Paleoautóctonas (46): Sassafras

La identificación de géneros y especies a partir del registro fósil es particularmente complicado en algunos grupos en los que las hojas varían poco de forma y presentan algunas características comunes en muchas especies. El caso más evidente es el de las Lauráceas, cuyas hojas son características de las especies presentes en los bosques subtropicales húmedos. Todas ellas tienen típicamente una forma más o menos lanceolada, un margen entero, y un limbo coriáceo y brillante que favorece la escorrentía del agua. Se habla de hojas de tipo "lauroide" para describir este tipo de hojas y las especies con tales hojas forman bosques que solemos llamar comúnmente "laurisilvas". Este tipo de hojas no es solamente propio de las lauráceas, sino de muchas especies subtropicales que viven en esos bosques.




Hojas de Sassafras albidum, Norfolk Botanical Garden, Virginia. / Fotografía: Randy Everette / Licencia: CC BY-SA

En los estudios de paleobotánica es común la utilización del nombre "Laurophyllum" para describir este tipo de hojas. No se trata de un nombre de género en el sentido que le dan los biólogos, sino que corresponde a un morfotipo foliar que se supone corresponde a alguna especie de esta familia. Hoy, sin embargo, no quisiera deprimiros resaltando lo poco que sabemos del pasado de algunos grupos de plantas y os hablaré de un género de las Lauráceas que difiere en algunos puntos esenciales del resto de las especies de esta familia. Para empezar, sus hojas no son persistentes, sino caducas. Luego, sus hojas presentan un importante dimorfismo, siendo algunas bastante parecidas a las de las demás especies (lanceoladas y de margen entero) y otras profundamente trilobadas y muy reconocibles en el registro fósil. Estamos hablando del género Sassafras, del que tan solo sobreviven hoy en día 3 especies con un área de distribución típicamente disyunta. Dos de esas especie son originarias del SE de Asia (S. tzumu y S. randaiense) y la tercera (S. albidum) ocupa una extensa área en el E de Norteamérica, desde Texas y Florida hasta el S de Canadá.




Mapa de distribución de Sassafras. Los circulos negros corresponden a S. tzumu, los cuadrdos negros a S. randaiense. El área de S. albidum se meuestra en gris. (2)

Perteneciente a una familia muy antigua, basal, de las Angiospermas, no es de extrañar que los fósiles más antiguos atribuidos a este género daten del Cretácico final. Se trata de restos de madera encontrados en la Península Antártica (1) en una región que cuando se depositaron los sedimentos en los que quedaron sepultadas esas maderas se encontraba más o menos a una latitud de 60–65° S (bastante similar a la actual), en una región sometida a largos inviernos pero con un clima templado cálido. Convivía en esta región con especies petenecientes a familias como Podocarpaceae, Atherospermataceae, Winteraceae, Cunoniaceae, Nothofagaceae, Aquifoliaceae y Myrtaceae. El carácter caducifolio de este género podría pues ser mucho más antiguo de lo que podríamos suponer. Tampoco se puede excluir que estos restos no correspondieran a otro género de Lauráceas adaptado a ese tipo de clima y hoy desaparecido. Cómo alcanzó este género el Hemisferio Norte es hoy por hoy todo un misterio. El caso es que en el Paleoceno el género Sassafras ya era un elemento común en las floras de todo el Hemisferio Norte.




Hoja trilobulada de ~ 11 cm de longitud de la especie extinta Sassafras hesperia. Las zonas "agujereadas" del interior son en realidad daños causados por los insectos. ~49,5 Ma, Klondike Mountain Formation, Ferry County, Washington, USA. / Fotografía: Kevmin / Licencia: CC BY-SA

Bien representado en los yacimientos europeos del Mioceno y del Pleistoceno y ampliamente distribuido, el género Sassafras parece haber sobrevividio en el Pleistoceno inferior en la Península Itálica, que fue en aquella época uno de los mayores refugios de plantas terciarias junto a la región del Cáucaso.






Distribución en Europa durante el Neógeno del género Sassafras.

La especie que mejor conocemos, por evidentes razones históricas, es la especie americana, que se cultiva en nuestro país en algunos jardines botánicos y arboretos pero que no se suele ver comúnmente en parques y jardines. Ni que decir, viendo la amplísima área de distribución que tiene esta especie, que se podría cultivar casi en cualquier punto de la Península Ibérica. Que yo sepa, sin embargo, esta especie no ha sido nunca objeto de ensayos forestales. A pesar de tratarse de especies de rápido crecimiento y resistentes, su esperanza de vida es relativamente corta y tienen naturalmente tendencia a producir chupones y a adquirir un porte arbustivo que no seduce a los ingenieros forestales pero que a nosotros nos encanta.




Flores femeninas de Sassafras albidum, Howard County, MD / Fotografía: Helen Lowe Metzman / Licencia: Dominio Público


(1) Poole I., *, Richter H.G. & Francis J.E. (2000) / Evidence for Gondwanan origins for Sassafras (Lauraceae)? Late Cretaceous fossil wood of Antarctica / IAWA Journal, Vol. 21 (4), pp. 463–475
(2) Nie Z.-L., Wen J. % Sun H. (2007) / Phylogeny and biogeography of Sassafras (Lauraceae) disjunct between eastern Asia and eastern North America / Pl. Syst. Evol., Vol. 26, pp. 191–203

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