La espada de Damocles (1): la Marjalería de Castellón

Con este artículo emprendo un pequeño e incómodo viaje a través de las regiones de España más amenazadas por el cambio climático. Un tema del que se habla muy poco en la prensa y que solemos contemplar como un problema con el que las generaciones venideras tendrán que lidiar. Para una inmensa mayoría de las personas, los agoreros de malas noticias como yo somos vistos como un incordio o, peor aún, un peligro al advertir y concienciar de fenómenos que ya tienen o deberían tener consecuencias hoy en día. Sobre todo cuando hablamos de terrenos y de bienes inmobiliarios cuyo valor actual depende en gran medida de la posibilidad de ser vendidos en el futuro por sus propietarios o herederos. Es obvio que un bien llamado a desaparecer por completo en un plazo muy breve de tiempo no tiene absolutamente ningún valor. Solo los bienes imperecederos como el oro mantienen su valor en el tiempo. Todo lo demás se degrada y pierde inevitablemente valor, por mucho que intentemos revalorizarlo alegando razones inmateriales. Si alguien te vende una vieja y típica masía tradicional, no estarás pagando por el valor de la construcción en sí, que muy probablemente tendrás que reformar por completo, sino por un concepto, una idea.



Imagen aérea de la Marjaleria de Castelló. / Erik Pradas - El Periódico Mediterráneo

Es obvio que el cambio climático va a modificar el valor de muchos terrenos y de muchas edificaciones, que en el peor de los casos podrían llegar a desaparecer por completo, sumergidas por las aguas del mar, o quedar expuestos a riesgos climáticos cada vez más importantes e impredecibles. Y como todos sabemos, el nivel de riesgo al que se ven expuestos determina en gran medida la posibilidad de asegurar esos bienes. El aumento de esos riesgos ya ha llevado muchas aseguradoras a retirarse de amplias zonas en las que ya no ven negocio. Se niegan cada vez más a cubrir el riesgo en zonas expuestas a peligros extremos. En Estados Unidos, ya son muchas las aseguradoras que se han retirado de estados como California y Florida, obligando los propietarios a recurrir a aseguradoras mucho más caras y muchas veces inasumibles. Que yo sepa, no ocurre aún nada parecido en España, pero las aseguradoras ya están ajustando sus precios a esa nueva realidad. A más largo plazo, puede que ocurra algo parecido a lo que ya ocurre en Estados Unidos.



Calle inundada en la Marjaleria de Castelló. / El Periódico Mediterráneo

Puede, pues, que estos artículos no vayan a sentar muy bien a algunas personas que no desearían que esta realidad quede expuesta con tanta crudeza. Pero la realidad es la que es y como geólogo que soy, tan solo pretendo exponer en estos artículos unos hechos determinados en primera instancia por la geomorfología de esas regiones y las previsiones que hacen los climatólogos de la futura evolución del clima. En este primer artículo, hablaremos de una zona del litoral mediterráneo que ilustra perfectamente los retos y los riesgos a los que se enfrentan las poblaciones asentadas en ese lugar, en el que se asentaron sin ser conscientes del peligro al que se verán expuestos en un futuro no tan lejano. Estamos hablando de la Marjalería de Castellón, una zona de marjales que ocupa unas 800 hectáreas y que se extiende, grosso modo, entre la ciudad de Castellón y la costa y en la que se cultivaba arroz hasta mediados de los años sesenta, cuando se inició su desecado y se transformó en zona de huertas. En ese sinfín de pequeñas propiedades, poco a poco fueron construyendo sus propietarios pequeñas residencias secundarias y hoy en día conviven aquí zonas más o menos urbanizadas, zonas agrícolas y zonas turísticas sin un claro ordenamiento del territorio. El hecho de haberse urbanizado esta zona situada a muy poca altitud la convierte en una de las zonas más expuestas a una de las consecuencias menos visibles por ahora del cambio climático: la subida del nivel del mar.



