Paleoautóctonas (3): Zelkova

Quienes hayan visitado alguna vez el Real Jardín Botánico de Madrid conocerán sin duda el que es el árbol más grande del jardín: una espléndida zelkova del Cáucaso (Zelkova carpinifolia) cuya altura sobrepasa probablemente los 30 metros y cuyo tronco tiene un diámetro en la base de 3,85 metros. Con sus ramas erectas, su tronco liso y su copa estrecha, esta especie es muy reconocible en los parques en los que se ha plantado.

El ejemplar del Real Jardín Botánico de Madrid tiene, sea dicho de paso, un hermanito en el propio jardín, cerca de las instalaciones del CSIC. Es una especie muy rara en otros lugares, destacando otro ejemplar monumental en el Jardín Botánico de Valencia. Esta escasez contrasta con lo que sabemos de su distribución pretérita, ya que se trata de una especie que tuvo una presencia muy importante en buena parte del continente europeo hasta que el recrudecimiento de las glaciaciones, a partir del Pleistoceno medio, la hizo desaparecer de buena parte del sur del continente europeo. Tan solo logró sobrevivir más tiempo en el sur de la Península Itálica, donde logró permanecer hasta hace escasamente 30.000 años. En la Península Ibérica, sin embargo, no logró pasar el umbral del Pleistoceno Medio.





En la actualidad, la especie a la que se atribuyen buena parte de los restos fósiles encontrados en Europa (Z. carpinifolia) tan solo sobrevive en el Cáucaso (bosque mixto del Cáucaso), el norte de Irán (bosque mixto hircano del Caspio), norte de Turquía (Ponto Euxino) y puntos aislados de Anatolia y del oeste de Irán. Cabe destacar, también, la presencia en dos islas del Mediterráneo de dos especies relictuales pertenecientes al mismo género, que sobrevivieron milagrosamente. Una de ellas (Z. abelicea) sobrevivió en las montañas de la isla de Creta, donde sus poblaciones sufrieron los efectos del pastoreo, siendo escasos los ejemplares que alcanzan cierto tamaño (10 m). El mismo problema sufría la otra especie que sobrevivió milagrosamente en Sicilia (Z. sicula), donde los ejemplares de porte arbustivo que se encontraron ni tan siquiera lograban alcanzar el suficiente desarrollo para poder reproducirse sexualmente. Una especie que muestra evidentes signos de debilitamiento (esterilidad) y que se cultiva hoy tanto in-situ como ex-situ, en un intento de favorecer su recuperación y de incrementar su variabilidad genética. Nadie sabe, a ciencia cierta, que aspecto tiene este árbol ni que dimensiones puede alcanzar. Probablemente no sobrepase los 10 m que alcanza la especie cretense.


ZelkovaFamilia: UlmaceaeOrden: Urticales

Árboles decíduos. Ramillas nunca espinosas, suberosas o aladas. Estípulas 2, libres, linear-lanceoladas, caducas, que dejan una pequeña cicatriz transversal a cada lado de la base de la hoja. Hojas dísticas, de margen aserrado a crenado; venación pinnada, con venas secundarias que se extienden hasta el mágen de la hoja, acabando cada una en un diente. Flores polígamas, que aparecen al mismo iempo que las hojas. Flores masculinas en fascículos en la axila de las hojas proximales de las jóvenes ramillas. Perianto campanulada, 4-6(7)-lobado. Estambres en igual número que los lóbulos del perianto, con filamentos cortos, eractos. Flores femeninas y hermafroditas generalmente solitarias o, más raramente, en fascículos de 2-4 flores, en la axila de las hojas distales de las jóvenes ramillas. Perianto 4-6-partido, con tépalos ibricados. Estaminodios ausentes, raramente desarrollados. Ovario sésil; óvulo péndulo. Estilo excéntrico. Drupas oblícuas, dorsalmente carinadas; endocarpo duro; perianto persistente; estigmas picudos. Semillas ligeramente aplanadas, de ápice cóncavo; endosperma ausente; embrión recurvado; cotiledones anchos; ligeramente emarginados o bilobados en el ápice. 2n = 28.





Ramilla fósil de Zelkova zelkovaefolia proveniente del yacimiento de Ciocadia (Rumanía), de una edad aproximada de 8 Ma (1).



Las zelkovas pertenecen a la misma familia que los olmos, de los que difieren por el tipo de fruto (una sámara alada en Ulmus, una drupa áptera en Zelkova). Esta diferencia explica probablemente que las zelkovas sufrieran mucho más los efectos de las glaciaciones, al no tener la misma capacidad de dispersión que los olmos, que tras la última glaciación lograron reconquistar rápidamente el terreno perdido. Este género tuvo una distribución holártica en el Tericario pero desapareció por completo de Norteamérica y de la práctica totalidad de Europa, sobreviviendo 3 especies en Asia oriental (Z. sínica, Z. serrata y Z. schneideriana) además de las que hemos evocado anteriormente. Que yo sepa, la zelkova no se ha utilizado nunca en programas forestales en nuestro país. Tampoco he encontrado indicios de que se haya efectuado ningún tipo de ensayo con esta especie. Me parece sin embargo que la zelkova sería una especie muy interesante en aquellas regiones húmedas del norte y de nuestras zonas montañosas en las que la subida de las temperaturas podría favorecer especies más termófilas, actualmente ausentes de la flora de esas regiones.




Mapa de distribución en Europa del género Zelkova en el Neógeno (ver significado de los símbolos y colores en la escala cronológica que se muestra a la columna de la derecha).



La reproducción por semillas de la zelkova es aparentemente difícil. Además de tener una tasa de germinación muy baja, las semillas tienen además una dormancia difícil de vencer. De las semillas que sembré en febrero en mi terraza no ha crecido ninguna. Puede que alguna lo haga el año que viene pero de momento he de admitir que el resultado obtenido es un tanto desalentador...



(1) Paraschiv V. (2013) / New contributions to the Ciocadia middle Miocene flora (part two) / Oltenia. Studii úi comunicări. ùtiinĠele Naturii. Tom. 29, No. 2



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