Antes el desierto que cualquier árbol no deseado...

Este título provocador se me ha ocurrido al acordarme de alguna respuesta recibida tras sugerir yo que debíamos favorecer el regreso de las especies que califico de "paleoautóctonas" o incluso hacer uso de las especies introducidas que han demostrado su capacidad de resistir a la importante subida de temperatura que nos espera. Al subrayar que existían muy pocas especies de árboles en nuestra flora adaptadas a tales condiciones, algunos han querido convencerme de que era mejor tener una vegetación esteparia que bosques constituidos por especies exóticas. Pero una cosa es que se desarrolle una vegetación esteparia en condiciones extremas en las que realmente ningún árbol es capaz de desarrollarse y otra bien diferente es mantener voluntariamente este tipo de formación vegetal impidiendo activamente el establecimiento de cualquier árbol.




Estepa en Belchite, consecuencia de las condiciones climáticas y geológicas del lugar (Aragón).


Se habla mucho de alienígenas estos últimos días y si uno piensa en lo que vieron al llegar sobre la tierra hace milenios, lo más seguro es que fuese un bosque. Los árboles dominan por completo la mayor parte de las tierras emergidas, estando tan solo ausentes de las zonas desérticas o semi-desérticas y polares. Son, sin lugar a dudas, la forma de vida dominante en este planeta. Los bosques albergan la mayor parte de la biodiversidad del planeta. Querer evitar la evolución lógica de un ecosistema hacia lo que es la forma de organizaciñon de la vida más elaborada que existe sobre la tierra es absolutamente ilógico. Bien es cierto que en la naturaleza, muchos eventos pueden de repente hacer retroceder el ecosistema a estadios de desarrollo anteriores, pero a medio y largo plazo se reconstituirá siempre el bosque.




Los bosques dominan la tierra desde hace cientos de millones de años. En la fotografía, el bosque araucano con sus Araucarias.


Lo que ocurre actualmente en Europa y en España es algo particular. Es la consecuencia de dos eventos (las glaciaciones del Cuaternario y el calentamiento global inducido por el Hombre) que ha dejado nuestra flora prácticamente sin especies termófilas, adaptadas a climas tropicales y subtropicales. La previsión de los climatólogos es que muchas regiones de Europa tengan a finales de siglo un clima de tipo Cfa (clima subtropical húmedo), similar al del SE de China actualmente y tan solo presente muy localmente en Europa hoy en día. De estas regiones del sur y de la periferia de Europa son originarias especies como la Zelkova del Cáucaso, la Pterocaria del Cáucaso, el Árbol del Hierro, el roble persa, etc. En otros continentes, esta zona climática alberga un sinfín de taxones que también estuvieron presentes en Europa antes de las glaciaciones. Los géneros desaparecidos del continente europeo a consecuencia de las glaciaciones son muchos (todas las zonas climáticas): Actinidia, Ailanthus, Broussonetia, Calocedrus, Camellia, Carya, Castanopsis, Catalpa, Cathaya, Cephalotaxus, Cercidiphyllum, Chamaecyparis, Chionanthus, Cinnamomum, Clethra, Cunninghamia, Cyclobalanopsis, Diospyros, Engelhardia, Eucommia, Ginkgo, Glyptostrobus, Hamamelis, Ilicium, Lindera, Liquidambar, Liriodendron, Lithocarpus, Litsea, Magnolia, Metasequoia, Neolitsea, Nyssa, Paulownia, Persea, Phoebe, Platycarya, Pseudolarix, Pseudotsuga, Pteroceltis, Robinia, Sabal, Sapindus, Sapium, Sassafras, Sciadophitys, Sequoia, Staphilea, Symplocos, Taxodium, Thuja, Torreya, Tsuga, Zanthoxylum, etc.




Bosque mixto hircano en el N de Irán, en el que se han refugiado muchas especies propias de los bosques terciarios de Europa. / Fotografía: Farshad Yazdian @Hamshahri.


