Aspecto otoñal de Liquidambar styraciflua, con tonos que van del amarillo anaranjado al rojo y al casi negro. Madrid.
En otoño, en Madrid, es cada vez más frecuente darse de bruces con el rojo esplendoroso de un árbol que se está plantando con cierta frecuencia desde hace unos años. La mayoría de ellos son, por ahora, arbolitos recién transplantados de sus viveros, que no llaman demasiado la atención durante el resto del año. Pero llegado el otoño, sin embargo, sus hojas se tiñen de un rojo intenso (a veces muy oscuro, casi negro) que delata inmediatamente su presencia. Examinando este árbol con más detenimiento, nos daremos cuenta que tiene unas hojas palmatilobadas muy parecidas a las de los arces, con un borde más o menos regularmente aserrado. Las inflorescencias femeninas y las infrutescencias son también muy características, agrupándose las flores en cabezuelas esféricas que cuelgan de largos pedúnculos. Dos características que comparte con los plátanos (Platanus sp.), un género con un área de distribución coincidentemente bastante similar a la de los liquidámbares.
Hoja de Liquidambar styraciflua con su típico color otoñal.
La especie que se puede observar en nuestros parques y jardines es el liquidámbar americano (Liquidambar styraciflua), una especie con un área de repartición bastante extensa, presente en todas las zonas templadas del E de Norteamérica y en las zonas montañosas de México y de América Central (hasta Nicaragua). En la Península Ibérica, la especie se cultiva con bastante frecuencia pero, que yo sepa, por ahora no ha llegado a naturalizarse en ningún sitio.
Distribución en Europa del género Liquidambar en el Neógeno.
Como se puede ver en el mapa de repartición del género en el Neógeno, este estuvo bastante repartido por buena parte del continente europeo, alcanzando al norte regiones como Holanda, Inglaterra, el norte de Alemania y Polonia. Más adelante, tras las primeras glaciaciones serias del Cuaternario, su área se contrajo, quedando circunscrito al área mediterránea y al mar Caspio, aunque logró alcanzar Polonia en algún periodo interglacial del Pleistoceno inferior, probablemente remontando los valles del Dniester y del Dnieper. En el Pleistoceno Medio, ya tan solo estaba presente en el S de Italia, Grecia, Turquía, el Cáucaso y el Mar Caspio. Las últimas glaciaciones, finalmente, contrajeron su área aún más, hasta relegarlo a unos cuantos valles aluviales del S de Turquía, donde sobrevive actualmente Liquidambar orientalis.
Comparación de las infrutescencias de Liquidambar europaea con las de diferentes especies actuales (Zidianakis et al., 2020).
Aunque los fósiles encontrados en Europa, atribuidos a la especie fósil Liquidambar europea, muestran una gran variabilidad en la forma de las hojas, la morfología de sus infrutescencias demuestra claramente su parentesco con la especie que sobrevivió en el SE del continente, tal como se puede ver en la figura anterior (Zidianakis et al., 2020).
Hoja de Liquidambar orientalis con su típico color otoñal. Jardín del Príncipe, Aranjuez, Madrid.
El nombre de este género hace referencia a la resina o goma que exudan estos árboles. Esa resina ha tenido y sigue teniendo muchos usos. Se ha utilizado como chicle, aromatizante del tabaco, perfume en distintos productos cosméticos, incienso y un largo etcétera de usos. El nombre náhuatl de la especie americana, Xochicotzoquahuitl, alude a esa misma carcterística, significando literalmente "árbol que produce trementina aromática”.
Recolección de la resina de Liquidambar orientais en el bosque de Kavakarasi, Turquía / Fotografía: Kjf webmaster / Licencia: CC BY-SA
El liquidámbar oriental (Liquidambar orientalis) tan solo sobrevive pues hoy en día en algunos puntos del S de Turquía y en la isla de Rodas y la especie está catalogada como "vulnerable" por la IUCN. Existen también algunas poblaciones naturalizadas en la cercana isla de Chipre. Se trata sin embargo de una especie que podría tener un área de distribución mucho más extensa a juzgar por el extraodinario aspecto de los cerca de 80 ejemplares que se plantaron en el Jardín del Príncipe de Aranjuez en el siglo XVIII. Algunos de estos ejemplares alcanzan un tamaño que no alcanzan ni tan siquiera en su área de distribución original, donde los árboles han sido exlotados desde antiguo y no han podido alcanzar un pleno desarrollo como el que han tenido en en el Jardín del Príncipe. Es curioso, viendo el éxito alcanzado en Aranjuez que esta especie no se haya cultivado en otros sitios.
Aspecto otoñal del Jardín del Prícipe un día de niebla, en una zona del parque dominada por viejos liquidámbares.
El resto de las especies de este género proviene del SE de Asia, donde están presentes unas 13 especies que antiguamente se atribuían a géneros distintos (Altingia, Semilíquidambar) pero que los estudios filogenéticos aconsejaron agrupar en uno solo (Ickert-Bond S.M. & Wen J., 2006).
