank">Jean-Pol GRANDMONT</a> / Licencia: CC BY-SA 3.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La capacidad de migrar con cierta facilidad se debe al tipo de fruto que produce (bellotas), que es un elemento esencial en la dieta de muchos animales, tanto de mamíferos como aves, que dispersan sus semillas muy eficazmente. Buena prueba de ello es la presencia de este género en las Islas Canarias hasta hace pocos milenios (de Nascimento L. et al., 2009), donde probablemente fue llevado por alguna ave y donde tal vez fue realmente observado el quejigo andaluz (<i>Q. canariensis</i>), cuyo nombre específico se atribuye generalmente a un error de etiquetado (<a href="https://yurakuna.blogspot.com/2016/04/desvelado-el-misterio-del-roble-canario.html" target="_blank">¿Desvelado el misterio del roble canario?</a>).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi48QKXnzpOj-2pdGDXM1TqT2UIPFQXu-rIM8XWrvYp08vmmmT8rlwErmQn1gB5JR3al2jf8f2Z6OypmVYRpZRrYoUFzN-ewFZ-nt5Kb4hYCHw9ijiiopfqJUNGSSL1mJ2rnCPQ_oN-4bze1rmUSTa8Gk6ZYIf5tLxIzFH37I7JJTPVjVlELGsf8rD0/s1600/Quercus2.jpg"/>
<br><br>
Expansión de los robles caducifolios en Europa tras la última glaciación. Los círculos coloreados muestran los principales refugios durante la glaciación (Gieseke et al. 2013)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La capacidad de hibridarse y de retrohibridarse ofrece también a los <i>Quercus</i> una manera mucho más sutil de migrar a distancias considerables. En este caso, no son las semillas las que se desplazan, sino el propio genoma del árbol, dispersado por el viento en los granos de polen. Basta con que exista en algún sitio alguna población capaz de hibridarse con otra especie más o menos alejada para que el influjo de genes propicie un desplazamiento de una especie por la otra. Un escenario digno de las mejores películas de ciencia ficción pero bien real.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Aún así, estamos hablando de desplazamientos relativamente lentos a escala de una vida humana, habiendo tardado este género varios milenios en recolonizar Europa tras la última glaciación (ver figura anterior).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEii0-naMLSSC1fYHmnma7uymM7q1C_b7LyBjh-IGGVylTVsGZ67n1znHJHVMJpKBpMB1WPOCXwe9fEYMM5X8fo9uiBWKCou83ID_bZcgBte7noQg83QMZU_fnKPk-146cJUw7t5LyxriwYFNAVIzGjDW5lnVD7sf3o8nsEklRarul5yXRLEVculluZa/s1600/Quercus3.jpg"/>
<br><br>
Cúpulas de <i>Q. lamellosa</i>, típicas de las especies de la sección <i>Cyclobalanopsis</i>. Yunnan, China. / Fotografía: <a href="https://spain.inaturalist.org/observations/5322488" target="_blank">kristofz</a> / Licencia: CC BY
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El origen de este género remonta probablemente al Cretácico Superior, habiéndose atribuido al género <i>Quercus</i> o parataxones afines distintos fósiles encontrados en Norteamérica y el E. de Asia. En Europa el género hace su “aparición” en el Paleoceno, formando parte entonces de una vegetación de tipo subtropical con algunos elementos templados (Barrón et al., 2017).</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Tal como muestra el árbol filogenético a continuación, el género <i>Quercus</i> se diversificó muy pronto y ya en el Eoceno se habían individualizado los subgéneros y la mayoría de las secciones que conocemos actualmente. Es interesante notar, por ejemplo, que en aquella época ya había una gran diversidad de especies de este género en regiones septentrionales. En sedimentos del N de Groenlandia datados de 40-42 Ma se han descrito hasta 7 especies pertenecientes a cuatros diferentes secciones (<i>Quercus</i>, <i>Lobatae</i>, <i>Protobalanus</i> e <i>Ilex</i>). Las secciones <i>Quercus</i>, <i>Ilex</i> y <i>Protobalanus</i> no llegarían, sin embargo, a colonizar Europa en aquella época, quedando confinado <i>Protobalanus</i> en Norteamérica hasta nuestros días y apareciendo las secciones <i>Quercus</i> e <i>Ilex</i> mucho más tarde.</span>
<br><br><hr>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvbLC5SQfke4bksCNyPN_oWE1hYHT_Y2hkdmupDLmf_5YGw9CXEd2oa9W0w2TLFAgAiScIcpRmQ2RsExmo2HymaMe3yq7BupS5Uad5eiCuZN3ekbNb0MFIEtbg0li4KmNdHSydKIV2xV3Ho_DWvbBcQxv1zurOkj-LCgi0bnBFmSUnY90S81t898dA/s1600/Quercus4.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="4096" data-original-width="3251" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvbLC5SQfke4bksCNyPN_oWE1hYHT_Y2hkdmupDLmf_5YGw9CXEd2oa9W0w2TLFAgAiScIcpRmQ2RsExmo2HymaMe3yq7BupS5Uad5eiCuZN3ekbNb0MFIEtbg0li4KmNdHSydKIV2xV3Ho_DWvbBcQxv1zurOkj-LCgi0bnBFmSUnY90S81t898dA/s1600/Quercus4.jpg"/></a></div>
<hr>
Filogenia del género <i>Quercus</i>. Hipp A.L. et al. (2020)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Durante todo el Paleogeno y buena parte de Neogeno, las especies del género <i>Quercus</i> presentes en Europa pertenecieron todas a las secciones <i>Cerris</i>, <i>Lobatae</i> y <i>Cyclobalanopsis</i>, haciendo su aparición la sección <i>Quercus</i> en el Oligoceno e <i>Ilex</i> en el Mioceno. Es interesante notar que la sección <i>Lobatae</i> es hoy en día exclusivamente americana tras desaparecer del continente europeo durante el Mioceno.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcuSM8AAbZpC1s4DKkr6XEitWMHuKx22qz4aOiA3lYrZFmBSJl3wHTtZeXD_OS4jXor2k_HXbzPqKuAssbeM328tTNTwkibiSkD2UtHqMlAe3VkvgyxyPghRrD1T3_PlDd2LIjz6mmL5JTgIlKbAtSknE-7EKdRLZWwKYD5FDAUD4oAgXqoY8uhV8Q/s1600/Quercus5.jpg"/>
<br><br>
Importancia de las distintas secciones del género <i>Quercus</i> en el registro fósil europeo. Barrón (2020)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La persistencia de especies de la sección <i>Cyclobalanopsis</i> hasta el Plioceno en regiones como Portugal y Bulgaria es interesante, siendo hoy en día todas las especies pertenecientes a esta sección originarias del SE asiático. Estas estuvieron probablemente asociadas a la presencia de las últimas laurisilvas del continente europeo, en las que otra fagácea muy próxima a <i>Quercus</i> (<i>Trigonobalanopsis</i>) también estuvo presente.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La llegada de la sección <i>Quercus</i> desde el continente americano se hizo aparentemente en dos oleadas, llegando el antecesor de <i>Q. pontica</i> en el Oligoceno y el del clado de los "roburoides" en el Mioceno, tal vez a través de Asia o directamente a través del puente norteatlántico. Este último clado se diversificó rápidamente a finales del Mioceno y en el Plioceno, dando nacimiento a buena parte de las especies de hojas caducas y marcescentes presentes en continente europeo, siendo absolutamente dominante en el W del mismo. En el E, las especies de la sección <i>Cerris</i> encontraron refugios más duraderos y las especies de ambas secciones conviven allá en amplias zonas.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Los representantes de la sección <i>Ilex</i> son pues los últimos llegados en el continente europeo, habiéndose diferenciado las especies de esta sección a partir de antepasados de origen asiático que llegaron a Europa probablemente a principios del Mioceno, expandiéndose a lo largo del brazo oriental del Tethys. Dos especies esclerófilas muy presentes durante todo el Neógeno en toda Europa pertenecían a este clado (<i>Q. drymeja</i> y <i>Q. mediterranea</i>) y eran constituyentes de bosques de climas húmedos o con veranos húmedos, condiciones similares a las que exigen las actuales especies del Himalaya (<i>Q. baloot</i> y <i>Q. floribunda</i>) que se encuentran en la base del clado que alcanzó el continente europeo.</span>
<br><br><hr>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOnnj_bYbSf0eJyR8n9p5oK-fY5x52VIzAIa8vC8tHnVkZsxaPznCqI2hiy2B1TnpAvDrUgV72dJ6saZ9pGXoVshXM5EcssW-WXnStgieue6IenSemk5-O5XcpdQL0VaIL9O3Tje7OUFyKlhMFygmP34Ig8o8Q6ixImtORFa94riOx6p2REp6w609N/s1600/Quercus6.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="1203" data-original-width="2128" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOnnj_bYbSf0eJyR8n9p5oK-fY5x52VIzAIa8vC8tHnVkZsxaPznCqI2hiy2B1TnpAvDrUgV72dJ6saZ9pGXoVshXM5EcssW-WXnStgieue6IenSemk5-O5XcpdQL0VaIL9O3Tje7OUFyKlhMFygmP34Ig8o8Q6ixImtORFa94riOx6p2REp6w609N/s1600/Quercus6.jpg"/></a></div>
<hr>
Filogenia de la sección <i>Ilex</i> del género <i>Quercus</i>. Jiang X.L. et al. (2019)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La adaptación a la sequía de las especies de este clado parece haberse iniciado muy tempranamente, habiéndose encontrado polen de tipo <i>ilex</i>-<i>coccifera</i> ya en el Mioceno Medio, por mucho que los macrorestos brillen por su ausencia, probablemente debido al tipo de medios en que se desarrollaba este tipo de vegetación.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Resultado de las idas y venidas del Cuaternario, existe hoy en Europa una buena diversidad de especies adaptadas a climas templados, submediterráneos y mediterráneos. Muy pocas especies, sin embargo, están adaptadas a un clima cálido y húmedo (Cfa según la clasificación de Köppen-Geiger) como el que predominaba en buena parte de Europa antes de las glaciaciones y que los modelos de los climatólogos prevén dominante en toda Europa Central a finales de este siglo. Son fundamentalmente dos las especies de robles termófilas e higrófilas que han sobrevivido en el S del continente europeo o en zonas aledañas (Cólquida, bosque hircano del N de Irán). Una de ellas aún tiene buenas masas en el N de África y sobrevive en algunos puntos de la Península Ibérica. Se trata del quejigo andaluz (<i>Q. canariensis</i>), que según el estudio llevado a cabo por Felicísimo et al (2010), podría ver su área potencial desplazarse hacia el norte de la Península y las zonas más cálidas de Europa Central. Este ejemplo es particularmente interesante porque nos muestra la amplitud de los cambios que hemos de esperar de aquí a finales de siglo.</span>
<br><br><br>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtCJr0e89dOTvTJcysFwqrbDSDOLPlgP7BJxFc6_5j8zOmrqFLkZtT1m0-S5F80VsJeFHy6ddWAEVQ5Y32DANxdz-q5szrUQOPNC6sDIkKTmiriGd1mbouTAI5I4DOIRZBwypa7jy7eP6OBKUR3mehehpkagl0IStQOQeU0ngoGx5O8XwlqFrqGaeY/s1600/Quercus7.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="1424" data-original-width="3015" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtCJr0e89dOTvTJcysFwqrbDSDOLPlgP7BJxFc6_5j8zOmrqFLkZtT1m0-S5F80VsJeFHy6ddWAEVQ5Y32DANxdz-q5szrUQOPNC6sDIkKTmiriGd1mbouTAI5I4DOIRZBwypa7jy7eP6OBKUR3mehehpkagl0IStQOQeU0ngoGx5O8XwlqFrqGaeY/s1600/Quercus7.jpg"/></a></div>
<br><br>
Distribución potencial del quejigo andaluz (<i>Q. canariensis</i>) en el horizonte 2100 (Felicísimo et al. (2010) / Licencia: Creative Commons).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La otra especie es un poco la contrapartida oriental del quejido andaluz y sus antecesores directos tuvieron una vasta área de distribución en Europa en el Neógeno. El roble persa (<i>Q. castaneifolia</i>) podría, si se confirman los modelos de los climatólogos, hacer un sonado regreso a Europa. No creo, sea dicho de paso, que los ingenieros forestales lo vean con muy mal ojos, al ser esta especie un auténtico monstruo, midiendo algunos ejemplares del N de Irán más de 50 metros de altura con un tronco de más 3,5 m de diámetro.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCe04xha_lErhh-IT1kZFjQx9_HeYKf7GiNHEoW1LTMbo-PijAjCtLKd-aaXTestVWMukEzvf2jubOno6p6Y6tnNR8wWhik7MBVgQcQhUbX-S6nNWsD6BKUzxtRUL9qphpKNQbduR84SbloA3tThlqCC2Kio9uzbmEcUsdl2JaioGesB1xmaMEYhei/s1600/Quercus8.jpg"/>
<br><br>
Este roble persa (<i>Q. castaneifolia</i>), fotografiado en el bosque hircano del N de Irán, mide 60.4 m de altura, 4,9 m de diámetro y 22 m de circunferencia. Es posiblemente el roble más grande del mundo. / Fotografía: <a href="https://twitter.com/PieterDeFrenne/status/1388213327856377856" target="_blank">Alireza Naqinezhad</a>.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">De la sección <i>Cerris</i>, sea dicho de paso, ya se ensaya en muchos países de Europa Central al roble cabelludo (<i>Q. cerris</i>), más resistente a la sequía que <i>Q. robur</i> y <i>Q. petraea</i>, especies con las que convive en Europa Central. No faltan pues alternativas en este género, siempre y cuando se acepte la idea de que el cambio climático obligará muchas especies a buscarse la vida en áreas que les son mucho más favorables. Tratándose de un género tan venerado por los naturalistas, probablemente tardemos un poco en darnos cuenta de la urgencia de la situación, más evidente para aquellas personas que se enfrentan a diario con el problema del decaimiento de muchos de nuestros bosques.</span>
<br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Jiang X.L. et al. (2019) / East Asian origins of European holly oaks (Quercus section Ilex Loudon) via the Tibet-Himalaya / Journal of Biogeography, Vol. 46(10), pp. 2203-2214</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Hipp A.L. et al. (2020) / Genomic landscape of the global oak phylogeny / New Phytologist (2020) 226: 1198–1212</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Barrón E. et al. (2017) / The Fossil History of Quercus / In: E. Gil-Pelegrín et al. (eds.), Oaks Physiological Ecology. Exploring the Functional Diversity of Genus Quercus L., Tree Physiology 7, https://doi.org/10.1007/978-3-319-69099-5_3</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">de Nascimento L. et al. (2009) / The long-term ecology of the lost forests of La Laguna, Tenerife (Canary Islands) / Journal of Biogeography, Vol. 36, pp. 499–514</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div style="left: 100px; position: relative; top: -70px; width: 85%;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Felicísimo, Á. M. (coord.) 2011. Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático de la biodiversidad española. 2. Flora y vegetación. Oficina Española de Cambio Climático, Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Madrid, 552 pág.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-21376671829552699192023-02-11T18:48:00.001+01:002023-02-11T18:48:46.837+01:00Paleoautóctonas (64): Juniperus<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Juniperus</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Cupressaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Pinales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles o arbustos, monoicos o dioicos. Hojas decusadas o ternadas, aciculares o escuamiformes; las juveniles, siempre aciculares; las adultas, aciculares y ternadas o escuamiformes, a veces mezcladas con algunas aciculares. Conos masculinos axilares o terminales, formados por escamas peltadas o subpeltadas que llevan 3-7 sacos polínicos en su cara inferior. Gálbulos (fructificaciones carnosas bacciformes e indehiscentes) ovoideos o globosos, axilares o terminales, de maduración anual o bienal, a veces trienal. Semillas ápteras, ovoides u oblongas, angulosas o redondeadas, 1-12 por gálbulo.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">do Amaral Franco J. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 1 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Con sus frutos carnosos (gálbulos), el género <i>Juniperus</i> es relativamente fácil de identificar y diferenciar de los demás géneros pertenecientes a la familia de las Cupresáceas. El parentesco con los demás géneros tampoco es que sea muy difícil de establecer: sus frutos conservan aún las marcas o cicatrices de lo que eran las escamas de sus conos.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidmZvKj3xVtdRNX6fvO029LdzPNJ-zJzjUenW3kOHGCkitmoVD_aeek_hrsmbQ_pZPz6fKG1f6GYkYokSBB9YUDnGffqKIsqSYBK_H3mqb1KZDpVcFuJGfAg1RkA8wihoCQ1xkG8LMdsqYegzHTng8tkrjVjLbWz3suWhai5cGjnZELUfuI8b3JMAm/s1600/Juniperus1.jpg"/>
<br><br>
Gálbulos de <i>Juniperus oxycedrus</i>, Toledo. / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El parentesco con los cipreses <i>sensu lato</i> es particularmente evidente, situando los estudios filogenéticos más recientes llevados a cabo sobre el género <i>Juniperus</i> como el pariente más próximo al clado que agrupa a los géneros <i>Cupressus</i>, <i>Hesperocyparis</i>, <i>Callitropsis</i> y <i>Xanthocyparis</i>). Pasar de ser especies anemócoras (semillas dispersas por el viento) a especies zoócoras (semillas dispersas por los animales) garantizó a los enebros una mayor dispersión y el género ocupa hoy absolutamente todo el Hemisferio Norte y el E de África. El género consta hoy en día de 66 especies.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEtfZsgTyF50B7vR8dFjLDQR4or7t0nPAgZVz3jFL2qprSmopStjlTjFJha90a53X1r5Mj6wvUZuj8qO_F5tMmTh7xhDmUTtN-VKIrLnTFcAjq1PP-ruk5mH3GgiIp-mqH8yacoyHxYE1cR0ak68MuXI_0k4ak2Q5R3wGEYB6AN5eHDDYITTEDw-fE/s1600/Juniperus2.jpg"/>
<br><br>
Árbol filogenético del género Juniperus. Simplificado de Mao et al. (2010) y teniendo en cuenta los resultados de Balkenbush T. (2018)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Una de las características que más llama la atención en muchas especies del género <i>Juniperus</i> es la persistencia en la edad adulta de sus hojas juveniles. Las primeras hojas que desarrollan los cipreses son aciculares pero casi de inmediato empiezan a aparecer ramillas cubiertas de hojas escuamiformes que son el único tipo de hoja visible en los ejemplares adultos. En los enebros, ambos tipos de hojas se pueden observar, llamando sobre toda la atención aquellas especies que conservan hojas aciculares toda su vida.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQcqVqLeWoPaRmYke6JmuyiNz586tmoMuXBTw-UewrARgvOrVT_dEuIsKCsEooIIZ3uRAqIqtIQwpoM9DGJXRn01-PaOwg3idA-ncZu1sYqfC4ZiZa1mkp5YA2WjAege_7z1SNP1uAjaY9CQPtfheDqCdjIYV5d62-UFkY_yyGYxkOXmzhWmmd3JUG/s1600/Juniperus3.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiJ4D4zMQMj_sDMpJQaNGfBfE8ml91LUv8Q0cQ5rXcwnqJHJYMf6ToBQeuOBPVo9y4JwTCIiveef9HKJH2ZhNw_MB9nsmcQ7tpgjMAzAPUthgRvXIufXeU2YOaKptD1HXbQe93HbUC8fn0tefDRc7AB-nwmRXss8-f4doehLf6m5lRLNWbORy5KONk/s1600/index.jpg"/>
<hr>
Distribución del género Juniperus en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El fósil más antiguo del género Juniperus que se ha encontrado hasta le fecha proviene del Paleógeno de las montañas de Bohemia (České středohoří) y permite fijar su aparición más o menos en el límite Eoceno/Oligoceno (Kvaček, 2002). Este hallazgo coincide con el origen euroasiático al que apunta el árbol filogenético de este género. De Eurasia pasó al África subsahariana en el Oligoceno y a Norteamérica en varias oleadas, perteneciendo las especies americanas a varios clados aparecidos en distintas épocas, siendo la irrupción en el Plioceno de <i>J. communis</i> (que tiene un área de distribución holártica) la última de ellas.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgTmtw2qomuJznDj1ANJxB279OP8WnsqfPL4rXVNLCOqA0EGva2kRcXDQnoVq7AjS2prU0qvtVubeJvDgx-drFlqhKmCzMyi5ly8AXVgi0-8nlw97rWEuXBS-62sjkZ4TH2OMKPCJqCpngypZRPYmcfZt6nPNDGisPBo5Ddhx8hFjLeBjwP5VgIkJBM/s1600/Juniperus4.jpg"/>
<br><br>
Sabinas (<i>Juniperus thurifera</i>) en Hornuez, Segovia. / Fotografía: Jmgvalles / Licencia: CC BY-SA 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Este género comprende algunas de las especies más resistentes del continente a condiciones extremas de sequía y de temperatura, siendo la sabina (Juniperus thurifera) la única especie de árbol capaz de sobrevivir en la Península Ibérica y en el Atlas en los altos páramos con un clima continental mediterráneo extremo.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAI4KXWySbaM92pTTunUL6kSDQuPa9bkJA0zZLvTmWmm5RaYByxJmxB8QeKWuo5PtlddJMa3qRibpTBsVixXpVf_6cGT3knIA-NAosvjyhakEtSkOMCYQuKrcSegFpWtIRBzmLjhu52GcKK3Itfv8qxnwzhVsMUg1UkrOwNLVrNiX-RaQiq1-id90Y/s1600/Juniperus5.jpg"/>
<br><hr>
Distribución presente y futura de Juniperus communis subsp. alpina en la Península Ibérica. Felicísimo et al. (2011).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El cambio climático debería a priori sobre todo perjudicar a las especies más ligadas a la altitud. El enebro rastrero (<i>J</i>. <i>communis</i> subsp. <i>alpina</i>), en particular, podría llegar a prácticamente desaparecer de la Península Ibérica. Las especies típicamente mediterráneas deberían tener mejores oportunidades aunque una disminución de la continentalidad afectaría a especies como la sabina (<i>J</i>. <i>thurifera</i>). Las especies ligadas a entornos azonales como las dunas litorales, en cambio, no deberían verse demasiado afectadas.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Kvaček, Z. (2002) / A new juniper from the Palaeogene of Central Europe. / Feddes Repert., Vol. 113, pp. 492-502. https://doi.org/10.1002/fedr.200290001</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Mao K. et al. (2010) / Diversification and biogeography of Juniperus (Cupressaceae): variable diversification rates and multiple intercontinental dispersals / New Phytologist, Vol. 188, pp. 254–272</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Felicísimo, Á. M. (coord.) 2011. Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático de la biodiversidad española. 2. Flora y vegetación. Oficina Española de Cambio Climático, Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Madrid, 552 pág</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Balkenbush T. (2018) / Improving the Phylogenetic Understanding of the Genus Juniperus / All Master's Theses. 944. Central Washington University</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-2053257735351032442023-02-09T14:15:00.002+01:002023-02-09T14:39:30.561+01:00¿Son siempre malas las especies invasoras?<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Quienes siguen con regularidad este blog y su correspondiente página de Facebook ya sabrán la profunda animadversión que siento hacia la biología de las invasiones. Estoy totalmente en la línea de David Theodoropoulos, que considera que se trata de una pseudociencia, al estar basada en definiciones y aseveraciones no demostrables o directamente falsas. Ya expliqué hace poco, por ejemplo, que la afirmación mil veces repetida de que las invasiones biológicas son la segunda causa de extinciones en el mundo era una burda mentira que nadie se ha preocupado en desmentir. Lo menos que se puede exigir a un científico es que rectifique cuando se equivoca pero en la biología de las invasiones, las mentiras lamentablemente se autoperpetúan...</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En este artículo quiero mostrar que la aparición de nuevas especies no necesariamente tiene exclusivamente efectos negativos, sino que en muchos casos tiene incluso consecuencias bastante positivas para muchas especies autóctonas. Se suele casi siempre explicar el éxito de las especies "invasoras" por la total ausencia de depredadores o de enemigos en los ecosistemas invadidos. Esa es, sin embargo, tan solo una media verdad, porque quienes afirman eso se olvidan que los ecosistemas y las especies “aprenden” y cambian mucho más rápidamente de lo que pensamos. Se ha insistido machaconadamente, al describir las especies invasoras, en que estas no habían “coevolucionado” con las especies autóctonas y que eso les confería algún tipo de ventaja evolutiva que explicaría en gran parte su éxito. En este artículo os haré descubrir algunos casos que os resultarán tal vez sorprendentes, fruto de investigaciones recientes (y no tan recientes) que como mínimo deben invitarnos a ser prudentes a la hora de valorar la presencia de nuevas especies en nuestros ecosistemas.</span>
