On the road again

¿ Qué es la biodiversidad y cómo se mide ? La manera más fácil de estimarla, en principio, es simplemente sumando las especies presentes en el área considerada (riqueza específica). Pero de pronto escuchas que la llegada de especies exóticas invasoras es uno de los mayores peligros para la biodiversidad y entonces te entra la duda. ¿ Acaso esas especies no suman ? Entonces es cuando te das cuenta que muchas publicaciones, al hablar de biodiversidad, en realidad tan solo se están refiriendo a biodiversidad "nativa". Desde ese punto de vista, la "biodiversidad" efectivamente ha sufrido una erosión en nuestro país y en muchas regiones del mundo, al haber desaparecido muchas especies a consecuencia de las múltiples agresiones que ha sufrido el medio ambiente. La paradoja en ese intringulis léxico es que nuestra flora es aproximadamente un 13% más rica hoy que hace 500 años, cuando dieron inicio los grandes intercambios intercontinentales. O sea, que hay hoy más especies que antes y eso, se mire como se mire, es un aumento neto de biodiversidad. Lo mismo cabría decir en muchas otras regiones del mundo. Incluso en las islas, en las que se han producido la mayoría de las extinciones, el número de especies ha aumentado considerablemente. Se da pues la curiosa paradoja de que a nivel local la biodiversidad por lo general suele haber aumentado aunque a nivel global haya ocurrido lo contrario. En las islas Hawai, por poner otro ejemplo, las especies de plantas con flores no indígenas constituyen hoy aproximadamente el 46% de su flora:





Ignorar ese 46% de la flora, como si no existiese, es claramente renunciar a entender cual es la situación real de la flora de esa región. En otras regiones el incremento ha sido incluso aún mayor. Todas las plantas naturalizadas en algún lugar pronto establecen una compleja red de interacciones con todas las demás especies presentes en ese lugar y estudiar la biodiversidad de una región interesándose tan solo por las especies nativas en realidad da una imagen distorsionada de la realidad. Las especies que consideramos "autóctonas", además, puede que no lo sean tanto y que hayan llegado a esas regiones a consecuencia de antiguas migraciones, debidas a cambios climáticos y geológicos antiguos. O sea, que son ellas mismas antiguas especies exóticas invasoras. Como decía un proverbio romano: Tandem aliquando, invasores fiunt vernaculi. O sea "finalmente, los invasores se convierten en indígenas". Eso nos lleva naturalmente a una pregunta difícil de responder: imaginemos que a consecuencia del calentamiento global los pisos de vegetación suban varios cientos de metros y que los grandes biomas se desplacen varios cientos de kilómetros hacia el norte, ¿ cómo calcularemos mañana la "biodiversidad" en regiones muy expuestas a esos cambios ?. En muchas regiones la biodiversidad "nativa" se verá claramente afectada por el cambio climático y puede que gran parte de su flora esté mañana constituida por especies que hoy consideramos "alóctonas".. ¿ Tiene pues algún sentido separar las especies autóctonas de las alóctonas a la hora de medir la biodiversidad ?




Así debería modificar el cambio climático la repartición de las grandes formaciones vegetales en la provincia canadiense de Alberta.



El calentamiento global, como se puede ver, no solo altera el clima del planeta sino que nos obliga a cuestionar muchas definiciones y teorías desarrolladas al amparo de la relativa estabilidad climática del Holoceno, que es la que permitió el desarrollo de nuestras sociedades modernas. Términos como "autóctono", "alóctono" o "invasor" tan solo se entienden en un mundo estable e inmutable en el que resulta fácil catalogar las especies siguiendo esos criterios. Nos hemos mal acostumbrado a vivir en un mundo en el que los cambios nunca han sido tan importantes como para poner en peligro la pervivencia de nuestra sociedad. Sin embargo, el estudio del pasado debería habernos abierto los ojos y advertido de que algunas definiciones no tienen mucho sentido puestas en perspectiva con los grandes cambios medioambientales del Cuaternario. Pongamos un ejemplo que roza un poco el absurdo pero que ilustra bien lo que intento explicar. Este mapa muestra la extensión del hielo en los Alpes en los tres últimos máximos glaciares:





