La espada de Damocles (4): Galicia
La situación privilegiada de Galicia en el NO de la Península Ibérica, a orillas del Océano Atlántico, ha asegurado siempre a esta región un nivel de precipitaciones que ha permitido el desarrollo de una vegetación muy diferente de la del resto de la Península Ibérica. En realidad, es el caso de prácticamente toda la franja cantábrica de la Península, aunque nos centraremos en este artículo en el caso específico de Galicia, cuya extensión hacia el interior de la Península es mucho mayor y resulta en situaciones muy contrastadas entre las zonas costeras y las zonas interiores, que se ven afectadas por el cambio climático de distintas maneras.
Costa da Morte / Fotografía: Tanja Freibott / Licencia: CC BY-SA
Tal como se puede ver en el mapa de la subida de las temperaturas, las zonas costeras de Galicia son uno de los lugares de la Península en los que más ha subido la temperatura media anual. Más de 2 grados en amplias zonas que disfrutan de un nivel de precipitaciones mucho más elevado y más constante que en el resto de la Península. Es evidente que en tales condiciones los efectos de la subida de las temperaturas serán mucho más sutiles. La España verde seguirá siendo verde pero eso no significa que no vaya a haber cambios, tal como veremos al examinar cómo evolucionará el clima de esta región.
Esa oposición entre la España "verde" y la España "seca" viene de lejos en realidad. En el mapa de los biomas del Plioceno que mostramos a continuación se ve perfectamente como las zonas litorales atlánticas de la Península tenían en el Plioceno un tipo de vegetación muy diferente de la vegetación xerofítica de buena parte del centro de la Península y de las zonas litorales del Mediterráneo. Una situación que recuerda mucho la actual pero con diferencias más acentuadas.
Reconstrucción de los biomas entre 5,32 y 5 Ma basada en los datos polínicos (Fauquette et al.)
El tipo de vegetación que cubría el norte de la Península en el Plioceno (bosques siempreverdes de hoja ancha y bosques mixtos cálidos) se corresponde en realidad con un tipo de clima (Cfa) que solo se observa hoy en día en Europa en zonas muy reducidas del oeste del continente (pequeña franja al sur de los Pirineos, valle del Po) y en regiones más orientales como los Balcanes, el N de Turquía, el Cáucaso y el S del Mar Casipio. Se suele calificar este clima de "subtropical húmedo" o de "mediterráneo húmedo" y suelen crecer en esos climas especies más termófilas que las que las que crecen hoy en día en los climas templados de buena parte de Europa occidental. Los modelos de los climatólogos entran sin embargo un poco en contradicción con los datos del pasado, indicando que predominará en buena parte de Galicia y en toda la franja occidental de la Península un clima típicamente mediterráneo (Csa), manteniéndose el actual clima actual (CSb) en las zonas más lluviosas y más altas del norte. El clima de tipo Cfa, que se impondrá en toda Europa central, se extendería según esos modelos a lo largo de la franja cantábrica más o menos hasta Asturias. Más al Oeste quedaría sustituido por el clima de tipo Csb.
  Tipos de clima de la clasificación de Köppen-Geiger para el periodo de referencia 2071-2100 / Climate zones on the move
Tengo, personalmente, serias dudas de que ese tipo de clima no alcance Galicia teniendo en cuenta que es la zona del litoral atlántico donde más están subiendo las temperaturas y que más precipitaciones recibe. El mapa, claro está, es fruto de la aplicación de un modelo que no necesariamente se ajusta perfectamente en todo lugar a la evolución observada. Todo depende de los datos de los que se alimenta y en este caso, me da la sensación que el modelo es algo pesimista en toda la fachada atlántica del continente. El caso es que si las temperaturas suben otros 2 grados más en estas regiones donde ya subieron más de 2 grados, la temperatura media del mes más cálido superaría rápidamente los 22 grados que definen el límite inferior del clima "Cfa". Y como las previsiones son que la temperatura media subirá como mínimo lo mismo que ya ha subido, yo creo que buena parte de la franja costera del oeste de Galicia acabará teniendo un clima de tipo Cfa, por mucho que los modelos no lo indiquen. El climograma de Pontevedra lo muestra muy claramente. En los últimos 10 años, ese umbral de 22 grados se ha superado 6 veces. Si las temperaturas siguen subiendo al ritmo que suben actualmente, pronto se superará casi todos los veranos, con lo que Pontevedra dejaría de tener un clima de tipo Csb (clima oceánico/mediterráneo de transición).