<br><br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 20px;"><b>Malditos mejillones</b></span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En las listas de especies invasoras de todos los países europeos aparece casi invariablemente en primera posición el mejillón cebra (<i>Dreissena polymorpha</i>), un mejillón originario del Mar Caspio y de la cuenca del río Volga (región que se considera aún Europa) que en algún momento logró entrar en las redes fluviales de los principales ríos navegables de Europa. Su proliferación, bien es cierto, fue espectacular y ha provocado gravísimos problemas hidráulicos al tapizar las superficies internas de canales y de conducciones, reduciendo notablemente su caudal.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit1l0U6HUIgWi8VNEuXLnVB0fHk_mH5E-P4e3AufQasIooMjQtXrpNK9v3KPOn2D83tpA0eOd_TlC5nnyzaP5Ow5wPvAioSjKgotQASNKxfaUq7iCPGeVsvm9yQ_ZVYAdapUAZUUPe5-Z0aEq5kYnOR9IzU8N5qj7ilID6JAvGfo_ILULfLte0LW6-/s1600/Dreissena_polymorpha.jpg"/>
<br><br>
Mejillón cebra (<i>Dreissena polymorpha</i>) en Arnhem, Holanda / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Dreissena_polymorpha_(Zebra_mussel),_Arnhem,_the_Netherlands.jpg" trget="_blank">Bj.schoenmakers</a> / Licencia: Domninio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">A pesar de las terríbles consecuencias que puede tener sobre las infraestructuras hidráulicas, que obliga a limpiarlas regularmente y a rediseñarlas, la presencia del mejillón cebra tiene algunas contrapartidas interesantes. Como todos los mejillones, el mejillón cebra se pasa el día filtrando el agua en la que vive, alimentándose de organismos microscópicos unicelulares como bacterias, algas verde-azuladas, pequeñas algas verdes y protozoos. También consume partículas detríticas muy finas. Consecuencia de ello, el mejillón cebra actúa como una auténtica depuradura de las aguas en las que vive. En Norteamérica, este pequeño molusco logró él solo reverter la pésima situación en que se encontraban los grandes lagos, logrando incluso que renaciera una actividad como la pesca. Grandes defectos, sí, pero enormes beneficios también. Lo mismo ocurrió en los grandes lagos suizos, que invadió por completo pero que contribuyó a limpiar. El caso de los lagos suizos y del Lago Leman en particular es interesante. Se han convertido durante las últimas décadas en zonas de invernada de múltiples especies de patos buceadores, que se alimentan precisamente de mejillones. El caso más sonado es el del eider común (<i>Somateria mollissima</i>) especie marítima que ha llegado a nidificar en ese lago en 2020. Para los ornitólogos del país alpino, la presencia del mejillón cebra es una auténtica bendición, por mucho que lo digan con la boca muy pequeñita para no herir sensibilidades.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqTxV3o-cXrfa-Y0lMOM10AG0iy6nK1Mxy-mZJhUhfL12vU7jlMYWNnuqFcip0U3_DS86IevcJRNZr7TVvfay2IwHFhoqDP2xOOvmoK-lcQhF9Ofvm1VPCsvkBJy8jp0BDZTg2FE4iWpOtDQs-s4QCL1N4_au3rJY3SVUxIdhv_4XND4RktfR8fp13/s1600/Somateria_mollissima.jpg"/>
<br><br>
La nidificación del eider común () en el lago Lemán, Suiza, fue uno de los acontecimientos del año en el país alpino. En la fotografía, una pareja fotografiada en Helgoland, Alemania. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Somateria_mollissima_male_female.jpg" target="_blank">Andreas Trepte</a> / Licencia: CC BY-SA 2.5
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Sin emabrgo, nada en la vida es para siempre y tras un periodo de auge y de dominancia, el mejillón cebra se ve hoy desplazado por la irrupción en Europa del mejillón quagga (<i>Dreissena rostriformis bugensis</i>) originario del delta del Dniepr. En el lago Leman, desde su aparición en 2018, el mejillón quagga ha colonizado el lago entero y está presente en cualquier lugar entre 0 y 100 m. En algunas zonas, una capa de 10 a 20 cm de mejillones cubre el suelo. Al ser un mejillón más pequeño que el mejillón cebra, cualquier objeto le sirve de substrato. Parece por ahora que la cohabitación entre ambas especies es harmoniosa, dominando la quagga en aguas profundas. Los patos buceadores parece que no se van a morir de hambre...</span>
<br><br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 20px;"><b>De menú ahora tenemos cangrejo</b></span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Basándonos en los listados de especies exóticas establecidos estos últimos años, el otro gran “monstruo” de nuestros ríos es sin lugar a dudas el cangrejo americano (<i>Procambarus clarkii</i>), al que se acusa de competir ferozmente con “nuestro” cangrejo autóctono. Este ejemplo es interesante porque resulta que el cangrejo que consideramos “autóctono” en realidad no lo es, sino que fue introducido desde Italia a finales del siglo XVI por expreso deseo del rey Felipe II (Clavero M. Et al., 2016)). Los romanos lo tenían muy claro al decir que, finalmente, los invasores se convertían en indígenas (<i>Tandem aliquando, invasores fiunt vernaculi</i>). El caso es que esta especie introducida en 1974 en las marismas del Guadalquivir ha colonizado absolutamente toda la Península y su erradicación es hoy en día absolutamente imposible. Cabe preguntarse, expuesto lo anterior, si tiene algún sentido gastarse millones de euros para preservar otra especie exótica que a la fuerza también tuvo que ser invasora en algún momento para llegar a colonizar toda la red fluvial española…</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOtnbBYP20WE1etDwIztGwOHZQllXb_sREDOuzvY3bbafF9vOSdkGNHKynNczsdL4o-A6bYplWJwSV_np5lB3tDdoyInxDpJqhCJTvgJuC3HCNMBaA9fhKYBEPAIXTDL0V1RYF2yVPDbLaFCXr7983rSodU1s4lxIPB5mECDrLrBnNfeBhvNF7r2Lo/s1600/nutria_besos.jpg"/>
<br><br>
Nutria en el río Besos / Fotografia: A. Segura García i M. Villena García
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Ante tal proliferación de cangrejos, la fauna local no se ha quedado parada, viendo como esa especie se adueñaba de nuestros ecosistemas. Muy al contrario. El cangrejo americano se ha convertido en la presa predilecta y en algunos casos exclusiva de muchas especies. El caso más sonado es el de la nutria, cuya recuperación se solía atribuir inicialmente a la mejora de la calidad de nuestras aguas tras la puesta en marcha de toda una red de depuradoras. Pero lo cierto es que resulta cada vez más evidente el papel desempeñado por el cangrejo americano en la espectacular recuperación de sus poblaciones. En las marismas del Guadalquivir, según un estudio llevado a cabo por el CSIC, un 60% de los animales autóctonos de las marismas han incluido en su dieta al cangrejo rojo americano. Unas 20 especies basan más del 50% de su alimentación en él. Consecuencia de ello, las poblaciones de algunas aves se han disparado. La población total de las aves depredadoras que hibernan en la zona se ha multiplicado por 300, un incremento muy superior al experimentado en el resto de Europa. Las aves herbívoras, en cambio, han permanecido estables durante los últimos 30 años.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLszAOOrOQRuwUGfdGSyJmV8jEXTpQ4J_bhJ-sPKnrtST1tjtRNpMpWjRFrL5qXIdDqBkVsnmkNMwtbIDiAOv3KwPlbO72X4t4qAwq6fDdf4mmlGLlc4IullekzzNW7E9XMvSBx722oAQOyPXKGN0mXyqzVQQiHJuKh-Wo4MROo0mvrwvTTHs5I9rC/s1600/cangrejo_rojo.jpg"/>
<br><br>
Cangrejo rojo americano en la Fontcalda, Gandesa / Fotografía: <a href="https://desinsectador.com/2015/09/25/sobre-el-cangrejo-americano-procambarus-clarkii-en-espana/" target="_blank">Carlos Pradera</a> / Licencia: <a href="https://desinsectador.com/about/" target="_blank">autorizado por el autor</a>
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Seamos sinceros, el cangrejo rojo ha llegado para quedarse. Catalogarlo como especie invasora es totalmente inútil y vano. Ya se ha expandido por doquier y ha colonizado prácticamente todo el área que le convenía. El cangrejo "autóctono" se salva, en realidad, por ser el cangrejo americano más friolero que él. El cangrejo "autóctono" se hace más frecuente en las cabeceras de las cuencas fluviales, en las zonas más frías que no ocupa el cangrejo americamo.</span>
<br><br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 20px;"><b>Escandalosas cotorras</b></span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Dos especies de cotorras están actualmente colonizando el continente europeo, favorecidas por el cambio climático, que asegura una mayor supervivencia de estas especies durante los meses de invierno. Por un lado tenemos a la cotorra argentina, originaria de las zonas templadas cálidas del Cono Sur de Sudamérica, cuya población ha aumentado de manera sensible en toda la costa mediterránea de la Península Ibérica y la región de Madrid y presente ya en casi toda la Península. En Europa sus principales poblaciones se encuentran en la región mediterránea aunque existen también algunos pequeños núcleos más norteños. Su población total en Europa se estima en unos 23758 individuos repartidos en 179 municipalidades de 8 países (Postigo et al., 2019).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAAV1XxgyF4PJMAMGvoTvr7XygmWjG2MyO0AJj_ckuu3BBdVMv20dmNiMDvo28WkXoS7JUHvyR0ZdpHywtZEgto2wiuhbityvC9KCMiiNCANUlgmfbC06kbNo-ycb5mmqZ_38ScLErxlImkThDxgoFxdIMZSagJ1Doqh_AWK8vlamgm29N9UwLk0tm/s1600/distrib_cotorra.jpg"/>
<br><br>
Distribución en Europa de la cotorra argentina (Postigo et al., 2019).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Por otra parte tenemos a la cotorra de Kramer, ave naturalmente presente en toda la franja del Sahel, en Africa, y todo el subcontinente indio. En Europa, su principales núcleos de población se encuentran, curiosamente, en el norte de Europa, aunque también existe una población bien establecida en Italia. En la Península Ibérica, ocupa un área similar a la que ocupa la cotorra argentina, aunque sus efectivos sean por ahora bastante menos importantes. Su población total en Europa es bastante superior a la de la cotorra argentina, estimándose en unos 85,000 individuos repartidos en unas 90 poblaciones en 10 países (Pârâu et al., 2020).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoSPTGXF7Dgq1NPMhIHDCuMi7IIbnWwHVB0KvDu_Rwd09OMu_FfnZprnz7WVDqhHMMnruPpq3CY4A1B1CZscUHJvygNO1e4bzdXwUFhJH8-8V8O44ZhJBVmptptF9XEAL7jQY_okwLOdxwVA1ddH_d2y_8eXnnHFAKufz3XqublsXF1bCPBL0PDuCI/s1600/kramer.jpg"/>
<br><br>
Distribución en Europa de la cotorra de Kramer (<i></i>). Pârâu et al. (2020) / Licencia: CC BY-NC 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Se ha acusado reiteradamente a las cotorras de ser las causantes de la rarefacción y desaparición de algunas especies de aves muy ligadas a las ciudades, como pueden ser los gorriones, pero lo cierto es que las poblaciones de gorriones se están desplomando en toda Europa, incluso en las vastas zonas en las que no hay cotorras. Se trata pues aparentemente de una acusación sin fundamento. Las cotorras en realidad aprovechan recursos que otras especies no suelen explotar y se ven por ello claramente favorecidas. Llevo años observando como se alimentan de las castañas del castaño de Indias o de las semillas de los cipreses, que consiguen abriendo los conos con su poderoso pico y se impone una conclusión evidente al observarlas “pastar” en el césped de nuestros peques y jardines: nuestras ciudades están diseñadas para ellas. Su éxito era pues previsible. En cambio, para los gorriones, nuestras ciudades son áreas cada vez menos atractivas. Y eso que las cotorras les proporcionan vivienda, puesto que no es infrecuente que ocupen las cámaras inocupadas de los nidos de las cotorras.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUB0E3DhGU9ylzUrIAY8F16w8PxiaqBoBdDubULA11Aiybyn3E8KLiPIDcH-sDlSfSw6ov5tTO_4Mm8fZcTVAKqQkvDGcDfPsfVaXB2vM_LyUTHh4xfb7EUF9uS_-O0dFtBk1R88Dk8gTCDfhnOuoMmLAPYCXKdy2j7YHeRWIGxyehQdhL68wmPC2Z/s1600/cotorra_cipres.jpg"/>
<br><br>
Cotorra abriendo el cono de un ciprés para comer sus semillas. Barrio de Moratalaz, Madrid. / Fotografía: <a href="https://www.facebook.com/photo?fbid=632317012229554&set=a.506451511482772" target="_blank">Adrián Rodríguez</a> / Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La instalación de la cotorra de Kramer, en cambio, sí que ha perjudicado claramente, inicialmente, a una especie autóctona de murciélago () que ocupaba las grandes cavidades en los árboles del Parque María Luisa de Sevilla (). Tras la instalación de las cotorras de Kramer, que como casi todos los psitácidos nidifican en cavidades preexistentes, los murciélagos han tenido que desplazarse hacia otras zonas del propio parque y de la ciudad (). Los estudios no establecen, sin embargo, cual ha sido la evolución posterior de las poblaciones de murciélagos ni si se ha alcanzado un equilibrio desde entonces. Los proyectos de erradicación que se han puesto en marcha de forma casi inmediata tal vez no tengan ya hoy un carácter tan urgente como pudiese parecer en un primer tiempo. Espero que un seguimiento serio de las poblaciones de ambas especies logre darnos una imagen actualizada de la situación.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdz96hGgqQPeuy96N5L1g_BQ0F62b08rtFqBzPyQH9CCeE33bdsVeJg4Vn0OJ_JahGvgZucmvp4rxXVIgj7edldOJf5Nu1k6ATbLMIXQNh3S6QYZBn4MCAzREYxFIH9kgcc4kNIEqbOToXv_eabnXyT3iLksx_E6sWza5PL85GIHGlgCxRMgZ5ZzoN/s1600/Cotorra_de_Kramer.jpg"/>
<br><br>
Cotorra de Kramer, Las Palmas de Gran Canarias / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Cotorra_de_Kramer_%28Psittacula_krameri%29_%285586350161%29.jpg" target="_blank">Juan Emilio</a> / Licencia: CC BY-SA 2.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Se podría pensar, viendo la autoridad y el tamaño de las cotorras, que éstas no tienen enemigos ni depredadores en Europa pero eso sería de nuevo caer en la trampa del mensaje vehiculado por la biología de las invasiones. ¡Por supuesto que tienen enemigos y depredadores! No dejan de ser aves, al fin y al cabo, e incluso una presa fácil para aquellos depredadores capaces de darse cuenta de ello. Muchos dirán que nuestros depredadores no han coevolucionado con las cotorras y que por lo tanto no las ven como presas. Me temo, sin embargo, que pensar esto denota una mala interpretación del término “coevolucción”. Volveré a evocarlo al final de este artículo. Un estudio reciente llevado a cabo en el área urbana de Follonica, en Italia Central, ha demostrado que la cotorra de Kramer ya se ha convertido en una de las presas favoritas del búho chico (Mori et al., 2020). No creo que sea ninguna sorpresa e imagino que solo es cuestión de tiempo para que ocurra lo mismo en España con la cotorra argentina... </span>
<br><br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 20px;"><B>El peligro amarillo</B></span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">De todas las especies invasoras, la que más alarma social ha causado estos últimos años es sin lugar a dudas la avispa asiática (<i>Vespa velutina</i>). En pocos años, esta especie originaria del E de Asia se ha hecho fuerte en buena parte de Europa occidental sin que, sin embargo, haya causado un incremento notable en la mortandad causada por las avispas y las abejas. Contrariamente a lo que se puede pensar, no se trata de una avispa especialmente agresiva y su veneno no es más potente que el de las avispas autóctonas. El mayor impacto que ha tenido esta avispa es en las colmenas, al ser las abejas una de sus presas predilectas. Se ha invertido mucho dinero en la lucha contra la avispa asiática y los métodos de lucha van desde la eliminación física de sus nidos (explosivos) al envenenamiento de las avispas.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjqLLAVkgHjVxUNrP0o1KS8L6XKI7_t1IL8PHzy-GK--lMtWcJLwRHlZq_UENFGFG8OyBZYss8j2rmGfR7G5OVQYUWYTd5JWXw4XPFYeM6Xu9McOZgqOijghsrZa0GJ2C2rX09ezK5i_G4AvehNxDC2B0D-eWC34Js_aS2xpfkfLOE1TWGu_HSDJ463/s1600/Vespa_velutina.jpg"/>
<br><br>
Avispa asiática libando, Amarante, Portugal / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Asian_hornet_%28Vespa_velutina%29.jpg" target="_blank">Charles James Sharp</a> / Licencia: CC BY-SA 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Se podría pensar pues que la avispa asiática no tiene ningún depredador en Europa pero es olvidarse un poco rápidamente que algunas especies de aves se alimentan preferentemente de abejas y de avispas. Una de estas especialistas es el abejero europeo (<i>Pernis apivorus</i>), que desde hace unos años ha convertido a la avispa asiática en una de sus presas favoritas. El consumo de avispas asiáticas por parte de esta rapaz es tan importante que se estima que en una región como Galicia esta rapaz elimina una cantidad de avispas similar a la que pueden sumar todas las campañas de erradicación llevadas a cabo por el hombre. Esta constatación ha obligado ya las autoridades a replantearse algunas medidas, al haberse encontrado en el cuerpo de los abejeros el insecticida utilizado para eliminar las avispas. Queriendo eliminar a la avispa, corremos el riesgo de provocar también el envenenamiento de su principal depredador…</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Todos los artículos que hemos citado son bastante recientes y nos dejan entrever claramente que la naturaleza es capaz de reaccionar ante la irrupción de nuevas especies mucho más rápidamente de lo que pensamos. Nuevos equilibrios y nuevas interacciones se establecen rápidamente y pueden en muchos casos ser beneficiosos tanto para las especies invasoras como para las especies autóctonas. ¿Qué pasa entonces con la tan cacareada “coevolución”, piedra angular de la biología de las invasiones? Me temo que se trata de un concepto mal entendido y peor utilizado por mucha gente. Os pongo el ejemplo de otra especie exótica invasora, odiada como pocas por los ecologistas y muchos naturalistas: el ailanto. Podría, como hacen todas las publicaciones dedicadas a la biología de las invasiones, trazar un retrato terrorífico de esa especie. Contaros que produce una cantidad ingente de semillas. Que sus hojas liberan sustancias alelopáticas que dejan ojipláticas a las demás especies, impidiendo su crecimiento. Que crece a una velocidad de vértigo. Vamos, no me costaría nada convenceros de que esa especie es el diablo. Muy bien, sin olvidarnos de que todas estas características no son exclusivas del ailanto y son compartidas por muchas especies autóctonas, creo que es mucho más esclarecedor intentar contestar a dos preguntas que a mí me parecen evidentes tratándose de una especie exótica que teóricamente no ha coevolucionado con nuestras especies autóctonas…</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgr4R8zD96WxP4vOSaHtIKzY_59CNX1DpyYiuwDTA2qwpmsR3x0gQz2EcwDJLKYayh5z_X47sqY2AC4NT2Exwu-Qy0SXTBZoSx0-7QnzzYyVcwvMLawZ4YQ7SZKIF9Cxt9tOC2JGXY4sNilNCJoCp_nVPYg5n5lt_-X1AGvXn8cBuYvCJRWVoedsv1/s1600/Ailanthus.jpg"/>
<br><br>
Flores de <i>Ailanthus altissima</i>, Karlsruhe, Alemania / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ailanthus_altissima_003.JPG" target="_blank">H. Zell</a> / Licencia: CC BY-SA 3.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">¿Porqué produce tantas semillas viables el ailanto? ¿Cual es la clave de su éxito? La coevolución. Pues sí, el ailanto es una especie entomófila y sus flores atraen a un sinfín de insectos que aseguran su polinización. Puede que esas especies no sepan lo que es un ailanto, pero sí saben lo que es una flor. Este es probablemente uno de los mejores ejemplos de coevolución que se pueda dar. Plantas con flores e insectos han coevolucionado permitiendo que los insectos aseguren la polinización de las plantas. Ahora bien, una vez fecundada la flor esta se transforma en semilla que pronto será liberada e irá a germinar en cualquier grieta o hueco del terreno. Llegados a este punto nos podremos preguntar: ¿Porqué crece tan bien el ailanto? ¿Cómo consigue ser tan competitivo? La respuesta se encuentra en sus raíces: como la inmensa mayoría de las plantas superiores, la planta establece una relación de cooperación con los hongos del suelo, desarrollándose lo que se llama micorrizas. Otro importantísimo ejemplo de “coevolución” ¿Y sabéis qué? No importa nada que ese árbol venga de China. Otra vez, la clave del éxito es la coevolución…</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWjaqo5FUq7KpdYYks91ovqnsQEpWHltsxcuuejIoa6chCbej7Qg5akYM_0IbWn0hCtpbWtZxlg6Luf2fsbH3_NW8N7OX_C0oKhJ_rzD_f8wGvRHGoKOtKqetgilXz0k-Lh6nV_VVN3OsHQ9RomJXt4kF0AUUXLPmFEA4nQFcU3Imyn1y0pnx4hVNe/s1600/Ascension.jpg"/>
<br><br>
