Cfa

Acordaos bien de estas tres letras, que en la clasificación de Köppen describen un tipo de clima que a muchos hoy nos puede parecer algo exótico. Se caracteriza por sus inviernos suaves con la temperatura media del mes más frío por encima de 0 grados y sus veranos cálidos con la temperatura media del mes más cálido por encima de 22 grados. Las temperaturas invernales no permiten la permanencia de la nieve por mucho tiempo. En cuanto a las precipitaciones, no hay temporada seca aunque las precipitaciones pueden mostrar un pico en verano en algunas regiones. Se suele llamar a este tipo de clima "Subtropical Húmedo" o "Templado cálido". La vegetación dominante en las regiones con este tipo de clima son bosques caducifolios que se parecen bastante a los de las zonas templadas, dominando en ellos géneros presentes en ambas zonas (Quercus, Fagus, Carpinus, Alnus) aunque representados por especies / subespecies diferentes. A estos géneros hay que añadir otros como Castanea, Juglans, Zelkova, Parrotia, Pterocarya, Gleditsia, Disopyros, propios de este tipo de clima, por citar tan solo aquí especies europeas o del bosque hircano. Lo que caracteriza estos bosques y los diferencia de los de las zonas templadas es el rico elenco de arbustos perennifolios que crece en su sotobosque: Rhododendron, Prunus laurocerasus, Ilex, etc.






Climas en Europa actualmente según la clasificación de Köppen (Beck et al., 2018) / Licencia: CC BY 4.0

En Europa, este tipo de clima es relativamente raro. Se extiende desde Italia (S del arco alpino y valle del Po), por una larga franja a lo largo de las Dinárides, buena parte de Bulgaria y más al E, la costa S del Mar Negro, Georgia (Cólquida) y el S del Mar Caspio (bosque hircano en Azerbayán e Irán). Todas estas regiones fueron importantes refugios durante las glaciaciones y no en balde han sobrevivido en ellos muchos géneros y especies que desaparecieron del resto del continente europeo.




Zelkova carpinifolia en el Jardín Botánico de Jevremovac, Polonia / Fotografía: MarIJA / Licencia: CC BY-SA 4.0


En otras zonas del mundo, la biodiversidad de estos bosques resulta ser abrumadora. Una comparación del número de géneros presentes en los bosques templados (s.l.) de Europa, Norteamérica y Asia desvela la tremenda falta de biodiversidad de nuestros bosques. Estos son los géneros que se pueden observar en Norteamérica y en Asia que no están presentes en el continente europeo:

América

Calocedrus, Carya, Catalpa, Cinnamomum, Diospyros, Gymnocladus, Liquidambar, Liriodendron, Magnolia, Nyssa, Pseudotsuga, Robinia, Sabal, Sassafras, Sequoia, Symplocos, Taxodium, Thuja, Torreya, Tsuga, etc.

Asia

Actinidia, Ailanthus, Broussonetia, Calocedrus, Camellia, Carya, Castanopsis, Catalpa, Cathaya, Cephalotaxus, Cedrus, Cercidiphyllum, Chamaecyparis, Chionanthus, Cinnamomum, Clethra, Cunninghamia, Cyclobalanopsis, Diospyros, Engelhardia, Eucommia, Ginkgo, Glyptostrobus, Hamamelis, Ilicium, Lindera, Liquidambar, Liriodendron, Lithocarpus, Litsea, Magnolia, Metasequoia, Neolitsea, Nyssa, Paulownia, Persea, Phoebe, Platycarya, Pseudolarixv, Pseudotsuga, Pteroceltis, Sapindus, Sapium, Sassafras, Sciadophitys, Staphilea, Symplocos, Thuja, Torreya, Tsuga, Zanthoxylum, etc

Como podeis ver, la lista es larga. Y me preguntaréis: ¿y a nosotros qué nos importa la vegetación de estas regiones marginales del continente europeo o de Norteamérica y de Asia? Pues bastante más de lo que creéis, porque los modelos de los climatólogos apuntan a que a finales de siglo, este tipo de clima será el dominante en buena parte del centro de Europa:






Climas en Europa a finales del siglo XXI según la clasificación de Köppen (Beck et al., 2018) / Licencia: CC BY 4.0

