El bosque inesperado (1): Monsanto


El Parque Forestal de Monsanto en Lisboa, visto desde uno de los miradores del parque. Justo detrás se puede ver el estuario del río Tajo


La llegada de especies exóticas y su posterior naturalización se suelen casi siempre ver como un grave problema para la biodiversidad, asumiendo siempre los biólogos que si una especie tiene éxito y aumenta sus poblaciones de forma descontrolada, lo hará siempre en detrimiento de la biodiversidad local. Esta manera de ver las cosas constituye la base de lo que llamamos la "biología de las invasiones", una rama de la biología en la que no caben las medias tintas. Para los "invasionistas" solo existen dos tipos de especies exóticas: las invasoras y las que no lo son aún. Para ellos, una buena especie exótica es la que se ha logrado erradicar. El esquemita que reproduzco a continuación ilustra bien ese modo de pensar. En él se puede ver que tras un periodo de aclimatación más o menos largo, la población de la especie exótica de repente crece desmesuradamente, suplantando por completo y de forma definitiva las especies locales.



Este gráfico, muy discutible, sugiere pues dos cosas que, sin embargo, casi nunca se verifican cuando se examina la evolución de las poblaciones durante un tiempo suficiente largo: la primera es que cualquier especie exótica puede algún día convertirse en invasora y la segunda es que una vez que la invasión empieza, ya no hay vuelta atrás. Una visión muy pesimista de la realidad que puede hacer pensar a muchos que esta es una especie de Guerra de los Mundos en la que los invasores son temibles seres invencibles muy superiores a las pobres e indefensas especies autóctonas. Nada más lejos de la realidad, sin embargo...

La naturalización y expansión de las especies exóticas no se debe casi nunca (al menos en las zonas continentales) a las supuestas ventajas competitivas en las que insisten tanto los libros que describen las especies invasoras. Como cualquier otra especie sobre la tierra, estas especies tienen sus preferencias y solo crecen allá donde las condiciones les favorecen. Su proliferación es pues consecuencia de que encuentran en los medios en los que han sido introducidas unas condiciones que les son favorables, lo que unido a que muchas veces ninguna especie autóctona esté "disponible" dé la impresión que esa especie está descontrolada. Si los olmos de Siberia y los ailantos se instalan en los terrenos removidos que rodean nuestras ciudades, es porque son los únicos capaces de hacerlo.

¿Y qué pasa una vez que la especie invasora se ha expandido y asentado? ¿Es verdad que las especies exóticas invasoras acaban imponiéndose sin remedio y eliminando la flora y fauna local? ¿Acaso no se establecen relaciones entre estas especies y las que ya estaban presentes, por mucho que no hayan coevolucionado con las especies locales? Este argumento de la coevolución, sea dicho de paso, es una auténtica trampa para ingénuos. Pongamos el ejemplo del ailanto. Como bien sabréis, se trata de una especie entomófila que no podría reproducirse sin la ayuda de los insectos. Pues bien, que las especies autóctonas no hayan "coevolucinado" con el ailanto no impide que este se reproduzca. Su relación con los insectos locales es en realidad todo un éxito. Tanto que desde hace unos años, las mieles de ailanto ganan premios en los concursos organizados por los productores de mieles del S de Europa. Consecuencia de la coevolución entre los insectos y las especies con flores... ¿Y qué pasa cuando germina una semilla de ailanto? Pues algo muy parecido: establece de inmediato una relación de amistad con los hongos y bacterias del suelo y se forman micorrizas. Poco les importa a estos microorganismos el lejano origen del ailanto. O sea, que de no ser por la coevolución, no habría ailantos...


Flores del ailanto.


Pues bien, desde el convencimiento de que las cosas no son para nada como las pintan los biólogos "invasionistas" me pregunto yo si acaso no existen ejemplos que nos demuestren que estas especies exóticas e invasoras no se llevan tan mal con nuestra flora y fauna local. Para convenceros de ello, hoy os invito a un pequeño paseo virtual por uno de los mayores parques urbanos de Europa: el Parque de Monsanto en Lisboa. Totalmente desprovisto de árboles en la primera mitad del siglo XX, fue repoblado con distintas especies tanto autóctonas como exóticas. Lo interesante de este parque es que se ha dejado crecer más o menos sin ninguna intervención durante décadas y eso nos permite hoy hacernos una idea bastante buena de como se llevan estas especies exóticas con las autóctonas. La primera sensación al contemplar los paisajes de este parque es que se ha desarrollado en muchas áreas un bosque mixto mucho más rico que lo que cabría esperar en un bosque supuestamente "infestado" de especies exóticas.


Bosque mixto. Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.