Aspecto de la vegetación de la Green Mountain, en la isla de Ascension, constituida por especies originarias de lugares dispares que no han coevolucionado. A pesar de ello, allí están, conviviendo unas con otras y constituyendo un ecosistema totalmente inédito... / Fotografía: <a href="https://www.flickr.com/photos/33590535@N06/3157357149/in/album-72157614481525517/" target="_blank">Drew Avery</a> / Licencia: CC BY 2.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Y sí, es posible que en un principio esa especie disponga de ciertas ventajas, pero el éxito de cualquier especie en la naturaleza pronto suscita el interés de otras, que acaban hincándole el diente y dándose cuenta de que les conviene perfectamente, dejando patidifusos a los biólogos que viven demasiado aferrados a sus verdades. Desde ese punto de vista, me parece particularmente ilustrativo que un 34% de las 236 especies de mariposas de California pongan sus huevos sobre especies exóticas de las que se alimentan sus orugas (Graves & Shapiro A.M., 2003). Estamos hablando aquí de un cambio ocurrido en apenas 2-3 siglos, lo que ilustra bien la rapidez de estos procesos. Sea dicho de paso, más le vale a la naturaleza ser capaz de reaccionar tan rápidamente ante cambios medioambientales que pueden llegar a ser muy rápidos, tal como es el caso actualmente. Así que cuando alguien os venga a justificar la erradicación de especies exóticas por no haber “coevolucionado” con las especies autóctonas, acordaos de que la coevolución lleva ya muchos millones de años actuando y es precisamente lo que permite que especies originarias de horizontes tan diferentes sean capaces de convivir y de interactuar.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Volviendo a la pregunta inicial, las especies exóticas no son ni buenas ni malas. Algunas pueden proliferar en algún momento, aprovechando condiciones que les son favorables, pero calificarlas de “invasoras” fijándose en el preciso momento en el que proliferan no nos deja ver todo lo demás: su evolución a medio y largo plazo, sus interacciones positivas y negativas con las demás especies. Condenar una especie de antemano basando nuestro análisis en sentimientos tan humanos como el miedo, que justifica luego decisiones tan contraproductivas como el uso de venenos, me parece un auténtico disparate. Más aún en un mundo que se enfrenta a cambios nunca vistos por el hombre.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px; word-break: break-all;">M. Clavero, C. Nores, S. Kubersky-Piredda y A. Centeno-Cuadros (2016) /. Interdisciplinarity to reconstruct historical introductions: solving the status of cryptogenic crayfish. / Biological Reviews, Vol. 91, pp. 1036- 1049. DOI: 10.1111/brv.1220</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Postigo J.L. et al. (2019) / Mediterranean versus Atlantic monk parakeets Myiopsitta monachus: Towards differentiated management at the European scale. / Pest Management Science, Vol. 75(4), pp. 915-922. https://doi.org/10.1002/ps.5320</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Ruiz-Olmo, J. y M. Clavero (2008). Los cangrejos en la ecología y recuperación de la nutria en la Península Ibérica. Pp: 369-396. En: J. M. López-Martín y J. Jiménez (eds.). La nutria en España. Veinte años de seguimiento de un mamífero amenazado. SECEM, Málaga.</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Pârâu L.G. et al. (2020) / Rose-ringed Parakeet Psittacula krameri Populations and Numbers in Europe: A Complete Overview / The Open Ornithology Journal, Vol. 13</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Rebollo S. et al. (2019) / Servicios de la avifauna (high-mobile link species) en mosaicos agroforestales: regeneración forestal y regulación de plagas / Ecosistemas, Vol.28(2), pp. 32-41. https://doi.org/10.7818/ECOS.1736</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Graves S.D. & Shapiro A.M. (2003) / Exotics as host plants of the California butterfly fauna / Biological Conservation, Vol. 110, pp. 413–433</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Mori E. et al. (2020) / 'Some like it alien': predation on invasive ring–necked parakeets by the long–eared owl in an urban area. / Animal
Biodiversity and Conservation, Vol.43, pp. 151–158, https://doi.org/10.32800/abc.2020.43.0151</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-74477866602542985902023-01-27T16:53:00.008+01:002023-02-08T13:49:24.218+01:00Paleoautóctonas (63): Juglans<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Juglans</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Juglandaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Fagales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles –rara vez arbustos, en especies extraibéricas–, monoicos. Ramillas de médula perforada. Yemas terminales sésiles, con algunos catafilos en disposición valvar, densamente hirsutos. Hojas caducas, alternas, imparipinnadas; lámina, pecíolo y raquis con glándulas peltadas –que al secarse adquieren aspecto de escamas–; foliolos 5-31, de margen serrado o entero, con pelos no glandulíferos simples o fasciculados, a veces glabros; raquis áptero; peciólulos muy cortos o inexistentes. Inflorescencia masculina en amento, solitario –a menudo superpuestos–, lateral, sésil, péndulo. Inflorescencia femenina en racimo, de (1)2-25 flores, solitario, terminal, erecto en la fructificación. Flores masculinas de bráctea soldada al receptáculo excepto en el ápice, que es pequeño, ovado o lanceolado y entero; bractéolas 2, soldadas al receptáculo y a los sépalos, de ordinario algo más grandes que éstos y externos, de tal forma que en el conjunto hay hasta 6 lóbulos ± desiguales –en algunos casos hasta 8(-16); los adicionales se supone que son divisiones de los ápices calicinos–; sépalos 1-4; estambres 7- 85(105); anteras glabras o escasamente pelosas. Flores femeninas de bráctea soldada al receptáculo excepto en el ápice, que es pequeño y entero; bractéolas 2, soldadas al receptáculo excepto en el ápice, que es ± dentado o lobulado; sépalos 4, soldados al receptáculo en más de 2/3 de su longitud; carpelos 2 –rara vez y en algunas flores 3-4–; estilo normalmente con 2 ramas estilares, recurvadas, con la zona estigmática hacia el interior. Fruto drupáceo (trima); cáscara rugosa o lisa, indehiscente o dehiscente de forma ± irregular (tras la fructificación acaba secándose, se hace correosa y se desprende); nuez de pared ± pétrea, rugosa o áspera, con 2 ó 4 lóculos en la base. Semillas de cotiledones carnosos, con 2 lóbulos cada uno.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Navarro C. & Muñoz Garmendia F. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 9 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Única especie de la familia de las Juglandáceas presente naturalmente en Europa, el nogal (<i>Juglans regia</i>) ha sido anchamente difundido por todo el continente, siendo muy complicado en muchos lugares establecer si la especie es autóctona o si ha sido introducida por el hombre en algún momento de la Historia. En España, se ha considerado durante mucho tiempo que fue introducida en la Antigüedad (considerándose un arqueófito) pero los estudios palinológicos han demostrado una presencia continua durante todo el Cuaternario.
Eso no impide que variedades más productivas hayan podido ser introducidas desde otros países, y hayan relegado al auténtico nogal “autóctono”, de nueces más pequeñas y más bastas, a lugares recónditos e inaccesibles.</span>
<br /><br /><br />
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEho1cqS4kDSd30WeqD8lxbQjj49suH6WVxPA00f4El9jBgP-ccv7t07oaiDFI7ffal_cVdCRJ_CEMwhOsgfYwkvkgIfQ3Be0wweG1ibKK0YCVCtGt33mRvDAl65rLhd-tGgkgzWiU-CWvpPn47AzYWquCsEnd9r-ULUFE-itrzQZiNuYRtXHstbHpwN/s1600/Juglans1.jpg"/>
<br><br>
Cáscara desprendiéndose de una nuez de <i>Juglans regia</i>. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Juglans_regia_Walnoot_'Buccaneer'.jpg" target="_blank">Rasbak</a> / Licencia: CC BY-SA 3.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El género <i>Juglans</i> está constituido por unas 21 especies que se distribuyen por todo el Hemisferio Norte y alcanzan la región andina en Sudamérica donde están presentes 4 especies. Presenta un máximo de diversidad en el continente americano, de donde es muy probablemente originario este género según apuntan los estudios filogenéticos más recientes llevados a cabo comparando el conjunto del genoma (Dong. et al., 2017).</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgStdq5B6cRSmSf9TuTtDB1TTzx6LswhtEG28oQNZK_JkS5RbAwSqhByXW3VLQJnxM5OzCoVZ4s355U3hjtXMEXTxfA6Dk44EuYGL7GRirjeXkPfGalY-mDFtha323hIp-EjjNjNzKnU4TaFNo82Lrk6DB8gXIsc9J68w9EKTlU_os-1hJjbrc4gv_3/s1600/Juglans2.jpg"/>
<hr>
Distribución de las distintas especies del género <i>Juglans</i>. Aradhya M.K. et al. (2007).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En base a criterios morfológicos (principalmente de las nueces), se ha dividido este género en distintas secciones que los estudios filogenéticas ha refrendado en gran medida:</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkUAhyIEn-DI099KEYsAvID3yv-qwzj5qcFaP_P2aRzddqUsIPAXR0ztu2sgwSrIx7MDPgQIuTj2KrLK_aQtEIru0BNVw9QfJW9LI5m-Qv-Zy5ETwB7L56zlIGW15wtSzXgtr5ontYrlVqUI_c-MfgrLQBpfNjGFaGnAhyOV4l_Esx1g4NZmNDNWff/s1600/Juglans3.jpg"/>
<br><br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">De las cuatro secciones en las que se divide tradicionalmente el género, tan solo la sección <i>Trachycaryon</i> ofrece aún algunas dudas, apareciendo su única especie (<i>J. cinerea</i>) incluida en el clado de las especies americanas, lo que contradice en alguna medida los datos morfológicos (es la única especie del clado con nueces divididas en 2 lóculos) pero no es descartable que ese carácter apareciese de manera independiente en dos clados diferentes.</span>
<br><br><hr>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyzzzSait8v_LEaCcGL8wgbfH14_6wNgq_IHMQgDV7XLJyIyYkWeHDyVIFZlz12SPVV5mfI4tuH5Z95Qx9k-kjLeA4EQrGuhn9EOQ8VvTuUle4hlAODxt89ab7zgkHqt3jB172S6j4LA6HrL9Be1ZbxHz_TyzAqHh-ScWPmEcY0NKxqWhrKqbRj16D/s1600/Juglans4.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="1590" data-original-width="3198" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyzzzSait8v_LEaCcGL8wgbfH14_6wNgq_IHMQgDV7XLJyIyYkWeHDyVIFZlz12SPVV5mfI4tuH5Z95Qx9k-kjLeA4EQrGuhn9EOQ8VvTuUle4hlAODxt89ab7zgkHqt3jB172S6j4LA6HrL9Be1ZbxHz_TyzAqHh-ScWPmEcY0NKxqWhrKqbRj16D/s1600/Juglans4.jpg"/></a></div>
<hr>
Árbol filogenético del género <i>Juglans</i>. Dong. et al. (2017) / Licencia: CC BY 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La presencia de una única especie de nogal en la flora europea actual es engañosa. El registro fósil nos demuestra que hubo en Europa varias especies de este género pertenecientes a distintos clados. Tal como muestra el mapa a continuación, el género <i>Juglans</i> estuvo ampliamente distribuido por todo el continente europeo durante el Mioceno y el Plioceno. Una idea de esa diversidad nos la da un estudio realizado en Georgia (Shatilova I. et al., 2014) que apunta a la presencia de hasta 6 especies de este género en el Pleistoceno Inferior. Tan solo una (el nogal común) sobrevivió a las glaciaciones. Una de las especies fósiles descritas en nuestro continente, <i>J. bergomensis</i>, tuvo en el Mioceno una amplísima área de distribución, habiéndose encontrado fósiles de esta especie en numerosas localidades de Europa, Asia y Norteamérica (Smith M. et al., 2018). Tal como muestra la última fotografía de este artículo, esa especie era realmente muy parecida a la actual <i>J. cinerea</i> del E de Norteamérica. Estos ejemplos demuestran lo cauteloso que hay que ser al interpretar los árboles filogenéticos reconstruidos a partir de las especies actuales. Fases de expansión y de extinción antiguas pueden pasar por completo desapercibidas en ellos...</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4hCUdeiEJ8KJUH-qHgWv9YWBHqbRvgETxk5xhUtTEQRUU852csr-w2uNjsUl1urtsiTCgrTfi3q3IDYFqnf4kWWfeOkjbFWxErvH-AXf1c5N4VFh9pUy0VPgDOfD-DJ0S28_v_-IyeCS8S4bU6YH2VkRMvtIhOkyIJIMB6ijCGBvwQybKveJrrvfV/s1600/Juglans5.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEil2jC8cuBs9w1hrkczBrR6ut-bZ8R5Tr6qlyP2tlfPNCzJx-kTsKeYS5g4H7KKI4LmWbtAqF7p2dJ1BGSYnELdwvG_IXs9DXbT3LQZkHLlSQMzgfIYcFu4B8BP6pZ21zJDx-DqzDpoWob4dhxLvkmidlR_pn7r7iD47t_55jMyrP2dvdzdlc7Ln9pV/s1600/index.jpg"/>
<br><hr>
Distribución del género <i>Juglans</i> en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Aparte del nogal, autóctono o introducido y naturalizado desde hace siglos, también se cultiva con cierta frecuencia en Europa el nogal negro americano (<i>Juglans nigra</i>), introducido en el siglo XVII y cultivado como árbol ornamental y para la producción de madera, especialmente en Europa central y oriental. Resultado de ello, esa especie se halla plenamente naturalizada en algunas regiones del continente.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4H8gLMQ_gZ6_FzPsBBVBAF8hU_P-YCTn_1F5d1q4SWUYDMP2f14IPntb_M3111UZK4kqV7hCD_-D6HC2KquwZATLFvZT8oojcaUa37vnuFBul2XLQwOYtcFuugzpO_XHIUcHUiBdhe8onFEJk1pP69vRu3brfuu8rOkvGo_pT1UBk7kUieRKqa0iD/s1600/Juglans6.jpg"/>
<br><br>
Nuez fósil de <i>J. bergomensis</i> a la izquierda (Plioceno, Alsacia) y nuez actual de <i>J. cinerea</i> a la derecha. / Fotografía: <a href="https://twitter.com/jdfrei/status/1319562929260343297" target="_blank">Jonas Frei</a> / Compartido en Twitter el 23 Oct. 2020
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El porvenir de este género es bastante sombrío en el sur de Europa. Las modelizaciones de su futura área de distribución (Paź-Dyderska S. et al., 2021) nos muestran un desplazamiento del área de Juglans regia hacia el norte y una casi total desaparición en todo el sur de su actual área.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6fG0OcapupXcUv0pH-TlAl0nJQK0Al3YFu7aCFRyS8XBzDwydOmph1ZJNYO73rVjjUDrWQMGONoKRpHCnzWSlKJClaKtLnaqx7WTqTSzwGtADoNvWeks6MOxdr3buTIN4c_pNU5KsEql1GJR9U6XkmMOsLLoWNRU_UtCVm_sk1jy8Falv8NgJoFLR/s1600/Juglans7.jpg"/>
<hr>
Área de distribución potencial actual de Juglans regia (Izquierda) y repartición a finales de siglo (derecha) en un escenario pesimista (el más probable actualmente). Paź-Dyderska S. et al. (2021) / Licencia: CC BY 4.0
<br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Aradhya M.K. et al. (2007) / Molecular phylogeny of Juglans (Juglandaceae): a biogeographic perspective / Tree Genetics & Genomes, Vol. 3, pp. 363–378</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Dong W, Xu C, Li W, Xie X, Lu Y, Liu Y, Jin X and Suo Z (2017) Phylogenetic Resolution in Juglans Based on Complete Chloroplast Genomes and Nuclear DNA Sequences. Front. Plant Sci. 8:1148. doi: 10.3389/fpls.2017.01148</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Paź-Dyderska S. et al. (2021) / Possible changes in spatial distribution of walnut (Juglans regia L.) in Europe under warming climate / Reg Environ Change 21, 18 (2021). https://doi.org/10.1007/s10113-020-01745-z</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Shatilova I. et al. (2014) / The History of Genus Juglans L. on the Territory of Georgia / Bulletin of the Georgian National Academy of Sciences, vol. 8(2), pp. 109-115</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Smith M.& Manchester S.R. (2018) / Nut of <i>Juglans bergomensis</i> (Balsamo Crivelli) Massalongo in the Miocene of North America / Acta Palaeobotanica, Vol. 58(2), pp. 199–208, DOI: 10.2478/acpa-2018-0011</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-19240310467708248232023-01-26T22:37:00.009+01:002023-02-08T13:49:09.219+01:00Paleoautóctonas (62): Ilex<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Ilex</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Aquifoliaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Aquifoliales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Arbustos o pequeños árboles, con frecuencia funcionalmente dioicos. Hojas coriáceas, pinnatinervias, pecioladas; con estípulas vestigiales, caducas. Flores funcionalmente unisexuales o, más raramente, hermafroditas; las masculinas con pistilodio, las femeninas con estaminodios. Cáliz gamosépalo, con prefloración valvar, persistente, glabro o peloso. Corola en general gamopétala, con prefloracion imbricada. Estambres con anteras basifijas e introrsas. Ovario ovoide o esférico, glabro o por excepción peloso; estigmas sésiles o subsésiles, capitados o lobulados. Fruto en drupilanio, rojizo o amarillento, elipsoideo o globoso, con (2-3)4(5) huesos (pirenos) monospermos.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Benedí C. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 8 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Ser un arbusto o pequeño árbol de hojas persistentes en regiones frías en las que prácticamente todas las demás especies de Angiospermas son caducifolias obligatoriamente te señala como una planta especial. Para los druidas, el acebo (<i>Ilex aquifolium</i>) era símbolo de eternidad y de resistencia contra la adversidad. Se solía colgar en la antigüedad una corona de acebo en la puerta del hogar (o de otras especies perennifolias en el mundo romano) para traer suerte.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU4cs55TE6CCwyFw1KuEIK0q6FvNEK7HgI40Br5CuLBRKPPYB65pwZFTqsiPsaLtwPqyJs75sxqI370HIzGRtQkPl7MI4HRk9zsMKaHoIR0sR0SqK6hY7WLsOF7hC1OeuuxWyCbFWUuKiuFCYF1jBGPxXU1n9qciPzJ8FEUD9-kq43SZSBOl6U3s-g/s1600/Ilex1.jpg"/>
<br><br>
Flor de <i>Ilex aquifolium</i>. Real Jardín Botánico de Madrid. / Fotografía: Adrián Rodríguez / Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">No eran conscientes en aquel entonces de que el acebo tan solo era una de las muchas especies de un género de distribución pantropical del que se han descrito más de 664 especies hasta la fecha (Yao et al., 2020). Eso le convierte en uno de los géneros de plantas leñosas con más especies y dificulta evidentemente el estudio y la comprensión de las relaciones interespecíficas. De todas estas especies, sea dicho de paso, conocéis probablemente sin saberlo otra especie de la que se hace un uso masivo en algunos países de Sudamérica. El “mate”, en efecto, se prepara, a partir de las hojas de un acebo (<i>Ilex paraguariensis</i>) originario de las zonas templadas cálidas de Sudamérica, elemento característico de los bosques de mata atlántica dominados por araucarias (<i>Araucaria angustifolia</i>).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlo1yZU6A0LoR0pEC8T3UMBYTFJtYNcCV-rcBz3dr9aIz1y0ss3eSARC-B-gcOeHl8F0tViTYS22zPKOqsGG26rmA1U94c-hTFyjLefOSc9b8rX8ocOl1MtngnGNpC1rAaeND3O0PE_CW2gtt9tCC7lUAqfp4mxVAT4gEmGAVmJNkseJfXBcqgOUki/s1600/Ilex2.jpg"/>
<br><br>
Plantación de yerba mate (<i>Ilex aquifolium</i>) en la provincia de Misiones, Argentina. En el fondo una araucaria superviviente del bosque original. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Yerba-mate-misiones.JPG" target="_blank">Leandro Kibisz</a> / Licencia: CC BY-SA 2.5
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El acebo común (<i>Ilex aquifolium</i>) es la más frecuente de las especies de este género en haber sobrevivido en el continente europeo. Forma parte de un pequeño elenco de angiospermas perennifolias que crecían originalmente en los bosques terciarios templados cálidos del continente europeo y que lograron sobrevivir y adaptarse al frío durante el Cuaternario (<i>Laurus nobilis</i>, <i>Prunus laurocerasus</i>, <i>Buxus sempervivrens</i>, <i>Hedera helix</i>). Tal como ocurre con muchas de estas especies (las que tienen frutos carnosos que las aves dispersan con suma facilidad), existen en Canarias otras dos especies de este género (<i>I. perado</i> & <i>I. canariensis</i>).</span>
<br><br><hr>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPNkpJnG07OB83OrV_Yd0eiNRAbOzRliIWgiVY1aTjLO2TduiBY29wdxsGhvFv6Wy64YKEUOCqxbgTlb9Q0XyAw2sOIYiZywJ41sCVc1h28x3zfSUbiGQdyXTvCiB4WTyV3QshdpkrOvXfZWSUVGRbjKQfv_JUOXgrFeGEHuGXcGxOm4hGBuYc4qZe/s1600/Ilex3.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="4096" data-original-width="2298" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPNkpJnG07OB83OrV_Yd0eiNRAbOzRliIWgiVY1aTjLO2TduiBY29wdxsGhvFv6Wy64YKEUOCqxbgTlb9Q0XyAw2sOIYiZywJ41sCVc1h28x3zfSUbiGQdyXTvCiB4WTyV3QshdpkrOvXfZWSUVGRbjKQfv_JUOXgrFeGEHuGXcGxOm4hGBuYc4qZe/s1600/Ilex3.jpg"/></a></div>
<hr>
Árbol filogenético del género Ilex. Yao X. et al. (2020) / Licencia: CC BY-NC 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En el E de Europa existe otra especie (<i>Ilex colchica</i>), presente en Bulgaria en zonas próximas al Mar Negro, en el sotobosque de los bosques de <i>Fagus orientalis</i>, en compañía del ojaranzo (<i>Rhododendron ponticum</i>). Su área se extiende hacia el E por el N de Turquía y el Cáucaso. Más al E encontramos <i>I. spinigera</i>, una especie endémica del bosque hircano (Azerbaiyán, N de Irán). La presencia de estas especies relictuales en el E de Europa, que se observa también en otros géneros, es el reflejo de una mayor riqueza de este género en Europa durante el Neógeno.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhF_8sVqcODVEdq_ENBEAiD9fyxP97yVUopXSMktPOGk8QoynFG3fH0_yG4G4pcTb6FuzfgV86NdVHLxvkHj0KS13gyPigLuICHMmxDEoUnTMQnCg_1W8apnqzeYpEOfETAUOLBN_cijzQw78rPXebmZzSdOerOn9Cw5gplW_0csAQTDFlntP4RYqgT/s1600/Ilex4.jpg"/>
<br><br>
Hojas y flores de <i>Ilex canariensis</i>, una especie con orígenes americanos. Botanischer Garten, Berlin-Dahlem. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ilex_canariensis_kz02.jpg" target="_blank">Krzysztof Ziarnek</a> / Licencia: CC BY-SA 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Mirando hacia un pasado mucho más remoto, el género Ilex hace su aparición en el registro fósil en el Cretácico, bajo la forma de pólen (<i>Ilexpollenites</i>). Los macrofósiles mas antiguos atribuibles a este género (pirenos) encontrados en Europa datan del Maastrichtiense (Cretácico Superior) y del Paleoceno. Llama mucho la atención, en el árbol filogenético reconstruido a partir de las especies actuales (Yao X. et al., 2020), que el clado “europeo” es muy reciente, habiéndose individualizado a finales del Mioceno. Esto significa que los macrofósiles más antiguos (Oligoceno) pertenecieron a clados que alcanzaron el continente europeo en fechas anteriores al Mioceno y desaparecieron por completo. Un origen asiático de esos clados es más que probable, aunque cabe señalar que Ilex canariensis, endemismo canario, está emparentado con un grupo de especies americanas, que probablemente alcanzaron África o Europa en el Oligoceno.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJTHAjwSkhpHF62I_1fhrV5mmOREuEAmTU793CaGL9DjC1y6P3FHs3ch4Y7drgXI0DIhhBSKshKLm-NxzHeghy53tfZBb_x8TmK0W6bqTadnwWeiQ1hqgs8z8jktgnoomgp7tZVvOvQPhMgVsgn-E3SP_zpnaaOqVgTfXPN-A6clXDgyXgxL6I3Xd2/s1600/Ilex6.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0N_FTOfH_x0pLP4hFbfSv53tkZHLXle4V8JjwggW71I1eQ9Ta6OSF1L12NXtwsyAwjfUX592MxPG51_-IyufYtveNb7iI1gY09a7RJRi2bPKRdTnL_3jCbhWmyPljHhWQep868I9NXIV_kZvmjguQ-C7uNwZ_JUS8jxBwQ0h3sOv_zBkl-ddoDiuL/s1600/index.jpg"/>
<br><hr>
Distribución del género <i>Ilex</i> en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<BR><HR><BR>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El cambio climático no supone a priori un peligro para este género a nivel europeo, aunque una extensión del clima mediterráneo podría hacer peligrar sus poblaciones en el sur del continente. Las previsiones hechas por Felicísmo et al., en todo caso, no son muy halagüeñas para el acebo común en la Península Ibérica. Para las demás especies, tanto las presentes en las Canarias como en el SE del continente europeo, el cambio climático abre, en cambio, todo un abanico de posibilidades.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiP9ft51norptQG0zpMahnX5mxMMl7s5cj6opMWDM9uUPZRvCtnmu4a1Qxbf_Gepgcg71v94D1wrkTjv4OXksrz-jtDmDoPF44jid3MrQGgo8d4nwBWsZEcoPtlWOkf-5WuTqP9jEYV0huf_4YWxUmozabZexLnJca0Ys5y6oPal4wMgNcwnp4vBTKx/s1600/Ilex5.jpg"/>
<br><hr>
Distribución presente y futura de Ilex aquifolium en la Península Ibérica. Felicísimo et al. (2011).
