¿ Laurofilización ? No busquéis este término en Google. No
lo encontraréis. Se trata, en efecto, de un término relativamente nuevo acuñado
en Europa central y del norte para describir un fenómeno que se viene
observando desde hace varias décadas en los bosques de esas regiones: el auge y
la expansión de distintas especies perennifolias en los bosques de caducifolios.
Son dos las regiones de Europa en las que se observa con más claridad este fenómeno. Dos regiones en las
que se cultivan muchísimas especies ornamentales perennifolias desde hace
mucho tiempo y cuyo clima favorece la expansión de estas especies: las
regiones de clima oceánico del NW de Europa y el sur del Arco Alpino. En ambas
regiones, los factores que determinan el éxito de estas especies son dos: un
nivel de precipitaciones relativamente elevado a lo largo de todo el año y unas temperaturas invernales
más bien suaves. En muchas regiones de Europa, no se cumple aún la segunda
condición pero la rápida elevación de las temperaturas invernales a
consecuencia del calentamiento global favorecerá claramente en el futuro la
expansión de especies termófilas, muchas de las cuales efectuarán en realidad
su regreso, ya que muchas de ellas o especies muy próximas estuvieron presentes
en el continente europeo antes de las glaciaciones.
Fachada atlántica del
NW de Europa
En la primera de estas regiones, correspondiente, grosso modo, a
Irlanda, Gran Bretaña y puntos aledaños de la costa norte del continente, se ha
aclimatado con muchísimo éxito una especie que conocemos bien en la Península
Ibérica: el ojaranzo (Rhododendron
ponticum). Tal como muestra la fotografía que reproduzco más abajo, el
ojaranzo llega a constituir localmente impenetrables formaciones en las que muy
pocas especies logran
competir con él.
Knockmealdowns Mountains, Irlanda
El éxito de esta especie en esta región demuestra claramente el carácter “relictual” de la especie, que es consecuencia de los avatares climáticos que sufrió esta especie durante el Cuaternario y que no necesariamente refleja el auténtico potencial de la especie. Está claro, viendo el éxito que tiene en el norte de Europa, que esta especie podría tener un área de extensión muchísimo más amplia. De no haber sido una popular planta ornamental, es probable que seguiríamos considerándola hoy como una especie con unas exigencias ecológicas muy particulares. La realidad, sin embargo, es bien distinta y una ojeadita al mapa de su presencia durante el Pleistoceno nos da una imagen bien diferente de esta especie que probablemente estuvo presente en buena parte del continente europeo antes de las glaciaciones.
Knockmealdowns Mountains, Irlanda
El éxito de esta especie en esta región demuestra claramente el carácter “relictual” de la especie, que es consecuencia de los avatares climáticos que sufrió esta especie durante el Cuaternario y que no necesariamente refleja el auténtico potencial de la especie. Está claro, viendo el éxito que tiene en el norte de Europa, que esta especie podría tener un área de extensión muchísimo más amplia. De no haber sido una popular planta ornamental, es probable que seguiríamos considerándola hoy como una especie con unas exigencias ecológicas muy particulares. La realidad, sin embargo, es bien distinta y una ojeadita al mapa de su presencia durante el Pleistoceno nos da una imagen bien diferente de esta especie que probablemente estuvo presente en buena parte del continente europeo antes de las glaciaciones.
Otras especies perennifolias se han naturalizado en esta región
pero lo han hecho a una escala mucho más reducida: es el caso, por ejemplo, del laurel cereza (Prunus laurocerasus) y del chilco (Fuchsia magellanica). Pero resulta mucho
más interesante el caso de otra especie que también conocemos bien: la encina (Quercus ilex). Ampliamente naturalizada
en el sur de Inglaterra, a proximidad del litoral, se considera allá una planta
invasora ! Este ejemplo ilustra bien, creo yo, el dilema al que nos enfrentamos
con muchas especies. ¿ Tiene algún sentido considerar invasoras especies cuya
expansión se ve claramente favorecida por el cambio climático ? Es interesante
ver cuál es la previsión que han hecho los franceses de la expansión de esta
especie de aquí a finales de siglo:
Como se puede ver, el área potencial de esta especie se desplaza hacia el norte, pudiendo incluso alcanzar puntos de la costa norte de ese país. ¿ Invasora pues la encina ?
