Obstinados en hallar la cuadratura del círculo
Se acaba la enésima cumbre del clima y un sentimiento de pesimismo me invade al constatar el enorme foso que separa la realidad de los hechos de los bellos discursos que los políticos suelen pronunciar en ellas. Se podría pensar que los ecologistas y demás "activistas del clima" son más conscientes de la realidad pero como ya tuve ocasión de contar en un reciente artículo (Negacionismo verde), esos colectivos distan mucho de haber realmente interiorizado el mensaje de los climatólogos. A poco que uno empiece a hablar de las consecuencias que tendrá el cambio climático y de lo que esto implica en la gestión del medio ambiente, aflora de repente ese "negacionismo verde" al que me refería en aquél artículo...
Evolución del consumo energético mundial según la AAPG (American Association of Petroleum Geologists). Como se puede ver, carbón, petróleo y gas siguen siendo con mucha diferencia las principales fuentes de energía y su consumo no ha dejado de aumentar. la escala vertical corresponde a millones de toneladas equivalentes de petróleo.
El gráfico que se muestra aquí nos muestra lo alejados que estamos del objetivo de alcanzar un mundo "descarbonizado". No solamente los hidrocarburos (carbón, petróleo y gas) siguen siendo nuestra principal fuente de energía, sino que su consumo no ha parado de crecer. El artículo del que he tomado prestado este gráfico no se anda por las ramas: la AAPG prevé que en 2040, los hidrocarburos deberían representar aún cerca del 80% de las fuentes de energías utilizadas. Comparad esas previsiones con los bellos discursos de algunos políticos, que hablan de cero emisiones de CO2 en fechas más cercanas y os daréis inmediatamente cuenta que algo no cuadra. Mi sensación es que los políticos pecan de optimistas. A ver como reemplazas de golpe (o casi de golpe) ese 80% de energías fósiles. Más teniendo en cuenta que muchos de los países más contaminantes no tienen ni la tecnología ni los medios económicos para asumir ese gran reto tecnológico.
This work generated 20 million Gigabytes (20 Petabytes) of data after 500 million hours of calculation by French supercomputers. 20 centres for climate modelisation are involved worldwide in this 6th edition of Coupled model intercomparison project (CIMP6). CIMP aims at understanding better past, present and future climate changes induced by natural and/or human forcing. Global results from this 6th CMIP will be given in the IPCC report in 2020/2021.
Consecuencia del incremento continuo del nivel de CO2 en la atmósfera, la temperatura media global seguirá subiendo. Hasta qué nivel lo hará dependerá, evidentemente, de las medidas que tomemos para limitar las emisiones de CO2. El modelo más reciente calculado (6th edition of Coupled model intercomparison project), sin embargo, no invita precisamente al optimismo. Ese modelo muestra que incluso si lográramos empezar a disminuir el consumo de hidrocarburos a partir de 2020 (curva verde), la temperatura media se estabilizaría alrededor de un valor que supera el famoso límite de 2 grados que los climatólogos aconsejan no superar. Y como hemos visto anteriormente, es absolutamente imposible que ese escenario optimista se realice. Siendo realistas y no demasiado pesimistas (la curva rosa muestra la evolución de la temperatura si no hiciéramos absolutamente nada), lo más probable es que la temperatura siga un camino intermedio (curvas de color marrón y malva), lo que nos lleva a un incremento de 4 a 5 grados.
Evolución de la temperatura media durante el terciario.