¿Tiene algún sentido traer de vuelta estas especies? La alternativa sería dejar que las especies actualmente presentes aguanten todo lo que puedan con la esperanza de que se adapten pero lo más probable es que se desarrolle algún tipo de vegetación en el que posiblemente dominen las especies termófilas ya presentes como el Ailanto o la Robinia. En zonas de clima árido, la incertidunbre es aún mayor. Las especies susceptibles de aguantar ese tipo de clima crecen hoy en día en el N de África y son más bien pocas: argán, araar, acacias... Posiblemente algunas especies exóticas muy resistentes a la sequía cultivadas en nuestro país puedan dar el salto, todas originarias de zonas muy lejanas. Está claro que los bosques del futuro serán muy diferentes. ¿Significa esto que debemos evitarlo a toda costa?




Réserve de biosphère de l’Arganeraie, au Maroc


Esa idea de traer de fuera las especies que pudiesen "ayudar" a constituirse auténticos bosques en regiones donde es poco probable que eso ocurra a corto o medio plazo ya es el debate al que se enfrentan desde hace años algunos países desprovistos de auténticos bosques, que están viendo como el cambio climático está permitiendo el asentamiento de especies que hace unas décadas tal vez no hubiesen podido hacerlo. Pienso en particular a Islandia, donde se está haciendo un gran esfuerzo de (re)forestación y a Groenlandia, donde el ejemplo islandés ha cundido y que ya ha plantado pequeños bosques experimentales. En ambos casos, el aislamiento geográfico impedía la llegada natural de árboles pero ante la mejora de las condiciones climáticas (no nos olvidemos que el árctico es la región del mundo que se calienta más rapidamente) se hizo pronto evidente que muchas especies boreales tenían el potencial para colonizar estas tierras desprovistas de árboles.




Plantacíon de píceas de Sitka (Picea sitchensis cerca de Reykjavík. / Fotografía: Axel Kristinsson / Licencia: CC BY 2.0


En las últimas décadas se han plantado en ambos países muchas especies boreales, alpinas e incluso del Himalaya, todas proveniente del límite del bosque. Los resultados obtenidos son hasta ahora muy positivos, aunque no faltan los críticos, que consideran que el hombre no hubiese tenido que intervenir. Se trata de un debate casi filosófico pero de suma importancia para el porvenir de nuestros ecosistemas. ¿Hemos de asistir sin reaccionar al declive de nuestros bosques olvidándonos que en épocas anteriores estuvieron presentes en nuestro territorio muchas especies perfectamente adaptadas que podríamos rescatar?

3 comentarios

  1. Eso es un absurdo. El bosque es un beneficio a largo plazo, sino que lo digan los israelíes. Por cierto, escribí un artículo donde usé tu fuente. Me gustaría que lo leyeras
    https://tigrero-literario.blogspot.com/2023/08/araucaria-de-parana-un-bosque-para-lia.html

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  2. La puerta a los neobosques ya está abierta y será casi imposible controlar la evolución futura de la cubierta vegetal espoleada por un mundo en cambio drástico. Cientos de especies comenzaron hace tiempo su incursión en un medio totalmente sometido a los humanos y profundamente alterado. El toque de gracia actualmente es la descontrolada entrada de patógenos forestales que degradan las masas arboladas. Esto sumado al ascenso de las temperaturas y la irregularidad de las lluvias ya está llevando al decaimiento generalizado y a profundos cambios. El camino queda abierto al asilvestramiento de especies forestales introducidas y a las que escapan de nuestros jardines. En Galicia ya sorprende encontrarse en bosques y cunetas palmeras como las Trachycarpa, rododendros o incluso helechos arborescentes de varias especies bajo bosques de eucaliptos, acacias o robinias. Una auténtica tasmanizacion austral. Poco e inefectivo control humano puede haber sobre eso cuando el coste económico es incluso inasumible.

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    1. Hola, lo que cuentas de Galicia me deja sin palabras. Se ve que a los naturalistas no les interesa mucho documentar estos casos de naturalización de especies. Ya me había comentado alguien que el laurel parecía estar en plena expansión. La presencia de la palmera de Fortune no es ninguna sorpresa, ya que está haciendo lo mismo en otras regiones de Europa (N de Italia). Ahora, lo de los rododendros y los helechos arborescentes me deja con la boca abierta...

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