Uno de los fenómenos en los que se suele insistir mucho en los libros sobre invasoras es su capacidad de eliminar toda competencia por métodos "químicos", al liberar sus hojas en descomposición sustancias alelopáticas que inhiben la germinación de muchas especies. Las especies más vilipendiadas desde ese punto de vista son los eucaliptos, de los que se han plantado distintas especies en el parque forestal de Monsanto. Como se puede ver en la fotografía a continuación, los eucaliptos no han tenido mucho éxito en su lucha contra las herbáceas. Y es que plantado en densidades bajas, ocurre con los eucaliptos todo lo contrario de lo que se nos suele contar: dejan pasar mucha luz y muchas especies herbáceas y arbustivas suelen crecer en el sotobosque. La facilidad con la que arden muchos eucaliptales no se debe en realidad a los propios eucaliptos sino a la acumulación de maleza en su sotobosque.


Eucalipto completamente cercado por una exuberante vegetación herbácea. Podemos reconocer al aro (Arum italicum) entre las especies herbáceas, que es un indicador de la evolución de suelos ricos en bases hacia el bosque debido a un exceso de MO de origen vegetal. Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.


El parque de Monsanto alberga formaciones boscosas muy diversas (ver mapa a continuación), que refleja bastante bien el caracter experimental que tuvieron las plantaciones realizadas. A esa diversidad de árboles plantados se tiene que añadir todas las especies exóticas que han ido haciendo su aparición y que parecían convivir sin demasiados problemas con las demás especies que se plantaron. Más de 140 especies de árboles y arbustos de porte alto fueron ensayadas en el parque. A continuación damos una pequeña lista de las especies que aún es posible ver en el parque (según el plan de Gestión Forestal del Parque)

Especies utilizadas en las distintas repoblaciones (ver mapa):

Pino piñonero (Pinus pinea) / pino salgareño (Pinus halepensis) / cipreses (Cupressus sempervirens, Hesperocyparis lusitanica y H. macrocarpa) / alcornoque (Quercus suber) / encina (Quercus rotundifolia) / quejigo (Quercus faginea) / roble (Quercus robur) / eucaliptos (Eucalyptus globulus, E. camaldulensis) / acacias (Acacia melanoxylon, A. longifolia. A karoo, A. dealbata, A. decurrens, A. retinoides, etc.) / pino canario (Pinus canariensis) / árbol de la vida (Platycladus orientalis) / olivo y acebuche (Olea europaea) / olmo común (Ulmus minor) / fresnos (Fraxinus angustifolia y Fraxinus ornus).

Especies más localizadas, en manchas o en bosques mixtos

acacia de tres espinas (Gleditschia triacanthus) / algarrobo (Ceratonia siliqua) / robinia (Robinia pseudacacia) / chopos (Populus nigra y P. x hybrida) / moreras (Morus nigra y M. alba) / árbol del amor (Cercis siliquatrum) / almendro (Prunus dulcis) / Pitosporo de bayas anaranjadas (Pittosporum undulatum) / aladierno (Rhamnus alaternus) / endrino (Prunus spinosa subsp. insititoides) / ailanto (Ailanthus altissima) / pimentero brasileño (Schinus terebenthifolia) / mioporo (Myoporum acuminatum) / arce negundo (Acer negundo) / naranjo de los Osages (Maclura pomífera.

Especies menos frecuentes que aparecen dispersas:

aliso (Alnus glutinosa) / árbol del paraíso (Eleagnus angustifolia) / nogal (Juglans regia) / castaño de Indias (Aesculus hipocastaneum) / molle (Schinus molle) / almez (Celtis australis) / palmera de las Canarias (Phoenix canariensis) / majuelo (Crataegus monogyna subsp. brevispina) / membrillero (Cydonia oblonga) / braquiquito (Brachychiton populneum) / catalpa (Catalpa bignonioides) / cedro del Atlas (Cedrus atlantica) / albizia (Albizzia lophanta) / casuarina (Casuarina equisetifolia) / roble australiano (Grevillea robusta) / otros eucaliptos (E. robusta, E. saligna. E. sideroxylon, E. viminalis, E. cornuta, E. citriodara, etc)




Caracterización general de las masas forestales (unidades de gestión). Plano de gestão florestal do Parque Florestal de Monsanto, Câmara Municipal de Lisboa, 2020.


La presencia de muchas de ellas, sin embargo, se ve hoy en día con malos ojos y ha llevado los gestores del parque a decidir su erradicación. El plano de gestión del parque, publicado en 2020, prevé la total erradicación de las especies consideradas como invasoras críticas (Acacia dealbata, Acacia longifolia, Ailanthus altissima, Pittosporum undulatum, Arundo donax, Fallopia baldschuanica, Ipomaea acuminata y Cortaderia selloana), la eliminación total o parcial de las invasoras que presentan un riesgo medio (demás especies de Acacia, Nicotiana glauca, Ricinus communis, Phytolacca americana, Albizzia lophanta) y el control de las que se consideran de bajo riesgo (Acer negundo, Robinia pseudacacia y Schinus terebenthifolius). Esta lucha no solamente es mecánica sino que se basa en el uso extensivo del glifosato, con todos los peligros que ello supone. E interesante notar, sea dicho de paso, que los eucaliptos no se consideran especies invasoras (ni tan siquiera de bajo riesgo). Por cierto, y por si os lo preguntábais, el parque no recibe ningún subsidio de Monsanto, es una simple coincidencia por mucho que hagan un uso intensivo de uno de sus productos estrella...