Se podrá discutir de la repartición exacta de estos climas prevista por el modelo (en particular resulta poco creíble que el clima se mediterraneice por completo en la fachada altántica de la Península Ibérica), pero a grandes rasgos nos sirve para hacernos una idea de lo que nos espera. La migración unos 1000 a 1500 kilómetros hacia el norte de muchos biomas resulta evidente. Pero lo más destacable, creo yo, es la dominancia del clima de tipo Cfa en Centroeuropa. Dicho de otra manera, la mayor parte del continente europeo tendrá a finales de siglo un clima de tipo subtropical. Húmedo (Cfa) en aquellas regiones en el que el nivel y la distribución de precipitaciones a lo largo del año se mantendrá, o con una estación seca más o menos marcada (Csa) en aquellos lugares en los que el clima se convertirá en mediterráneo.



Hayas secas en un bosque del Jura suizo, Ajoie, Canrtón del Jura, Suiza. / Fotografía: jura.ch


Ante la desaparición previsible de muchas especies en los bosques templados debido a la subida de las temperaturas y el auge de algunas enfermedades que atacan algunos géneros como los fresnos, la solución más evidente es, creo yo, recurrir a las especies adaptadas e estos tipos de climas. Muchas personas sueñan con que la especies actualmente presentes se adapten, pero es ese el sueño piadoso de quienes aún no han aceptado que las cosas van a cambiar drásticamente y que para adaptarnos a ello deberemos recurrir a soluciones no menos drásticas. Vamos, que si las zonas climáticas se mueven, también tendrán que moverse los ecosistemas y los seres adaptados a estos tipos de climas. No es, obviamente, imposible. Ya ocurrió en el pasado. Tras la última glaciación, las temperaturas subieron casi de golpe y la vegetación inició una carrera hacia el septentrión que duró milenios (ver esquema de la migración de los robles). La gran pregunta hoy en día es la siguiente: ¿tendremos la paciencia de esperar otros 7 milenios para que las especies adaptadas al nuevo clima lleguen al destino que les está marcando el actual cambio climático?




Expansión de los robles caducifolios en Europa tras la última glaciación. Los círculos coloreados muestran los principales refugios durante la glaciación (Gieseke et al. 2013)


Muchas de ellas, sea dicho de paso, tienen cierta tolerancia al frío y se cultivan ya comúnmente en buena parte de Europa. Especies como Zelkova carpinifolia, Parrotia persica, Diospyros lotus, Diospyros virginiana, Liriodendron tulipifera y un largo etcétera de especies se cultivan comúnmente en los parques y jardines de buena parte de Europa. Algunas, incluso, han aprovechado para dar el salto al medio natural, siendo considerada como invasora en algunos países y regiones una especie como Pterocarya fraxinifolia. Una triste ironía del destino sabiendo que esta especie estuvo reconquistando con éxito los territorios norteños del continente europeo en todos los periodos interglaciares. Considerarla hoy una especie invasora es realmente una terrible injusticia.




Nogal del Cáucaso en el parque de Solvay de La Hulpe, Bélgica. / Fotografía: Jean-Pol Grandmont / Licencia: CC BY 3.0.


Vamos, que no faltan alternativas para repoblar los bosques europeos y devolverles algo de la rica biodiversidad que tuvieron antes de las glaciaciones. Podemos recurrir a especies muy próximas, como aquí en España el quejigo andaluz (Quercus canariensis), algo más lejanas, como el cedro (Cedrus atlantica), la zelkova (Zelkova carpinifolia), la pterocaria del Cáucaso (Pterocarya fraxinifolia) o mucho más lejanas pero no por ello menos lógicas, como pueden ser los pacaneros (Carya), los cipreses de los pantanos (Taxodium), el ginkgo (Ginkgo biloba), etc... No voy a insistir mucho en ello. Si seguís con regularidad este blog, ya tenéis una pequeña idea de la cantidad de géneros y especies que se podrían introducir o, mejor dicho, reintroducir en nuestro continente.



Beck, H.E., N.E. Zimmermann, T.R. McVicar, N. Vergopolan, A. Berg, E.F. Wood: Present and future Köppen-Geiger climate classification maps at 1-km resolution, Scientific Data 5:180214, doi:10.1038/sdata.2018.214 (2018).
Giesecke T. (2013) / Changing Plant Distributions and Abundances / In: Elias S.A. (ed.) The Encyclopedia of Quaternary Science, vol. 3, pp. 854-860. Amsterdam: Elsevier.

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