4 a 5 grados más que en los tiempos "pre-industriales" es, como ya vimos en otro artículo, el nivel de temperatura a comienzos del Plioceno. Hay que destacar aquí que ese nivel de temperatura se alcanzó con un nivel de CO2 similar o a penas superior al actual y es por lo tanto posible pensar que los modelos subestimen algo el alza de temperatura que cabe esperar. Este es, a todas luces, el escenario más probable y cualquier proyecto y decisión que se tome hoy debería tenerlo en cuenta. Ignorarlo o decir que "aún hay muchas incertidumbres" puede llevarnos a tomar decisiones muy desacertadas. Y aquí es donde vuelvo a hablaros de ecología y de gestión medioambiental. Porque una subida de 4 a 5 grados de la temperatura media global, en la Península Ibérica significa un aumento 2 a 3 veces superior. En Madrid, donde las temperaturas han subido casi el triple que a nivel mundial, estaríamos hablando de una subida de la temperatura media anual a final de siglo de entre 12 y 15 grados. Esto corresponde a una subida potencial de los pisos de vegetación de al menos 1200 metros. Creo que no hace falta ser un genio para entender que si esto se realiza (y es el escenario más probable), cabe esperar cambios drásticos en la repartición de los seres vivos que pueblan la Península. Ante un tal panorama, siento mucho tener que decirlo tan claramente, me entra la risa floja cuando escucho o leo a personas que recomiendan plantar únicamente árboles provenientes del mismo lugar por ser "los mejor adaptados a las condiciones del lugar". En realidad, sí, lo eran hace 50 años, antes de que se iniciase ese rápido y gran incremento de temperatura que se marca por igual por todo el planeta...
Emili J. Martínez @Lo_Gandalf 11. feb. Mere #Arboleda #singular "Pinsapar de #Orcajo". Un singularidad forestal en #Aragón.
A estas alturas del siglo XXI y sabiendo ya con meridiana claridad lo que nos espera, cabe preguntarse porqué aún no se diseñado un plan urgente para plantar pinsapos (Abies pinsapo) en las sierras del centro y del norte de la Península. Si algo inesperado y grave ocurriera en los dos núcleos andaluces de esa especie, podríamos hablar prácticamente de la extinción de esa especie. Afortunadamente, a un ingeniero forestal inteligente se le ocurrió plantar pinsapos en el Sistema Ibérico (Orcajo, Zaragoza) y ya tenemos un pequeño núcleo de población más al norte, aunque en condiciones muy particulares. Esta especie se debería plantar en muchos otros sitios si pretendemos salvarla de la extinción. Y lo siento mucho por aquellos que piensan que el pinsapo es una especie exótica en su región. En tiempos en los que los grandes biomas podrían desplazarse más de 1000 kilómetros hacia el norte, considerar exótica una especie que crece unos cuantos cientos de kilómetros más al sur es de necios.
El mismo tipo de razonamiento aplica para otras muchas especies. No se entiende, por ejemplo, que un proyecto Life se gaste un dineral en mantener el araar (Tetraclinis articulata) en las colinas que rodean Cartagena habiendo ya tantísimas evidencias de que esa especie crece mucho mejor en otras regiones (la Comunidad Valenciana en particular). ¿Qué sentido tiene querer mantener a toda costa una población que tal vez esté condenada por el cambio climático? Y no hablemos ya de aquellas regiones en las que, simple y llanamente, no hay especies autóctonas adaptadas al clima del futuro. Existen alternativas pero se trata de especies "exóticas". ¿Antes el desierto a que se instale cualquier especie exótica? Ya sé que es muy español aquello de "Viva la Muerte" pero que le vamos a hacer, a mí me gustan los árboles y prefiero ver acacias, algarrobos, cipreses del Atlas y arganes (por no citar especies aún más exóticas pero no menos bienvenidas) cubrir nuestro montes antes que verlos convertidos en desierto.
Lamentablemente, parece que los ecologistas en este país aún siguen empeñados en hallar la cuadratura del círculo, convencidos de que nuestros ecosistemas son resilientes y que nuestras maravillosas especies autóctonas serán capaces de adaptarse a los cambios venideros. Me temo, una vez más, que eso es hacer poco caso de lo que sabemos del pasado. Si algo nos ha aprendido la paleobotánica es precisamente lo contrario: las especies huyeron ante los glaciares y recorrieron miles de kilómetros hasta encontrar lugares que les fueran favorables. Creer que por algún milagro las especies de nuestra flora serán ahora capaces de adaptarse en poco más de un siglo, cuando no lo hicieron en cientos de miles de años es, creo yo, otra manifestación de ese negacionismo verde que tanto me asusta de cara al futuro.