<br><hr><br>
<br><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Yao X. et al. (2020) / Phylogeny and biogeography of the hollies (Ilex L., Aquifoliaceae) / Journal of Systematics and Evolution, Vol. 59(1), pp. 73–82</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Felicísimo, Á. M. (coord.) 2011. Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático de la biodiversidad española. 2. Flora y vegetación. Oficina Española de Cambio Climático, Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Madrid, 552 pág.</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-75693544432288215672023-01-25T13:46:00.001+01:002023-02-08T13:46:26.767+01:00Paleoautóctonas (61): Fraxinus<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Fraxinus</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Oleaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Lamiales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles –raramente arbustos en especies extraibéricas–, inermes, caducifolios, dioicos, androdioicos o polígamos, de corteza lisa y con numerosas lenticelas elípticas en los tallos jóvenes, agrietada o fisurada en los adultos, grisácea o pardo-grisácea. Tallos de sección circular, macizos, con ramas abundantes, ± rígidas, no angulosas, grisáceas o pardo-grisáceas, las jóvenes glabras o pelosas, con yemas de invierno de pardas a negras. Hojas opuestas, pecioladas, compuestas, imparipinnadas, rara vez paripinnadas –simples en algunos cultivares–, sin estípulas; folíolos peciolulados o sésiles, con nervadura secundaria visible por el envés. Inflorescencia en cimas racemiformes o paniculiformes, con numerosas flores, axilares o terminales, en las ramas del año anterior. Flores unisexuales o hermafroditas, diclamídeas o monoclamídeas –tetrámeras en ambos casos– o aclamídeas, actinomorfas, pediceladas, a veces fragantes, sin brácteas ni bractéolas. Cáliz presente o ausente, cuando existe gamosépalo, campanulado, entero o con 4 lóbulos, glabro, a veces persistente. Corola presente o ausente, cuando existe dialipétala, con 4 pétalos blancos o blanco-amarillentos. Androceo con 2(3-5) estambres, adnatos al receptáculo; filamentos a veces muy cortos, glabros; anteras extrorsas, dorsifijas, amarillas, pardas o purpúreas. Gineceo con ovario bilocular, con 2 óvulos por lóculo, glabro; estilo simple, a veces sobrepasando mucho a los estambres; estigma bilobado. Fruto entero, seco, en sámara monosperma, con la semilla alojada en una cavidad de sección elíptica o circular y el ala decurrente sobre el cuerpo seminal del fruto –en especies extraibéricas a veces no decurrente–. Semillas fusiformes, estriadas, ápteras, con embrión mediano y endosperma abundante.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Andrés C. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 11 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El género Fraxinus es atípico en la familia de las Oleáceas, al mostrar la transición dentro de un mismo género de la entomofila a la anemofilia. Las especies entomófilas tienen flores aún provistas de pétalos y sus inflorescencias son muy llamativas. De ahí el nombre de fresno de flor que se da a la única especie europea que presenta tales características (<i>F. ornus</i>). Las demás especies presentes en el continente europeo (<i>F. excelsior</i> y <i>F. angustifolia</i>) son, en cambio, anemófilas y sus flores son muy discretas. Todas tienen sin embargo en común sus hojas compuestas y sus frutos en sámara, dos caracteres que también comparten con el ailanto, sea dicho de paso.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf7vIGf16DjSJ7b4tJnZzL5iC-TNto1EoXPjyNJzWa8qcS2jtP2hVJ0uG9aJ2p5M-KSXrSXLLxas0Gp6lv5RliDHFGCgkJDqrt4eqpj2Z-1p_yY-4Tq3udDYPu6seXyATRcPFBkABqY3AM5StCYSIiKLNJl0m9ug31GRxmbF7AZqPOKT02VkqdU386/s1600/Fraxinus1.jpg"/>
<br><br>
Semillas de <i>Fraxinus excelsior</i>, Beder-Malling, Dinamarca. / Fotografía: Sten Porse / Licencia: CC BY-SA 3.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Desde un punto de vista climático, existe una clara diferencia entre <i>F. ornus</i> y <i>F. angustifolia</i>, dos especies propias de las áreas cálidas de la región mediterránea, y <i>F. excelsior</i>, que prospera en los climas más fríos de las regiones atlántica, continental y boreal del continente. En cuanto a la ecología, <i>F. excelsior</i> y <i>F. angustifolia</i> son árboles comunes en los bosques de ribera y en las terrazas aluviales, creciendo en suelos ricos, periódicamente inundados. Pueden encontrarse también localmente a mayor altitud en pendientes.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYxg-AYUk2bMl65V84QF3P90vlD80u-BrZZdRLh6Dnrd1MD3Jc86A56lX8bUxuqvRtz8A-5FqfXkhotaGEacbsWPkc9788lDz8z_nB7R3YJj6FAeaObx7K5tfH_bXFzQtPJiptVu0YtE3icHA_t4uIEZeqyAChoPreVpozicc-Q7bcRAhfknVmkXLk/s1600/Fraxinus2.jpg"/>
<br><br>
Distribución de <i>Fraxinus angustifolia</i> en Europa. Caudullo, G. et al. (2016).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;"><i>F. ornus</i>, en cambio, es una especie submediterránea que suele crecer normalmente en bosques mixtos de caducifolios en asociación con robles como <i>Q. pubescens</i>, <i>Q. cerris</i>, <i>Q. frainetto</i>, <i>Q. coccifera</i> o <i>Q. infectoria</i>), el castaño (<i>Castanea sativa</i>), los carpes (<i>Carpinus</i> spp.), el carpe negro (<i>Ostrya carpinifolia</i>) y los arces (<i>Acer</i> spp.). Se encuentra frecuentemente sobre calizas, en zonas con unas precipitaciones comprendidas entre 500 y 650 mm.</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4fRLvTRX6oD9G-8XuPYC8Ed7kWO8E85UcaCHEHbGMlmnqrKXIwic2Rc_lWHTVBeR_RNLTLLbnV-hAF_F5UqKqQQ33-3_gOna8MJBKXYNyQzgqsMrBxne-Jzdtea7A-fyUwIPCfFeAdHNesS_rAOTUWX5dXl_2ofdBGZYpBdnZi4JkXfj8ZcRbhL61/s1600/Fraxinus3.jpg"/>
<hr>
Árbol filogenético del género <i>Fraxinus</i>. / Hinsinger D.D. et al. (2013) / Licencia: CC BY-SA
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Los macrofósiles más antiguos del género <i>Fraxinus</i> datan del Eoceno Inferior y han sido descubiertos en California. En el Eoceno Medio se han hallado fósiles tanto en Norteamérica como en Asia. Los estudios filogenéticos realizados hasta la fecha, concuerdan con el origen norteamericano del género. De Asia habría ganado luego Europa en al menos dos ocasiones. La primera en el Oligoceno, cuando se diferencia el clado al que pertenece F. ornus, y la segunda en el Mioceno, época en la que hace su aparición en el continente europeo el antecesor de <i>F. angustifolia</i> y <i>F. excelsior</i>. Es interesante notar que los fósiles descritos en el Mioceno de Lérida (Barrón E., 1992) son ya absolutamente idénticos a <i>F. excelsior</i>, datando aparentemente de esa época la diferenciación entre <i>F. excelsior</i> y <i>F. angustifolia</i>.</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEils0cHSKDtcV6BJuSEjjNU92hUrNnFnN4jE0OAXecceYEAc639zjND7d2qWkVmMBorJaQEOPO9mdkiEjNCTtW3eNSZTTVMNMLRmnbrBFxZ0trKmhKoABZbUY3Y_-X_lW48cMtT8ZD3Y5cNyFjC2O_E4qaLDCh_V12pMBJLob3vggHeV8rTBLjuUfEP/s1600/Fraxinus4.jpg"/>
<hr>
Progresión de <i>Chalara fraxinea</i> en Francia / Département Santé des Forêts (http://agriculture.gouv.fr)
<hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Con la subida de las temperaturas asociada al actual cambio climático, una expansión por buena parte de Europa del fresno de hojas estrechas sería previsible, siempre y cuando sea capaz, al igual que el fresno común, de superar el episodio de mortandad actual causado por el hongo <i>Chalara fraxinea</i>. En la Península Ibérica las previsiones son a que la especie mediterránea se mantenga más o menos en su actual área de distribución (tan solo desaparecería en algunos puntos de Andalucía), mientras que el fresno común sufriría una regresión más acusada (Felicísimo et al., 2011). Al ser dos especies azonales (cuya presencia se debe más a condiciones particulares del substrato que al clima), el cambio climático afectaría a estas especie de forma indirecta, por el cambio en los regímenes hídricos de los ríos que alimentan las llanuras aluviales.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Barrón E. (1992) / Presencia de Fraxinus excelsior Linné (Oleaceae, Gentianales) en el Mioceno superior de la depresión Ceretana. Implicaciones taxonómicas y paleoecológicas. / Revista Española de Paleontología, Vol. 7 (2), pp. 101-108</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Caudullo, G., Houston Durrant, T., 2016. Fraxinus angustifolia in Europe: distribution, habitat, usage and threats. In: San-MiguelAyanz, J., de Rigo, D., Caudullo, G., Houston Durrant, T., Mauri, A. (Eds.), European Atlas of Forest Tree Species. Publ. Off. EU, Luxembourg, pp. e0101d2+</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Felicísimo, Á. M. (coord.) 2011. Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático de la biodiversidad española. 2. Flora y vegetación. Oficina Española de Cambio Climático, Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Madrid, 552 pág.</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Hinsinger D.D. (2013) / The Phylogeny and Biogeographic History of Ashes (Fraxinus, Oleaceae) Highlight the Roles of Migration and Vicariance in the Diversification of Temperate Trees / PLoS ONE 8(11): e80431. doi:10.1371/journal.pone.0080431</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-64392763946240842532023-01-21T16:54:00.004+01:002023-01-25T00:39:50.564+01:00Cfa<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Acordaos bien de estas tres letras, que en la clasificación de Köppen describen un tipo de clima que a muchos hoy nos puede parecer algo exótico. Se caracteriza por sus inviernos suaves con la temperatura media del mes más frío por encima de 0 grados y sus veranos cálidos con la temperatura media del mes más cálido por encima de 22 grados. Las temperaturas invernales no permiten la permanencia de la nieve por mucho tiempo. En cuanto a las precipitaciones, no hay temporada seca aunque las precipitaciones pueden mostrar un pico en verano en algunas regiones. Se suele llamar a este tipo de clima "Subtropical Húmedo" o "Templado cálido". La vegetación dominante en las regiones con este tipo de clima son bosques caducifolios que se parecen bastante a los de las zonas templadas, dominando en ellos géneros presentes en ambas zonas (<i>Quercus</i>, <i>Fagus</i>, <i>Carpinus</i>, <i>Alnus</i>) aunque representados por especies / subespecies diferentes. A estos géneros hay que añadir otros como <i>Castanea</i>, <i>Juglans</i>, <i>Zelkova</i>, <i>Parrotia</i>, <i>Pterocarya</i>, <i>Gleditsia</i>, <i>Disopyros</i>, propios de este tipo de clima, por citar tan solo aquí especies europeas o del bosque hircano. Lo que caracteriza estos bosques y los diferencia de los de las zonas templadas es el rico elenco de arbustos perennifolios que crece en su sotobosque: <i>Rhododendron</i>, <i>Prunus laurocerasus</i>, <i>Ilex</i>, etc.</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiWR0I26U3qkByF3q2s-aCk01GvSZKZLs_MdYEEEwEltRQncwiXhfCRsG8mz4CUZdebvrhP9kmv0rajbKy_AVpPJ-jQL0I7jm-iPZ1yLPvCp61TYu3V6e9jD2E8CIX75z38MZtPg4oIqcVpe9Nqx0Csq7uqpB-075_WBhOB9kmULVtOBIAY70L0XTHq/s1600/Europa_hoy.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdgqC_ossCrDOdFvVZ0GN4DYUjsxweOg1JK8FntEqqM21IJdbQh3TNwMuFo5Qf2jZ_qnnQSDQ4Aby1ffMOQunzeklj3CGw32s_gTD-i05I4l-ZFaXmSeCIgZ4ortGBm7K8HnWfecP3GtUSwkOGzmZcmgzvLhw4ybVN3S_N2kbXK_o5NyY5SRLo8-F8/s1600/leyenda.jpg"/>
<br><hr>
Climas en Europa actualmente según la clasificación de Köppen (Beck et al., 2018) / Licencia: CC BY 4.0
<hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En Europa, este tipo de clima es relativamente raro. Se extiende desde Italia (S del arco alpino y valle del Po), por una larga franja a lo largo de las Dinárides, buena parte de Bulgaria y más al E, la costa S del Mar Negro, Georgia (Cólquida) y el S del Mar Caspio (bosque hircano en Azerbayán e Irán). Todas estas regiones fueron importantes refugios durante las glaciaciones y no en balde han sobrevivido en ellos muchos géneros y especies que desaparecieron del resto del continente europeo.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7xAp3usXQQEoon7T_7GOGw22EREFhU14ychaJJtwEf1cYA59uNmmgPE7XLspVbCJkxkyg4JZjRIxx8_aViC7QL48ArgdekMlLHoKdC2wyzb_xdQXvAUiBgjzE8ulJfQg-K_rMBJ2VWlTcrBgdLRMoIc4TScHzfBdX7z6pEuXQwnHys9kQAmRfBH_i/s1600/Zelkova.jpg"/>
<br><br>
<i>Zelkova carpinifolia</i> en el Jardín Botánico de Jevremovac, Polonia / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Zelkova_carpinifolia_(13).JPG" target="_blank">MarIJA</a> / Licencia: CC BY-SA 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En otras zonas del mundo, la biodiversidad de estos bosques resulta ser abrumadora. Una comparación del número de géneros presentes en los bosques templados (s.l.) de Europa, Norteamérica y Asia desvela la tremenda falta de biodiversidad de nuestros bosques. Estos son los géneros que se pueden observar en Norteamérica y en Asia que no están presentes en el continente europeo:</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;"><u>América</u></span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;"><i>Calocedrus</i>, <i>Carya</i>, <i>Catalpa</i>, <i>Cinnamomum</i>, <i>Diospyros</i>, <i>Gymnocladus</i>, <i>Liquidambar</i>, <i>Liriodendron</i>, <i>Magnolia</i>, <i>Nyssa</i>, <i>Pseudotsuga</i>, <i>Robinia</i>, <i>Sabal</i>, <i>Sassafras</i>, <i>Sequoia</i>, <i>Symplocos</i>, <i>Taxodium</i>, <i>Thuja</i>, <i>Torreya</i>, <i>Tsuga</i>, etc.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;"><u>Asia</u></span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;"><i>Actinidia</i>, <i>Ailanthus</i>, <i>Broussonetia</i>, <i>Calocedrus</i>, <i>Camellia</i>, <i>Carya</i>, <i>Castanopsis</i>, <i>Catalpa</i>, <i>Cathaya</i>, <i>Cephalotaxus</i>, <i>Cedrus</i>, <i>Cercidiphyllum</i>, <i>Chamaecyparis</i>, <i>Chionanthus</i>, <i>Cinnamomum</i>, <i>Clethra</i>, <i>Cunninghamia</i>, <i>Cyclobalanopsis</i>, <i>Diospyros</i>, <i>Engelhardia</i>, <i>Eucommia</i>, <i>Ginkgo</i>, <i>Glyptostrobus</i>, <i>Hamamelis</i>, <i>Ilicium</i>, <i>Lindera</i>, <i>Liquidambar</i>, <i>Liriodendron</i>, <i>Lithocarpus</i>, <i>Litsea</i>, <i>Magnolia</i>, <i>Metasequoia</i>, <i>Neolitsea</i>, <i>Nyssa</i>, <i>Paulownia</i>, <i>Persea</i>, <i>Phoebe</i>, <i>Platycarya</i>, <i>Pseudolarix</i>v, <i>Pseudotsuga</i>, <i>Pteroceltis</i>, <i>Sapindus</i>, <i>Sapium</i>, <i>Sassafras</i>, <i>Sciadophitys</i>, <i>Staphilea</i>, <i>Symplocos</i>, <i>Thuja</i>, <i>Torreya</i>, <i>Tsuga</i>, <i>Zanthoxylum</i>, etc</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Como podeis ver, la lista es larga. Y me preguntaréis: ¿y a nosotros qué nos importa la vegetación de estas regiones marginales del continente europeo o de Norteamérica y de Asia? Pues bastante más de lo que creéis, porque los modelos de los climatólogos apuntan a que a finales de siglo, este tipo de clima será el dominante en buena parte del centro de Europa:</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoABTDxeLs1nEaE6EguIpHI5PlChiFM43gSAFEbngqWz6NNxkexV2yusuCdQK1_Ucxz8WXucFBbjCAp6Ohd4bWaihE_hz4K2N3uXVKVnUTApUo1PYFd0uue5EqqM7g1R_yFW6sIJa9AgfOOebfDPBUw2l1A5aS2p9Z-BprLbrK-OLLgQ_7Dd5pBCic/s1600/mapa_europa_finaldesiglo.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdgqC_ossCrDOdFvVZ0GN4DYUjsxweOg1JK8FntEqqM21IJdbQh3TNwMuFo5Qf2jZ_qnnQSDQ4Aby1ffMOQunzeklj3CGw32s_gTD-i05I4l-ZFaXmSeCIgZ4ortGBm7K8HnWfecP3GtUSwkOGzmZcmgzvLhw4ybVN3S_N2kbXK_o5NyY5SRLo8-F8/s1600/leyenda.jpg"/>
<br><hr>
Climas en Europa a finales del siglo XXI según la clasificación de Köppen (Beck et al., 2018) / Licencia: CC BY 4.0
<hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Se podrá discutir de la repartición exacta de estos climas prevista por el modelo (en particular resulta poco creíble que el clima se mediterraneice por completo en la fachada altántica de la Península Ibérica), pero a grandes rasgos nos sirve para hacernos una idea de lo que nos espera. La migración unos 1000 a 1500 kilómetros hacia el norte de muchos biomas resulta evidente. Pero lo más destacable, creo yo, es la dominancia del clima de tipo Cfa en Centroeuropa. Dicho de otra manera, la mayor parte del continente europeo tendrá a finales de siglo un clima de tipo subtropical. Húmedo (Cfa) en aquellas regiones en el que el nivel y la distribución de precipitaciones a lo largo del año se mantendrá, o con una estación seca más o menos marcada (Csa) en aquellos lugares en los que el clima se convertirá en mediterráneo.</span>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiN_qoxMFD86cEZAU_4_00jafMcDxPn2Ysl8R0vksn7gUclEykPG7--WCYNFeLYwqfmktjQu56FtXAECZsqKniSlJUDVGGREJKYUP6Vl1atds07dpCRRWwwNWNrsV7KXWd-ZlkmJedbwk6LGOsyEXtk4jzfMMCgMVbr3M0kga8ATvfAzhGnQsNpk6yC/s1600/Ajoie.jpg"/>
<br><br>
Hayas secas en un bosque del Jura suizo, Ajoie, Canrtón del Jura, Suiza. / Fotografía: <a href="https://www.jura.ch/CHA/SIC/Centre-medias/Communiques-2019/Nouveaux-soucis-pour-la-sante-des-forets-en-Ajoie.html" target="_blank">jura.ch</a>
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Ante la desaparición previsible de muchas especies en los bosques templados debido a la subida de las temperaturas y el auge de algunas enfermedades que atacan algunos géneros como los fresnos, la solución más evidente es, creo yo, recurrir a las especies adaptadas e estos tipos de climas. Muchas personas sueñan con que la especies actualmente presentes se adapten, pero es ese el sueño piadoso de quienes aún no han aceptado que las cosas van a cambiar drásticamente y que para adaptarnos a ello deberemos recurrir a soluciones no menos drásticas. Vamos, que si las zonas climáticas se mueven, también tendrán que moverse los ecosistemas y los seres adaptados a estos tipos de climas. No es, obviamente, imposible. Ya ocurrió en el pasado. Tras la última glaciación, las temperaturas subieron casi de golpe y la vegetación inició una carrera hacia el septentrión que duró milenios (ver esquema de la migración de los robles). La gran pregunta hoy en día es la siguiente: ¿tendremos la paciencia de esperar otros 7 milenios para que las especies adaptadas al nuevo clima lleguen al destino que les está marcando el actual cambio climático?</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJPgF6X1RVaNwoZXIarQax3Svny2yT58KC1o19th1t-ORGDhK853jJZLTt6OP1RnwVH3rtsXiZDAqSQNOkusstxViz9gENSg4vJ5i8-q6nENGpklMaFB68FdCypP31cT999c6Qt9HFs03h6bayyzymeM27VKMxe_BRE7YiO0m4emDRHRV3xVJTiMxq/s1600/migracion_quercus.jpg"/>
<br><br>
Expansión de los robles caducifolios en Europa tras la última glaciación. Los círculos coloreados muestran los principales refugios durante la glaciación (Gieseke et al. 2013)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Muchas de ellas, sea dicho de paso, tienen cierta tolerancia al frío y se cultivan ya comúnmente en buena parte de Europa. Especies como <i>Zelkova carpinifolia</i>, <i>Parrotia persica</i>, <i>Diospyros lotus</i>, <i>Diospyros virginiana</i>, <i>Liriodendron tulipifera</i> y un largo etcétera de especies se cultivan comúnmente en los parques y jardines de buena parte de Europa. Algunas, incluso, han aprovechado para dar el salto al medio natural, siendo considerada como invasora en algunos países y regiones una especie como <i>Pterocarya fraxinifolia</i>. Una triste ironía del destino sabiendo que esta especie estuvo reconquistando con éxito los territorios norteños del continente europeo en todos los periodos interglaciares. Considerarla hoy una especie invasora es realmente una terrible injusticia.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLMFBK2nSQRRT0Rh5P3hERcjgW3Pws054jNxNzbAj3IwrMmNbA2gLb1r7Nopt9Mf4vdt07DtGDbNcsPzjNujRR64U5C7dgOyUgtH5qZAc53nC9rGX2ndGnuAzpJ-Q4rwuYT4gn4_k5FvvlXzoMxV3VSE9TwyxNerCaeb0UeMn8WXz0tQkOqsvvUAQS/s1600/Pterocarya.jpg"/>
<br><br>
Nogal del Cáucaso en el parque de Solvay de La Hulpe, Bélgica. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:0_Amoureux_sous_un_pterocaryer_-_Parc_Solvay_-_La_Hulpe.JPG" target="_blank">Jean-Pol Grandmont</a> / Licencia: CC BY 3.0.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Vamos, que no faltan alternativas para repoblar los bosques europeos y devolverles algo de la rica biodiversidad que tuvieron antes de las glaciaciones. Podemos recurrir a especies muy próximas, como aquí en España el quejigo andaluz (<i>Quercus canariensis</i>), algo más lejanas, como el cedro (<i>Cedrus atlantica</i>), la zelkova (<i>Zelkova carpinifolia</i>), la pterocaria del Cáucaso (<i>Pterocarya fraxinifolia</i>) o mucho más lejanas pero no por ello menos lógicas, como pueden ser los pacaneros (<i>Carya</i>), los cipreses de los pantanos (<i>Taxodium</i>), el ginkgo (<i>Ginkgo biloba</i>), etc... No voy a insistir mucho en ello. Si seguís con regularidad este blog, ya tenéis una pequeña idea de la cantidad de géneros y especies que se podrían introducir o, mejor dicho, reintroducir en nuestro continente.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Beck, H.E., N.E. Zimmermann, T.R. McVicar, N. Vergopolan, A. Berg, E.F. Wood: Present and future Köppen-Geiger climate classification maps at 1-km resolution, Scientific Data 5:180214, doi:10.1038/sdata.2018.214 (2018).</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Giesecke T. (2013) / Changing Plant Distributions and Abundances / In: Elias S.A. (ed.) The Encyclopedia of Quaternary Science, vol. 3, pp. 854-860. Amsterdam: Elsevier.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-31403957833757437782023-01-20T20:30:00.000+01:002023-01-20T20:30:01.219+01:00Paleoautóctonas (60): Fagus<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Fagus</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Fagaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Fagales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles caducifolios, anemófilos, de amplia copa cuando adultos. Corteza lisa, cenicienta o blanquecina. Yemas fusiformes, agudas, con varias escamas. Hojas generalmente dísticas, cortamente pecioladas, de sinuadas a subenteras, con nervios secundarios rectos. Flores masculinas numerosas, en amentos capituliformes largamente pedunculados, colgantes; perianto 4-7 lobado; estambres 8-16; anteras con dehiscencia longitudinal. Flores femeninas generalmente geminadas, en el extremo de un pedúnculo, rodeadas por un involucro, acrescente, formado por numerosas brácteas unidas por la base; estilos 3, finos y recurvados. Aquenios trígonos, 1-2 en cada cúpula; ésta ovoidea, con picos blandos, cubriendo por completo a los aquenios, dehiscente por 4 valvas.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Rocha Afonso M. L. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 2 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Me he criado en Suiza entre las suaves ondulaciones de las montañas del Jura, que son una manifestación tardía y algo marginal de la orogenia alpina, y los bosques de mi infancia y de mi juventud estaban dominados por una especie dominadora, que tiende a formar en Europa bosques casi puros en los que apenas compite con el abeto o algún que otro arce. El haya (<i>Fagus sylvatica</i>) es dominante en muchos bosques de Europa Central y del Norte, ocupando típicamente el piso montano, por encima del piso colíneo en el que dominan los robles, el carpe y otras frondosas dispersas. Se trata de una especie que no aguanta el calor excesivo ni los largos periodos de sequía. Eso explica que en España su presencia se limite a las montañas del norte y a algunos enclaves húmedos en las montañas del centro de la Península.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDtDtbAeYy9P1ahBYo58vgFi-HlVKIVcJoLSA4WdKv8yEXaUUfNRLboQwh0KfkivfW0uV37ts5kE1CYQgJI8d2UL1RPpXwCrbjI0xrG892-VMxRQNWDEXzXNdtm8-BA4Zsr7Sza0lJHoopLvYnvzQzH2IYESaREo03s3wUr1Wj0HCE6vHypNoWY4ps/s1600/Fagus1.jpg"/>