Como se puede ver, la inmensa mayoría del territorio suizo o austriaco estaba cubierto por el hielo. Tan solo algunas crestas debían estar libres de hielo y albergaban probablemente una vegetación de tipo árctico-nival. Tomando como punto de referencia en el tiempo el punto álgido de la última glaciación, ¿ no debríamos considerar que casi todas las especies de la flora suiza actual son en realidad especies "exóticas" ? Imaginemos que nuestra sociedad se hubiese desarrollado en aquél entonces y hubiese manejado conceptos como los que utilizamos hoy, lo más probable es que a los centroeuropeos de aquella época les habrían parecido tan exóticas especies como los robles y el carpe que especies como la Zelkova del Cáucaso (Zelkova carpinifolia) y el árbol del hierro (Parrotia persica) a nosotros hoy en día.




El roble era, durante la última glaciación, una especie que a cualquier cazador centro europeo le hubiese parecido algo tan exótico como una palmera hoy en día...



Por cierto,,, ¿ Hubiésemos sido capaces de predecir lo que iba a pasar tras el deshielo ? ¿ Hubiésemos sido capaces de imaginar que bajo el hielo que cubría Escandinavia iban a desarrollarse extensos bosques de coníferas ? Basándonos en el estudio del pasado y analizando las muestras de sedimentos de anteriores periodos interglaciares probablemente hubiésemos sido capaces de predecirlo, al asumir que los grandes movimientos de vegetación y de fauna observados en el pasado probablemente se iban a repetir. Y lo extraordinario del caso, efectivamente, es que ocurrió exactamente lo mismo que en anteriores periodos interglaciales. De la misma manera, ¿ podría hoy el estudio de las floras de principios del Cuaternario y de finales del Terciario anticipar de algún modo el tipo de vegetación que cabría esperar en Europa en el futuro ? Tal como lo contaba hace poco en un artículo un tanto provocador (Rumbo al Plioceno), el calentamiento en curso promete retrotraernos en el pasado unos cuantos millones de años. Me temo que los biólogos que se dedican a establecer listas de especies invasoras tendrán mucho trabajo en el futuro. Y si, además, pretenden controlarlas y erradicarlas, pues me temo que no tendrán un fin de semana libre en lo que les queda de vida...



Campaña de erradicación de plantas exóticas en las Islas Canarias. ¿ Lograrán iniciativas como éstas preservar nuestros ecosistemas tal como suponemos que deberían ser ? Fotografía: Ecologistas en Acción.



Está claro que el calentamiento global nos está obligando a cambiar nuestra manera de entender la naturaleza. Las especies no paran de moverse y de buscar el mejor sitio para establecerse. Fueron capaces en el pasado de responder a bruscos cambios climáticos y de colonizar territorios asolados por catástrofes apocalípticas. ¿ Qué sentido tienen palabras como "autóctono", "alóctono" e "invasor" en un mundo en que los grandes cambios son la regla y no la excepción ? El cambio climático va a obligar de nuevo todas las especies de la tierra a "echarse a la carretera" en busca de mejores condiciones de vida. On the road again, me entran ganas de cantar. La gran diferencia respecto a esas antiguas migraciones es que hoy buena parte de los caminos de migración de esas especies han sido cortados por el hombre, que tiene ahora la doble responsabilidad de parar cuanto antes el cambio climático y de ayudar las demás especies a desplazarse hacia esos lugares en los que podrían sobrevivir. Muchas especies, de todos modos, no tienen plan b y están condenadas a desaparecer. Intentemos, por lo menos, salvar las demás...



¿ A dónde nos llevan todos estos cambios ? Nadie lo sabe con certeza. Tan solo somos capaces por ahora de predecir los movimientos de los seres vivos en respuesta a la subida de las temperaturas a muy grandes rasgos. En esta tierra que se calienta irremediablemente, todos mañana seremos migrantes: plantas, animales y hombres. Todos nos veremos afectados por igual y corremos el peligro, en este sálvese quien pueda general, que no seamos precisamente la especie mejor preparada para sobrevivir a esos cambios...



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