Evolución del consumo energético mundial según la AAPG (American Association of Petroleum Geologists). Como se puede ver, carbón, petróleo y gas siguen siendo con mucha diferencia las principales fuentes de energía y su consumo no ha dejado de aumentar. la escala vertical corresponde a millones de toneladas equivalentes de petróleo.
El gráfico que se muestra aquí nos muestra lo alejados que estamos del objetivo de alcanzar un mundo "descarbonizado". No solamente los hidrocarburos (carbón, petróleo y gas) siguen siendo nuestra principal fuente de energía, sino que su consumo no ha parado de crecer. El artículo del que he tomado prestado este gráfico no se anda por las ramas: la AAPG prevé que en 2040, los hidrocarburos deberían representar aún cerca del 80% de las fuentes de energías utilizadas. Comparad esas previsiones con los bellos discursos de algunos políticos, que hablan de cero emisiones de CO2 en fechas más cercanas y os daréis inmediatamente cuenta que algo no cuadra. Mi sensación es que los políticos pecan de optimistas. A ver como reemplazas de golpe (o casi de golpe) ese 80% de energías fósiles. Más teniendo en cuenta que muchos de los países más contaminantes no tienen ni la tecnología ni los medios económicos para asumir ese gran reto tecnológico.
This work generated 20 million Gigabytes (20 Petabytes) of data after 500 million hours of calculation by French supercomputers. 20 centres for climate modelisation are involved worldwide in this 6th edition of Coupled model intercomparison project (CIMP6). CIMP aims at understanding better past, present and future climate changes induced by natural and/or human forcing. Global results from this 6th CMIP will be given in the IPCC report in 2020/2021.
Consecuencia del incremento continuo del nivel de CO2 en la atmósfera, la temperatura media global seguirá subiendo. Hasta qué nivel lo hará dependerá, evidentemente, de las medidas que tomemos para limitar las emisiones de CO2. El modelo más reciente calculado (6th edition of Coupled model intercomparison project), sin embargo, no invita precisamente al optimismo. Ese modelo muestra que incluso si lográramos empezar a disminuir el consumo de hidrocarburos a partir de 2020 (curva verde), la temperatura media se estabilizaría alrededor de un valor que supera el famoso límite de 2 grados que los climatólogos aconsejan no superar. Y como hemos visto anteriormente, es absolutamente imposible que ese escenario optimista se realice. Siendo realistas y no demasiado pesimistas (la curva rosa muestra la evolución de la temperatura si no hiciéramos absolutamente nada), lo más probable es que la temperatura siga un camino intermedio (curvas de color marrón y malva), lo que nos lleva a un incremento de 4 a 5 grados.
Evolución de la temperatura media durante el terciario.