Subida del nivel del mar tras la última glaciación / Robert A. Rohde / CC BY-SA 3.0

La relativa estabilidad del nivel del mar durante los últimos 7.000 años ha propiciado que se formara en muchos puntos del litoral mediterráneo una llanura litoral más o menos ancha que presenta un desnivel muy suave y se carcteriza en muchos puntos por la existencia de extensas zonas de marjales tras el cordón dunar litoral. En algunos lugares, esos marjales siguen existiendo y albergan aún una rica biodiversidad (Albufera de Valencia, Estanys d'Almenara, etc). En otros, se aprovecharon para el cultivo del arroz o, como acabó siendo el caso en la Marjalería de Castellón, se acabaron desecando y aprovechando para otros tipos de cultivos. Todas estas zonas de marjales se situán a pocos centímetros por encima del nivel del mar y deben fundamentalmente su permanencia en el tiempo a esa estabilidad del nivel del mar durante gran parte del Holoceno. Una estabilidad que el calentamiento global ha interrumpido al recalentarse el agua de los océanos y al empezar al derretirse los glaciares presentes en las grandes cadenas montañosas del mundo y, sobre todo, los casquetes de hielo que cubren Groenlandia y la Antártida. Si bien la subida del mar ha sido tan solo de unos cuantos centímetros desde la época preindustrial, no hemos de perder de vista que lo que hemos visto hasta ahora es tan solo el inicio de un proceso que no es linear. La subida de las temperaturas en realidad acelera el deshielo. Ya ocurrió tras la última glaciación. En el punto álgido de la desglaciación el mar llegó a subir casi 5,5 metros por siglo. Eso nos da una iea de la velocidad a la que podría subir el mar en el futuro cuando coja carrerilla.



Zonas inundadas en el litoral de Castellón de la Plana con una subida de 1 metro del nivel del mar (posiblemente hacia 2200).

Por ahora, se prevé que de aquí a finales del siglo el mar suba un mínimo de 1 metro. Puede parecer poca cosa, pero si miramos las zonas de la Marjalería de Castellón que quedarían cubiertas por el mar y lo comparamos con una simple vista aérea de la zona, queda muy claro que la Diputación de Castellón se enfrentará a un problema de dimensiones considerables en un futuro no tan lejano. De aquí a algunas décadas, veremos como el nivel del agua en las acequias y zonas pantanosas irá subiendo paulatinamente en consonancia con la subida del nivel del mar, hasta que en algún momento el mar invada esas zonas si no se hace nada para impedirlo. Pero aunque logremos contener el agua del mar construyendo infraestructuras que se antojan muy costosas, nada impedirá que el agua salada poco a poco vaya filtrándose en el subsuelo y salinizando toda esa zona de marjales. De todos modos, el mar seguirá subiendo durante muchos siglos y eso significa que resultará muy difícil dimensionar cualquier obra que se intente llevar a cabo para impedir que el mar invada esa zona cosetera, que será de todos modos imposible proteger a lo largos de cientos de kilómetros. Más vale hacerse a la idea, creo yo, de que deberemos retirarnos definitivamente de estas zonas. Y si queréis realmente asustaros y ver cual podría ser el trazado del litoral cuando el mar haya subido 3 metros (a finales del siglo XXII diría yo a ojos de buen cubero), pues echad una ojeadita al segundo mapa...



Zonas inundadas en el litoral de Castellón de la Plana con una subida de 3 metros del nivel del mar (posiblemente hacia 2200).

La situación actual de esta zona es consecuencia de una total falta de control por parte de las autoridades, que durante muchos años cerraron los ojos ante una salvaje urbanización llevada a cabo sin ningún tipo de permisos ni de estudios de riesgo. La entrada en vigor, hace un par de años, del Plan General Estructural de la Generalitat ha permitido que 24.531 viviendas ilegales construidas en esta zona se regularicen, pero esa regularización no cambia nada al hecho de que fueron construidas en una zona de marjal que, por definición, es una zona inundable. Por muy regularizadas que estén, no tengo claro que las aseguradoras vayan a hacerse cargo del 100% de las pérdidas que pueda ocasionar alguna inundación, si es que realmente aseguran esos riesgos en esta zona (cosa que no he podido averiguar). De todos modo, tal como hemos visto anterirormente, puede que a medio o largo plazo los habitantes de esta zona se vean de todos modos obligados a abandonar sus viviendas ante la imparable subida del nivel del mar. Ninguna protección, creo yo, podrá evitarlo, ya que si impedimos que el mar entre tierra adentro, nada impedirá que el nivel freático suba a la par que el nivel del mar. No tengo nada claro que la Generalitat o el Estado estén dispuestos a emprender obras faraónicas para impedir que el mar ocupe una zona que nunca tuviese que haberse urbanizado.

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