Liquidambar | Familia: Altingiaceae | Orden: Saxifragales | ||
Árboles caducifolios aromáticos y resiníferos. Tronco gris-castaño, profundamente fisurado; ramas y ramillas a veces con alas suberosas. Yemas escamosas, rostradas, brillantes, resinosas, sésiles. Hojas simples, alternas, en espiral, estipuladas, largamente pecioladas, fragantes al ser estrujadas, glabras o a veces pubescentes en el envés, con pelos simples; limbo palmatilobado, con (3-)5(-7) lóbulos; base de profundamente cordada a truncada; margen glandular-aserrado; ápice de cada lóbulo largamente acuminado. Inflorescencias en cabezuelas multifloras; cabezuelas masculinas agrupadas en racimos terminales, constituidas por un fascículo de estambres; cabezuelas femeninas péndulas, axilares, largamente pedunculadas, constituidas por flores ± coalescentes. Inflorescencias masculinas y femeninas sobre el mismo pie, apareciendo con las hojas. Flores unisexuales, aclamídeas. Flores masculinas con numerosos estambres; anteras biloculares, de dehiscencia longitudinal. Polen periporado. Flores femeninas de un verde pálido o de un amarillo verdoso, provistas de 5-8 estaminodios; ovario semi-ínfero, con 6vulos numerosos, anátropos, de placentación axilar; estilos recurvados, papilosos, endurecidos y espinescentes en el fruto. Infrutescencia esférica formada por la fusión basal de los frutos. Cada fruto es una cápsula septicida, glabra, bivalvada, que contiene 1 o varias semillas aladas. x = 16. |
Árbol filogenético y diversificación geográfica de las Altingiáceas. Ickert-Bond S.M. & Wen J. (2006).
Hace unos años me convencí de que era absolutamente necesario cultivar esta especie a este lado del Mediterráneo para constituir una o varias pequeñas poblaciones ex-situ. Para ello, empecé entonces a buscar semillas por internet pero ninguna de las semillas que recibí llegó nunca a germinar. Conocedor de la existencia de la "pequeña" colección del Jardín del Príncipe en Aranjuez, finalmente opté por ir a recolectar yo mismo esas semillas, sin mucha idea de cual era la mejor época para ello.
Infrutescencias y semillas de Liquidambar orientalis, Jardín del Príncipe de Aranjuez.
Las infrutescencias que traje se veían muy verdes y no parecían estar a punto de abrirse. Aún así, me llevé unas cuantas por si las moscas. Al llegar a casa las dejé sobre una estantería donde las tuve unos dias olvidadas. La buena temperatura y la sequedad del aire de mi apartamente propició su apertura, permitiendo que los frutos liberaran sus diminutas semillas. En la fotografía anterior podéis ver a la izquierda las infrutescencias, que miden algo así como 1 a 1,5 cm de diámetro. A la derecha se ven dos cosas. Lo primero es un polvillo amarillento bastante dominante. Se trata de semillas abortadas, que no se han desarrollado. Luego tenéis, de color negro, las semillas fértiles. En la fotografía de detalle, se aprecia que tienen una cortísima ala, caracter que las diferencia de las semillas de la especie americana, que tiene un ala mucho más desarrollada..
Infrutescencias de Liquidambar styraciflua a la izquierda y de Liquidambar orientalis a la derecha.
Para mi gran sorpresa, buena parte de las semillas que había conseguido germinaron sin demasiados problemas y pronto me encontré con unos pequeños y prometedores arbolitos que lamentablemente planté en lugares bastante inapropriados en los que no sobrevivieron. El año pasado volví al Jardín del Príncipe para hacer acopio de semillas y me he dado cuenta de que no importaba tanto que las infrustescencias aún estén cerradas. En el aire seco y cálido de un apartamento se abren a los pocos días y solo es cuestión entonces de extraer las semillas (metiéndo las infrutescencias en una cajita y sacudiéndola a ritmo de cha-cha-chá). Las semillas son realmente muy pequeñitas y uno puede hasta dudar de su viabilidad, pero fueron bastantes las semillas que finalmente llegaron a germinar. Eso sí, las plántulas son realmente muy pequeñitas y nada hace pensar que vayan luego a transformarse en imponentes árboles como los que se pueden observar en el Jardín del Príncipe.
Plántula recien germinada de Liquidambar orientalis.
Hasta hace unos años atrás, no tenía yo constancia de que se hubiese plantado esta especie en otros lugares pero haciendo esta mañana una búsqueda en internet (diciembre 2024), he podido ver que algunas ciudades como Zaragoza e Illescas han incluido esta especie en su arbolado urbano. También parece estar presente en algún que otro arboreto como el de Iturraran (Guipúzcoa). Sería realmente una lástima, viendo el éxito que ha tenido esta especie en Aranjuez que no se utilice más a menudo. Su regreso a este lado del Mediterráneao, y no solo como especie ornamental, me parecería personalente una muy buena noticia...
A pesar de estar tan inclinado, este viejo liquidambar oriental sigue vivo y en plena forma, reproduciéndose absolutamente normalmente. No es un caso único en el Jardín del Príncipe de Aranjuez. No hay que olvidar que estamos en una llanura aluvial, sobre sedimentos muy poco compactados (gravas, arenas y arcillas) que pueden causar a muchos árboles problemas de estabilidad cuando alcanzan cierto tamaño y peso. No es infrecuente ver los árboles que crecen sobre tales terrenos tener problemas para mantener la verticalidad. En el caso de los liquidambares orientales, iría hasta decir que es bastante frecuente.
Otros ejemplares imponentes en el Jardín del Príncipe de Aranjuez...