4 a 5 grados más que en los tiempos "pre-industriales" es, como ya vimos en otro artículo, el nivel de temperatura a comienzos del Plioceno. Hay que destacar aquí que ese nivel de temperatura se alcanzó con un nivel de CO2 similar o a penas superior al actual y es por lo tanto posible pensar que los modelos subestimen algo el alza de temperatura que cabe esperar. Este es, a todas luces, el escenario más probable y cualquier proyecto y decisión que se tome hoy debería tenerlo en cuenta. Ignorarlo o decir que "aún hay muchas incertidumbres" puede llevarnos a tomar decisiones muy desacertadas. Y aquí es donde vuelvo a hablaros de ecología y de gestión medioambiental. Porque una subida de 4 a 5 grados de la temperatura media global, en la Península Ibérica significa un aumento 2 a 3 veces superior. En Madrid, donde las temperaturas han subido casi el triple que a nivel mundial, estaríamos hablando de una subida de la temperatura media anual a final de siglo de entre 12 y 15 grados. Esto corresponde a una subida potencial de los pisos de vegetación de al menos 1200 metros. Creo que no hace falta ser un genio para entender que si esto se realiza (y es el escenario más probable), cabe esperar cambios drásticos en la repartición de los seres vivos que pueblan la Península. Ante un tal panorama, siento mucho tener que decirlo tan claramente, me entra la risa floja cuando escucho o leo a personas que recomiendan plantar únicamente árboles provenientes del mismo lugar por ser "los mejor adaptados a las condiciones del lugar". En realidad, sí, lo eran hace 50 años, antes de que se iniciase ese rápido y gran incremento de temperatura que se marca por igual por todo el planeta...
Emili J. Martínez @Lo_Gandalf 11. feb. Mere #Arboleda #singular "Pinsapar de #Orcajo". Un singularidad forestal en #Aragón.
A estas alturas del siglo XXI y sabiendo ya con meridiana claridad lo que nos espera, cabe preguntarse porqué aún no se diseñado un plan urgente para plantar pinsapos (Abies pinsapo) en las sierras del centro y del norte de la Península. Si algo inesperado y grave ocurriera en los dos núcleos andaluces de esa especie, podríamos hablar prácticamente de la extinción de esa especie. Afortunadamente, a un ingeniero forestal inteligente se le ocurrió plantar pinsapos en el Sistema Ibérico (Orcajo, Zaragoza) y ya tenemos un pequeño núcleo de población más al norte, aunque en condiciones muy particulares. Esta especie se debería plantar en muchos otros sitios si pretendemos salvarla de la extinción. Y lo siento mucho por aquellos que piensan que el pinsapo es una especie exótica en su región. En tiempos en los que los grandes biomas podrían desplazarse más de 1000 kilómetros hacia el norte, considerar exótica una especie que crece unos cuantos cientos de kilómetros más al sur es de necios.
El mismo tipo de razonamiento aplica para otras muchas especies. No se entiende, por ejemplo, que un proyecto Life se gaste un dineral en mantener el araar (Tetraclinis articulata) en las colinas que rodean Cartagena habiendo ya tantísimas evidencias de que esa especie crece mucho mejor en otras regiones (la Comunidad Valenciana en particular). ¿Qué sentido tiene querer mantener a toda costa una población que tal vez esté condenada por el cambio climático? Y no hablemos ya de aquellas regiones en las que, simple y llanamente, no hay especies autóctonas adaptadas al clima del futuro. Existen alternativas pero se trata de especies "exóticas". ¿Antes el desierto a que se instale cualquier especie exótica? Ya sé que es muy español aquello de "Viva la Muerte" pero que le vamos a hacer, a mí me gustan los árboles y prefiero ver acacias, algarrobos, cipreses del Atlas y arganes (por no citar especies aún más exóticas pero no menos bienvenidas) cubrir nuestro montes antes que verlos convertidos en desierto.
Lamentablemente, parece que los ecologistas en este país aún siguen empeñados en hallar la cuadratura del círculo, convencidos de que nuestros ecosistemas son resilientes y que nuestras maravillosas especies autóctonas serán capaces de adaptarse a los cambios venideros. Me temo, una vez más, que eso es hacer poco caso de lo que sabemos del pasado. Si algo nos ha aprendido la paleobotánica es precisamente lo contrario: las especies huyeron ante los glaciares y recorrieron miles de kilómetros hasta encontrar lugares que les fueran favorables. Creer que por algún milagro las especies de nuestra flora serán ahora capaces de adaptarse en poco más de un siglo, cuando no lo hicieron en cientos de miles de años es, creo yo, otra manifestación de ese negacionismo verde que tanto me asusta de cara al futuro.
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