Además de erradicar o limitar las especies exóticas, el plan también prevé clarear las masas de pinos para ir sustituyéndolas por distintas especies de frondosas con la firme intención de favorecer el desarrollo de las especies mediterráneas autóctonas (como se puede ver, los pinos son y han sido siempre los mal amados de nuestra flora autóctona). De las especies exóticas inicialmente plantadas tan solo se salvan unas cuantas especies, entre ellas el pino canario, que ocupa una pequeña extensión pero que ha demostrado crecer perfectamente sobre el substrato basáltico de buena parte del parque. Los responsables del parque, siguiendo pues la moda de combatir las especies invasoras, han lanzado varias campañas de erradicación en las que no dudan en aplicar glifosato. Me parece una contradicción absoluta que en nombre de la protección de la naturaleza se haga uso de un veneno que debería estar prohibido. El resultado, de todos modos, no es casi nunca el esperado con una especie como el ailanto, por ejemplo, que más vale dejar crecer traquilita. La fotografía a continuación os muestra el abundantísimo rebrote del ailanto tras ser agredido. Un combate perdido, créanme. Mis vecino llevan ya 5-6 años intentando erradicar un ailanto en el seto que rodea el edificio, y cada año vuelve a brotar de nuevo desde sus raices...




Esto es lo que ocurre cuando cortas un ailanto: el año siguiente rebrota desde cualquier pedacito de raíz que haya quedado en el suelo. A no ser que cometas el crimen de contaminar todo el suelo con glifosato, la reacción del ailanto es imparable... Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.


En algunos sectores el parque presenta aún un aire "asalvajado" que es realmente parte de su encanto y medidas como la que se plantean podrían acabar transformándolo en una vasta zona ajardinada muy limpita y muy "decente" que podría perder para siempre ese carácter salvaje que ha sido el resultado de la despiadada competición de las especies entre ellas, alentada por un cambio climático que parece favorecer la expansión y el desarrollo de especies termófilas más competitivas. En su lugar se pretenden plantar las especies autóctonas "previsibles" en este lugar. Vamos, conservacionismo en el sentido más estricto de la palabra. Ante el desafío del cambio climático, refugiémonos en lo conocido, por mucho que eso forme parte de un pasado cada vez más remoto y desfasado. La idea de dejar crecer, que se aplicó durante muchas décadas era sin embargo la menos equivocada. Menos, en cualquier caso, que esa idea absolutamente loca de corregir la naturaleza, porque estimamos que no sabe lo que hace...

Un eucalipto y un alcornoque han decidido bailar juntos toda su vida, sin que el uno perjudique al otro... Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.


Pues nada, ya se verá si las autoridades del Parque lograrán o no llevar a cabo su gran plan de erradicación de las especies exóticas invasoras y convertir este parque forestal en el por muchos añorado bosque mediterráneo. Por ahora, tal como vimos anteriormente, algunas especies como el ailanto se resisten a ser erradicadas. Otras, como las acacias, posiblemente rebrotarán regularmente, al sobrevivir sus semillas en el suelo durante décadas o siglos. El clima, por otra parte, seguirá favoreciendo la aparición de especies nuevas, que por mucho que las persigamos, difícilmente podremos contener. Por ahora el parque aún conserva gran parte de su esencia. Pero como sigamos empeñados en ver el diablo en cada brizna de hierba que crece, posiblemente cambie mucho en el futuro. Así que aprovechad que aún se pueden ver cosas tan extraordinarias como la que os muestro en la última fotografía (mi gran apuesta en el descampado por el que me paseo en mi barrio) y no os olvideis de Lisboa si queréis pasar unos días fuera de España y descubrir lugares tan sorpendentes como éste...


Este braquiquito cubierto de líquenes y de musgo e inmerso en un mar de herbáceas viene a desmentirnos aquello de que las especies exóticas son incapaces de integrarse en nuestros ecosistemas. Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.


Sería interesante saber cuantas especies de líchen crecen sobre su tronco... Parque Monsanto, Lisboa. Fotografía: João Ferro.


Agradecimientos: agradezco de todo corazón a João Ferro el haberme sugerido escribir este artículo y por haberme pasado gran parte de las fotografía que ilustran este artículo.



Plano de gestão florestal do Parque Florestal de Monsanto, Câmara Municipal de Lisboa, 2020.8

1 comentarios

  1. Hermano. Todo esto meparece un absurdo. Es como decir que la población humana caucásica y negra que vive en elcontinente Americano va a ser desarraigada para dejar solo a los indoamericanos

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