<br><br>
Hayedo de <i>Fagus sylvativa</i> en la región de Marburg, Hessen, Alemania. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Fagus_sylvatica_006.jpg" target="_blank">Nikanos</a> / Licencia: CC BY-SA 2.5
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El género <i>Fagus</i> está representado en Europa fundamentalmente por 2 especies a partir de las cuales se habrían generado otros dos taxones híbridos con características intermedias. Ambas especies no son simpátricas (sus áreas de distribución no se solapan) sino que ocupan áreas separadas que corresponden a tipos de climas diferentes. En Europa occidental y central, <i>F. sylvatica</i> es una especie propia de las regiones de clima oceánico templado (<i>Cfb</i>) a continental hemiboral sin estación seca (<i>Dfb</i>). Desaparece en cuanto el clima se continentaliza demasiado. En el SE de Europa, el N de Turquía, el Cáucaso y el S del Mar Caspio, <i>F. orientalis</i> es una especie propia de zonas más cálidas, con un clima de tipo <i>Cfa</i>.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifcqHn4feBTTnpJ4LB5CtihtaICW6uMlgA6Znl7G-npgYymywenaS-5qRagGn6a37g50PeY-syRXWugWoJOEb0MxGn6LAsoDAheZu97T1es1eh2RsKJOofd1Hfg_vYT0T58WNHZ7n_Oal6cAgyWs5nd4l_Tnjo69tag6Movt8F1Qnlq-XUD6kHEvzb/s1600/Fagus2.jpg"/>
<br><br>
Área de distribución de <i>Fagus orientalis</i>. / EUFORGEN 2009, www.euforgen.org
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Ambas especies y sus híbridos se diferenciaron muy recientemente nos dicen los estudios filogenéticos. De hecho, la separación de los clados que han evolucionado separadamente en Asia, América y Europa dataría de mediados del Mioceno. Es interesante notar que el clado europeo y el clado americano se separaron después de separarse ambos del clado asiático, sugiriendo la existencia de una conexión entre ambos continentes en el Mioceno, tal como ya comentamos en la descripción de géneros como <i>Acer</i>.</span>
<br><br><hr>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx6oOlhwqV7RUnGilSUR5laHh3Ppp4TM9lCbly8zfVj-Ws7R-ncdovNNZL9PMA4De2_4MLl3F_q0ISHiXJaeqD0jGUXF9kQLFTySzkL61letHxcOVxR5CONoQeY9hVTGLIFic4TkAczbEsZX6O75_1a0gtzwRNummVjF47TBN8DQq0WmIdzFO220lE/s1600/Fagus3.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="1904" data-original-width="2514" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgx6oOlhwqV7RUnGilSUR5laHh3Ppp4TM9lCbly8zfVj-Ws7R-ncdovNNZL9PMA4De2_4MLl3F_q0ISHiXJaeqD0jGUXF9kQLFTySzkL61letHxcOVxR5CONoQeY9hVTGLIFic4TkAczbEsZX6O75_1a0gtzwRNummVjF47TBN8DQq0WmIdzFO220lE/s1600/Fagus3.jpg"/></a></div>
<hr>
Árbol filogenético del género <i>Fagus</i>. / Jiang L.et al. (2021)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El análisis biogeográfico con fósiles sugiere que el género <i>Fagus</i> podría haberse originado en la región del Pacífico Norte a finales del Eoceno Inferior. Los principales episodios de diversificación coincidieron con una aberración climática en el límite entre el Eoceno y el Oligoceno y con el enfriamiento global desde mediados del Mioceno.
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirCPT0ayCwspsAJ9tAgVFkOEwJ5fKQZxK88BVV0b58pylcj1v3Tmb4ucnNGMkrFACbHm_TlddSzexUN1_yL1vG_ce7pekMVy3F0KezBRsnMkONl2ad1xfctgpkpacPdCWMcP2RhnV-bQkxJ8jKrODCY6vYjb7sMbkdFedJpxUg6vHrRNXCuZePQWiS/s1600/Fagus4.jpg"/>
<br><br>
Hojas y frutos de <i>Fagus sylvatica</i>, Polonia. / Fotografía: Bartosz Cuber / Licencia: CC BY-SA 3.0
<br><hr><br>
De cara al cambio climático, la sustitución progresiva del haya común por el haya oriental y por otras frondosas parece lógica a largo plazo, estando adaptada la especie oriental a mayores temperaturas y a aguantar mucho mejor la sequía (clima de tipo Cfa, según la clasificación de Köppen). Los veranos excepcionalmente cálidos y secos de estos últimos (2018 y 2019 en particular) han provocado una gran mortandad en muchos hayedos centro-europeos de baja altitud. Al tener tendencia el haya a ser una especie muy dominante, el impacto sobre bosques prácticamente mono-específicos es muy visible. De mantenerse esta tendencia y de repetirse a menudo tales episodios, el porvenir de esta especie se verá fuertemente comprometido en buena parte de su actual área de distribución. Las previsiones en España apuntan a una casi total desaparición de la especie (Felicísimo et al., 2011).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD0GUHcbVXbg5iedeWFQzZyEz77bseun90Pu-PkwECCSUDjxT0I36x0HpQfSyMM5UFItVKoppDDH8c0LQX8MCHss-8eDK4fmpLu1OuKYPmA8jopt6mtOQxbxrdzQk__dfoGk79dLAFQKcxo34at5xx1pO9nJycNQbToNbOyG07HuTm9gdmAJFavHBL/s1600/Fagus5.jpg"/>
<br><hr>
Distribución presente y futura de <i>F. sylvatica</i> en la Península Ibérica. Felicísimo et al. (2011).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Una expansión del haya oriental a otras regiones europeas en caso de modificarse el clima no sería, sea dicho de paso, ninguna novedad. Un estudio del ADN extraído de granos de polen recolectados en sedimentos de hace 45’000 años de la laguna de Venecia (Paffetti1 D. et al., 2007) ha revelado que ese polen pertenecía en realidad a <i>F. orientalis</i>... Nada extraño sabiendo que el sur del arco alpino y el valle del Po han tenido siempre un clima más agradable que su entorno (es actualmente un reducto de clima <i>Cfa</i> en el que muchas especies exóticas se han aclimatado con suma facilidad). Eso explica también, de paso, que los híbridos (<i>F</i>. x <i>moesiaca</i> y <i>F</i>. x <i>taurica</i>) estén establecidos en regiones en las que no está actualmente presente <i>F. orientalis</i>. Formas similares a <i>F. orientalis</i> se han descrito incluso en la Península Ibérica (Mioceno y Plioceno), siendo probablemente el antecesor de las dos especies actuales.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Jiang L.et al. (2021) / Phylogeny and biogeography of Fagus (Fagaceae) based on 28 nuclear single/low‐copy loci / Journal of Systematics and Evolution, Vol. 0(0), pp. 1–14</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Paffetti D. et al. (2007) / Unexpected presence of Fagus orientalis complex in Italy as inferred from 45,000-year-old DNA pollen samples from Venice lagoon. / BMC Evolutionary Biology 2007, 7(Suppl 2):S6 doi:10.1186/1471-2148-7-S2-S6</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Felicísimo, Á. M. (coord.) 2011. Impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático de la biodiversidad española. 2. Flora y vegetación. Oficina Española de Cambio Climático, Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. Madrid, 552 pág.</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-29736037885940890342023-01-16T08:35:00.000+01:002023-01-16T08:35:45.882+01:00Paleoautóctonas (59): Corylus<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Corylus</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Betulaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Fagales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Arbustos, más raramente árboles, de copa amplia. Yemas ovoideo-obtusas. Hojas doblemente aserradas, en general con menos de 8 pares de nervios secundarios, casi rectos. Amentos masculinos 2-5, subfasciculados; flores masculinas desnudas, solitarias en la axila de cada bráctea, con 2 bractéolas; estambres 4-8, de filamentos bífidos, muy cortos. Flores femeninas 2-6, en dicasios compactos, incluidos en una yema escamosa pequeña, de la que apenas sobresalen los estilos; perianto muy reducido; rudimentos seminales 1(2); estilo dividido hasta la base en dos largas ramas rojizas. Aquenios en glomérulos de 1-4, subglobosos u ovoideos, con pericarpio leñoso, envueltos por un involucro foliáceo de margen dentado o laciniado apicalmente.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Rocha Afonso M. L. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 2 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Acostumbrados que estamos en nuestro país a convivir con una única especie de este género, sorprende descubrir de repente que en otras zonas del planeta existen avellanos que pueden llegar a ser auténticos árboles. Y no hace falta irse muy lejos para verlo, puesto que una de esas especies arborescentes, el avellano turco (<i>Corylus colurna</i>) está presente en el SE de Europa y tenía un área de distribución que cubría buena parte de los Balcanes, el N de Anatolia, la región del Cáucaso, el N de Irán y algunos puntos de Afganistán. Es un árbol muy preciado por su excelente madera, pero sufrió sin embargo una brutal sobre-explotación que ha llevado a su completa desaparición de algunas partes de su área de distribución original (bosque hircano del N de Irán) y a la fragmentación de su área, sobreviviendo hoy en pequeñas poblaciones aisladas (Šeho M. et. al., 2019).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiS18l76p-U-ut8NfYD-Y2qXPSlPJ13LrdEp5_xBI9A6z91SsC4dG6RC6Tz41yY62yf661vDAk9dBwXn5s7x1Q_ENhgtoCS6BygOFVUeeKPSZ9SVIzNMfUYD9hSNLa94M8ZqTBY5MG4CBF9-_BuCDgac6fgwIty1APytcQINMMbYiF5MRbyxV_9at8f/s1600/Corylus1.jpg"/>
<br><br>
Frutos (avellanas) de Corylus avellana. / Fotografía: <a href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Corylus-avellana-20-02-2010_183.jpg" target="_blank">Botaurus</a> / Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El género <i>Corylus</i> está en realidad constituido por unas 15-20 especies que se reparten por todo el Hemisferio Norte, siendo uno de los pocos géneros que no desapareció del continente europeo, donde aún están presentes 3 especies (<i>C. avellana</i>, <i>C. colurna</i> y <i>C. maxima</i>). Tal como ocurre con los robles, el hecho de producir frutos comestibles que un buen número de especies animales dispersan y almacenan probablemente haya favorecido su rápida difusión y haya resultado ser una clara ventaja en un mundo sin barreras. Tras la última glaciación, robles y avellano fueron los primeros en reconquistar las tierras liberadas por el deshielo. En el mundo actual, en cambio, esa ventaja ya no juega en su favor y habrá que ver como tales especies reaccionan ante el cambio climático sin ningún tipo de ayuda.</span>
<br><br><hr><br>
<img alt="" border="0" wdth=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXNDQlF-sGaZnNTGQYDC1ZGFg2qlcCJp0ZVoC4xB_4V-BkgyYYUDBHYEAhoVzL7rYsoMnBCk4yIUMArgaPmAr5xQjp3wB8MCk_2EPcd7x1XNGGG7nR5I_bisnBxf_Ivmguk8aFzzTlI7F7O7i6m4AjaBLeMEpZKYikPslvm5_IYpot2Jbwg7MfThMN/s1600/Corylus2.jpg"/>
<br><hr>
Arbol filogenético del género Corylus. / Helmstetter A.J., Buggs R.J.A. & Lucas S.J. (2019) / Licencia: CC BY 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El fósil más antiguo atribuible sin lugar a dudas a este género se ha encontrado en los depósitos del Eoceno Medio de la Formación “Klondike Mountain” cerca de la ciudad de Republic, en el estado de Washington (EE.UU.) y corresponde a una especie (<i>C. johnsonii</i>) que tiene bastante parecido con las actuales especies asiáticas (Pigg et al. 2005). Hojas muy parecidas a las del género <i>Corylus</i> se han encontrado en depósitos más antiguos pero han sido atribuidas al género <i>Corylites</i>, que podría más bien corresponder a un antecesor común de los géneros de la subfamilia de las Coryloidea. Alcanzó el continente europeo en el mismo Eoceno, en una primera radiación del género en el Hemisferio Norte.</span>
<br><br><hr><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Dr32vVrpSHUjyxAINUZeoBlfwqCFGCoQmY227UKQZLBVEFUkpJvs1056RD-AH-abqdy5CEiQs-wBw9tMaDhua_x7jkMQxTS4htJM-K33K0HSMJmu_dKYttdnGdc6LelngGjEsgcSiiBAp56mvSLUofSSFwo8EDwaAtEYdThKpdm-lnYbU1B7Y2OZ/s1600/Corylus3.jpg"/>
<br><hr>
Modelo de dispersión de los linajes de Corylus reportado en un mapa del mundo. / Helmstetter A.J., Buggs R.J.A. & Lucas S.J. (2019) / Licencia: CC BY 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Los estudios filogenéticos más recientes tienden sin embargo a demostrar que la diferenciación de las especies actuales es bastante reciente y habría ocurrido durante el Mioceno. Las especies actuales parecen haberse originado en el este de Asia, diversificándose y extendiéndose el género por aquél continente al tiempo que se dispersaba hacia el oeste hasta el Cáucaso y Europa, y hacia el este hasta Norteamérica en múltiples eventos independientes. La dispersión a larga distancia parece haber sido un proceso importante en la historia del género <i>Corylus</i>.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-28gpKfWaHV0qnxVKUQUPTZoQAif1QdqugThA6sVUWSxzy_3gauXQU04ozEhVsD1S4ZZntNsgnvFMnLgz5FlNbaPpj6OLHRxhCelLtRrsx91gVzfyniOV3tKvrYhHA6aJa9bp_t7rY4o_29OT_IK1Y6gfza7V2ppR1Ph4X4n8iBrgEjMNgY0i5geV/s1600/Corylus4.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjl3GJCZRF3svewFbRvrxPv87Cj1GmjOvqNgjBljD-pKnKYmDYlTk9dO_m5OwWnjfEQRdGu7rhGLSbf5vgDKUmTyann0U0YnlE5kv0GyVzJHbLFNJA7-iaDi1MKjqGdz9vB0C6gIvNL4E217v9RRmEAXtgW8_7Ry63mgwERfx8TKnxLPHXNQ-GFtI7x/s1600/index.jpg"/>
<br><br>
Distribución del género Corylus en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Habiendo aparecido este género en el Eoceno, esto significa que hemos “perdido” de algún modo la traza de radiaciones más antiguas que solo pueden ser aprehendidas por el estudio de los fósiles que se vayan encontrando. Es interesante notar, sea dicho de paso, la presencia de este género en Islandia hace 12 Ma (macrofósil) y 10 Ma (polen), que tan solo puede explicarse por la llegada de este género a través de algún puente terrestre a finales del Mioceno (ver a este respecto la descripción del género Acer).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhfK1wGo2XkWN6yIwdcJyXgk2hqjCv_nLvuMhwnll8lSE6YUbkwPSrOKc18zQkXWLn0lb_scPgrRjlkHHPCjMHt9sby5vURBezUm-eaGrapRFdo8ZiyZaGeJAMOIJNntuilcqtc-ya5EKhZsbW44Amp9b1_wWW-88q4b0vFj1xNQFbOu5UVEj2jXc19/s1600/Corylus5.jpg"/>
<br><br>
Hoja de <i>Corylus avellana</i>. Val-de-Ruz, Neuchâtel, Suiza. / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El porvenir de este género en nuestro continente depende mucho de que una especie como <i>C.colurna</i> logre propagarse, al estar mejor adaptada a la sequía y al calor que el avellano común, que debería replegarse hacia zonas más norteñas. La temperatura media anual en la zona de origen de esta especie varía entre 5 y 13°C, mientras que las precipitaciones anuales oscila entre 570 y 800 mm.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Helmstetter, A.J., Buggs, R.J.A. & Lucas, S.J. Repeated long-distance dispersal and convergent evolution in hazel. Sci Rep 9, 16016 (2019). https://doi.org/10.1038/s41598-019-52403-2</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Pigg K.B. et al. (2003) / Corylus, Carpinus, and Palaeocarpinus (Betulaceae) from the Middle Eocene Klondike Mountain and Allenby formations of northwestern North America / Int. J. Plant Sci., Vol. 164(5), pp. 807–822</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Šeho M. et al. (2019) / A Review on Turkish Hazel (Corylus colurna L.): A Promising Tree Species for Future Assisted Migration Attempts / SEEFOR, Vol. 10 (1), pp. 53-63</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-48099095130596791482023-01-15T00:01:00.001+01:002023-01-15T00:58:30.173+01:00Paleoautóctonas (58): Chamaecyparis<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Chamaecyparis</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Cupressaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Pinales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles perennifolios, monoicos; ramillas dispuestas en un plano, aplanadas. Hojas decusadas, escuamiformes, generalmente dimórficas a lo largo de las ramillas: pares faciales estrechamente adpresas, ovadas o rómbico-ovadas; pares laterales naviculares, sobrepuestos sobre los márgenes de los pares faciales. Conos masculinos ovoides u oblongos; microsporófilos 4-8, cada uno con 2-4 sacos polínicos. Conos femeninos terminales, solitarios, globosos u oblongos, glaucos, 4-12 mm, dehiscentes tras madurar 1-2 años; escamas del cono 8-12, peltadas, leñosas, cada escama fértil lleva (1)2(4) semillas; el ápice libre de la bráctea un pequeño mucrón. Semillas lenticulares, con alas laterales, estrechas. Cotiledones 2-3. x=11.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">eFloras (2022). Published on the Internet http://www.efloras.org [accessed 8 December 2022]. Missouri Botanical Garden, St. Louis, MO & Harvard University Herbaria, Cambridge, MA
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Aunque se ha intentado castellanizar el nombre latín de este género (“camecíparis”) he de admitir que suena un poco raro y creo preferible utilizar el nombre de “falso ciprés” que se suele utilizar para referirse a las especies de este género. Así que ese es el nombre que utilizaremos aquí para referirnos a ellas.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQjboK4QWuq-zpytQUi5KiPeh6Dq6uIn2c4GkAp-sQ6f1fTOFS828sBG0EMII-kuOGuGEW2m7Dcw7AHDSuaITREfeKcYFiZedUliaLrJO5IrPpsH0KdvWKM1oapBlGT5vT6HhXWexa9AUKkktFzDiFS6ABV_Jsgqq-CTZau_9lsiEjKusdGOC-pljj/s1600/Chamaecyparis1.jpg"/>
<br><br>
Ramillas con conos de Chamaecyparis lawsoniana. / Autor: Kurt Stüber / Licencia: CC BY-SA 3.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La especie más conocida del género aquí en Europa es el falso ciprés de Lawson (<i>Chamaecyparis lawsoniana</i>), originaria del W de Norteamérica y que despertó pronto el interés de los ingenieros forestales europeos por sus extraordinarias dimensiones, alcanzando los ejemplares adultos entre 50 y 70 m de altura. Algunos árboles talados en el siglo XIX medían más de 80 m sea dicho de paso. Fue introducida en Escocia en 1854, donde empezó a cultivarla un vivero llamado “Lawson & Son nursery”, que acabó convirtiéndose en el nombre específico tras describirse la especie a partir de ejemplares cultivados en ese vivero.</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEijpOGBalUUVbssUlwQ7KeLgtUaDV_1O-zBr64H0KjhIPN03k3BdcoPPDp16xdW9GTLxHApkJDoCAlfe0e-YbCou0Qxgzk8wt5nn4_pG5DJUZajYQt1A5jqvNrct0IJAwjLn6d7jLZTUmiRlO0AGN6tWpRg1Hu7BNIlhnclo3757KtBCm22hXrdTWpZ/s1600/Chamaecyparis2.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHpWYbM17OlpB-GICur8LJ5OVxupNEBMu7AjVML811-jFFqoiM2b6oFdgzRa7iAsl-t-Y5zhcQecYLCjqXWeSvq0puMdbwWHkUlNiI4v1vJ7SfAhr00TfgG-MLPI-LB_JX4Go_nd-UASl5EUdAIosP0UYctYpx9hL7SHhdFmSYK3hXNoZvmfdS_OSP/s1600/Chamaecyparis3.jpg"/>
<br><br>
Árboles filogenéticos del género <i>Chamaecyparis</i> calibrados con fósiles. / Wang Y. et al. (2022) / Licencia: CC BY-SA 3.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">
El género <i>Chamaecyparis</i> es otro claro ejemplo de disjunción intercontinental, con dos especies en Norteamérica y otras cuatro en Asia. La integración de los estudios filogenéticos y de los datos fósiles permite hoy reconstituir a grandes rasgos la historia de este género, cuyo fósil más antiguo (con conos que permitieron su adscripción al género) data del Cretácico Inferior y ha sido encontrado recientemente en la formación Guyang del Cretácico Inferior de la cuenca de Guyang, en la región autónoma china de Mongolia Interior (Xu X.H. et al., 2018). En aquella época y durante todo el Paleógeno, este género estaba aparentemente ampliamente distribuido en las latitudes medias y altas de Norteamérica y Europa, ambos continentes estando entonces unidos uno con otro.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-Fgwwt-cHYq1INhAYyNbSHE5-uC31FtoB0731UUbjNd53V8mGFjl76I4mXza4l3ofP1nbVVb6hTkM4SiKzQTMsB9E0JF8D6w4rtu2wXczxMvthpg3e3CUo8oTP0YKQHmuAZKwYe-5Id8Xm3HqNJn1bOfD9vR2W86pU6T6Yz6c7KvvDB1EOJiWvULh/s1600/Chamaecyparis4.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8mZuqzKQlALIOwYL1z0jM6qcaxgEznfKfaFyffk5wVmGxXtXI95KL-qjQY7D7FvRDdFeWzRmDkpPYF9GkEaONz-iBQoaM4DwaaI9FopxXzjBTToHi1euJXBDIKbeyauEKILrUedAZlEdOSl2cI5hi4ZX8WKq2uNWgTPn6YQWOWiolZ3ENs36UfdO2/s1600/index.jpg"/>
<br><hr>
Distribución del género <i>Chamaecyparis</i> en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">
