Paleoautóctonas (29): Pseudotsuga

De todas las especies forestales exóticas que se cultivan en Europa, el abeto de Douglas (Pseudotsuga menziesii) fue probablemente una de las primeras en popularizarse tras su introducción en Inglaterra en 1827 por el naturalista escocés James Douglas, que había estado explorando la costa NW de Norteamérica en los años anteriores y trajo de allá un importante lote de semillas. El éxito de esta especie estaba asegurado en un país como Inglaterra, cuyo clima era favorable y cuya flora indígena tan solo comprendía 3 especies de coníferas (Pinus sylvestris, Taxus baccata y Juniperus communis). La especie despertó un gran entusiasmo en aquél país y se plantó extensivamente, siendo hoy una especie frecuente en Inglaterra, donde está plenamente naturalizada.

Mapa de distribución de Pseudotsuga menziesii en Irlanda y Gran Bretaña. Piña del abeto de Douglas, Puerto de Canencia, Madrid



De ese primer lote de semillas y de los plantones conseguidos a partir de esas semillas, la especie fue inmediatamente introducida en Alemania por John Richmond Booth (1800-1847), propietario de un vivero en Flottbeck cerca de Hamburgo, que recibió esas semillas por ser miembro de la Royal Horticultural Society, a cuyos miembros fueron distribuidas parte de las semillas traídas por Douglas. La propagación de la especie en Alemania a partir de esos primeros ejemplares introducidos fue más tardía que en Inglaterra pero Alemania es hoy el segundo país de Europa en lo que se refiere a superficie ocupada por esta especie. El país en el que el abeto de Douglas tuvo más éxito fue, sin embargo, Francia, donde se empezó a plantar tímidamente a partir de los años 40 del siglo XIX pero donde adquiriría realmente una extraordinaria importancia durante el siglo XX.



Superficie en hectáreas ocupada en Europa por el abeto de Douglas (1997).



En España, donde el abeto de Douglas tan solo encuentra condiciones favorables en el norte, se pueden encontrar plantaciones dispersas en Cataluña, La Rioja, Navarra, País Vasco y Galicia. Es curioso que en un país con un clima mediterráneo no se haya pensado en ensayar la otra especie de este género existente en Norteamérica (Pseudotsuga macrocarpa), originaria del sur de California y adaptada a vivir en condiciones (chaparral) que se aproximan mucho más a las de la zona mediterránea de la Península y que, además, ha desarrollado eficaces mecanismos de resistencia al fuego.

Pseudotsuga macrocarpa cerca de la entrada al desierto de Sespe en Potrero John Canyon. Foto de Bryant Baker. Ramillas y conos de Pseudotsuga macrocarpa



Como era de suponer, el género Pseudotsuga también estuvo presente en Europa antes de las glaciaciones. No se trata, sin embargo, de un género del que se conserven muchos restos. Probablemente fuera menos abundante que otros géneros en aquella época y probablemente también sus preferencias ecológicas no hayan favorecido una buena conservación de sus restos.




Distribución del género Pseudotsuga en Europa durante el Neógeno.



Como anécdota para los lectores madrileños de este blog, cabe señalar la existencia de una pequeña plantación de abetos de Douglas en el Puerto de Canencia, que no parece haber convencido a los ingenieros forestales que ensayaron esta especie, ya que no conozco yo ninguna otra plantación de esta especie en todo el Sistema Central. El caso es que estos arboles siguen en pie y lucen a pesar de todo un buen aspecto.


PseudotsugaFamilia: PinaceaeOrden: Pinales

Arboles perennifolios, de porte cónico. Corteza lisa al principio con vesículas de resina; que se vuelve castaño-rojiza con la edad, suberosa, resquebrajada. Ramas a menudo péndulas, irregularmente verticiladas; braquiblastos ausentes; cicatrices foliares transversalmente elípticas, ligeramente prominente proximalmente pero esencialmente a ras de la ramilla distalmente. Yemas alargadas, no resiníferas, de ápice agudo. Hojas solitarias, persistentes 6-8 años, alternas, cortamente pecioladas, planas; canales resiníferos 2, marginales. Conos sobre las ramillas de un año. Conos masculinos axilares. Conos femeninos de maduración anual, que se desprenden en su totalidad, deflexos o péndulos, elipsoidales, ovoidales, o cilíndricos, prácticamente sésiles, sin apófisis ni umbo; escamas persistentes, ápice redondeado; brácteas ± exertas, ápice 3-lobado, lóbulos de ápice agudo, lóbulo central estrecho, más largo que los lóbulos laterales. Semillas aladas; cotiledones 6-12. x =12, 13.




Como hemos visto anteriormente, el abeto de Douglas es una especie hoy en día muy difundida por todo el continente europeo que se puede considerar plenamente naturalizada en muchas regiones en las que se reproduce de manera espontánea. Se trata sin embargo de una especie relativamente exigente en humedad, tal como demuestra su distribución natural a lo largo de la costa pacífica del norte de Norteamérica. Una especie como Pseudotsuga macrocarpa probablemente estaría mejor adaptada en la región mediterránea, pero que yo sepa nunca fue tomada en cuenta por los ingenieros forestales españoles. De las especies asiáticas tan solo cabe decir que son especies relativamente raras, de las que resulta casi imposible obtener semillas.



(1) Lavender, Denis P., and Richard K. Hermann. 2014. Douglas-fir: The Genus Pseudotsuga. Oregon Forest Research Laboratory, Oregon State University, Corvallis.



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