Paleoautóctonas (59): Corylus
Corylus | Familia: Betulaceae | Orden: Fagales | ||
Arbustos, más raramente árboles, de copa amplia. Yemas ovoideo-obtusas. Hojas doblemente aserradas, en general con menos de 8 pares de nervios secundarios, casi rectos. Amentos masculinos 2-5, subfasciculados; flores masculinas desnudas, solitarias en la axila de cada bráctea, con 2 bractéolas; estambres 4-8, de filamentos bífidos, muy cortos. Flores femeninas 2-6, en dicasios compactos, incluidos en una yema escamosa pequeña, de la que apenas sobresalen los estilos; perianto muy reducido; rudimentos seminales 1(2); estilo dividido hasta la base en dos largas ramas rojizas. Aquenios en glomérulos de 1-4, subglobosos u ovoideos, con pericarpio leñoso, envueltos por un involucro foliáceo de margen dentado o laciniado apicalmente. Rocha Afonso M. L. / in: Castroviejo & al. (eds.), Flora iberica vol. 2 / http://www.floraiberica.org / Licencia: Creative Commons |
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Acostumbrados que estamos en nuestro país a convivir con una única especie de este género, sorprende descubrir de repente que en otras zonas del planeta existen avellanos que pueden llegar a ser auténticos árboles. Y no hace falta irse muy lejos para verlo, puesto que una de esas especies arborescentes, el avellano turco (Corylus colurna) está presente en el SE de Europa y tenía un área de distribución que cubría buena parte de los Balcanes, el N de Anatolia, la región del Cáucaso, el N de Irán y algunos puntos de Afganistán. Es un árbol muy preciado por su excelente madera, pero sufrió sin embargo una brutal sobre-explotación que ha llevado a su completa desaparición de algunas partes de su área de distribución original (bosque hircano del N de Irán) y a la fragmentación de su área, sobreviviendo hoy en pequeñas poblaciones aisladas (Šeho M. et. al., 2019).
Frutos (avellanas) de Corylus avellana. / Fotografía: Botaurus / Licencia: Dominio Público
El género Corylus está en realidad constituido por unas 15-20 especies que se reparten por todo el Hemisferio Norte, siendo uno de los pocos géneros que no desapareció del continente europeo, donde aún están presentes 3 especies (C. avellana, C. colurna y C. maxima). Tal como ocurre con los robles, el hecho de producir frutos comestibles que un buen número de especies animales dispersan y almacenan probablemente haya favorecido su rápida difusión y haya resultado ser una clara ventaja en un mundo sin barreras. Tras la última glaciación, robles y avellano fueron los primeros en reconquistar las tierras liberadas por el deshielo. En el mundo actual, en cambio, esa ventaja ya no juega en su favor y habrá que ver como tales especies reaccionan ante el cambio climático sin ningún tipo de ayuda.
Arbol filogenético del género Corylus. / Helmstetter A.J., Buggs R.J.A. & Lucas S.J. (2019) / Licencia: CC BY 4.0
El fósil más antiguo atribuible sin lugar a dudas a este género se ha encontrado en los depósitos del Eoceno Medio de la Formación “Klondike Mountain” cerca de la ciudad de Republic, en el estado de Washington (EE.UU.) y corresponde a una especie (C. johnsonii) que tiene bastante parecido con las actuales especies asiáticas (Pigg et al. 2005). Hojas muy parecidas a las del género Corylus se han encontrado en depósitos más antiguos pero han sido atribuidas al género Corylites, que podría más bien corresponder a un antecesor común de los géneros de la subfamilia de las Coryloidea. Alcanzó el continente europeo en el mismo Eoceno, en una primera radiación del género en el Hemisferio Norte.
Modelo de dispersión de los linajes de Corylus reportado en un mapa del mundo. / Helmstetter A.J., Buggs R.J.A. & Lucas S.J. (2019) / Licencia: CC BY 4.0
Los estudios filogenéticos más recientes tienden sin embargo a demostrar que la diferenciación de las especies actuales es bastante reciente y habría ocurrido durante el Mioceno. Las especies actuales parecen haberse originado en el este de Asia, diversificándose y extendiéndose el género por aquél continente al tiempo que se dispersaba hacia el oeste hasta el Cáucaso y Europa, y hacia el este hasta Norteamérica en múltiples eventos independientes. La dispersión a larga distancia parece haber sido un proceso importante en la historia del género Corylus.
Distribución del género Corylus en Europa durante el Neógeno y el Cuaternario.
Habiendo aparecido este género en el Eoceno, esto significa que hemos “perdido” de algún modo la traza de radiaciones más antiguas que solo pueden ser aprehendidas por el estudio de los fósiles que se vayan encontrando. Es interesante notar, sea dicho de paso, la presencia de este género en Islandia hace 12 Ma (macrofósil) y 10 Ma (polen), que tan solo puede explicarse por la llegada de este género a través de algún puente terrestre a finales del Mioceno (ver a este respecto la descripción del género Acer).
Hoja de Corylus avellana. Val-de-Ruz, Neuchâtel, Suiza. / Fotografía: Adrián Rodríguez / Licencia: Dominio Público
El porvenir de este género en nuestro continente depende mucho de que una especie como C.colurna logre propagarse, al estar mejor adaptada a la sequía y al calor que el avellano común, que debería replegarse hacia zonas más norteñas. La temperatura media anual en la zona de origen de esta especie varía entre 5 y 13°C, mientras que las precipitaciones anuales oscila entre 570 y 800 mm.
Helmstetter, A.J., Buggs, R.J.A. & Lucas, S.J. Repeated long-distance dispersal and convergent evolution in hazel. Sci Rep 9, 16016 (2019). https://doi.org/10.1038/s41598-019-52403-2
Pigg K.B. et al. (2003) / Corylus, Carpinus, and Palaeocarpinus (Betulaceae) from the Middle Eocene Klondike Mountain and Allenby formations of northwestern North America / Int. J. Plant Sci., Vol. 164(5), pp. 807–822
Šeho M. et al. (2019) / A Review on Turkish Hazel (Corylus colurna L.): A Promising Tree Species for Future Assisted Migration Attempts / SEEFOR, Vol. 10 (1), pp. 53-63
1 comentarios
Aqui na Polónia encontram-se muitas vezes em cidades e parques a espécie (Corylus colurna).
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