Paleoautóctonas (72): Maclura
Uno de los árboles más curiosos que se puede observar en nuestros parques y jardines es el naranjo de los Osages (Maclura pomifera), que llama sobre todo mucho la atención cuando maduran sus "frutos", de forma esférica y del tamaño de una naranja pero que no tienen nada que ver con la naranja. Se trata de dos tipos de frutos completamente diferentes. La naranja deriva del ovario de una única flor mientras que el fruto tan curioso de este árbol es en realidad un sincarpo. O sea, que resulta de la coalescencia de los numerosos frutos de la inflorescencia femenina de este árbol. ¿No os recuerda esto algún que otro árbol de nuestra flora? Pues sí, ene fecto, Maclura es un género perteneciente a las Moráceas, familia a la que pertenecen la higuera y las moreras. No nos dejemos engañar por su total ausencia de la flora europea actual: el género Maclura es, tras el género Ficus, el que más especies tiene en esta familia y está presente en todos los continentes menos la Antártida y... el continente europeo.
Fruto recogido en el Parque del Retiro de Madrid / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
La dispersión de las semillas corre a cargo de las distintas especies de animales que consumen sus frutos pero existen dos especies realmente anómalas cuyos frutos son excesivamente grandes y que no parecían tener quien dispersara sus frutos. Estamos hablando del naranjo de los Ossages (Maclura pomifera) y de Maclura brasiliensis, cuyos frutos solo podían ser consumidos por animales capaces de engullirlos, totalmente ausentes de la fauna actual de las regiones pobladas por estas dos especies. Muy pronto se estableció la relación entre estas especies y la extinta megafauna del continente americano, desaparecida en fecha muy recientes (hace unos 8000 años aproximadamente). Hoy en día su propagación ha sido documentada en algunos ranchos en los que se ha podido observar que los caballos consumían sus frutos (Barlow 2001). Se sospecha que el bisonte podría haber sido la única especie capaz de sustituir a la megafauna en su área de distribución original pero el bisonte lamentablemente hace tiempo que desapareció de las grandes llanuras del centro de Estados Unidos...
La presencia de espinas diferencia este género de todos los demás géneros de las Moráceas, MAdrid, Parque del Retiro / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
Afortunadamente para él, el hombre ha cuidado desde siempre de esta especie, que produce una de las maderas más valiosas del continente americano. El nombre francés de "Bois d'arc" que le dieron los exploradores franceses cuando aquellas tierras aún formaban parte de la Luisiana da una buena idea del uso principal que hacían las tribus indias de su madera, que es a la vez fuerte y flexible. Hay testimonios de que recorrían distanccias considerables en busca de este árbol para fabricar sus arcos. En fechas más recientes, la rusticidad de este árbol, el caracter disuasorio de sus espinas y su gran capacidad de rebrote también sirvió para que fuese masivamente utilizado para el establecimiento de cercas para el ganado antes de que se inventase el alambre. Consecuencias de todo ello, ocupa hoy en día un área mucho más extensa que la que ocupaba originalmente en el territorio de los Osages, auque la progresiva desaparición de las cercas hace que se encuentre hoy en día muy disperso. La madera tiene, además, múltiples usos al ser la más resistente a la descomposición de todas las maderas norteamericanas y ser inmune a las termitas.
Osage Indians, oil on card mounted on paperboard by George Catlin, 1861/1869; in the National Gallery of Art, Washington D.C. 46.2 × 62.2 cm.
Como podréis imaginar, la casual ausencia de este género del continente europeo tiene las mismas causas que para todos los demás géneros que hemos examinado en esta serie. Su presencia y desaparición, sin embargo, no está muy bien documentada, siendo más bien raros los restos fósiles atribuibles a este género. Un estudio filogenético reciente (Gardner 2017) establece que este género se diferenció de los demás géneros de las Moráceas probablemente en el Paleoceno, aunque las primeras evidencias fósiles datan del Eoceno. El origen de este género parece situarse en Sudamérica, dispersándose luego por la entonces vecina África, Eurasia y Norteamérica. Las distintas secciones reconocidas dentro de este género se diferenciaron en el periodo cálido "boreotropical" del Eoceno, pertenecientes los fósiles encontrados en Europa Eoceno y Mioceno) a la sección Cudrania, hoy en día distribuida por el continente asiático.
Árbol filogenético del género Maclura y afines (Gardner et al. 2017)
Aunque la relación entre las dos especies americanas de la sección Maclura y la megafauna no está al 100% establecida (hay sin embargo indicios claros como la presencia de semillas en coprolitos), el aumento del tamaño de los frutos en esa línea evolutiva parece claramente coincidir con la aparición y el desarrollo de algunos grupos de herbívoros de gran tamaño como los mastodontes y los perezosos gigantes:
Evolución del tamaño de los frutos de las distintas especies de Maclura (Gardner et al. 2017)
En la actualidad, la única especie que se cultiva en Europa es el naranjo de los Osages (Maclura pomifera), que ha llegado a naturalizarse en algunos países. En España hay citas como naturalizada en Córdoba y Madrid (zonas de llanura donde convive con chopos y olmos) y Gran Canaria (en las "medianías", zonas situadas entre 600 y 1500 m en el centro y norte de la isla) pero también como "persistente" en agunas zonas de cultivo abandonadas. Se puede observar en distintos parques de nuestras ciudades, siendo muy recomendable la visita del Real Jardín Botánico de Madrid para quien quiera hacerse una buena idea del tamaño que puede llegar a alcanzar.
Ejemplar añoso en el Real Jardin Botánico de Madrid / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
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