En el Neógeno, el género está aparentemente presente tanto en el S de Europa como en Europa Central. Es interesante notar que buena parte de los fósiles encontrados en el Mioceno, Plioceno y Pleistoceno Inferior se han adscrito a especies actuales (<i>C. lawsoniana</i> y <i>C. pisifera</i>), que parecen haberse individualizado ya en el Eoceno y tuvieron aparentemente un área de distribución mucho más extensa que la actual. Tras el desencadenamiento de las glaciaciones, el género se repliega en el S del continente, siendo la Península Itálica la única en la que aparentemente logra sobrevivir durante algún tiempo en el Pleistoceno Inferior (Gelasisense). Desaparece por completo del continente europeo muy probablemente en el Pleistoceno Medio.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiHUeaZ6ao6MZTO4dDKejSfU4KbYVOx37iSd5tVjkcQKLCnKzR7mPr2ZYXvxY7Rbqz_THlQysdjoUE9jNJV7VNR_BxW3jlZ56q7Gc1IRbaz1TTAB1J-qFxDDtLopd8vuiwPItLD-cNmhrmCE6xzLJzWHzNBPCgFvNAvHPt6KrksWi4mcOeaKUMaY5oA/s1600/Chamaecyparis6.jpg"/>
<br><br>
Plantación de cipreses de Lawson en el Parque Natural de Gorbeia. / Fotografía: titok
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">
Las especies de este género han tenido sobre todo un uso ornamental, desarrollándose numerosas variedades hortícolas. Varios países, sin embargo, han ensayado el falso ciprés de Lawson como especie forestal, siendo Inglaterra el país donde más se ha plantado. En España se ha plantado fundamentalmente en el País Vasco. A pesar de no ser un árbol frecuente, se puede decir que la especie tiene ya una buena implementación en Europa. El único país en el que la especie se ha naturalizado plenamente es Gran Bretaña.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQgHjIAs95DLiT-P_i9sOlIEDOj7phJALK87vvxNGI4hWKdkKRaoxxnj0zJS1z_RAM105-5s7FkbPs2iyGYgIMy1n5lMx4WdrxZnGuFIHOVz4njGcONAQmqxdifDcepbvsI_4LrSLsKcb-tbJxL9oXdmUAzu4qw_iwsMUDGHYgGfkvMkk_gsykyJWP/s1600/Chamaecyparis5.jpg"/>
<br><br>
Distribución del falso ciprés de Lawson (<i>Chamaecyparis lawsoniana</i>) en Europa.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">
El mapa de la figura anterior nos muestra que ha sido plantado sobre todo en zonas de influencia atlántica, aunque en su área de origen, el clima es de tipo mediterráneo, recibiendo entre junio y agosto tan solo un 2 a 4 % de la precipitación total anual. Eso sí, las precipitaciones totales oscilan entre 1000 y 2250 mm. Es pues un árbol perfectamente adaptado en zonas de transición hacia el clima mediterráneo, como hay tantas en el N de la Península. Esto lo convierte en un árbol interesante de cara al futuro, ya que se prevé más bien una mediterraneización del clima en muchos lugares de Europa Central en los que el clima es (o era) más bien de tipo atlántico.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Wang Y. et al. (2022) / Incomplete lineage sorting and local extinction shaped the complex evolutionary history of the Paleogene relict conifer genus, Chamaecyparis (Cupressaceae) / Molecular Phylogenetics and Evolution / Volume 172, 2022, 107485</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Xu X.-H. et al. (2018) / A new discovery of Chamaecyparis from the Lower Cretaceous of Inner Mongolia, North China and its significance / Review of Palaeobotany and Palynology, Vol. 257, pp. 64-76.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-52928900378554303172023-01-09T12:17:00.003+01:002023-01-09T12:19:05.361+01:00Paleoautóctonas (57): Celtis<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Celtis</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Cannabaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Rosales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles caducifolios, de corteza lisa. Hojas alternas, simples, dentadas o aserradas, con la base asimétrica, pinnati-palmatinervias, con tres nervios principales en la base. Especies polígamas y anemófilas. Flores masculinas y hermafroditas, solitarias o raramente en grupos de 2-3 en las axilas de las brácteas de los brotes, pequeñas, inconspicuas, regulares, hipóginas. Perianto monoclamídeo, constituido por 5 segmentos (sépalos) libres. Estambres 5, episépalos, insertos en la base del perianto; polen porado, con la exina lisa. Carpelos 2, soldados. Fruto en drupa. Semillas globosas; embrión curvo. x = 10, 11.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Navatrro C. & Castroviejo S. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 3 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Con su corteza gris y lisa que no se exfolia e importantes contrafuertes en la base de su tronco, el almez no se parece en nada a los demás árboles de las zonas templadas con los que convive. Y es que el género <I>Celtis</I> es en realidad esencialmente tropical, con algunas especies como el almez alcanzando las regiones templadas cálidas en ambos Hemisferios. El género comprende unas 70 especies y está presente en África, Asia y la región neotropical desde Texas (EE.UU.) hasta Argentina.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOLxyximpuaJeMeFATtwAx8A5WJjoRN9kQTpHlsJsjxOcLEG8RWetoscQRATfVLOZFqFYd825KaaTQR6N-DsyXTPUaPOvHLM7vrzqmwL-a_STPSFJ4a7wVcO-HClpPAlYuLwPIT0B9OUF36nNqN5wqiv_KvyK1f2RLL3_mRtea0Swlk0p3Jl6DWl1T/s1600/Celtis1.jpg"/>
<br><br>
Flores hermafroditas de <i>Celtis australis</i>. Fotografía: Adrián Rodríguez. Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La identificación de las especies es a veces bastante complicada, algunas especies pudiendo mostrar características morfológicas muy variables. Las hojas, en particular, pueden variar considerablemente de forma dependiendo de diferentes factores. Esto ha llevado a la descripción de numerosas especies que luego han resultado ser simples sinónimos. Los estudios taxonómicos más recientes han permitido identificar qué criterios son realmente discriminatorios, desempeñando en ellos un papel importante la morfología de los pirenos (“huesos” de los frutos).</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">A pesar de las diferencias que evocábamos al principio, los almeces se incluían tradicionalmente en la familia de las Ulmáceas, junto a géneros como <I>Ulmus</I> y <I>Zelkova</I>. Los estudios filogenéticos han demostrado, sin embargo, que formaban parte de la familia de las Canabáceas, familia del lúpulo y del cannabis, eso sí, emparentada con las Ulmáceas. No está muy claro, en base a los descubrimientos realizados hasta la fecha, donde apareció este género, habiéndose encontrado restos del Paleogeno en distintos continentes, tal como muestra el mapa de la figura siguiente.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgovoEyf-BLShwav7rHbts0lqsquKaDAJBS3vsSCX-iQh_ttWE1nFd4IrDoQHe-3Ttl-a-6xc_6u-05NvuEpvXr09Ln-HhhUIwv0lSff0bEXKaQM37yNfIGaOSdAuN8b5AEIzdrndRH9pom4UWl3YOJ3ZQAbsW7T_ceWYbxeBTxhU-HlWzEuP1lCaH8/s1600/Celtis2.jpg"/>
<br><br>
Mapa mostrando la presencia de endocarpos fosilizados de <i>Celtis</i> en localidades del Paleógeno (puntos amarillos) y del Neógeno (puntos rojos). Pickford, M. (2018).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Los resultados de los estudios filogenéticos tampoco han permitido aclarar ese origen, estando el árbol constituido por ramas de distintos continentes completamente entremezcladas, sugiriendo una larga y compleja historia del género que solo futuros estudios permitirán aclarar.</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2LiaFE-JLtTcgkQ6jnUrLMQ2aJn2gK8X-7tSLkXkkO1sm_nnsd0TeHh7S8sXPP-CWvzclpHFxHTSzFXiwSVj1AIaTaKWuvGMpGGOy97mWF0BbK6c24vUMk6GLyhjpKk6MlurA7V7KbUvXrDE1tbpyLD_bieogmYKdHRDJWJeWQUD9fqAoJ-zaqbGj/s1600/Celtis3.jpg"/>
<br><hr>
Árbol filogenético del género <i>Celtis</i> construido en base a una matriz combinada de cuatro regiones de plástidos. Liu L. et, al. (2021). Licencia: CC BY-NC-ND
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Eu Europa, la presencia de este género está bien establecida durante todo el Neógeno. El mapa a continuación muestra que tenía entonces un área de distribución más amplia que la actual, extendiéndose por buena parte de Europa Central, Su presencia en la Península Ibérica durante el Pleistoceno Medio y Superior confirma por otra parte que no fue un arqueófito, tal como se pensó durante mucho tiempo. Es interesante notar, desde ese punto de vista, que el Homo antecesor comía a sus contemporáneos en Atapuerca hace 1,2 millones de años acompañandolos con… almecinas! Era pues un condimento apreciado por nuestros lejanos antepasados…</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width="100%" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjJ3desjPmh5V4EAzsQIu5u2K2DCefDojAhUGDuyTHHTsT5DJwjKq8Ohr61b4SDAzNEyfl-aTGp-8nE3LCNXBIG3HBctetMwWBNDyqGsALFi0wESelhq7-LkBtH_KxmZTgeyd6oR4tQXPoFGDhjJ9eS1zofMrr7QUvod-LDoIt2nNl11LvbYRO30UM3/s1600/Celtis4.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_qzwp5PSgXBOcteH0WJE11PNUDHgHhkK4VfFSt7phrgLl6UnBlNFpT9k-4AZ-r4JOC6ATR5JkA-a3fkbsdkZl7pd9p_UKARalH5sljhJtCEpIv2TIVY-EgKgZFnAc2m5kcV5DlUsOH486Kpj-X6etSq8hAqbPmS2QRPWiFoAbJtFI9qKDD8jMnh2U/s1600/index.jpg"/>
<br><hr>
Distribución del género <i>Celtis</i> en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En Europa, el género <i>Celtis</i> está fundamentalmente representado por el almez común (<i>C. australis</i>), con un área de distribución típicamente circunmediterránea. En el SE de Europa y W de Asia se encuentran también <i>C. glabrata</i>, pequeño árbol que suele crecer en terrenos secos y rocosos, y <i>C. caucasica</i> presente en la región del Cáucaso, Asia Central y hasta el Himalaya occidental. Una cuarta especie, <i>C. tournefortii</i>, es un endemismo del Etna y de los Montes Nebrodi en Sicilia (Italia).</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Los almeces son árboles cultivados con cada vez más frecuencia en nuestras calles, donde suelen sustituir árboles como los olmos, al haber demostrado ser mucho más resistentes a la contaminación y a la sequía. Se cultiva sobre todo el almez autóctono (<i>C. australis</i>) pero se encuentran también a menudo el almez chino (<i>C. sinensis</i>) y el americano (<i>C. occidentalis</i>).</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Las perspectivas de futuro para este género son buenas, como lo son para casi todas las especies originarias de la cuenca mediterránea. El almez debería ver su área de distribución extenderse considerablemente en el futuro. Al ser una especie ornitócora, es probable incluso que su expansión se logre sin la intervención del hombre. Su uso cada vez más frecuente como árbol viario debería sin embargo facilitar su expansión y la de las demás especies cultivadas. Sería un crimen no aprovecharlo para facilitar la difusión de una especie como <i>C. tournefortii</i>, que no tiene porqué estar condenada a desaparecer en sus actuales reductos.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Liu L. et al. (2021) / Development of genomic resources for the genus Celtis (Cannabaceae) based on genome skimming data / Plant Diversity, Vol. 43, pp.43-53</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Pickford, M. 2018. First record of Celtis (Hackberry) from the Palaeogene of Africa, Sperrgebiet, Namibia. Communications of the Geological Survey of Namibia, 19, 47-50.</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-39254315914891436702023-01-08T21:58:00.001+01:002023-01-08T22:54:03.173+01:00Paleoautóctonas (56): Catalpa<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Catalpa</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Bignoniaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Lamiales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles caducifolios. Hojas simples, opuestas o, más raramente, verticiladas, con puntuaciones glandulosas purpúreas en la axila de las venas del envés. Inflorescencias terminales, paniculadas, corimbosas o racemosas. Cáiz campanulado, bilabiado o irregularmente dividido, globoso en los capullos. Corola campanulada, bilabiada, con el labio superior bilobado y el inferior trilobado, blanca, rosa o amarilla. Estambres fértiles 2, incluidos, insertos en la base del tubo de la corola; estaminodios 3. Disco conspicuo. Ovario bilocular, con óvulos numerosos. Cápsula loculicida, alargada, de sección circular; valvas finas; septo delgado. Semillas dispuestas en varias filas, redondeadas, comprimidas y aladas, finamente membranosas, con un mechón de pelos a cada extremidad.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">eFloras (2022). Published on the Internet http://www.efloras.org [accessed 8 December 2022]. Missouri Botanical Garden, St. Louis, MO & Harvard University Herbaria, Cambridge, MA
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Patrocinado por la Royal Society of London, el naturalista inglés Mark Catesby exploró la colonia norteamericana de Carolina entre 1722 y 1725 y dio a conocer en Europa muchas especies del Nuevo Mundo. No solo describió esas especies sino que se trajo las semillas de muchas de ellas a su regreso a Inglaterra en 1726. Entre ellas, las de un árbol que los indios creek llamaban "katalpa" y que iba a conocer un éxito instantáneo en aquél país, en cuanto los primeros árboles sembrados empezaron a florecer, ofreciendo el deslumbrante espectáculo de su floración. Fue luego introducido en Francia en 1754, época de la que datan los añosos individuos que se pueden observar aún hoy en día en los jardines del palacio de Versailles. Finalmente, se popularizó en toda Europa a principios del siglo XIX.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtYGY1L3S71iPADHmEcHdnOF5oLbYiG8x3Tv-vjtbSpYRJh6rAm9rX2uQzPNMQjlOwryoAivQkA8LuxDUkHxQ2ck_IxyNbmQ9rA68XFQ38g0Alcr_2PSo4DIQn-XswknsPT8TYntHNcwrlV7dBTmUTylH7Cqn5jrrnav3RF5kRzqo64rey38JIXutk/s1600/Catalpa1.jpg"/>
<br><br>
Flor de <i>Catalpa bignonioides</i> vista de perfil. / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El género <i>Catalpa</i> al que pertenece la catalpa común (<i>C. bignonioides</i>), tan frecuente en nuestros parques y jardines, pertenece a la familia de las Bignoniáceas, una familia de plantas esencialmente leñosas propia de las regiones tropicales y subtropicales, con algunos representantes en las zonas templadas cálidas, tanto del Hemisferio Norte (Norteamérica y Asia) como del Hemisferio Sur (Nueva Zelanda, cono sur de Sudamérica). Esta constituido por unas 13 especies originarias de Norteamérica y el Caribe y del E de Asia.</span>
<br><br><hr><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU8xKwXKXR9Wu8aZRnxwTgMs1XG6iOm4VGO-BI2zZYq1P40JIBWsA1uFY-9bspPY9vPw0h7qpjcwdsiPV9aR4eLy-RjmRLEDA6QVyoKSOWEibaGnNwIDMZ2vFUKhk9IAKJJSXisk9PHKJvyKqO9mCzXhbeBqbF4JBhvZBokDEGbbdcx-ee3tc4awNY/s1600/Catalpa2.jpg"/>
<br><hr>
Árbol filogenético del género <i>Catalpa</i>. Olsen R.T. & Kirkbride J.H. (2017). Licencia: CC BY 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La presencia del género <i>Catalpa</i> en Europa durante el Terciario está documentada por escasos restos fósiles pero no deja de ser lógica teniendo en cuenta el área disjunta que tiene este género, con especies actualmente en Asia y en Norteamérica, similar al de muchos géneros que casi todos estuvieron presentes en Europa. Cabe recordar que las especies de esta familia son todas entomófilas y que no dejan rastro en el registro palinológico, con lo que depende mucho de la suerte que macrorestos se hayan podido conservar.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El origen del género y de la familia a la que pertenece parece situarse en Sudamérica. En algún momento mal datado, a mediado del Terciario, hace su aparición el género Catalpa, del que se han encontrado flores conservadas en ámbar en la República Dominicana Poinard G.O., 2016), en depósitos turbidíticos cuya edad va del Eoceno al Mioceno. Esta primera aparición en la región caribeña coincide bastante bien con lo que nos muestra el árbol filogenético de la figura XXX, diferenciándose en primer lugar la sección Macrocatalpa, integrada por 4 especies en la región del Caribe.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhubmtgqIWm-NVHWXvzKuehnamWjb0b-VkmWaxchj_Ga4somaF6xs2e11L5vVGs7lwZweGUZ2A4bITX9cphGiIwTXIPwGUbMehUmWqJ8pM0kcPSh85CseQcF8kB-2kw7irlHg1qQsC27S0oa6zECulihzpRo7oekbmqC-aF4ACu6HHJg0HkgsQje4lW/s1600/catalpa_semillas.jpg"/>
<br><br>
Semillas aladas de <i>Catalpa bignonioides</i>. Fotografía: Adrián Rodríguez. Licencia: Dominio Público.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Más adelante parece que el género se va adaptando progresivamente al frío mientras ocupa el Norte de Norteamérica y Asia en aparentemente dos episodios de migración entre ambos continentes. Cómo llegó a Europa es más difícil de establecer. Puede haber alcanzado el continente europeo prosiguiendo su migración a través de Asia o a través del puente intercontinental que hubo entre Norteamérica y Europa en algún momento del Mioceno Inferior.</span>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Tras casi tres siglos de cultivo en Europa, el género <i>Catalpa</i> ha tenido tiempo de “buscar” y de encontrar en Europa áreas que le convenían y se ha citado su naturalización en varios países europeos. Entre ellos España, habiéndose observado su naturalización en Cataluña, Madrid (Rivas Vaciamadrid) y Huelva. El cambio climático a priori le favorece, al ser originaria esta especie de los estados del S de Estados Unidos, con un clima subtropical de tipo Cfa (clasificación de Köppen). Tal como se explica en el primer capítulo es precisamente el tipo de clima que debería prevalecer en el futuro en prácticamente toda Europa Central.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Olsen R.T. & Kirkbride J.H. () / Taxonomic revision of the genus Catalpa (Bignoniaceae) / Brittonia, DOI 10.1007/s12228-017-9471-7</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Poinard G.O. (2016) / The First Fossil Flowers of Bignoniaceae (Lamiales): Catalpa hispaniolae sp. nov. in Dominican Republic Amber / NOVON, Vol.25, pp. 57–63</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-12628193823301984792023-01-07T14:31:00.001+01:002023-01-07T14:31:15.615+01:00Una mentira mil veces repetida...<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Una mentira mil veces repetida... ¿se convierte finalmente en una verdad, Herr Göbbels? Cada vez que leo algún artículo en un periódico o revista alertando del peligro de las especies invasoras, me encuentro sistemáticamente con esta afirmación, que todo el mundo repite como un mantra y asume como una verdad inquebrantable:</span>
<br><br>
<i>Según la ONU, las especies invasoras son la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo y, en Europa, una de cada tres especies está en peligro crítico de extinción por esta creciente amenaza.</i>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Nos tienen realmente comido el coco con esa mentira los abanderados de la biología de las invasiones. ¿Realmente son las especies invasoras la segunda causa de extinción de especies sobre la tierra? Cuesta pensar que eso sea verdad cuando pensamos en el impacto que han tenido nuestras actividades sobre la tierra: el 75% de las tierras emergidas han sido alteradas por el hombre, el hombre y su ganado representan hoy el 96% de la biomasa total de los mamíferos existentes, el número de insectos en las reservas naturales de Alemania occidental disminuyó más de 76% entre 1973 y 2000, debido al uso masivo de insecticidas y de plaguicidas. Son cifras apabullantes y todas ellas tienen causas bien conocidas. Podríamos seguir hablando de la cantidad de contaminantes que se vierten cada año en la naturaleza, del terrible impacto de las grandes explotaciones mineras, etc... ¿Alguien realmente se cree, tras evocar todo esto, que las especies invasoras son la segunda causa de extinción en el mundo?</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Que la prensa popular y sensacionalista se agarre a tales ideas no sorprenderá a nadie pero lo grave del asunto es que he copiado esta afirmación en una página del CSIC:
<br><br>
https://www.ucm.es/otri/la-polilla-del-boj-especie-invasora-aterriza-por-primera-vez-en-madrid
<br><br>
Una página supuestamente seria (es de la Universidad Complutense) escrita por personas que deberían ser capaces de reconocer las noticias falsas y de no difundirlas... </span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">No hubiese costado mucho a los autores de ese texto leerse el último informe de la "Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas" (IPBES), que se dedica a luchar a nivel internacional contra la pérdida de la biodiversidad. Un equivalente del IPCC para temas de biodiversidad. No se podrá acusar al IPBES de no saber de qué habla. Pues bien, según este organismo, las principales causas de pérdida de biodiversidad son las siguientes (por orden de importancia):</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">1) el cambio de uso de la tierra y el mar</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Cuando se tala un bosque para cultivar esa tierra o crear pastos para el ganado, es evidente el impacto directo que tendrá esa tala: desaparecen todas las especies que poblaban anteriormente el bosque. Por su acción directa (tala), el hombre es aquí el responsable directo de la pérdida de biodiversidad asociada.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDLH1FflB8KF-TsL_QBxyHSiY5gDYixERZkQVbNM52QZsS_WX884RqfghNolabmkO3BZONYpAmw6fwQmus8Q0AWzVC_sRasCPlWiPfzFpovQtFPRZ9O_uRSMGvfDNKWknF2A23GvIIsQB_QPptOiVLEyC5GxVOipfi5cZLn1u1Uwj63jzu91yyruXd/s1600/Mato_grosso,jpg.jpeg"/>
<br><br>
Imagen aérea de una zona deforestada en la región de Sinop, en Mato Grosso, en agosto pasado. Fotografía: Florian Plaucheur (AFP).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">2) la explotación de especies</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Si alguna especie es cazada o explotada hasta su extinción, ocurre lo mismo: la acción directa del hombre (recolección o caza) lleva a una pérdida de biodiversidad. No solamente desaparece la especie que ha sido directamente explotada, sino que desaparecen todas las interacciones que esa especie mantenía con otras, pudiendo eventualmente llevar a una cascada de extinciones.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEileL1GnDJgr2T_k9f44qRnDjqAYCSP8susn46IDXueSh2jjzvrqW-pLIrjek7NZ6RTmtAyy-QhcifjVRlJxvD_v77fdw1ZrWuf9hRbVOEQho16YsgL7yttLBn0H4gbYV1l7y8401jcyjsootnI1IzHcXD8FdrtxaGuYgFVv9_nsvPHBZjcUdxHcPdo/s1600/uro_lascaux.jpg"/>