Climograma de Pontevedra (1991-2021). En los últimos años (2020 a 2025), el mes más cálido del año ha tenido una media superior a los 22 grados en 2020, 2022, 2024 y 2025.
El aumento de las temperaturas en Galicia hará que en muchas zonas se pase de un clima oceánico/mediterráneo de transición (Csb) a un clima típicamente mediterráneo (Csa) al sobrepasarse el umbral de los 22 grados de temperatura media para el más más cálido del año. Podríamos hablar de "mediterraneización" de buena parte de Galicia que, con el aumento de la sequía estival, se verá sometida cada vez más al riesgo de sufrir grandes incendios como los que han arrasado este año considerables extensiones en Castilla y León y el S de Galicia. Siempre ha habido incendios, claro está, y no necesariamente se pueden relacionar con el cambio climático, pero la extraordinaria virulencia de los que hemos sufrido estos últimos años sí que parece haber sido favorecida por factores climáticos inéditos. El caso es que los incendios son uno de los principales motores de los cambios que están ocurriendo y que llevarán a que un tipo de vegetación mejor adaptado a convivir con el fuego se instale. No deja de llamarme poderosamente la atención que los grandes incendios de estos últimos años han afectado extensas superficies de bosques de frondosas, un poco contradiciendo la idea que todos tenemos de que esos bosques no arden. No arden, en efecto, cuando están establecidos en regiones en las que las condiciones climáticas son las que les corresponden. En el contexto de subida de las temperaturas y de progresiva aridificación, son pura gasolina para los incendios de última generación que tanto temen los bomberos...
Aspecto desolador de la región del Pico Montouto, en la Serra dos Cabalos en O Caurel. La vegetación que crecía en el fondo de las valles, aldisponer de más humedad logró sobrevivir al paso de la llamas. / Pedro Armestre - Greenpeace
A diferencia de lo que ocurre en regiones del centro y de la fachada mediterránea de la Península, en Galicia las precipitaciones durante el periodo estival no son nulas y en algunas regiones o algunos años, pueden incluso superar el umbral que define el mínimo a partir del cual el clima es de tipo mediterráneo/subtropical húmedo (Cfa). Con la subida de las temperaturas algunas regiones del litoral gallego tienen ya un clima mediterráneo que podríamos calificar de subhúmedo, a medio camino entre Csa y Cfa. El tipo de vegetación que se desarrollará en esas zonas dependerá mucho del nivel de precipitaciones en verano. En aquellas zonas en las que haya un nivel de aridez importante, se desarrollará una vegetación típicamente mediterránea en la que dominarán la encina y el alcornoque. En las zonas en las que el periodo de aridez será menor o inexistente, podrán desarrollarse especies termófilas más exigentes en humedad. Por ahora son bien pocas las especies de árboles presentes adaptados a este tipo de clima. Básicamente, entre las especies autóctonas, solo el laurel (Laurus nobilis) parece capaz de prosperar en ese tipo de clima. El extraordinario dinamismo que muestra en la isla de Cortegada es una buena muestra de lo que podría ocurrir en muchos lugares si siguen subiendo las temperaturas y se mantienen condiciones húmedas a lo largo de todo el año. Los robles deberían poder aguantar un tiempo, aunque al límite de las temperaturas que toleran.
Bosque colonizado por laureles de la isla de Cortegada / Imagen; Cíes.gal
Gran parte de las especies termófilas que poblaban nuestro continente antes de las glaciaciones lamentablemente han desaparecido y habría que ir a buscar muy lejos las especies que constituían esos bosques. Es interesante notar que las futuras condiciones climáticas serían muy favorables a una especie como el quejigo andaluz (Quercus canariensis), cuyas mejores masas se encuentran hoy en el norte de África. Otras especies como la zelkova, la pterocaria, los pacaneros y un largo etcétera de especies habría que ir a buscarlar mucho más lejos. En ambos casos, su "regreso" sería fruto de la acción humana y no veo yo que por ahora tengan demasiada aceptación estas ideas que, como bien sabéis, defiendo desde hace tiempo en este blog. Sin emabrgo, el cambio climático al que nos enfrentamos es mucho más rápido que la capacidad que los ecosistemas a adaptarse a esos cambios. Para que especies adaptadas a los climas venideros logren llegar a estas tierras, harían falta miles de años. Suponiendo, claro está, que las rutas de migración puedan ser transitadas, cosa absolutamente imposible en este mundo tan modificado por la actividad humana.
Distancias a la que se encuentran las poblaciones más cercanas de los géneros presentes en Europa antes de las glaciaciones. El mapa muestra el ára potencial de Quercus canariensis en el horizonte 2071-2100,



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