Sur del arco alpino
La otra región de Europa en la que se observa la
naturalización de varias especies perennifolias es el sur del arco alpino:
Ticino (Suiza) e Insubria (Italia), una región a la que se suele llamar
comúnmente la región de los grandes lagos. La especie cuya naturalización más
ha llamado la atención en esta región es una palmera originaria de China que se
cultiva con mucha frecuencia en nuestro país y en toda la región mediterránea:
la Palmera de Fortune (Trachycarpus fortunei). En las regiones de clima
mediterráneo puede llegar a ser subespontánea pero no llega a naturalizarse, ya
que esta especie tiene unos requerimientos hídricos que el clima mediterráneo
no cubre. En cambio, en el sur del arco alpino, esta especie y otras muchas
especies exóticas de hojas persistentes encuentran tanto el calor como el agua
que necesitan. Al ser, además, una especie muy llamativa, su naturalización no pasó
desapercibida en los bosques del Ticino. No es, sin embargo, la única especie
en haberse naturalizado en esta región. El gráfico que reproduzco a
continuación muestra qué otras especies se han naturalizado en los bosques del
Ticino (Suiza) durante las últimas décadas. Como se puede constatar, el
fenómeno se inició ya en los años 60, pero se se prosigue en la actualidad.
Es interesante notar, sea dicho de paso, que esta región del
norte de Italia fue una de las regiones de Europa en las que más tiempo
perduraron las laurisilvas en la transición del Plioceno al Pleistoceno. O sea,
que esta región sea una de las primeras en ser “recolonizada” por las especies
laurófilas al alcanzar de nuevo las temperaturas invernales un nivel aceptable
para ellas no resulta tan sorprendente. La única diferencia reside en el hecho
de que este “regreso”, salvo el de las especies perennifolias autóctonas como
el laurel, se debe al cultivo de estas especies por el hombre. Se da la
casualidad, sin embargo, de que muchas de esas especies y géneros fueron
elementos que estuvieron presentes en las laurisilvas terciarias del continente
europeo. Cosa que no debería sorprendernos demasiado, puesto que gran parte de
los géneros presentes en las zonas templadas del Hemisferio Norte tuvieron una
distribución holártica en el Terciario.
Península Ibérica
¿ Y qué hay de la Península Ibérica ? ¿ Se observa la
naturalización de especies laurófilas en alguna región ? Es evidentemente en el
norte de la Península y en la fachada atlántica donde cabría esperar la
naturalización de tales especies. ¿ Existen evidencias de que este fenómeno
esté ocurriendo en la Península Ibérica ? La especie lauroide exótica de la que
más citas hay en la Península Ibérica es el laurel cereza. Ampliamente
cultivada, hay citas de esta especie de Galicia al País Vasco y en Cataluña. La
palmera de Fortune, en cambio, tan solo ha sido citada en el País Vasco. Parece
pues, de momento, que se trata de un fenómeno muy circunscrito en el norte de
la Península. Caso aparte es la Serra de Sintra, en Portugal, en la que se han
citado naturalizadas especies como Cornus
capitata, Pittosporum undulatum, Persea indica, Hakea salicifolia y Fuchsia
magellanica. Particularmente interesante el caso del viñátigo (Persea
indica), especie que ha progresado en la Serra de Sintra y que es un
elemento típico de las laurisilvas macaronésicas. Cabría preguntarse,
constatando su expansión en esta sierra, si no pudieran aclimatarse ya en
algunas regiones del continente europea muchas de las especies que quedaron
relegadas en las islas durante el Cuaternario. De que sea posible parece que no
cabe duda. Otra cosa es que lo permitamos. Y aquí nos enfrentamos, de nuevo, a
las diferencias de criterio existentes entre los naturalistas. Los “conservacionistas”
opinarán que no hay que intervenir de ninguna manera, aunque eso suponga la
extinción de muchas especies, y los “adaptacionistas” (me he inventado el
término) opinamos que el hombre tiene una importante responsabilidad en los
cambios que están ocurriendo y que tenemos por lo tanto la obligación moral de
mitigar en cierta medida las consecuencias de esos cambios.
Parque da pena, Sintra. Se entiende que una especie como el viñátigo se encuentre aquí tan a gusto...
1 comentarios
Hola en Portugal puedo destacar otros 3 elementos naturalizados representantes de la flora lauroide: Dracaena draco, Myrica faya y Prunus laurocerasus.
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