<br><br>
El uro fue cazado por el hombre hasta su definitiva extinción en 1627, cuando fue abatido el último individuo vivo en Polonia.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">3) el cambio climático</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Aunque se ha dudado mucho de la responsabilidad del hombre en el cambio climático, los estudios de las últimas décadas han establecido sin lugar a dudas que la quema de hidrocarburos y el aumento de gases de efecto invernadero es la única causa del cambio climático. La escala del cambio climático es tal que podría llevar a la extinción a miles y miles de especies incapaces de adaptarse a ese cambio y/o de migrar. Solo aparece en tercera posición por ahora pero de seguir las cosas tal como están yendo, pronto será la causa principal y con mucha diferencia.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQAuYhQSZATR1XiQMuDBUun2f_-lilnfrSSovthcQypq0OPcz2zxU_Qey6kowxHBA0kn_C4QZG5myNejkvNAZ1QInlIJJiU4CvQX1DOUI1fxlkIu2i6ohh-5Yxo-dS7qUOHKNxj-0e4c-VhPX_uc-30fkZassHY4yntX_UBRZ4BM0bxMkRudbsuMoH/s1600/epiceas.jpg"/>
<br><br>
Verano 2020, monocultivo de píceas muertos en Argonne, región natural entre los departamentos de Marne, Ardennes y Meuse / Fotografía: Sylvain Gaudin, CC BY-NC-ND
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">4) la contaminación</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Creo que todos guardamos en mente las imagenes de algunos vertidos que han dejado prácticamente sin vida algunos ríos. Imágenes terribles de peces flotando tripa arriba en la superficie de algún río o de algún lago. Una vez más, la relación de causa a efecto es directa y se pueden señalar los culpables con nombres y apellidos. Tales episodios, sin embargo, por muy espectaculares que sean, son episódico. Mucho más peligrosa es la contaminación que se va soltando más progresivamente y que no se ve. Eso va desde los gases de efecto invernadero, que evocábamos en el punto anterior, a sustancias mucho más perniciosas capaces de afectar la salud nerviosa y reproductora de especies a miles de kilómetros...</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhosB0YCs1_5--y6Vzv_FdZsvXwRbwGYoy03v-DcTR3Vm4NGC320HuLWjLUKS7OvKidob4r_fQGc4HImE6asDWC8HkL-sWXqYYKKKmJsI2V5YlgSVREdJlumciXSW_4lKl_6cu8STciF81vhJp-rpKSUks8WULDEtw2k0mPN2ejJkZoEpIwCSFyT3zH/s1600/contaminacion.jpg"/>
<br><br>
Peces muertos en el Mar Menor el 12 de octubre de 2019. / Fotografía: Marcial Guillén, EFE / <a href="https://www.laverdad.es/lospiesenlatierra/blog/menor-peces-muertos-20200106175634-nt.html" target="_blank">La Verdad</a>
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">5) las especies exóticas invasoras</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Si podemos considerar los 4 primeros puntos como causas directas de pérdida de biodiversidad, la aparición de especies invasoras es una causa mucho más difícil de evidenciar. ¿Desaparece una especie y es sustituída por especies exóticas por la competencia directa que ejercen esas especies o porque las condiciones favorecen estas últimas? Muchos libros sobre invasiones biológicas insisten machaconadamente sobre las presuntas ventajas competitivas que tienen las especies invasoras y se olvidan por completo de hablar de las causas que favorecen el éxito de estas especies. Una especie como el ailanto, por poner un ejemplo cercano, coloniza fundamentalmente terrenos alterados por el hombre. ¿Se la puede acusar de ser una especie invasora cuando en realidad no hace más que aprovechar la situación creada por el hombre? Muchas especies de nuestra flora y de nuestra fauna son en realidad especies exóticas que llegaron a nuestra tierra aprovechándose del desarrollo de la agricultura. De haberse manejado tales conceptos en aquellos tiempos, con toda seguridad hubiésemos considerado al gorrión una temible especie invasora...</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" data-original-height="1152" data-original-width="1536" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipOAKyguWEMDA5-mJnmdWKbE1dDx_zyjWTETNMbtiUrDZ0nl3FE3kY4I-YkFPOeZe0sgDAOl5R97Xz9gO2_c9xL94XN-0qoRIs-swuCu8XUa8yM-wIvGw98Ibrc-MeIRdUZnX7XnTQs0TQrayl6ZecvEdvqTo8Sg0vHwG39fbXN84WpAAb4GtfKw60/s1600/gorrio%CC%81n.jpg"/>
<br><br>
Gorrión en el Parque del Retiro, Madrid. Originario de Asia Central y del Medio Oriente, el gorrión ha conquistado todo el planeta siguiendo al Hombre. Se le consiera hoy en día plenamente asimilado pero fue en algún momento una especie invasora de libro.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Este último ejemplo ilustra perfectamente uno de los peores defectos de la biología de las invasiones: es inmediatista y no tiene en cuenta el factor tiempo. Muchas especies que ayer fueron invasoras hoy han sido "asimiladas" por nuestros ecosistemas y no hay nada que nos pueda hacer pensar que ocurrirá algo diferente en el futuro. Las leyes de la biología son las mismas para todas las especies. Por poner un ejemplo mucho más reciente, ¿alguien se acuerda qué especie se ponía como ejemplo de especie invasora hace 40-50 años? Los que llevan interesándose por estos temas desde hace tiempo recordarán que en aquél entonces un alga originaria del Pacífico prioliferó en el Mediterráneo: <i>Caulerpa taxofolia</i>. El impacto fue brutal en elgunos ecosistemas y los especialistas vaticinaban la desaparición de las praderas de posidonias por culpa de aquella invasora de libro. Pues bien, ¿alguien tiene noticias recientes de la caulerpa? Muy pocas, porque ocurrió luego algo que era de esperar en realidad: la caulerpa desapareció de gran parte de los lugares que había colonizado y hoy en día es una especie que se ve ocasionalmente y dispersa en esos mismos ecosistemas que supuestamente iba a hacer desaparecer. La visión catastrofista que nos "vende" la biología de las invasiones no es realista y no tiene en cuenta el factor tiempo, que acaba siempre jugando en contra de las invasoras cuando las condicines que favorecieron su proliferación desaparecen.
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" wisth=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjesZJL2UrJDrHw_L6janoNRHXl2XR8UfZ9Z5_HTc90F8KgYKTE-jXmyUmZLmsERHLjYde4bbEH4GklYm_USkvIYne6r1ESmrGjqRS72PN_xe661T4Ak8JlPL1-szBgzU1M2jGDlOG-njXlSLjw2pXBcIg-bg0tWS0WNjiZKYhNnqIZ7tCJlpE0fq3i/s1600/invasoras.jpg"/>
<br><hr>
<u>Izquierda</u>: Las distintas fases de una invasión, tal como las describen los biólogos que estudian los procesos de invasión. <u>Derecha</u>: evolución más realista de la población de una especie neófita.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">¿De dónde viene pues esa afirmación de que las especies invasoras son la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo? Tiene por origen, en realidad, un artículo de Wilcove et al. (1998) en el que sus autores intentaron cuantificar la importancia de los distintos tipos de amenazas que ponen en peligro la biodiversidad en los Estados Unidos. Ese estudio, sin embargo, sufre de un grave defecto conceptual al mezclar datos y observaciones realizadas en la parte continental de EE.UU. con otras realizadas en Hawai, en un territorio infinitamente menor y con unas circunstancias propias muy particulares. La combinación de esos resultados llevó los autores a sobreestimar el papel de las especies invasoras en la pérdida de biodiversidad de aquél país.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Unos cuantos años más tarde, un estudio similar llevado a cabo por investigadores canadienses (Venter et al., 2006) puso en entredicho las conclusiones del estudio americano, al mostrar que en Canadá, país vecino de EE.UU, las especies invasoras tan solo aparecían como la sexta causa de pérdida de biodiversidad. La importancia de la amenaza que representan las especies invasoras se ha magnificado, conscientemente o inconscientemente, y las conclusiones de ese estudio se han generalizado al resto del mundo de forma abusiva sin que nadie tuviese nunca la honestidad de desmentir esa afirmación. Un método de actuar (soltar mentiras al aire para que se dispersen libremente y sin filtro) que lamentablemente se ha hecho muy común en todos los ámbitos desde hace algunos años... <i>Fake news</i> diría leyendo este artículo uno de los que más ha abusado de ello...</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Wilcove D.S. et al. (1998) / Quantifying threats to imperiled species in the United States / BioScience, Vol. 48, pp. 607–615</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Venter , O. , Brodeur , N.N. , Nemiroff , L. , Belland , B. , Dolinsek , I.J. & Grant , J.W.A. ( 2006 ) Threats to endangered species in Canada . Bioscience , Vol. 56 , pp. 903-910</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-10745333692861815472023-01-05T16:00:00.000+01:002023-01-05T16:00:44.087+01:00Paleoautóctonas (54): Buxus<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Buxus</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Buxaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Buxales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Frútices o sufrútices monoicos. Ramas jóvenes tetrágonas por la decurrencia marginal del pecíolo en los entrenudos. Hojas enteras, opuestas, coriáceas, persistentes. Inflorescencias en glomérulos axilares densos, bracteados, con una flor femenina central rodeada de flores funcionalmente masculinas. Flores masculinas sésiles o pedunculadas; las femeninas sésiles, 2-4-bracteoladas. Tépalos de las flores masculinas 4, en dos verticilos, persistentes en la fructificación; tépalos de las femeninas 6, en dos verticilos poco definidos. Estambres 4. Ovario tricarpelar, rudimento ovárico – en las flores masculinas – tetrágono, ± lobulado, trígono, ± tuberculado entre los estilos, que son sulcados; estigmas decurrentes. Fruto en cápsula esquizocárpica, con dehiscencia septífraga y septicida, tricorne, coriácea; mericarpos bicornes, subbiloculares, dispermos. Semillas 6 (3-5, por aborto), trígonas, carunculadas, lisas, brillantes, negras.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Benedí C. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 8 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Género esencialmente tropical y subtropical con cerca de 100 especies originarias de Europa, Asia, África, Madagascar y Mesoamérica. Se trata en su mayoría de pequeños árboles y de arbustos de hojas persistentes, opuestas, generalmente pequeñas. Tan solo unas cuantas especies se han adaptado a vivir en las zonas templadas, entre ellas, las dos especies presentes hoy en día en Europa (<i>B. sempervirens</i> y <i>B. balearica</i>) así como <i>B. microphylla</i> de Japón y Corea. Presenta un máximo de diversidad en Cuba, con una 30 especies endémicas.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3awpfG7DvYM7ZgiCFSLWFq_zBXzN7crNsaq7GYlBD0roK1qEGAA6OJ2XF9Xh42eq_7BpiV24LQn5-0H4bblufZFCmUDa5AcJV8xBTfeeEqc7WVo0QBgOHydZXQ5oB9d2YlmjqHIl7Xj5tlAm5wdQEm3-3eI5WGkW696YhPglwrF2aVlVYDin_yo8p/s1600/Buxus1.jpg"/>
<br><br>
Inflorescencias de <i>Buxus semepervirens</i>. Parque del Retiro, Madrid. / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;"><i>B. sempervirens</i> es una especie típicamente submediterránea, asociada a los bosques decíduos, de los que es un elemento más de la orla y del sotobosque. En áreas y vertientes rocosas, sin embargo, llega a formar localmente bosques prácticamente monoespecíficos. Su área de distribución alcanza el S de Inglaterra, en zonas con un substrato favorable (pedregoso y calizo). <i>B. balearica</i> es, en cambio, un elemento más estrictamente rupícola y tiene un área de distribución relicta circum-mediterránea, aunque muy fragmentada.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El género <i>Buxus</i> pertenece a una familia y un orden muy primitivo dentro del grupo de las Eudicotiledóneas, del que se han encontrado fósiles de finales del Aptiense - comienzos del Albiense en Vale de Agua, Portugal (Pedersen K.R. et al., 2007). No se encuentran mas adelante fósiles de esta familia en Europa hasta el Mioceno. Corresponden en su inmensa mayoría al género <i>Buxus</i> pero hay que señalar también la presencia en aquél entonces del género <i>Pachysandra</i>, que describiremos en otro artículo.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPVsdS-DkgcP1WTwx7FaVapDIloVL6krC6z1KDO7S-23nRt7V0lWCIEyA_q01Fb3_tAENiuMHTzCsw_EAVwsFJFbesj3ayfrmYIUG9gDt3EkN6dbmVu700u25q4GUoL6Ka87UrRlSJMCCRdsXUkTdoY8Soyu43GOqKRRlQg7LYiHX3A2Wd_taOtzyw/s1600/Buxus3.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="1280" data-original-width="862" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPVsdS-DkgcP1WTwx7FaVapDIloVL6krC6z1KDO7S-23nRt7V0lWCIEyA_q01Fb3_tAENiuMHTzCsw_EAVwsFJFbesj3ayfrmYIUG9gDt3EkN6dbmVu700u25q4GUoL6Ka87UrRlSJMCCRdsXUkTdoY8Soyu43GOqKRRlQg7LYiHX3A2Wd_taOtzyw/s1600/Buxus3.jpg"/></a></div>
<br><hr>
Árbol filogenético del género <i>Buxus</i> basado en el estudio del plastoma e incluyendo 4 regiones cloroplásticas: rbcL, trnL-F, matK and petD. Shipunov A.et al. (2020)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Volviendo al género <i>Buxus</i>, el árbol filogenético que mostramos en la figura anterior sugiere un origen Euroasiático de este género pero es evidente que ante un hiato de casi 100 millones de años en el registro fósil europeo, cualquier escenario, incluso los más inverosímiles, son posibles. Estos datos solo demuestran que las especies actuales existentes en cada continente pertenecen a clados separados geográficamente. No parece que el género <i>Buxus</i> haya cambiado mucho durante los últimos millones de años. Estuvo presente en Europa Central hasta el Mioceno Medio una especie (<i>B. egeriana</i>) con hojas marcadamente más grandes que las de <i>B. sempervirens</i>. Más adelante y hasta finales del plioceno tan solo se conoce la presencia de una única especie, <i>B. pliocenica</i>, que difiere muy poco de <i>B. sempervirens</i>, de la que parece ser el antecesor directo (o sea, que se trata con toda probabilidad de la misma especie).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqAdfJzk4bsDviu3pYlqAEh9zKpAzKsoxZUS-X2iXMvKnzeJ5Br94XMmnlvLFWvcylybGbf62G8JsZ3mIl7DLMV2xPu3nl2TBcv4GLk4lU75OpdXeJ1vMDrLlyxcgsSAbQthYfMLSwwsP-gw3rwXKSv-j89cKpfgUY9uSbSJ9qti6SpmoNYy3Fk2J2/s1600/Buxus2.jpg"/>
<br><br>
Distribución del género <i>Buxus</i> en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El carácter sub-mediterráneo a mesófilo de esta especie queda muy claramente ilustrado viendo la distribución de este género en el Neógeno, que coincide prácticamente con la repartición actual de <i>B. sempervirens</i>, salvo en en el E de la cadena alpina y los Cárpatos.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZeawvOEExLonsiIHoL8DUpj-zhT6Zk0G_dr2QqggURSIwUJf2ROFFLD3DS-fMZmS-TYHAUrqpK-AvfL1-HcLrh1WM9TkC-9vsLOjhnCIsAvxX1o3UH75O13o69GESuUEJJDHWDLB2LvU8A1VG5kAFgpNMFz4xgYONuwDzfm4lBb32O-Ra6L6u7kKP/s1600/Buxus4.jpg"/>
<br><br>
Distribución actual de <i>Buxus sempervirens</i> en Europa. / Autor: Giovanni Caudullo, basado sobre los datos de Caudullo, G., Welk, E., San-Miguel-Ayanz, J., 2017.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">De cara al cambio climático, esto significa también que este género debería mantenerse en buena parte de su área actual. Los modelos calculados por Felicísimo et al. (2011) Nos muestran que incluso en el peor escenario, se debería mantener esta especie en buena parte del N de la Península.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi640wqT3NfD1znnC6_b5JAnI0isBYIQJeLvuC1_63iuz1um_IeWPNPhnc3nsn8PB6ey2wJCJGXsXiL-V2wccAmcFbVuv04hDemm6Xub-RdbRnsCtAoT9Dw1BsBiFS81qiQq0WfK6Oit3a0tPJ-mlNFLou3SoA3H4ZIK1BtINOz-EbwqK0g4RmtP8Tf/s1600/Buxus5.jpg"/>
<br><br><hr>
Distribución presente y futura de <i>Buxus sempervirens</i> en la Península Ibérica. Felicísimo et al. (2011).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">El boj balear (<i>B. balearica</i>), del que se encuentran poblaciones relictas dispersas en toda la región mediterránea, parece en cambio estar mucho más amenazado por el cambio climático. Tal como puso de manifiesto el estudio de Lázaro A. et al. (2006), el estrés hídrico limita considerablemente la regeneración de esta especie y un aumento sensible de la aridez podría significar la desaparición de buena parte de los núcleos de población actuales. El futuro de esta especie probablemente haya que buscarlo en regiones situadas mucho mas al norte que su actual área de distribución, que probablemente no alcanzará sin la decidida ayuda del Hombre (migración asistida).</span>
<br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Lázaro A. et al. (2006) / Spatial concordance at a regional scale in the regeneration process of a circum-Mediterranean relict (Buxus balearica): connecting seed dispersal to seedling establishment / Ecography, Vol. 29:, pp.683-696</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Shipunov A.et al. (2020) / Not out of the box: phylogeny of the broadly sampled Buxaceae / doi: https://doi.org/10.1101/2020.08.03.235267</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Wang N. et al. (2020) / Resolving phylogeny and polyploid parentage using genus-wide 2 genome-wide sequence data from birch trees / Molecular Phylogenetics and Evolution doi: 10.1016/j.ympev.2021.107126</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-4866440095668474062023-01-05T13:26:00.000+01:002023-01-05T13:26:17.809+01:00Paleoautóctonas (55): Castanea<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Castanea</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Fagaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Fagales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles caducifolios, entomófilos, de amplia copa, raramente arbustos. Yemas ovoideas, con 2-4 pares de escamas laxamente imbricadas. Hojas generalmente dísticas, cortamente pecioladas, aserradas o serruladas, con numerosos nervios secundarios rectos que terminan en los dientes y los hacen cuspidados. Amentos largos y erectos, los superiores andróginos, los inferiores masculinos. Flores masculinas en cimas, 6-7 en la axila de cada bráctea, perianto 6-partido, con lóbulos ovado-obtusos; estambres 10-20. Flores femeninas en la base de los amentos andróginos, en cimas trifloras rodeadas por un involucro de brácteas; perianto urceolado, 6-8 lobado; 6-8 estambres rudimentarios; ovario 6(9)-locular; estilos 6-9, alesnados. Aquenios (castañas) 1-3 en cada cúpula, raramente más, de maduración anual, plano-convexos, de caras planas – el central – o de sección redondeada; cúpula subglobosa, muy espinosa (erizo), que rodea por completo a los aquenios, dehiscente por 2-4 valvas en la madurez.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Rocha Afonso M. L. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 2 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Common
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Al igual que el nogal, el castaño ha sido considerado durante mucho tiempo como un extraño en nuestra flora. Formaba parte de ese grupo de especies que los botánicos llaman “arqueófitos”, supuestamente traídos de fuera por alguno de los numerosos pueblos que llegaron a la Península. En el caso del castaño, se atribuía su introducción a los romanos pero los numerosos estudios palinológicos llevados a cabo han demostrado desde entonces que este género nunca desapareció totalmente de la Península Ibérica, conservándose en uno o varios refugios durante los máximos glaciares.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheeVHZeLWajbpTdcIY7WrT_R2jxzvKwKJ9oUlgZP2m9AZpH_aBGeGkLAqhDpK-ORKYyLLKu7BJRVrh-rCA4EmvTd3Fg7t6_igbC2-Bs58u2OYNG4BMTX_wS28qvSpEX2vHL33L59a9ixGH0YtbjQ7vBd04Jyqgrj6icveJ77bkvYJPd2QUmnrockMi/s1600/Castanea1..jpg"/>
<br><br>
Extremidad de una inflorescencia de castaño (<i>Castanea sativa</i>). A diferencia de las demás Fagales que habitan nuestro continente, el castaño es una especie entomófila. / Fotografía: Adrián Rodríguez
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Cultivado desde antiguo, es difícil saber hoy en día qué poblaciones son naturales o no. El hombre ha ido seleccionado a lo largo del tiempo los individuos que producían mas y mejores castañas y existe hoy en día un sinfín de variedades que se han ido plantando a veces muy lejos de su lugar de origen, en regiones donde la especie no estaba presente originalmente. El mapa de distribución de la figura XX muestra la distribución actual de la especie, que con la ayuda del hombre ocupa muy probablemente prácticamente toda su área potencial.</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbZLeMgGRfATGG-fMKEtGSwAXvSPoHYY3Is25E7q1MN8k9fcvdc9SFVqlclrZN-tWdYpNhkk-PhnIpPJv7BdXJMxAZiSE_gufckbkWmsNsQtzvbsDYZdMCjP7RWar3pJS0UACk5mdVl_HxCqo9VaY3jWHXhSgbrnNvWt9lQKrhuSfi2QbcM5pVEvHa/s1600/Castanea2.jpg"/>
<hr>
Área de distribución del castaño (<i>Castanea sativa</i>). En verde se muestra el área original natural. Beridze B. et al. (2021).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La distribución natural del castaño en Europa coincide mas o menos con el de la extensión de los climas de tipo Cfa de la clasificación climática de Köppen, teniendo este árbol forestal sus mejores masas en el N de Turquía y la región del Cáucaso donde, sin embargo, sus poblaciones naturales se encuentran en una situación alarmante (en peligro de extinción en Georgia y Azerbaiyán), debido tanto a la sobreexplotación como al aumento observado de las enfermedades fúngicas, en particular el cancro del castaño (<i>Cryphonectria parasitica</i>).
</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFe77czcD-EPctz1elVJ_6Z_sPil4eJc5-lH3ay03wGMejWQso0JUeoJklh95TYUQipZSe-4btNd6GM10LrXzfeGaKtJmqNBujcCS6u_iqHfpgxg7NWJkhMiEdVUD2-Zfb5ZAFYAYSm0A2BgTbwL6HZiIM-umZTuuQJWVwpjCWHMcrLgFQDqzjZ0r0/s1600/Castanea3.jpg"/>
<hr>
Árbol filogenético del género <i>Castanea</i>. Zhou W. et al. (2020).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La aparición del género <i>Castanea</i> en el registro fósil data del Paleoceno y corresponde a fósiles encontrados en el W de Norteamérica, donde parece haberse originado este género. Desde ese núcleo original parece haber migrado a Asia a finales del Eoceno a través del estrecho de Bering. Alcanza finalmente Europa en el Oligoceno y prosigue su camino hacia el E de Norteamérica a través de los puentes existentes entre ambos continentes.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtlpumbmfyOq2i9vau435MI-pqh_Rr3B-VgUReM2jnw3f2NIH1GJioeI1gjUk-JP6oaM3gUeJuotw_eqHiclTEKRt6fSh1yqSP3Pv6QH7KY8VrEjylKc59n9IYiPQCHSvv_5QccPkHi6qk9ZNAINByhvxR1-SBdmdBPPoG4DNsgRNZRziMS1O-8lbZ/s1600/Castanea4.jpg"/>
<br><br>
Hipotéticas rutas de migración del género Castanea. Zhou W. et al. (2020)
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La diferenciación de las especies actuales ocurre enteramente en el Mioceno. Es interesante notar que las especies europeas (<i>C. sativa</i> y <i>C. atavia †</i>) se separan del clado de las especies del E de Norteamérica en el Mioceno Inferior.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaDGxQyGjID9WxtI3TGe6xQnOr5ykl8QWr-xWSuhowQLkGhO67fk2dJmLvA4NL8H2COA9YZvAfeS1dsYL79LBankMOWPAXtJhI0O7ujpMuLzOQkoxpG6ZlKw6ylcmaKiaQWcg_kp10v6JH1zsu4yjVrty5b9ljbO8fTWYFgmm3SnMaazWZaDEgmb9O/s1600/Castanea5.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb1M-SB8F66hsPkf_ypgmIwYUJ49WjIZyB-79uwOeDJ2Hlc8wMDH1miRZetu9Mte_35TaqBIxjELX_JHPey1qxSLOdKEu43Ht0YfJMIcMdxyWy32RQemWFQKTaEte8FJRaXm1iQPWYG2ezIpOBMdSHmTvgma9Kp30UmQDJqYosGJsidy7sOT7ywivF/s1600/index.jpg"/>
<hr>
Distribución del género <i>Castanea</i> en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Tal como muestra el mapa de la figura XX, el género <i>Castanea</i> tuvo una amplísima área de distribución en Europa durante todo el Neógeno. Se repliega durante el Cuaternario en las Penínsulas del S del continente pero logra en varios integlaciales del Pleistoceno Inferior alcanzar de nuevo puntos situados tan al N como Polonia o la región del Canal de la Mancha. En el Pleistoceno Superior y el Holoceno tan solo se documenta su presencia en las Penínsulas del S del continente y en la región del Cáucaso.</span>
<br><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">En la Península Ibérica, más concretamente, donde se le consideraba un arqueófito, toda una serie de yacimientos a lo largo de todo el Pleistoceno y del Holoceno han demostrado que el castaño nunca llegó a desaparecer de la Península Ibérica ni en los peores momentos de las últimas glaciaciones, que hicieron desaparecer a algunas especies que habían logrado mantenerse hasta el fin del Pleistoceno Inferior (caso de géneros tan exóticos hoy en día como <i>Carya</i> y <i>Eucommia</i>).</span>
<br><br><hr>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEoMq4Omo1TnQVu47jxvgKx8d8WEkBa504_Y4Nfc7v3hdF-1TdCMVYAa1onQ1eqZJBGAGsSAvr9Y_UQ8MZRsVJBF2kixQm8MMYo1rmDWMV4vInfsCsufhoaGzM50YdCNkLbCLT1mfUyXbxpG8c-JWENJcp7nXH-CMaD3tsGJj9kINezeSHnhI7QkQ5/s1600/mapa_europa_finaldesiglo.jpg"/>
<br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiPdhBD9lVd-6AagUzPbAq1uQ-2UKCQR04LgsMS6nZlGXLExNndEPED0a0GkA_h4Sqagn_5UWS2ikaPYROIj4hA5ssA8ntsPXYFxWY0OtHU6v4O2JAEbrOrV7-3-vUTbXyt5R4WorX20KOM3cDG8LdZ66Oo6MrxUJVKwku0oFp0AFZMu8jGRBzbbgLd/s1600/leyenda.jpg"/>
<hr>
Climas en Europa a finales de siglo según la clasificación de Köppen (Beck et al., 2018) / Licencia: CC BY 4.0
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">A la vista de lo que hemos dicho de su actual área de distribución natural (se superpone casi exactamente con las regiones de Europa con un clima de tipo Cfa) y de las previsiones de los climatólogos, que vaticinan una considerable expansión en el continente europeo de este tipo de clima (ver figura XX), la conclusión más lógica sería pensar que el castaño debería ver su área de distribución su importancia como árbol forestal aumentar considerablemente. No tenemos que olvidar, sin embargo, que esta especie sufre actualmente el ataque de hongos exóticos que están diezmando sus poblaciones. Aunque su área de distribución aumente, esas plagas solo permitirán su existencia de forma muy dispersa, a no ser que alguna población demuestre ser particularmente resistente a esas plagas y pueda servir de reservorio para que la especie logre en el futuro reconquistar el terreno perdido y vuelva a desempeñar el papel tan importante que tuvo en los bosques europeos del Terciario. Al tener esta especie una mayor diversidad genética en el E de su área, esto pasa obligatoriamente por evitar su extinción en un área en la que está muy amenazada.</span>
<br><br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Beridze B. & Dering M. (2021) / Problems and threats to the Caucasus forest ecosystems on the example of Castanea sativa / Kosmos. Seria A, Biologia, Polskie Towarzystwo Przyrodników im. Kopernika 70(1):19-26</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Zhou W. et al. (2020) / A New Paralog Removal Pipeline Resolves Conflict between RAD-seq and Enrichment / https://doi.org/10.1101/2020.10.26.355248</span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7460087809936678592.post-1181179512188943202023-01-01T17:19:00.001+01:002023-01-01T17:19:16.844+01:00Paleoautóctonas (53): Betula<table bgcolor="green" style="width: 100%;">
<tbody>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
<tr>
<td width="20"></td>
<td align="left" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b><i>Betula</i></b></span></td>
<td align="center" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Familia: Betulaceae</b></span></td>
<td align="right" width="30%"><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;"><b>Orden: Fagales</b></span></td>
<td width="20"></td>
</tr>
<tr>
<td></td>
<td colspan="3"><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 18px;">Árboles, raramente arbustos. Corteza – en los táxones ibéricos – anillada, lisa, blanca o blanco-amarillenta, exfoliable en láminas papiráceas transversales, que va tornándose oscura con el tiempo y llega por fin a ser negruzca y agrietada. Yemas sésiles, con escamas imbricadas. Hojas aserradas o doblemente aserradas, pecioladas. Amentos masculinos precoces, terminales, colgantes, caducos; flores con perianto simple, muy reducido, escamoso, 3 en la axila de cada bráctea, protegidas además por 2 bractéolas; 2 estambres, de filamentos bífidos, llevando cada rama una mitad de la antera. Amentos femeninos cilíndricos u ovoideo-oblongos; flores desnudas, 3 en la axila de cada bráctea. Aquenio samaroideo, comprimido dorsiventralmente, con 2 alas laterales, de color pardo. Infrutescencias cilíndricas u ovoideo-oblongas, colgantes, que se deshacen en la madurez, con escamas acrescentes, trilobadas, formadas por la concrescencia de la bráctea y de las 2 bractéolas.
</span>
<br /><br /><span style="color: white; font-family: arial; font-size: 14px;">Moreno G. & Peinado M. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 2 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons
</span></td>
<td></td>
</tr>
<tr><td colspan="5" height="20"></td></tr>
</tbody>
</table>
<br />
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Inmediatamente reconocibles –al menos en Europa– por su característica corteza blanca que se exfolia en finas láminas papiráceas, los abedules son actualmente en su mayoría árboles adaptados a climas fríos. Son, en efecto, un elemento característico de los bosques de las zonas templadas y boreales, así como de las zonas montañosas (en latitudes medias). La mayoría de las especies son especies colonizadoras que crecen preferentemente en zonas abiertas, en los claros abiertos por las tempestades o en zonas pantanosas en las que otras especies no logran establecerse (turberas). Algunas especies, sin embargo, viven en regiones de clima subtropical, tal como <i>B. alnoides</i> en el piso submontano del SE de Asia o <i>B. nigra</i> muy ligado a zonas pantanosas en Norteamérica.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigqeGZEhVVs6P6n5-GoeXna9tZZZ0uB3PPgOcWMqvoIhdixK2t0xfEsKP3tee4w1TXV2WZcwt8Kn-8wc8GwvSObeA9UhqnexrQd2h6PhUxSRbY4Gwb8Jp1R-fGUDj39KUSfqvh4FD9KanEQQijQjO52atNdVf5wKCXI6CTwYlaC2LAIxd0-MOcQ1UP/s1600/Betula1.jpg"/>
<br><br>
Bosque de abedules en una turbera. Bois-des-Lattes, Les Ponts-de-Martel, Neuchâtel, Suiza. / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Los abedules constituyen un grupo en el que las relaciones taxonómicas y filogenéticas entre las diferentes especies del género siguen sin estar muy claras. Debido a la gran variabilidad morfológica, plasticidad fenotípica y facilidad con la que las diferentes especies se hibridan, no está ni tan siquiera claro el número de especies que constituyen este género. Se considera, en efecto, que hay entre 30 y 120 especies dependiendo del tratamiento taxonómico. Al igual que ocurre en el género <i>Alnus</i>, existen numerosos taxones en este género que son poliploides y en cuyo desarrollo han podido intervenir más de dos parientes. Las especies del género <i>Betula</i> son primitivamente diploides pero existen numerosos taxones con un grado variable de poliploidia. El árbol filogenético representado en la figura a continuación muestra las relaciones existentes entre las especies diploides y las distintas secciones que se reconocen dentro de este género (Wang N. et al. 2020).</span>
<br><br><hr>
<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbj-P0CxZv37ndlHwOQXsWEmtL_QKfS66rVhnlbO9btXSW4qqithKX8KdFdSavxOtBWTWO7yUdEzaLoUSCG_maG2ENu26oJgAraunOS0JyUL_-vtihUK2SjIoxP1kZXzZsQ8UrTpddqwYX3d2ex-UTqB1SypKR0CmIW7ZcCSznbHPAiYqOcvbhKBP-/s1600/Betula2.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" data-original-height="1868" data-original-width="2158" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbj-P0CxZv37ndlHwOQXsWEmtL_QKfS66rVhnlbO9btXSW4qqithKX8KdFdSavxOtBWTWO7yUdEzaLoUSCG_maG2ENu26oJgAraunOS0JyUL_-vtihUK2SjIoxP1kZXzZsQ8UrTpddqwYX3d2ex-UTqB1SypKR0CmIW7ZcCSznbHPAiYqOcvbhKBP-/s1600/Betula2.jpg"/></a></div>
<hr>
Árbol filogenético del género <i>Betula</i> basado en la comparación de los taxones diploides. Wang N. et al. (2020). Licencia: CC-BY-NC-ND 4.0.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">De las cuatro especies europeas, tres son diploides (2x) y aparecen en este árbol: <i>B. pendula</i>, <i>B. nana</i> y <i>B. humilis</i>. La cuarta especie, <i>B. pubescens</i>, muy frecuente y extendida en nuestro continente, es en realidad un tetraploide (4x) fruto de la hibridación entre <i>B. pendula</i> y <i>B. platyphylla</i>. Es interesante notar que uno de los padres de este híbrido es una especie asiática (Japón, China, Corea y Siberia), demostrando una vez más algo frecuente en muchos híbridos: su capacidad de adaptación y de expansión es a menudo mucho mayor que la de los padres. Se reconocen en esta especie muchas subespecies, una de las cuales se ha erigido a rango de especie en Flora Iberica (<i>B. alba</i>) aunque está claramente emparentada con las demás subespecies tetraploides de <i>B. pubescens</i>. La génesis de muchos de estos taxones híbridos y poliploides es probablemente bastante reciente, aunque la presencia de algún que otro abedul muy parecido a <i>B. pubescens</i> ya en el Mioceno (<i>B, subpubescens</i>) y su presencia en Islandia sugieren que algunos híbridos son bastantes antiguos.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg96FhVfb4Wv6N8HvMBZyRUXHUfIpkqPliuiaPhv5L3uQaRfv_32k4uuREEPHMXqKEZvLc6FvwM3a848fOkNGvz_UVnTyPr8nzqoT-tS-7kDFRoVBR9iQLSSliDvp8PTjP4lEKFg1S_Jlpbw8ZMDk8K-SdIlAiYq-LMTL7sd9INruBMcX-EJsxMui98/s1600/Betula3.jpg"/>
<br><br>
Infrutescencia de <i>B. pendula</i> subsp. <i>fontqueri</i>, Puerto de Canencia. / Fotografía: J. C. Campos Casabón / ARBA Bajo Jarama
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">La compleja situación de este género nos demuestra que la hibridación y la formación de poliploides son potentes herramientas evolutivas que han permitido a muchos géneros reaccionar con rapidez y éxito ante los grandes cambios medioambientales a los que se han tenido que enfrentar.</span>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Como otros muchos géneros pertenecientes a las Fagales, el género <i>Betula</i> es bastante antiguo. Los fósiles más antiguos atribuibles con certeza a ese género datan del Eoceno y se han encontrado en Norteamérica (Columbia Británica y E de Oregón). Tal como demuestra el mapa de la figura siguiente, estuvo muy expandido por todo el continente europeo durante el Terciario, siendo uno de los géneros arbóreos cuya presencia está atestiguada en Islandia en el Plioceno y donde se ha mantenido hasta la actualidad. Se estima que los bosques de <i>B. pubescens</i> cubrían aproximadamente el 30% de la isla cuando llegaron a ella los primeros pobladores escandinavos.
<br><br>
Se han descrito muchas especies fósiles del género <i>Betula</i> pero como hemos visto, esto probablemente sea el reflejo de la facilidad con que aparecen continuamente nuevos híbridos, que pueden estabilizarse mientras se dan las condiciones que favorecen su permanencia.</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" width=100% src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgg01uL2dSvajMROvXFmejR--X5YXrkDrDbBPVPmwpxnWJmIRnZl-MVzqjaKzhr1FPaNivsYqJjEwKVmWuBkvKwH9F2WSya_XAV4fiHVkkHKlzV0rclPO22MGR1XswgKNNqN0GCT3mzwrCFIfo3l6nu3r9r-HJ5rN8ep8TrUvL9geWwyGufUePe8XT3/s1600/Betula4.jpg"/>
<br><br>
Distribución del género <i>Betula</i> en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">De cara al futuro y al cambio climático en particular, parece bastante evidente que las especies actualmente presentes cederán su lugar en favor de especies más competitivas en un contexto de subida de las temperaturas. Esto se puede observar claramente en una región como el bosque hircano, donde <i>B. pubescens</i> var. <i>litwinowii</i> no resiste la competencia por debajo de 2200 m de especies como <i>Pterocarya fraxinifolia</i>, <i>Alnus subcordata</i>, <i>Acer velutinum</i>, <i>Diospyrus lotus</i>, <i>Gleditschia caspica</i>, <i>Parrotia persica</i>, <i>Acer cappadocicum</i>, <i>Fagus orientalis</i> y <i>Carpinus betulus</i> (Zare H. Et al., 2020).</span>
<br><br><br>
<img alt="" border="0" data-original-height="1455" data-original-width="3015" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdzUxvBf9ZJeNeyD34PHJKiXRICGpKNgVooVmTm-2ZEVluKypy47JJZFHLnPUz1Z_B8bER31EStBg6Dfha3J31d_wJZLm-BXaKrCFjRwmj-xP6Z0Ul15xw94CRvqiwKJbhZVvCszw3IWbfeQspPdOm3KullWaPf9qRSTp67zZHt0iFMJYqYsKZWQgg/s1600/Betula5.jpg"/>
<br><hr>
Distribución presente y futura de <i>Betula pubescens</i> en la Península Ibérica. Felicísimo et al. (2011).
<br><hr><br>
<span style="font-family: arial; font-size: 18px;">A no ser, pues, que lleguen a Europa especies del propio género <i>Betula</i> que sean más termófilas, los abedules progresivamente se convertirán en un elemento raro en latitudes medias de nuestro continente. Para verlos habrá que ir muy al norte o a gran altitud en aquellos sistemas montañosos en los que se mantengan. En la Península Ibérica más concretamente, deberían desaparecen de la mayoría de los macizos montañosos del centro de la Península y replegarse en las cordilleras del norte, donde pasarán a ser consideradas unas rarezas botánicas (Felicísimo et. al., 2011).</span>
<br><hr><br>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Zare H. et al. (2010) / A new record of Betula litwinowii (Betulaceae) and a review of the geographical distribution of the genus Betula l. in Iran / Iran. J. Bot., Vol. 16(2), pp. 237-241</span></div>
<div class="block parent" height="50" width="10%"><img border="0" src="https://3.bp.blogspot.com/-Cvy03o6foDE/WpkknlNdoEI/AAAAAAAAGiw/GfPDL3jaTDcA_veCP5xrrLZFo8VOFgWhQCLcBGAs/s1600/bibliografia.gif" width="8%" /></div>
<div class="block dialog" style="left: 100px; position: relative; top: -70px;"><span style="font-family: arial; font-size: 18px;">Wang N. et al. (2020) / Resolving phylogeny and polyploid parentage using genus-wide 2 genome-wide sequence data from birch trees / Molecular Phylogenetics and Evolution doi: 10.1016/j.ympev.2021.107126</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0